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¬ Número uno

Cartas al director : Un lector contra el mundo moderno

Tercer Manifiesto de un caracol revolucionario: Por una nueva revolución divertida y humana

Instrucciones para escribir una historia (homenaje a Julio Cortázar)

Edgar Neville: un hombre que se reía mucho de todo

Años 80: nueva ola madrileña Crónica sentimental de los tiempos de Nacha Pop, Secretos, Mamá...

Mata al marxista que llevas dentro ¡Aqui están los Empresarios! Desde Jaen pop de espíritu niki

¡Yu, Yu! ¡Yu, Yu! Historias de mi Colegio Un alegato a favor de la educación unisex

De puerta a puerta Recorrido iniciático por las calles bilbainas Elcano, Alameda Urquijo, etc

La barbarie empieza en casa: Tributo a The Smiths

Efecto Orégano: Una nueva aproximación al concepto

Ciao, Mario La saga de El Padrino

Los fines y los medios Aullidos de El Zurdo desde el corazón del bosque

Latin Power: Y mi madre llamaba melenudos a Los Ramones

Bilbao 1979: ¿Pinchazo o Pellizco? Repaso a la delincuencia juvenil bilbaina

Cada vez somos aburridos. Nuestra primera autocrítica

La Historia para niños Una nueva lectura de la Historia

Número Tres

Cartas al director

Señor director:

En estos tiempos de polvareda y hojarasca en los que la uniformidad más alienante nos ha envuelto a todos con su intangible velo, un puñado de irreductibles resiste con tesón los más duros avatares autoimpuestos por nuestra corrompida sociedad.

Hablamos, por si quedaba alguna duda, de los miembros de la corriente cultural ?El Efecto Orégano?, muchachos liberales, de moral y costumbres sin mácula, entusiastas de las buenas maneras y usos sociales. Desde esta pequeña colaboración, nos atrevemos a enumerar sucintamente lo que no es asumible por cualquier persona que se autocalifique como ?civilizada?:

Pasar los fines de semana, uno tras otro, y con una perseverancia rayana en la mezquindad, deambulando por esas megaconstrucciones llamadas centros comerciales; aquí el ser humano se transforma en un hombrecillo arrastrado por la vorágine consumista que anula o nubla cualquier tipo de razón. ?El Efecto Orégano? aconseja retirar el saludo cuanto antes a estos seres, so pena de contagio.

El llevar adosado permanentemente, cual si fuera una protuberancia natural, el infausto invento del teléfono móvil al pabellón auditivo. El uso moderado de tan malévolo artefacto no merece mayor reprobación que el desprecio público, con miradas ignominiosas incluidas, pero si persevera en tan dañino arte, lo recomendable sería el ajusticiamiento en la plaza mayor de nuestra localidad.

La combinación de ambas maldades (centro comercial+teléfono móvil) merece extra bonus; se recomienda desollar con fruición al acusado/a (aquí no hay distingos por razón de sexo, edad, raza o estado civil).

El éxodo masivo a la costa cántabra los fines de semana. Donde se consuman con absoluta impunidad las mayores aberraciones que imaginarse puedan: chandaleros de domingo poteando de tal guisa, pantagruélicas barbacoas familiares en el jardín del adosado de 12 millones, un varón dando lustre a su flamante Audi en este mismo lugar (sí, muy flamante pero no se gasta cien duros en una máquina lavacoches y ahí está deslomado con su chandal y su esponja), el/ella pedaleando encima de la mountain bike de Eroski o Pryca, sin importarles una higa lo grotesco de su deambular en tan innoble vehículo. Esto último es de lo más grave que se puede perpetrar, porque habitualmente el presunto Indurain no es más que un orondo varón o descomunal hembra que provocan entre pena y asco.

La lista de atrocidades de fin de semana sería interminable, pero obsérvese en este somero bosquejo que hay un elemento común que los define: la presencia del chándal. ¡A ver cuándo nos concienciamos que esta prenda debe ser usada únicamente para el fin que fue ideada, cual es hacer deporte!. De momento desconocemos que el lavacoches o el poteo popular tengan consideración de especialidad deportiva.

No lo olvidemos: el enemigo está ahi fuera, acecha a cada paso que damos, en forma de inocente publicidad, programas de TV, ...el sistema nos acorrala con todas sus cartas marcadas, sólo unos pocos elegidos sobreviviremo a la hecatombe que se cieren sobre nosotros. Adoctrinemos a nuestros cóngeneres en busca del nirvana, recuperemos la diginidad, exaltemos los valores tradicionales: ¡Vivan el Capitán Trueno, Tintín, y el Guerrero del Antifaz!

Tri-cente

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Tercer Manifiesto de un caracol revolucionario

La marea de enemigos del pensamiento único, la usura y otras mitologías de la modernidad está subiendo lentamente hasta alcanzar, de momento, los tobillos de un gigante que todos intuímos con pies de barro.

Es la hora de hacer crecer el nivel de las aguas con baldes de palabras corrosivas para demoler todos los monstruos - las nuevas formas de esclavitud - que nosotros mismos, los hombres, hemos ido creando: la aceleración vertiginosa sin destino ni dirección (Momo nos advierte del robo del tiempo), el trabajo asalariado (aunque te llamen Técnico en Reciclaje de Materiales y seas un basurero), los programas de José Luis Moreno (con o sin muñecos) o cualquier de los otros veintisiete mil espacios televisivos para convertirnos en borregos (de pura lana Shetland, por supuesto, como corresponde a un mundo "marquista"), ... (anota aqui tus particulares fobias)

Desde este "dazibao" apostamos por un mundo con capacidad de sorprender, lejos de fantasías identitarias, que en esta tierra desgraciadamente sufrimos, pero también de uniformidades, tipo Mao o Calvin Kleine da lo mismo, totalitarias. Un mundo a nuestro alcance a través de una revolución sin cristales rotos, humana y, como la quería D.H. Lawrence, divertida.

¿Es posible que pronto, robando las palabras a Dylan, una fuerte lluvia ( "a hard rain is gonna fall...") vaya a caer?

¡Unete a nuestra Brigada de Demolición!

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Instrucciones para escribir una historia (homenaje a Julio Cortázar)

Se cogen unas hojas de papel, mejor cuanto más gruesas, para que la tinta no se transparente a la otra cara. Nunca usar un ordenador para evitar las radiaciones, nocivas para la imaginación y para gozar de la compañía de Esaida y Ziuna, musas bastante alérgicas a los trastos modernos. Necesitaremos (disponibles en todas las librerías y tiendas de objetos de decoración): una pluma grande de gavilán en edad de procrear, perfecta por su flexibilidad; un frasco de tinta negra marca Acme, pero no de broma, porque entonces nuestra historia se volverá invisible, ilegible, quiero decir; un gorro de escribir, como el que lucía la pequeña cabecita de Wynona Ryder en la película Mujercitas; unos guantes de plástico de los que utilizan los médicos, que permiten conservar la sensibilidad al tiempo que resultan imprescindibles para evitar manchones en nuestros dedos; una mesa de madera de pino de bosque frondoso y enigmático, que desprenda taninos olorosos con el roce; una silla cualquiera; y una ventana con vistas al monte, a la playa, a la selva, al desierto, al pueblo o a la ciudad (a la elección del escriba).

Obsérvese detenidamente al hombre que pasea con su perro Bobby. Si este señor anda despistado, escríbase: "El muchacho merodeaba sin rumbo, ausente a la realidad circundante. Sus cavilaciones flotaban en el frío aire de la tarde, volaban hacia su hogar. En el silencio claro de la luna, al hombre se le escapó un suspiro, y una lágrima brotó de sus verdes ojos, rodó por su mejilla e hizo plaf en la pelambrera de Ulises, su fiel acompañante". Se continúa la historia en el mismo estilo, de modo que obtengamos la narración desgarrada de un amor perdido, situando al personaje canino como recuerdo viviente del pasado feliz.

Se cena ligero y se duermen diez o doce horas. Al día siguiente, se toma un café fuerte sin leche y,a poder ser,con mucho azúcar. Prohibido terminantemente comer nada que no sea fruta del tiempo, en este caso, jugosos fresones (y nada de nata). Siéntese uno de nuevo en la silla cualquiera, frente a la mesa de madera de pino de bosque frondoso y enigmático.

Obsérvese por la ventana a una mujer que toma el sol del mediodía tumbada en una hamaca de rayas amarillas y blancas. Si esta señora esconde sus ojos tras unas gafas de sol, se escribe: "Escondió sus mirada azul tras los cristales opacos de sus gafas. El sol hiriente teñía lenta pero inexorablemente su piel blanca con un manto cobrizo. Pero los rayos tibios no podían teñir de rosa su corazón roto". Y asóciese el nuevo personaje con el señor del perro Bobby llamado Ulises, hasta tejer una complicada trama de amores y desamores.

Se continúa escribiendo hasta el atardecer, y luego hasta el amanecer. Llénense 20 folios del tirón, se permiten borrones y tachones, siempre que aparenten formas derivadas de la inspiración. Se guarda el gorro de escriba en lugar seguro, se cierra el frasco de tinta negra marca Acme y se da cuenta de un plato grande de lentejas con chorizo. Cuando el reloj de cuco da las dos, se invita a un par de familiares, se les acomoda en un sillón mullido y se les da a leer la historia. Obsérvense detenidamente los minúsculos gestos de las conocidas caras en busca de cualquier señal. Óiganse con educación los comentarios alabadores sobre la susodicha obra. Despídase a los invitados con un gracias, ciérrese la puerta con llave y procédase a hacer una bola con los 20 folios. Deposítense en la papelera más cercana. Duérmanse unas 10 horas de sueño intranquilo, introdúzcase uno en la ducha con agua a 20º centígrados (o su equivalente en Fahrenheit), séquese, vístase y comiéncese de nuevo el proceso.

Pum

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EDGAR NEVILLE: Un hombre que se reía mucho de todo

Creo yo que exceptuando a Cervantes, a Cadalso, a Fernández Flórez y a Camba la literatura española de todos los tiempos es un espejo fiel de nosotros mismos (los españoles), es decir, un pestiño. Juzgando en general, uno no sabe muy bien si las letras hispánicas son el muro de las lamentaciones o un páramo reseco. Los temas son penosos (honor, religión, drama, destino...) y parece que la idea que todos tienen de "lo profundo" es algo así como un sedante para ovejas. ¡Nos han faltado humoristas! Los españoles hemos andado muy escasos de escritores que hayan sabido alzar la mirada más allá del propio ombligo para dar esa visión diabólicamente exacta de lo real que es el humorismo. Sí, los hay que se creen graciosos pero cuando dicen hacer humor lo que les sale a los autores patrios es un bodrio que oscila entre la mala leche (Quevedo) y el pedo, caca, culo, pis (Cela). España, debemos reconocerlo, no es pródiga en humoristas pero es sobreproductora de bufones, payasos e histéricas. Pero hubo un tiempo...

Fue durante lo que los ingleses con muy buen juicio llamaron "the long weekend". Fueron esos años convulsos, variopintos y divertidos que se deslizaron entre las dos guerras mundiales. Eran tiempos felices en los que reinaba el buen gusto del champán, las chicas del charlestón y los coches torpedo. Eran tiempos socialmente ordenados en los que nadie conocía palabras cacofónicas como "solidaridad", "ecología" o "infraestructuras", pero en donde los pobres dominaban el término "revolución" y los ricos pronunciaban perfectamente "chauffeur". En España los que le daban al sucio vicio del arado romano usaban alpargatas y los que tenían algo que aportar usaban botines. Y me fijaré en este último grupo de los jovencitos con botines pues es en él que habita nuestro héroe. Y nuestro héroe no es otro que Edgar Neville. Es un niño rico y madrileño que va a mostrar aptitudes para todo desde la adolescencia. No voy a extenderme haciendo biografía del personaje. Si queréis enteraros de cosas de este hombre, os miráis la introducción de cualquiera de sus libros y ya está. Baste decir que era Conde de Berlanga, que como Byron y Lawrence cargó a caballo contra el infiel por las arenas de África, que fue diplomático en Washington y que en vez de perder el tiempo representando a un país que se merecía que hubieran tirado de la cadena con todos dentro, se marchó a Hollywood a pasárselo bien con Chaplin, con Randolph W. Hearst (Ciudadano Kane) y con muchas mujeres guapas y un poco sinvergüenzas, que era amíguete de Ortega y a diferencia de la beatorra de Julián Marías no tuvo el mal gusto de criar un hijo tan plomazo como Javier Marías, que se divertía mucho con Manolete hasta que un toro... y que terminó harto de todo dedicándose a la pintura y la poesía.

Eso sí, lo que de verdad nos debe interesar de Edgar Neville no es su vida sino cómo nos podemos divertir a su costa. Esto lo conseguiremos de varias formas:

1) Cogiendo un libro.

Leed cualquiera de los cientos de artículos que publicó en prensa y que son de lo mejorcito (podéis buscar en revistas viejas, en reediciones de La Codorniz y en algunos libros recopilatorios). Leed alguna de sus novelas. Son pocas pero merecen la pena. Don Clorato de Potasa se ha reeditado hace poco por Temas de Hoy aunque a mí no es de lo que más me gusta. Lo más recomendable es La piedrecita angular (ya veréis qué copiada le metió Fernán Gómez en El viaje a ninguna parte) y sus colecciones de cuentos. Además de todo esto, tenemos su teatro. Como ahora las compañías de teatro se dedican a la terapia de grupo, a las obras de gran intensidad psicológica para curar insomnes y a las performances para retrasados mentales, ya nadie representa a Neville. Aun así podemos comprarnos sus obras en formato librito. Son indispensables El baile, La vida en un hilo y Tiempos mejores y bueno, yo creo que no tiene una sola obra mala.

2) Comprando un vídeo, viendo la tele a las tres de la madrugada o yendo al cine.

Ya sabéis todos que ahora en televisión las películas son una cosa en la que secuestran algo unos terroristas libios muy malos con la mala fortuna de encontrarse con un ex -agente secreto que los mata a todos porque él está muy mazas y ellos tienen pinta de haber estado vendiendo alfombras por las casas. Antes, ¡no! Antes podíamos ver películas de reírse. Nuestro refugio cinematográfico es en la actualidad las películas que nos endiñan de relleno a las tantas de la madrugada. Y es así como podemos encontrarnos con el mejor director de cine español de todos los tiempos. Esto no es una afirmación gratuita, aunque ya sé que no tiene mucho mérito superar ese montón de bodrios que es el cine celtibérico. Fue el Woody Allen hispano y le dio la imaginación para hacer una película al año desde el 39 hasta el 61 y las habrá flojas, pero no hay una mala. Se deben ver Mi calle, El baile, La vida en un hilo, Domingo de Carnaval, La torre de los 7 jorobados, El último caballo, Nada... Ya veréis qué sorpresa es ver una comedia, luego un drama existencial, luego una de terror, luego una policiaca, luego un musical, luego un biopic, luego una comedia romántica y luego un lo que sea. También hay que atribuirle el mérito de Novio a la vista de Berlanga, que es referencia obligada para cualquier adolescente imbécil y enamoradizo. Podéis encontrar algunas ediciones en vídeo y raro será que podáis verlo en el cine alguna vez, pues ya sabéis que las filmotecas gustan de aburrir al público con ciclos de cine iraní y no de hacer pasar un rato entretenido a nadie. Ya veréis como, si me hacéis caso y os acercáis a algo de Neville, me agradecéis el buen rato.

El Caballero de Hadoque

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Años 80: NUEVA OLA MADRILEÑA

Nacha Pop, Secretos,Mamá, Paraíso.... Los discos de Javier,

En el verano de 1981, en las tardes de aburrimiento preadolescente malgastadas - demasiado mayores para juegos infantiles, demasido pequeños para ir de bares - en aquel pueblo costero cántabro, el plan más atractivo era ir a casa de Susana, una de las chicas de aquella pandilla estival (¡Por favor, que nadie comience a silbar la melodía de Verano azul!).

Lejos de cualquier intención concupiscente nuestro objetivo - ya veis, nunca fuimos muy espabilados sexualmente- era escuchar los discos de Javier, su hermano mayor.

Javier era un veinteañero tardío, historiador en paro, poeta depresivo y anarcofalangista. Pese a su aspecto un tanto hippioso, entre cita y cita de José Antonio o del príncipe Kropotkin, Javier nos hablaba de la nueva música pop, cantada en español, que estaba naciendo en la capital del reino: la nueva ola madrileña (él nunca la llamó movida -sustantivo probablemente inventado por los políticas socialistas del 82 ó los advenedizos tardíos, como Almodóvar, a este invento).

Mientras nos adoctrinaba a nosotros - niños educados con los indios Comansi, el Madelman guerrillero y Los Hombres de Harrelson- contra la carerra armamentística con trabalenguas surrealistas tipo Magritte- "la gente compra armas para defenderse de las armas que compra la gente que compra armas para defenderse..."- el hermano de nuestra amiga nos pinchaba en su tocadiscos de maleta canciones de grupos con nombres desconocidos como Paraíso, Alaska y Los Pegamoides, Mamá, Secretos, Zombies o Nacha Pop.

Cuando Javier -y sus discursos setenteros - se marchaba a vender en el paseo marítimo sus libros autoeditados de poesías atormentadas, nos abalánzamos sobre su "pick up" y volvíamos a pinchar los singles de Para tí, Horror en el Hipermercado, Chicas de Colegio, Déjame, Groelandia o Chica de Ayer.

En aquel momento, éramos recién llegados al mundo de la música, nuestras referencias se reducían a un puñado confuso de grupos setenteros mal digeridos- ACDC, Deep Purple, Yes ...- introducidos por el compañero de clase repetidor ( sí, el que fumaba porros).

Frente a esta amenaza de caer en la devoción al virtuosismo de los grupos de los años 70, la nueva ola madrileña nos descubrió la creatividad, la frescura, la diversión, el "tú puedes ser una estrella " warholiano. La destreza instrumental no contaba, tres acordes eran suficientes para disfrutar con la música. Cualquiera podía formar su grupo, cualquiera podía entender los mensajes adolescentes, naif o "yeyés"que encerraban las canciones- descubiertas más tarde- de las Bólidos, Los Nikis o Glutamato Ye-Yé porque ...¡se volvía a cantar en español!.

Pudimos acabar heavies, tecnos o desguatadores de éxitos de las radio fórmula, pero por el camino nos encontramos con Javier y sus discos. Mientras su hermana, Susana, tal vez esperaba jugar a la cerillita para calentar sus trece años, nosotros - Alex, Juan, Cato,...- habíamos descubierto la música - el pop español- a la que nuestro destino quedaba sellado. Hoy degustamos los Fresones Rebeldes o TCR pero en realidad estamos escuchando nuevamente los discos de aquellas tardes de verano preadolescentes.

Mr. Ringo Rango

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¡Mata Al Marxista Que Llevas Dentro! ¡Aquí Están Los Empresarios!

Jonathan Richman y Juan de Pablos no pueden estar equivocados. Si el "pop viable" de estos jienenses contó con el beneplácito -se rumorea que el ex Modern Lovers les contestó de su puño y letra- de estos dos reconocidos popófilos, es que Los Empresarios definitivamente merecen un hueco en el diario de mayor tirada en el País de Jauja: El Efecto Orégano.

Protagonistas de numerosas y quijotescas aventuras musicales previas, surgen como grupo bajo el discotequero nombre de Nucleo-7. Tras la buena acogida de su maqueta de presentación y buscando una nueva orientación en su carrera, se autoreciclan en un nombre más acorde con sus aspiraciones últimas (vivir sin trabajar): Los Empresarios.

Bajo este nombre graban su primer CD de nombre Curriculum y se convierten en el buque insignia del sello independiente por excelencia de Jaen: Latifundio Records. La frescura pop de temas como Rumbo a Saturno, Las chicas de las tiendas de fotocopias o El hijo secreto de Franco nos recuerdan algunos ratos a los grupos españoles más divertidos de los 80, muchos ratos a los Fresones y nunca a Sabina. Cabe destacar su manifiesto pro-lectura recogido en ¡Viva leer!, verdadero azote de teleadictos y sillón-balleros. Unas letras ingeniosas y una estética amateur completan el background de este apasionante grupo, cuyos componentes exhiben nombres tan provocadoramente extravagantes como Hot Lips (saxo), Marc-Antonie (bajo), Emilio-Augusto (guitarra-voz) y Anabelle (voz-teclados).

En la actualidad, además de estrujarse el hemisferio cerebral izquierdo -en el que residen las neuronas con apitudes literarias- para remitir sus colaboraciones al Efecto Orégano, preparan ya su segundo CD al que titularán, tal vez en honor a su paisana Remedios Amaya, Ganar.

¿Podremos esperar? Mientras sea sin trabajar...

A sweet and tender hooligan

Los Empresarios: Discografía

Ref.003 Los empresarios: "Curriculum". CDR que incluye los temas: ¡Viva leer!, El hijo secreto de Franco, Rumbo a Saturno, Vuelvo a sonreir, Tenga que renovar el DNI, Las chicas de las tiendas de fotocopias, Nave del amor.
Precio: 17 sellos de 35 pesetas.

Ref. 005 Núcleo 7: "El pop viable". CDR que incluye los temas: Las páginas amarillas, Agnes, Amigo jubilado, Adolescentes. Precio: 10 sellos de 35 pesetas.

El importe ha de ser remitido al apartado de correos 1.113 - 23080 Jaén. La dirección de correo electrónico es: latifundio@yahoo.es

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¡Yu Yu!¡Yu Yu!: Historias de mi Colegio

El empollón de clase tumbado en un estanque vacío cubierto de hojas secas, palos e inmundicias similares, mientras el resto de la clase lo celebra con vítores. El pardillo de clase empotrado (con sus partes nobles por delante) contra el marco de una puerta, sujetado de brazos y piernas por cuatro energúmenos y ante los enfervorizados gritos de la marabunta ?¡yu-yu, yu-yu!?. El chuleta del curso inmediatamente inferior atado a un árbol, mientras cinco matones le introducen hierbajos por la nariz. El guarro de clase perseguido sin tregua por todo el recreo para tirarle al suelo el batido y los choco-crispies en papel albal que le ha preparado su madre para el recreo.

Son miles las historias similares de innegable gracia que ocurrían diariamente en mi colegio. Efectivamente, lo han adivinado, soy uno de esos privilegiados que estudió en un colegio sólo de chicos. Carecíamos de esa influencia contaminante de las chicas, con sus eternos sentimientos de piedad. ?Pobrecito, no le hagáis eso? hubieran susurrado; ?Pero no seais brutos que le vais a hacer daño? hubieran vomitado con malicia; o aún peor ?Me voy a chivar al profe? hubieran amenazado cuan macarra de barrio.

Esa sensiblería barata hubiera arruinado mil y un bromas, hubiera hecho desaparecer cientos de carcajadas, hubiera destrozado múltiples lazos de sana camaradería entre rufianes y nos hubiera dejado ?diez años después- sin historias que contar los sábados por la noche entre copa y copa. Seres mezquinos y ruines.

Pero afortunadamente no fue así y las guerras de tizas, los manteos, las batallas de palmadas en la espalda mientras nos cambiábamos para hacer gimnasia, las peleas con aquellas bolsas de deporte antiguas que dolían como demonios, los lanzamientos de boloncios de papel reblandecido con saliva que al golpear alguna superficie salpicaban dos metros a la redonda, los lanzamientos de confetis a los profesores y otro sinfín de acciones de guerrilla no hubieran sido nunca posibles de haber padecido la presencia de ese subconsciente colectivo sensiblero y cursilón que impide a las chicas disfrutar de una buena broma y reírse del sufrimiento del cuatro-ojos de turno.

Tanto es así que una vez superada mi etapa escolar y ya en la facultad compartiendo clases con personas del sexo opuesto, tuve que sufrir la incomprensión de algunas de mis compañeras. Recuerdo un día en el que el profesor de álgebra decidió sacarme a la pizarra para solucionar en público aquel sencillo cuadro de amortización francés. Ante el caudaloso fluir de mis ideas ?rascada de cogote y pizarra en blanco- pude observar a uno de mis mejores amigos y compañeros de colegio, destornillándose de risa en su sitio, mientras sostenía su bolígrafo Bic bajo la nariz a modo de bigote. A duras penas pude contener la risa. Cuando volví a mi sitio -con el rosco en el zurrón- la compañera de al lado me espetó: ?Que cabrón Gonzalo, no paraba de reirse de ti... pero, ¿no erais amigos??. Yo contesté: ?Pues claro, ¡por eso!?.

Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todos aquellos padres con hijos varones en edad de próxima escolarización a que no se dejen influir por el discurso pseudo-progresista tan de moda en estos días. No privéis a vuestros hijos de estas fantásticas experiencias que recordarán toda su vida. ¡Mandadlos a un colegio de chicos!.

Mr. Shankly

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De puerta a puerta

Hace un rato que ha dejado de llover, me retiro de la ventana y vuelvo a sentarme ante la mesa. El reloj del ordenador señala las 22:45, le prometí a mi madre llegar para la cena pero temo que este será otro domingo más de microondas y repaso al periódico?."Confirme que desea: apagar el equipo? Sí.", antes de marcharme una última cosa: salgo de la oficina, cruzo el vestíbulo y entro en el cuarto de baño. El cuarto de baño me recuerda al de un barco en el que fui a Inglaterra de pequeño y a la película Único testigo. Dejo que los pantalones resbalen y me siento en un retrete. Frente a mí, en un folio apaisado sujeto con celofán, leo con asombro:

"Porque gente tan señorial como su excelencia utilizará este trono, porque artistas de otras tendencias pueden no disfrutar con tus obras, porque otros ejecutivos agresivos vendrán con la misma prisa con la que tú estás ahora,por esos y por otros múltiples por qués, tus anónimos compañeros, de servicio si no de batallas, te damos las gracias por tirar de escobilla. Eternamente"

Y luego dicen que hemos perdido el sentido del humor. No parece encajar la estrofa entre las posibilidades de la rima clásica, ¿Será esto a lo que llaman poesía urbana, Panero y todo eso?. Tampoco pensé nunca en lo que estoy haciendo ahora como en un proceso creativo: "El arte de la boñiga". Los bilbaínos acudiríamos con interés al Guggen y hablaríamos a todas horas de la exhibición.

El guarda de seguridad, que me ha seguido a través de las cámaras mientras bajaba las escaleras, sale a mi encuentro:

- "¿Hemos terminado ya por hoy, verdad?. Mañana más".

- "No, no, espero que mañana menos" - le respondo con ironía -. Nos reímos.

La persiana mecánica se cierra detrás de mí y un soplo de aire fresco me golpea en la cara. A mi derecha, la Plaza del Ensanche. Empiezo a andar con cuidado de sortear los charcos. En el jardín, el pelaje de un perro clarea en la oscuridad, una pareja se abraza en un banco. Sobre el voladizo del mercado el escudo de la noble villa: 700 años me contemplan.

Invariablemente, asocio esta plaza al trabajo de un hombre negro. Bueyes y carneros abiertos en canal doblan su espalda cada mañana: un emigrante honrado, nada que ver con sus congéneres de ropa cara y andares exagerados que deambulan por Zabalburu. Los coches aparcados en la calle Astarloa llevan un panfleto atrapado entre el limpia y el parabrisas. Con cierta curiosidad robo uno (panfleto) y me acerco a la luz que proviene de un escaparate: " [..] Nosotros somos cristianos libres que nos hemos reunido en torno al espíritu cristiano originario bajo el estandarte del Espíritu libre, que también se llama Espíritu Universal o Vida Universal. Entre nosotros no hay socios o miembros ni tampoco tenemos autoridades, dogmas, ceremonias, ritos o iglesias de piedra [..]." Lo que sí hay entre vosotros es un cuelgue bárbaro. Evidentemente, no pienso acudir a la Reunión Informativa. No permitiré que nadie intente venderme mi propia felicidad, todavía no.

La Gran Vía: un artefacto de Bilbao Argi eta Garbi serpentea de aquí para allá. El Palacio de la Diputación, símbolo de los Fueros de Vizcaya, continúa envuelto en un inmenso sudario de lona blanca, amortajado, como la situación política en el País Vasco.

De nuevo en la calle Astarloa, al fondo la esquina del Instituto Central, cortada en chaflán, y sobre la fachada, una hornacina alberga la figura hierática de una Diosa griega, como si de un santo se tratase. Los focos ocultan el rostro de la escultura en la penumbra, llenándola de misterio. Por la lanza y el escudo no hay duda de que es Palas Atenea, divinidad femenina de la guerra. Según la mitología simboliza la influencia de la razón y del espíritu sobre el valor. ¡Las chicas son guerreras! gritaba alguien a principios de los 80.

Entro en Licenciado Poza, mi mente viaja hasta el otro extremo de la calle y hasta las tardes de viernes invertidas en mariposear por allí. La juventud se reúne para celebrar el final de la semana, caras nuevas, caras conocidas, risas. El reloj del Instituto da las once, sus campanadas suenan a pueblo y me transportan a los veranos de mi infancia en Castilla: los cencerros de las ovejas al atardecer, el gorgoteo del caño de la fuente y mil y un sonidos más.

Llevan unos meses arreglando el exterior de la casa frente a la entrada del Instituto. Una valla publicitaria con condones de colores cubre el andamiaje. No me imagino esa imagen a la salida del colegio cuando crecía yo. No digo que sea bueno ni malo, simplemente diferente.

A la izquierda Elcano, la calle más arrogante de Bilbao cuando agoniza la primavera. Sus abedules rebosan de hojas y las terrazas toman una de las aceras, en la otra, la Escuela de Comercio. Los adolescentes de los condones de colores se han hecho mayores, han girado la esquina y buscan aquí su futuro. También los pájaros quieren ser protagonistas: gorriones y palomas en los baldosines de la acera, en las ramas de los abedules, en los aleros y ventanas de la Escuela de Comercio.

De día, la azafata de la Sala de Exposiciones de la B.B.K. invita a entrar, hoy fotografías de Schneider. De noche, a veces se ven corros de gente en el interior con una copa de champagne en la mano. Los gestos y el murmullo son fáciles de interpretar: comentarios en el estilo de "Es él, no engaña".

Pero para mí es una calle especial por otros motivos: en ella viven mi antiguo profesor de Historia y entrenador de baloncesto, una calabaza que recibí al tiempo que la mayoría de edad (tamaño carroza de Cenicienta) y mi actual jefe, responsable de que ande como puta por rastrojo a estas horas. Me gustaría poder charlar de todo esto con Paul Mc Cartney, seguro que él no tiene una relación tan paranoica con su mítica Penny Lane.

El último cruce de calzada me devuelve a la realidad, cansado traspaso la verja del portal. Mañana es lunes: ojalá lleguen pronto las vacaciones.

El Chaval de la Trenca

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La barbarie empieza en casa: Un tributo a The Smiths

Fumo un cigarro a las puertas del cementerio. Hace un frío gélido. Tanto que ya no sé si lo que expulsa mi boca es humo o vaho. Apuro la teba y lo tiro. Vuevo a meter la mano en el guante. He venido a pensar aunque sé que se ha acabado. La he dejado casi muerta. Mi novia en coma por mi culpa. No me siento culpable. El cielo sabe que ahora soy miserable pero, por una vez, no me arrepiento. Era necesario, por fin me he dado cuenta. Esta noche ha abierto mis ojos. Han sido muchos meses aguantando y por fin he explotado.

Todo empezó con una fantasía nocturna. Anoche soñé que alguien me quería y, cuando he despertado por la mañana, ella estaba allí dormida, ocupando el centro de la cama con ese rictus de estúpida superioridad. Ya sabéis, algunas chicas son más grandes que otras, sobre todo si tienen la categoría de socio en una multinacional. Y viéndola he sabido que el momento había llegado. Que este hombre encantador iba a asesinarla, iba a borrar esa sonrisa de imbecil. Ahora lo tienes todo - he pensado -, pero mañana no tendrás nada. Y ya no volverás a reirte de este pobre soñador. ¿Por que siempre tenías que hacer burla de mis discos, de mis libros, de mi vida? ¿Por qué me considerabas sólo media persona?

Y lo he planeado todo. Un poco de arsénico en el bistec del almuerzo y... voila! la carne es asesinato. Cuando ha empezado a sentir el efecto del veneno en su organismo, ha cambiado la expresión de su rostro: adiós prepotencia, bienvenido pánico. Pobre chica asustada. Retorciéndose de dolor en el suelo, ha suplicado clemencia. Todavía no te lo has ganado, nena.

Ahora se debate entre la vida y la muerte. Me encanta. Parece que también las chicas bonitas cavan tumbas. Creo que ya no te escucho, ¿que decías sobre mi vida de fracasado? ¿Ya no te ries, eh? Supongo que ese chiste ya no es gracioso. Por fin la reina está muerta.

El frío me ha entumecido los huesos. No pasa ni un alma por delante del cementerio. Creo que voy a irme una temporada. Cogeré cualquier tren y mañana estaré de vuelta en la vieja casa de mi soledad. Quizás algún día me enamore de alguien que sea como yo. Que le gusten los Smiths y no las luces doradas del éxito. Porque éstas siempre pasan y, sin embargo, hay una luz que nunca se apaga...

Guillermo (realmente no fue nada)

DISCOGRAFIA UTILIZADA

Barbarism begins at home (Meat is murder LP - Febrero 1985)

Cemetery Gates (The Queen is dead LP - Junio 1986)
Hand in glove (The Smiths LP - Febrero 1984)
I know it's over (The Queen is dead LP - Junio 1986)
Girlfriend in a coma (Strangeways here we come LP - Septiembre 1987)
Heaven knows I'm miserable now (Hatful of Hollow LP - Noviembre 1984)
This night has opened my eyes (Hatful of Hollow LP - Noviembre 1984)
Last night I dreamt that somebody loved me (Strangeways here we come LP-Sept. 1987)
Asleep (The world won't listen LP - Marzo 1987)
Some girls are bigger than others (The Queen is dead LP - Junio 1986)
This charming man (Hatful of Hollow LP - Noviembre 1984)
You've got everything now (The Smiths LP - Febrero 1984)
Half a person (The world won't listen LP - Marzo 1987)
Meat is murder (Meat is murder LP - Febrero 1985)
Panic (The world won't listen LP - Marzo 1987)
Girl afraid (Hatful of Hollow LP - Noviembre 1984)
You just haven't earned it yet baby (The world won't listen LP - Marzo 1987)
Pretty girls make graves (The Smiths LP - Febrero 1984)
That joke isn't funny anymore (Meat is murder LP - Febrero 1985)
The Queen is dead (The Queen is dead LP - Junio 1986)
Back to the old house (Hatful of Hollow LP - Noviembre 1984)
Golden Lights (Louder than bombs LP- Abril 1987)
There is a light that never goes out (The Queen is dead LP - Junio 1986)
William, it was really nothing (Hatful of Hollow LP - Noviembre 1984)

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Efecto Orégano

Me encontré con estas fotocopias grapadas, en un bar por el que frecuento en busca de alguien a quien abrir mi corazón y me sorprendió el titulo o mejor dicho, el nombre de estas hojas. Este es un fanzine, revistilla o panfleto lleno de nostalgias. Quizás por eso la bauticen con Efecto Orégano. El orégano tiene un sabor que fácilmente se recuerda, y se recuerda con frecuencia, a veces con nostalgia. (Si no no tenéis nada más que ojear el resto de los artículos, por llamarlos de alguna manera, que manchan las paginas de esta revistilla). A mi el orégano me recuerda un poco a las Pizzas y en mi condición de fémina inquieta, la pronunciación de este producto comestible italiano, me pone.

Como todos sufren del mal común que afecta a los hombres, acabo rápido con estos precoces. Este es otro efecto. Yo lo llamo el efecto órgano, que nada tiene que ver con el efecto orégano que tanto me hace recordar y disfrutar. Con el efecto orégano persigo los sueños de pasiones eternas, aunque me conforme con estos amores efímeros. El efecto orégano introduce el desorden en una vida ordenada como la mía. (No confesaré mi actual profesión, pero es mucho más seria de lo que te puedas imaginar). La realidad es bastante insoportable y permitidme que no la confiese. Aquí, hoy quiero hablar y escribir como siento, aunque me tenga que esconder con un seudónimo, seguro que me entendéis. Lo que pretendía contar y no sé si ha quedado claro, es el efecto que produce el orégano en mi cuerpo. Soy consciente de que no soy la única y de que esta pasionalidad fogosa y carnal afecta a más personas. Pensé por un momento que esta revista, (por llamarla de alguna manera) era la que unía a todas las personas que sufrían este efecto. Un pelo rubio, recogido en el frenesí de una coleta que desnudaba su nuca, hacía del repartidor una presa difícil de negar. Sus tendencias sexuales nada tenían que ver con las mías y decidimos compartir la Pizza con abundante orégano, que a él también le ponía, pero... su efecto orégano, no coincidía con el mío. ¡qué se le va a hacer!

Partysana

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Ciao Mario, la saga de El Padrino

Cuesta imaginar que cuando en marzo de 1969, el licenciado en Ciencias Sociales por la universidad de Columbia, nacido en el Hell´s Kitchen (West Side de Manhattan), Mario Puzo, publicó su tercera novela, sospechara que con ella daba origen a una de las sagas cinematográficas que más pasiones ha levantado en los últimos 30 años, y que esperara le valiese, poco después, sendos premios Oscar al Mejor Guión Original y Mejor Guión Adaptado por las películas El Padrino (1972) y El Padrino, parte II (1974).

Dudo también que cuando en 1919 el gobierno americano, en su cruzada por la ley y el orden, aprobaba la famosa "ley Seca" con la firma de la Volstead Act, pudiera imaginarse que con ello incidía de manera decisiva en la aparición de la figura del gangster - personaje germen del género cinematográfico del que la saga de El Padrino, es tratamiento elaborado - y además contribuía, de manera indirecta, al éxito de Puzo y Coppola y a su entrada en el estrecho círculo de elegidos, bendecidos a su vez por crítica y gran público; extraña simbiosis que se debe, en mi opinión, a que fusionan en esta trilogía, de manera casi perfecta, los valores estéticos propios de una obra maestra, con el compromiso hacia el entretenimiento particular del cine comercial.

El Padrino - 1972 -

Rara vez se puede decir que una película haya definido un género, pero nunca ha sido más cierto que en el caso de El Padrino. Muchos meses antes de que comenzara el rodaje, Francis For Coppola diseccionó cada página de la novela de Puzo, convirtiéndola en elementos visuales. Los tonos ocres, rojizos y sepias (cuya utilización tiene su momento álgido en la segunda entrega de la saga) se han visto repetidos en incontables películas policiacas de las últimas dos décadas. Esta paleta que caracteriza al denominado film brun, es la equivalente cromática a los claroscuros propios del film noir de los años cuarenta.

-"América hizo mi fortuna?" dice un insignificante hombrecillo de aspecto uraño, y la cámara inicia un lento travelling hacia atrás, hasta mostrar la espalda del hombre al que ese individuo se lamenta: Don Corleone, El Padrino (Marlon Brando).

-"? Pero ahora vienes a mí a decir: Don Corleone, pido justicia ? y pides sin ningún respeto, no como un amigo. Ni siquiera me llamas Padrino ? en cambio vienes a mi casa el día de la boda de mi hija a pedirme que mate por dinero".

-"Algún día ? y ese día puede que no llegue, acudiré a ti y tendrás que servirme, pero ? hasta entonces amigo, acepta mi ayuda en recuerdo de la boda de mi hija".

Estas dos sentencias, en boca de un recuperado para el cine Brando, en la primera escena de la película, dejan entrever de una manera sintética la filosofía subyacente en la figura de Vito Corleone, el Don, un muchacho siciliano llegado a América con las grandes migraciones europeas de principios de siglo, huyendo de una vendetta que ha acabado con toda su familia. Esta interpretación valió a Brando su segundo Oscar. Para el otro gran papel de la saga, el de Michael Corleone, se rechazó a aspirantes como Warren Beatty, Jack Nicholson, Dustin Hoffman o Robert Redford, y se eligió a un joven Al Pacino quien, con su interpretación (para algunos carente de expresividad), apoyada en la innegable calidad del guión, hizo de Michael Corleone el personaje central en las tres entregas de la saga.

Si a los dos mencionados hasta ahora, añadimos otros actores como Robert Duvall o James Caan - nominados junto a Pacino al Oscar al Mejor Actor de Reparto, por su papel en esta película - y Diane Keaton, o los menos célebres John Cazale y Talia Shire, obtenemos un brillante reparto que contribuye de manera determinante a dar ese excepcional carácter a la familia Corleone.

El Padrino, parte II - 1974 -

La majestuosa continuación de la saga iniciada en 1972 - proclamada acertadamente como: la mejor secuela de todos los tiempos - se convirtió, desde su estreno, en el complemento perfecto para un film que había alcanzado rápidamente el estatus de clásico.

El Padrino, parte II es, sin duda, una producción más ambiciosa que su predecesora desde el momento en que no se conforma con narrar dos historias completamente inconexas, sino que además, lo hace en paralelo.

Una de las historias narra la vida del joven Vito, desde su infancia en Sicilia, hasta como, de ser un anónimo padre de familia dependiente en una tienda de ultramarinos de la Pequeña Italia neoyorquina, pasa a erigirse en El Padrino, amo del destino de sus vecinos y amigo de sus amigos. Esta interpretación valió a otro grande, Robert de Niro, el Oscar al Mejor Actor de Reparto.

Simultáneamente, la otra historia muestra la consolidación de Michael Corleone como nuevo capo de la mafia de Las Vegas y Cuba, una década después del tiempo marcado por el final de la primera entrega.

Si El Padrino puede verse como una elegía al crimen organizado - casi un homenaje a los principios que sustentan al buen criminal - El Padrino, parte II es una historia más obscura en su visión sobre el mafioso. A diferencia del buen Don Vittorio, el cerebral Michael es traicionado por su soberbia y condenado a la soledad por sus crímenes.

Así mismo, los tradicionales elementos de la tragedia clásica introducidos en El Padrino, alcanzan su madurez en esta segunda entrega. Mucha de la humanidad que le queda al Don le es arrebatada a lo largo de la narración, con cada decepción y cada revés en sus esfuerzos por mantener unida la familia, esfuerzos que resultan baldíos, pues la película acaba con la desmembración de la familia Corleone.

El Padrino, parte III - 1990 -

El 6 de agosto de 1989, en su oficina de Napa Valley, Coppola esbozaba la que sería tercera y última entrega de la saga, un trabajo al que originariamente llamó: La tragedia de Michael Corleone y que, 18 años después del estreno de El Padrino, sería presentado al público como:

El Padrino, parte III.

Aunque claramente por debajo de las expectativas suscitadas, El Padrino, parte III es una buena película, con momentos de excepcional fuerza, como la media hora final, que es la coreografía perfecta de un consumado maestro. Pero, aún con eso, no es una obra maestra como sus dos antecesoras.

Una de las razones de esta inferior calidad de la película, puede residir en un guión claramente derivativo del original, con un demasiado obvio paralelismo entre personajes: Brando-Pacino y Pacino-García, y que omite una profundización en el nuevo personaje de Vincent Mancini (Andy García), que habría de ser el nuevo Don.

Otra importante omisión que evidencia este guión, es la causa del cambio en el carácter de Michael Corleone, frío y despiadado al final de la segunda entrega, y débil y conformista en esta tercera.

Esta falta de profundidad del guión hace que la película no fluya con el ritmo narrativo fácil y natural de las dos precedentes, sino que parezca por momentos confusa e inconexa.

La saga de El Padrino no es tanto una historia de Señores del Hampa, como lo es sobre los estigmas del alma por decisiones tomadas y eludidas. Es esto lo que hace, a mi entender, que esta saga sea atemporal.

The Catcher in the Rye

Sirva este artículo como homenaje a Mario Puzo, fallecido en su casa de Bay Shore, Lond Island, el pasado 2 de julio de 1.999

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Los fines y los medios

Cuando se pierde el contenido de un ideal y nos quedamos sólo con la cáscara de las consignas, éstas, desprovistas de su significado, acaban convirtiéndose en excusas para la violencia y el mercadeo. Los ideales dejan de ser ideales y se reducen, desnaturalizados, a "profesiones, medios de vida" o, en los casos más aparentemente voluntaristas a "afirmaciones del ego o escapes de adrenalina" (en todo caso, no hay voluntad de servicio a los demás -que es para lo que surgieron, en su origen esos ideales- sino de provecho personal dinero, prestigio, busca de emociones-). Los objetivos se van difuminando y los espíritus prendiéndose, no del meollo, sino del pellejo de las ideas.

Cada día resulta más difícil mantener con un minimum de objetividad las diferencias convencionales entre quienes defienden el statu quo y quienes están en desacuerdo con lo establecido. Y resulta tan dificil por el consenso totalitario del Sistema (a cuyo lado -como han constatado, cada cual a su modo, nombres hoy ya en trance de incorrección como Foucault, Deleuze o Debord en sus estudios sobre los mecanismos de control de los poderes sobre las conductas- las represiones violentas de los regímenes comunistas y fascistas del pasado han demostrado ser mucho más inocuas para la voluntad de disenso - aunque sea sólo por mantener viva o al menos latente la disconformidad-); un consenso el presente alimentado a su vez por el desarme moral de los disconformes (cada vez más habituados a funcionar no desde una posición insurgente sino mendicante -y, cuando todavía se ven rasgos insurgentes los motivos ya no son ideológicos de "cambiar en profundidad la situación", sino, insisto, egoístas, de un egoismo tanto tribal como individual aspirando a convertirse en sosias del enemigo, a ocupar su lugar, bajo una nueva cáscara pero perdiendo el alma disidente: así, el independentista acaba en reflejo invertido del centralista pues su modelo de independencia, a fuerza de dejaciones de sus impulsos más hondamente altemativos deviene una copia en enano del Estado contra el que lucha; así, la feminista y el homosexual no quieren otra cosa que asumir las mismas facultades y "prestaciones" que el varón heterosexual sin cuestionarlas en absoluto; así el inmigrante quiere fundirse al máximo con la soñada Metrópoli degradando sus señas de identidad en puro exotismo para uso y disfrute de los blancos que lo "toleran" (naturalmente, en todos los casos hay excepciones pero desgraciadamente son eso excepciones, de escasa relevancia ante unas reglas que marcan otros).

Las evoluciones de pensamiento, fieles a una impronta inicial pero flexibles a las circunstancias que van moldeando cada biografía, cada vez son menos frecuentes. Abundan por el contrario sus antípodas, las conversiones. los arrepentimientos, los síndromes de Estocolmo, los pendulazos, las huidas de uno mismo para lanzarse de cabeza a la aceptación acrítica de lo Otro (sea lo que sea eso Otro): las ideas entendidas (o, mejor, malentendidas) no como vía de introspección, autoconocimiento y fidelidad a la propia naturaleza, sino como alienación, como escapismo de nuestra esencia (una interpretación perversamente abusiva del lúcido -en parte, tan sólo en parte- "pensar contra si mismo" de Sartre).

Si quienes optamos por evolucionar vamos enriqueciendo nuestro discurso hacia una mayor amplitud de criterio sin negar ni ocultar nuestros pasos previos, autoeducándonos, madurando (en el sentido mas noble y elevado de la palabra) adecuando lo más posible a la realidad los horizontes que la imaginación concibe sin por ello someternos a la tiranía de aquélla, los conversos, llenos de fobias, complejos y autoodio, frontalmente remisos al viejo lema "conócete a ti mismo", incapaces de mirar atrás sin ira, huyen de toda reflexión, de toda autonomía de pensamiento de todo cara a cara con la realidad y se agarran día a día como a un clavo ardiendo a la droga de la propaganda, de las consignas impuestas, de los discursos esclerotizados "que no se discuten" (no en vano, ya desde la Inquisición, los mejores cazadores de brujas han sido conversos -hoy eso puede comprobarse con creces en la hipertrofiada obsesión "antifascista" de una izquierda occidental en debacle que por haber renegado de todo, ya sólo puede aferrarse al prurito policiaco-) Si el espíritu en constante evolución es amigo de interrogar e interrogarse, el converso sólo desea obviadades, incluso aunque no se sostengan.

Quizás la solución, ante panorama tan descorazonador, sería que los regeneracionistas (vengamos de donde vengamos -tampoco somos tantos-), capaces de transversalizar, capaces de ampliar y no de reducir nuestro criterio capaces de hablar de tráfago mercantil o de lucha armada sin rasgarnos las vestiduras (pero tampoco sin postrarnos ante sus respectivos altares), capaces de atinar más que otros (aunque se nos escuche menos) sobre cuáles son los verdaderos enemigos a combatir y los verdaderos objetivos a defender, nos fuésemos conociendo, descubriendo, reuniendo en unos minímos Grupos de Reflexión (ahora que tanto están de moda los "grupos de presión" como manifestaciones del egoismo individual y colectivo, no estaría de más que surgiesen grupos de reflexión como expresiones de servicio a la comunidad y de dignificación de nuestro propio yo). Salgamos de las diversas cestas y plantemos cara a quienes sólo desean manipularnos, instrumentalizarnos, convertirnos en lo que no estamos dispuestos a ser: tontos útiles, muñecos de ventrilocuo, mamporreros sin derecho a cuestionar, carne de cañón al servicio de guerras cada día menos claras. A veces para emprender una nueva ruta, hay que empezar por abstenerse, por decir "NO" a los viejos caminos si consideramos que estos han dejado de llevar a parte alguna (al menos, a parte alguna que no conduzca al desastre), la historia y el sentido de supervivencia nos lo enseñan.

Fernando Márquez

(petición de productos zurdescos: "La canción del amor" y "El Corazón del Bosque", al apdo 36132 de Madrid)

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Latin Power: ¡Y la tonta de mi madre llamaba "melenudos" a los Ramones!

Nos criticaban! Se metían con nosotros porque escuchábamos a los Ramones, a los Clash, a los Jam y a grupos españoles que imitaban a los anteriores. Nos llamaban de todo porque, según ellos, solo sabíamos copiar estilos, modos y actitudes de los adolescentes anglosajones y eso estaba muy mal porque los americanos esos no eran más que unos imperialistas asquerosos y lo que nosotros debíamos hacer era recuperar nuestras raíces latinas y mediterráneas. Ahora,...¡estarán contentos!Ya se han salido con la suya. En todas partes triunfa la música latina. ¿Y qué es eso? Eso es una cosa horrorosa en la que se ha cambiado la sencilla estructura de guitarra-bajo-batería por un follón que incluye, además del terceto clásico, tres tambores, un grupo de viento de 10 personas, dos organistas, tres tíos con panderetas, marimbas y unos sonajeros enormes, una cantante fondona, ocho mulatas que ofrecen unos desplazamientos de michelines a los que llaman baile, diez mariachis y cuatro sastres trabajando a destajo para surtir de chorreras, puñetas y volantes a tanto degenerado. ¿Por qué son tantos? Bueno, es una forma tan valida como otra cualquiera de intentar acabar con el paro. Pero analicemos en profundidad estas hordas invasoras del "latin sound". Sólo su turbadora presencia nos plantea terribles interrogantes:

1.- ¿De dónde han salido las mulatas?

Estaban a punto de comenzar a trabajar en un club de la carretera de La Coruña a 5.000 el completo cuando un señor les montó en un Mercedes y les prometió unos bocadillos de mortadela a cambio de un trabajito en el que viajarían mucho. Aceptaron encantadas.

2.- ¿Por qué dan tanta importancia al ritmo?

Porque la percusión no requiere ningún estudio. El tam-tam esta en la esencia del hombre primitivo. Cualquiera puede aporrear un artefacto y sin embargo la guitarra requiere años de aprendizaje.

3.- ¿Quién les escribe las letras?

Como todos los que hayáis intentado leer algo de García Márquez ya sospecháis, el cerebro de un sudamericano es algo así como un paso de ferrocarril en el que las barreras están bajadas, la alarma suena y las luces están lanzando destellos pero el tren nunca pasa. Es esta limitación natural de los latinos lo que hace que sea imposible encontrar sentido a las letras de sus músicas.

4.- ¿Dónde consiguen tanto personal?

La gente en Sudamérica se dedica a dos actividades principales. Por una parte están los militares que viven de llevar unas gorras de plato enormes y de dar golpes de estado. Por otro lado, están los traficantes de drogas que se dedican a sobornar a los militares para que cambien la fecha del golpe de estado y que los abastecen de narcóticos para que no les duela mucho la cabeza de llevar unas gorras de plato tan tremendas. Cuando se produce un excedente en alguna de estas dos categorías sociales se envía la sobreproducción a Europa o USA en forma de orquesta melódica.

5.- ¿Cómo es que tienen tanto éxito?

Responderé con otra pregunta. ¿Qué se puede esperar de un país plagado de tiendas de Todo a 100, donde el diario de mayor tirada es el Marca, en el que hay 8 millones de espectadores del Gran Hermano y cuyos tribunales aun no han condenado a muerte a Luis Cobos?

¡Y la tonta de mi madre llamaba "melenudos" a los Ramones!

Alex Tornasol

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Bilbao 1979: ¿Pinchazo o Pellizco?

Después de haber sobrevivido a los miedos fruto de la ingesta masiva de castañas pilongas en nuestra niñez, que si bien no nos habían condenado al enanismo parecían habernos privado de la suficiente estatura para el triunfo en las canchas de baloncesto, la adolescencia nos traía - en vez de los placeres juveniles de la tercera planta del Corte Inglés- nuevos temores.

Eran los tiempos- los últimos años 70, las FOP, Amnistia Osoa ( algunos todavía hoy - año 2000- parecen persitir en aquellos años), Fuerza Nueva, el divorcio, las películas de Esteso y Pajares, ....- en los que en la calle los delincuentes juveniles, los pandilleros, los quinquis, te ofrecían - no sé si generosamente- la posibilidad de optar entre pinchazo o pellizco.

Los que habéis vivido esta época sabéis a que me refiero. Nuevamente reviviréis el espanto que provocaba sólo imaginar tener que enfrentarte a este dilema. La decisión, como toda elección, era francamente difícil y dolorosa, motivo de serias disputas en los corros de los patios de colegio ¿Era preferible que te clavasen la navaja- normalmente en el trasero- o tal vez era más soportable un pellizco sobre la piel provocado con unos alicates oxidados y seguramente cancerígenos?

Sin embargo, en aquellos años existían otros peligros que amenazaban nuestra adolescencia: las salas de máquinas. Nuestras madres, desde sus púlpitos, nos repetían que estos locales eran un infierno y no se cansaban de vigilar nuestros pasos para evitar que atravesáramos las puertas de esos mundos apocalípticos. En las salas de juegos- siempre ubicadas cerca de algún colegio de curas- estaban el tabaco, la droga y los pandilleros (probablemente también - aunque entonces no supimos verla- la injusticia social disfrazada de fan de las Grecas o protagonista de "Perros Callejeros"). Sin embargo, ¿qué más necesita un joven de 14 años con bigotillo incipiente- podéis llamarle "pelusilla de melocotón" o bien, con prejuicios de clase, "bigotillo de recadista"- que una prohibición para adentrarse en territorio comanche?

Mientras dilapidábamos nuestras pagas semanales en las primeras máquinas de marcianos como el Space invaders o el Moon Cresta, nuestros sentidos siempre permanecían en vilo ante una amenaza de cazadora vaquera, camperas punteronas y uñas negras. ¿Quién de nuestra generación no ha sido asaltado en una sala de juegos por un macarra? ¿Quién no ha recibido unas bofetadas por resistirse a ceder la paga semanal de 100 ó, los más privilegiados, de 500 pesetas? ¿Quién en Bilbao no ha sido niño y cliente de nombres ilustres de la galería de pandilleros como el Cara Quemada, Sacarino o el Cirilo?

Pero, en cualquier caso, para finalizar este breve recorrido por la delincuencia juvenil del Bilbao de 1979, hay que llorar la pérdida de una tradición entre nuestros pandilleros: el batir de palmas. En aquel tiempo, cuando estas- y ciertas canciones de los Chichos o los Chunguitos - se comenzaban a escuchar, cualquiera podía advertir los problemas que se avecinaban por la calle y alterar su ruta. Nuevamente se ponía de manifiesto esa generosidad delincuente que nos ofrecía la opción entre pinchazo o pellizco y que ahora se repetía con ese anuncio medio flamenco de posibles fuertes emociones.

¡Los tiempos que nunca volverán! (Gracias a Dios)

Andropop

Dedicada a los chicos del Colegio Gaztelueta que una tarde de sábado fueron asaltados en el Parque de los Patos recibiendo una clase acelerada de redistribución marxista de la riqueza

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Cada vez somos más aburridos

Quien se acerque mensualmente a este fanzine para comprobar que sigue vivo y que los mismos idiotas continuamos escribiendo tiene el mayor de mis respetos. Lo cierto es que todavía no me explico cómo puede haber gente que lo lea. Yo confieso que me he abstenido del segundo y probablemente lo haga con el tercero. La razón es muy simple, cada vez es más aburrido, y la culpa es del director.

Ya no sólo te llama con las clásicas consignas de "esta semana escribes o no entras en el número", o "que sea breve y fanzineroso"- esto último nunca lo he entendido-, sino que también ha comenzado a incluir una lista de temas que no deben ser tratados porque no son "divertidos". Procedamos a comprobar estos temas.

En primer lugar, el director cree que los temas relacionados con el sexo se incluyen dentro de esta categoría. Nunca me he atrevido a preguntarle -todavía le venero- qué clase de seriedad patólogica afecta al sexo. Mucho me temo que todo se deba a su miedo a la líbido desbocada de algunos de sus colaboradores/as usuales que podrían hacer de El Efecto Orégano una especie de "hot line". En segundo lugar, tampoco quiere hablar del aborto, en eso estamos de acuerdo, no tiene nada de gracioso, pero no podemos decir lo mismo de las drogas. Sobre este punto me parece que su falta de visión es notoria. Creo que existe un alto número de lectores/as que quieren saber cuestiones prácticas relativas a la calidad del hachís que fuman, los mejores puntos de adquisición o en qué sitios te dan garrafón . Es más, creo que podría darnos un aire bastante más alternativo que hablar del Capitán Trueno o Tintín, que me parecen bastante ñoños e insulsos. Y por último, nuestro director no quiere que hablemos de feminismo, asunto que considera poco moderno.

Esto nos ha llevado al actual estado de la cuestión. ¿Qué tenemos en el Efecto-Orégano? Comentarios musicales y literarios que casi nadie entiende, confesémoslo de una vez, artículos melancólico- ingenuos sobre los benditos años de juventud, y un sinfín de supuestas moderneces que aburren a todo el mundo. Así que no os extrañe si en el próximo número nos encontramos recetas de cocina, una guía de compras de Bilbao o la vida de Petete en fascículos coleccionables. ¡Para que luego digan de las mujeres!.

Roberta

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La historia para niños

¿Os acordáis de cuando íbamos al colegio y nos enseñaban Historia y un señor muy serio nos ponía filminas de la Capilla Sixtina y nos recomendaba que estudiasemos mucho y que hiciéramos esquemas de cada lección? Entonces la cosa era sencilla. ¡Ahora no!

Ahora nadie se pone de acuerdo. Resulta que los de la Real Academia de la Historia acusan a los políticos de manipular la Historia y a su vez el Ministerio de Educación y varios congresistas discuten sobre la Historia que se enseña a nuestros niños. Creo que es urgente establecer ya una Historia de mínimos. Algo, por ejemplo, así:

Tema 1. Protohistoria. La Tierra se llena alternativamente de glaciares y volcanes, lo que crea un ambiente desagradable en el que sólo son capaces de vivir las amebas, los grandes saurios, unos bichos peludos y una pandilla de monos. Esta fase dura unos millones de años, pero nadie lleva la cuenta del tiempo que pasa de puro aburrida que resulta la existencia durante esta época. Es tal el aburrimiento que los saurios se hartan de todo y desaparecen.

Tema 2. Prehistoria. Los monos sufren unas extrañas mutaciones degenerativas y se transforman en homo sapiens. Los bichos peludos aterrorizados escapan a la jungla, se dejan crecer los colmillos y se convierten en malvados tigres. Las amebas ni se enteran. Los primeros homo sapiens viven en cuevas y se pasan el día amargando la vida a los pobres antílopes, a los moluscos y a unas señoras sin depilar que pasaban por allí. Cuando están ociosos siembran piedras en mitad del prado, pero no crecen y se quedan en simples cromlech que ni se comen ni nada.

Tema 3. Historia Clásica. Los homo sapiens se echan por encima unas sábanas blancas, salen de la cueva, se ponen una rama alrededor de la cabeza, dicen que son griegos y con estas cuatro cosas ya está inventada la civilización. Cuando se cansan de ser griegos, deciden hacerse romanos, que es más divertido porque, además de túnicas, pueden llevar coraza y un casco con un cepillo en lo alto. Esta época está muy bien porque tienen esclavos, eunucos, gladiadores, cristianos y leones, y celebran unas fiestas muy divertidas que se llaman orgías, aunque ni a los eunucos ni a los cristianos les hace mucha gracia. En cambio, los leones están encantados.

Tema 4. Historia Medieval. Llegan los bárbaros y se pasan tres pueblos con los romanos. El asunto se les va de las manos y surgen los reyes godos, que son unos señores con nombres de elementos químicos. Los cristianos se organizan e inventan la catequesis y los mártires, con lo que consiguen que los reyes se hagan cristianos. Los reyes se aburren y hacen castillos y catedrales, pero siguen aburriéndose, y entonces inventan unas cosas muy graciosas que se ponen en los balcones de los castillos y que se llaman doncellas, y juegan a que las raptan o a que las asesinan. Las tontas de las doncellas van y se ríen. Pero dejan de reírse cuando los reyes y su cuadrilla de señores feudales se tienen que ir a las cruzadas a luchar con el infiel, que es uno que lleva un turbante y un par de babuchas.

Tema 5. Historia Moderna. Uno que lleva un pelucón y medias, como la gente se ríe de él y le llaman genovés y de todo, se harta y se va a América. Como pasa con todo lo nuevo, se pone de moda y todo el mundo se va también allí. Al principio es entretenido porque hay oro, piratas, nativas sedientas de afecto, patatas y chocolate, pero luego ya se cansan de comer el chocolate solo y se vuelven a Europa para tomárselo con churros, que es mejor. Cuando más entretenidos estaban con los churros y el chocolate, unos que llevan unas pelucas y unas pintas de mariquita que no se pueden aguantar hacen la Revolución Francesa. Luego, unos que juegan al golf y que se comen las verduras hervidas, de pura envidia, hacen la Revolución Industrial. Después viene un siglo que el único que se lo pasa bien es uno que llaman Jack el destripador.

Tema 6. Historia Contemporánea. La gente se mata mucho y se embrutece que da gusto. Se montan dos "performances" que llaman guerras mundiales y luego ni se hablan. Entonces se cae un tabique y ya se hablan, pero no dicen nada interesante. Luego, se inventan un nuevo sistema educativo que incluye una peculiar enseñanza de las asignaturas y una cosa que se llama televisión, con lo que se consigue que los hombres regresen al estado de mono y que las amebas, que ahora se llaman políticos, vuelvan a no enterarse de nada. Esperanzados por la situación, los dinosaurios piensan muy seriamente en volver a aparecer y a la Historia no le queda más remedio que volver a empezar.

Alex Tornasol

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