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¬ Número uno

Gidget: El final de la cultura surf

Ya no me escribe CCC

La escuela de los hechos : el mundo tras el 11 de septiembre, según el Zurdo

Juguetes para antes de una guerra: el Quimicefa, la carabina,...

Un verano en Suecia: una banda sonora muy especial

"La Mode: cómo nos convertimos en esposos de nuestro casette

Nuestras canciones favoritas de La Mode comentadas por El Zurdo

Restaurantes chinos: la amenaza amarilla

La leyenda del profesor Pancorvo

Tintín y el arte alpha

Joven, macarra y motorizado: la historia del automóvil en España

Serge Gainsbourg: un homenaje a un viejo canalla

Editoriales, Fanzines, discos, ....: Gamuza Azul, Manikies, Los Empresarios, Tremolina, Le Touriste,...

Número Siete

¿Qué harías tú en un ataque preventivo de George Bush?

Contemplamos - entre divertidos y asustados- que se vuelven a poner de moda iconos pop surgidos de los años más atractivos del siglo pasado: aquellos primeros años sesenta de la guerra fría y las peliculas de James Bond. En efecto, amigos, regresan los supervillanos propios de los comics de la Marvel, la amenaza oriental surgida de la imaginación de Rhomer, las bombas atómicas portátiles propias de Maxwell Smart y, por supuesto, la estupidez a los centros de poder ubicados en una norteamérica lista, como en los años de los pérfidos comunistas, para defender los intereses del mundo libre (sus intereses). Estos tiempos modernos, bajo su envoltura pop, esconden ciertamente inquietantes momentos heavies. Como cantaba un grupo musical macarrilla de los ochenta, "prepárate, va a estallar el OBUS".


Gidget

Cuando a Mickey Dora, Da Cat , le preguntaban por qué todos le consideraban el mejor surfista del mundo él levantaba sus gafas negras y decía "No lo sé, yo no vivo ahí".

Nunca quiso admitir que su Malibú fuera conquistada por los surfistas de fin de semana que llegaban con los nuevos tiempos. Se resistió a ver morir una época dorada pese a que los surfistas no gozaran de los beneficios del neopreno, sino que entraban al agua en invierno con trajes de lana, y combatían el tembleque consiguiente mediante fogatas que dejaban arder en la orilla y así, por el humo, se sabía quién se había metido en Windansea o en Palos Verdes. Una época en que los chavales de Malibú robaban naranjas tras las tapias y competían con sus coches trucados por una caja de whisky o una tabla marca Velzy-Jacobs de madera de balsa.Y la música Surf era sólo un torpe remedo de los sonidos hawaianos.

Da Cat aprendió de Gard Chapin, su padrastro, y de Rabbit Kekai y Matt Kivlin. Pero a partir de esa base él logró la personificación misma del estilo sobre la tabla. Vivía sólo para las olas, lo que en aquella época no era nada bien entendido. Corría el mes de Junio de 1956, y Dora, Mickey Muñoz (el creador de la pose Quasimodo sobre la tabla), y Tubesteak se colocaban en cierta zona de la playa llamada el Infierno donde controlaban las olas y a cada uno que llegaba.

GIDGET (1958, Columbia Pictures)

La primera y la mejor de las serie de películas "Gidget" que sentaron la base de una oleada de películas playeras en los 60. Francie Lawrence (Sandra Dee) es Gidget, quien como cientos de otros adolescentes comienza a ir a la playa durante el verano. Pronto es adoptada como mascota por un grupo de chicos que hacen surf en Malibú.

Pasan los días y Gidget se siente atraída por uno de ellos, Moondoggie (James Darren), un joven estudiante de Derecho. Pero su romance se enreda cuando un surfista famoso conocido como Kahoona (Cliff Robertson) entra en escena.

La película está basada en la novela del autor de best sellers Frederick Kohner que recogió las aventuras de su hija Kathryn el verano de 1956. Todo empezó en la vida real un 27 de Junio de 1956 en que la chavala decide estrenar su tabla de segunda mano. El recibimiento que le dispensaron Mickey Muñoz, Mickey Dora y Tubesteak fue atroz.

Nunca habían visto una chica con tabla. Pero pronto el último de ellos se apiadó de ella. La película se rueda en el verano del 58, con la oposición de los locales, quienes llegaron a boicotear el coche que mandó la Columbia.

Puedes ver a Mickey Muñoz cogiendo una ola caracterizado de chica y también al gran Dora, que dobló a los actores en el agua. Y hay que fijarse en el numerito del surfista que coge una ola fumando un cigarro, cigarro que se ha visto claramente cómo se le mojaba en la escena anterior. Pero lo importante es que según todos los autores, esta película marca el comienzo del boom del surf en América y también el final de una época.

Jo Doyle

 

El fin de la cultura surf

Leonard Lueras, autor de The Ultimate Pleasure, dice que la palabra surfista siempre habría sugerido un espíritu bohemio y una subcultura en el borde mismo de la sociedad. El surfista de California de los últimos cuarenta y primeros cincuenta con sus bermudas y sandalias, siempre dispuesto a un surfari a México, era un verdadero exaltado de las olas y un avance de un fenómeno social de primera magnitud. Su evolución es paralela a la de los beatniks, con los peregrinajes transcontinentales de Kerouac y Cassady; y, como estos, los surfistas se habrían adelantado al fenómeno de los hippies. Dejaban las obligaciones que se asignaban por tradición a un joven de quince años y se pasaban el día en la playa, o viajando tras las olas.

Muchos dieron el salto a Hawaii, donde vivían como verdaderos ascetas, sólo pensando en el majestuoso surf de Oahu. Pero nadie tuvo en cuenta este fenómeno porque para los intelectuales resultaba difícil tomar en serio una subcultura playera, de personajes tan libres de cualquier angustia existencial, de tipos que perseguían el surf con pasión y todo lo demás les daba igual. Parecía como que los surfistas no tenían nada que decir ni capacidad para decirlo. Eran una pandilla de insustanciales. Finalmente Hollywood torpedeó la reivindicación de su legitimidad histórica. Todo empezó en junio de 1956. Y la culpa de todo dicen que la tuvo una muchacha de nombre algo así como Kathlyn, cuyo padre era escritor.

Jo Doyle

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Ya no me escribe CCC

Por fin me debo haber convertido en una persona mayor porque ya no me escribe CCC ofreciéndome un brillante futuro profesional como cocinero, fotógrafo o fontanero. Desde hace unos meses ya no recibo las cartas donde el director de estudios de este centro de enseñanza por correspondencia me recordaba que en Bilbao hacían falta profesionales "como tú, Enrique". Reconozco que me preocupaba recibir este tipo de cartas después de cinco años de carrera universitaria , algún estúpido master y varios años como abobado, perdón, abogado en una prestigiosa multinacional. CCC era como esa pesadilla repetida en la que, después de terminados tus estudios universitarios, tu antiguo colegio te escribe comunicándote que tienes que examinarte nuevamente de matemáticas de 2º de BUP ya que se ha descubierto- ¡Dios mío!- que las tienes supendidas.

Reconozco que siempre me ha fascinado el mundo de los cursos por correspondencia de CCC, Ceac, Afha o el Instituto Americano, aunque confieso que nunca me he matriculado en ninguno. Que levente la mano el lector que no haya escrito a aquel centro de enseñanza de idomas que enviaba por correo una cinta demostrativa de sus cursos y que no haya utilizado los diez minutos de la cassete para grabar canciones de Alaska o Paraíso en aquellos tiempos de carestía adolescente.

Los aficionados a responder a toda clase de ofertas de enseñanza por correspondencia también recordarán la impresión de estar esperando tu single con la demostración del curso de ruso o italiano y encontrarte con un vendedor aproltronado en el sofá rodedado de tus congéneres argumentando incansablemente sobre las ventajas de estudiar ruso (o italiano) en el mundo de hoy. ¡Lo terrible era, una vez toda la familia unida en ariete haber conseguido echar al vendedeor, aguantar a tu madre regañándote por haber tenido que soportar a un charlatán tipo anuncio Ariel peor que el agente de seguros de muertos!

Un amigo mío recuerda con terror haber rellenado el cupón del curso de culturismo quue ofrecía Mister Atlas en los tebeos Din Dan , Tío Vivo o Super Pulgarcito en los años 70 y esperar día tras día la visita en su domicilio del atleta superdotado para confesarle atemorizado que sólo quería el folleto demostrativo.

CCC ya no me escribe y lo confieso estoy un poco triste. Quizás me he hecho mayor o CCC, después de quince años de ininterrumpida correspondencia, se ha dado cuenta por fin de que no estoy interesado en su curso de aeromodelismo. En el fondo, CCC era como esa chica que enamorada te persigue durante años y tú no la haces ni caso hasta el día que te la cruzas por la calle acompañada por otro ... reconócelo te da rabia saber que ella no te perseguirá más.

Otro día habrá qu seguir comentando sobre la publicidad por correspondencia (ahora los expertos la llaman marketing directo) , ¿por qué quién no ha rellenado el cupón respuesta de alguna agencia matrimonial con los datos de su peor enemigo o ha solicitado para su odioso profesor de biología una colección completa de ilustrativas revistas de anatomía femenina?

Don Pin Pon

CCC y las caras de Bélmez

En 1971 extrañas formas y rostros, junto a misteriosos lamentos, se manifestaron en una casa en la localidad cordobesa de Bélmez. Sacerdotes, ufólogos y cazafantasmas de las más diversas procedencias acudieron presurosos a investigar el origen de las denominadas caras de Bélmez.

Sin embargo, parece ser que las investigaciones demostraron que las caras fantasmagóricas surgían por procedimientos fotográficos y que el responsable era un vecino estudiante de un curso CCC de fotografía por correspondencia. En cuanto a las psicofonías, como narran Sánchez Dragó y Antonio Ruiz Vega en su Historia Mágica de España, no respondían a presencias de seres de otros mundos sino a una fogosa pareja vecina cuyos afanes amorosos eran registrados por micrófonos demasiado sensibles.

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La escuela de los hechos

Pese a lo que digan los amantes de los paréntesis (toda catástrofe ocurrida en los últimos tiempos es un paréntesis y no trae consecuencias: podemos seguir como estábamos –versión a escala global del aznariano «España va bien»-), hay un antes y un después a partir del 11-S. No es retórica ni ganas de exagerar: me atengo a lo único que ocupa al ánimo burgués, la cotidianeidad (todo lo que se halla fuera de ésta es, para el lobotomizado ciudadano occidental, asunto de noticieros, de columnas periodísticas y de debates basura -valga la redundancia, pues hoy cualquier debate es en sí escatológico, residual, biodegradable-).

Como muestra, una anécdota: durante mi paso por «Mondo Brutto», si yo expresaba determinados pronósticos no muy halagüeños sobre el futuro de Occidente, cierta persona, automáticamente, me miraba como diciendo «Ya está el tronao este con sus delirios apocalípticos» y me rebatía siempre aduciendo que todo estaba atado y bien atado y que los que mandaban iban a seguir mandando por muchos años sin excesivas complicaciones ni turbulencias (vamos, la interiorización de las teorías del Fin de la Historia y del Nuevo Orden Mundial pero cambiando la euforia descarada de un asesor del Pentágono o de un economista neoliberal por el conformismo pasota de un, ejem, «libertario» a lo Gran Wyoming o a lo Moncho Alpuente -las cosas han de seguir eternamente como están y así nosotros continuar hasta el infinito haciendo chistes y cuchufletas a costa del Poder, sin la menor voluntad de cambio-); pues bien, mira por dónde, la realidad del 11 de septiembre sacudió la vida cotidiana de esta persona de un modo bastante más rotundo de lo que nos haya podido golpear a otros (¿motivo?: su señora es -¿o era?- azafata de vuelos internacionales).

Entramos en una época donde nos van a tocar muy de cerca las realidades que hasta ahora veíamos como algo siempre caído sobre las espaldas de otros, por lo general, más desfavorecidos materialmente (el orden natural inculcado por los media nos señalaba que las desgracias masivas en catástrofes o guerras sufridas por palestinos, congoleses, indochinos, irakíes, hindúes, abisinios, etc, son siempre prioridad secundaria que sólo merece una leve expresión de pesar y, en todo caso, una limosnita a la ONG de turno -desde nuestro supremacismo farisaico de demócratas occidentales, no hay diferencia entre esas gentes y una especie animal defendida por los ecologistas-).

El maquillaje derechohumanista, el acolchamiento del pensiero debole, el limado de aristas de lo light, la cultura del simulacro y del juego de rol, el blandir la pistola de agua frente a la pistola de veras (de pronto, la rotundidad de los atentados suicidas y la virulencia no menos rotunda de las expresiones de apoyo en muchos puntos del Islam a los autores de esos atentados, minimizan hasta la ridiculez las performances de los grupitos antiglobalización o los shows de Greenpeace, tan ridículos como los sainetes vaciamente vanguardistas de La Fura -al final, la vanguardia más estridente es siempre la más integrable y gratuita, como bien nos indican novelas tan lúcidas como «Las máscaras del héroe» o como «Gilles»-), las mil y una virtualidades que caracterizaban al parque temático de Occidente se derriten y nos encontramos con el esqueleto puro de los impulsos sobre los cuales se levantó el presente statu quo de nuestro hemisferio sociopolítico desde el aplastamiento de la Comuna parisina y la derrota del Sur en la guerra de Secesión (dos acontecimientos de signo aparentemente antípoda sobre cuya caída se cimentó la erección del capitalismo con apetencias globales, más depredador que ningún otro régimen del pasado).

Hoy agoniza esa sociedad del espectáculo que acabó suicidando a Guy Debord en plena apoteosis del NOM. La angustia, la crispación, las miserias a flor de piel propias de todo Titanic machacado en plena línea de flotación (donde, en una sociedad degenerada como la presente, siempre habrá más lugar para las hijoputeces propias de una página celiniana -implacable en su realismo al describir situaciones terminales- que para las actuaciones edificantes y generosas, pero siempre irreales, de una superproducción de Hollywood) ya no serán cosa de bárbaros, de salvajes o de balcánicos.

El estabulado consumidor (de berridos de Adriansens, de teletones con destino a ninguna parte, de tiempos muertos en «Gran Hermano», de loquerías de Boris...), súbitamente, tiene otras preocupaciones que condicionan sus días: si pretende tomar un avión, o subiendo al piso enésimo de un rascacielos, o pendiente del rollercoaster bursátil, o planificando sus vacaciones, o abriendo una carta, o manejando su correo electrónico, o incluso comprando viandas... El gesto ufano del marido de la azafata que hace chistes a lo «Caiga quien caiga» se va congelando irremisiblemente y ese concepto tan incómodo (pero tan justo en un mundo donde se ha llegado al grado máximo de desigualdad) de «socialización del miedo» se va haciendo parte de la cotidianeidad desarrollada.

Y es que, por desgracia, sólo desde la cruda pedagogía de los hechos, el lobotomizado ciudadano occidental, más rata de laboratorio, más perro de Pavlov que nunca, puede, no iniciar un De Profundis (seria pedir demasiado el esperar concienciación -esa palabra tan de moda en los 60/70 y tan anacrónica hoy- de quien hace tiempo mutó su capacidad de reflexión por un pedazo de espuma de corcho) pero sí (como la rata en el laberinto al toparse con un nuevo panel o como el perro al cambiarle la referencia horaria o como el simio al sufrir una nueva descarga eléctrica) variar sus reflejos condicionados, sus tropismos. Y ya es algo: pues por algo (aunque sea tan poco) se empieza.

En este sentido, si vivimos en el peor de los tiempos, también lo hacemos en el mejor. El tiempo de volver a la escuela de la realidad. Como en el principio (dice un buen amigo de Jünger, el pensador judeoalemán Martin Buber, «Ciertamente las vivencias relacionales del ser humano remoto no constituyeron una tierna complacencia, ¡pero mejor es en todo caso vehemencia sobre un ser realmente vivenciado, que fantasmagórica solicitud hacia números carentes de rostro!» -reflexión cuya mejor traducción al lenguaje cinematográfico es el film «Zardoz»-)... Abandonando la tumoral prepotencia humanista, ilustrada, y recobrando el sano pavor cósmico de nuestros tatarabuelos de Atapuerca, aquellos que se sabían parte (y pequeña) de Lo Existente y no aspiraban a rivalizar ni a avasallar su entorno.

FERNANDO MARQUEZ

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Juguetes para antes de una guerra

He leído en un periódico que unos padres han denunciado a una empresa juguetera. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes inquietos. Pues porque su niño falleció por culpa _ dicen ellos - del silbato de un muñeco de esos que si los aprietas dan un pitido. Al parecer el niño destrozó el juguete y, acto seguido, decidió practicarle la autopsia, y fue entonces cuando optó por tragarse el silbato. Este pito se le atragantó al niño que falleció asfixiado minutos después. Bien, vamos por partes, el niño no se murió por un proceso vengativo del juguete sino por imbécil (ya me dirán a quién se le ocurre ir por ahí deglutiendo silbatos). Y los padres lo mejor que podrían haber hecho era callarse que su hijo se murió emitiendo los mismos sonidos agónicos que el matasuegras de un borracho. Por favor, ¡un poco de respeto para los muertos! Yo, como ya habrán sospechado, me pongo de parte de la juguetera y en contra de la normativa europea en pro de la seguridad infantil.

Y es que el juguete cumplía hasta hace poco una labor mucho más importante que la de simplemente entretener. El juguete era formación del niño y selección de la especie. Claro, que esto no lo lograban todos los juguetes; solo los mejores. ¿Se acuerdan de la escopeta de aire comprimido? Pues ahora está peor visto regalarle una a un niño que dedicarte a vender crack a la puerta de un colegio. Que si es un juguete bélico, que si es sexista, que si es peligroso... ¡bobadas! ¡Eso sí que era un juguete educativo! Con lo que aprendí yo sobre el derecho penal, gracias a todos los líos en que me metí yo con el arma aquella, podría escribir un libro. Conocí los entresijos de la policía y los juzgados de menores, aprendí con ejemplos prácticos lo más fundamental de la cinemática y otros capítulos de la Física, pude observar in situ el desarrollo de la oftalmología y de la ortopedia estética y muchas más

cosas útiles para el futuro...y todo gracias a que le reventé un globo ocular de un perdigonazo a mi amigo Carlitos. Y esto sin contar que le estaba haciendo un favor a la sociedad porque Carlitos era un miserable y ahora por lo menos cobra una pensión en vez de estarse por ahí chupando paro o delinquiendo, que es a lo que estaba condenado por sus nulas capacidades.

¿Y el Quimicefa? Cómo no recordar aquel juego que acercaba al niño a la Química, a la Medicina y al parque de bomberos. Ahora lo prohiben porque dicen que contiene sustancias peligrosas. ¡Pero si lo interesante del juego eran precisamente las sustancias peligrosas! Lo que te reías cuando tu hermana pequeña se pintaba los labios con aquello rojo que sacabas con ácido sulfúrico y el indicador del pH. Lo divertido que era cuando venían los médicos y me reprendían diciéndome que cómo se me había ocurrido cambiarle a mi madre los vahos de eucalipto por el ácido sulfhídrico. Lo que les gustaba a mis amigos el espectáculo que se montaba cada vez que tenían que venir los bomberos con el camión y la escalera a sacarnos a toda la familia por la ventana tras una reacción con azufre. Lo único que me daba pena era lo de mi padre, ¡que se traía unas broncas con los del seguro! Era un juego que educaba, esa es la verdad.

¿Y el microscopio 2002? Ese era la bomba. Al principio, cuando te lo regalaban, parecía un rollo, pero luego, cuando empezabas la campaña de

análisis de sangre con todas las amigas de tu hermana...¡entonces la cosa cambiaba! Y aun no entiendo como en casa no me valoraron mucho más cuando intenté realizar un estudio del tejido neuronal de la abuela. ¡Se pusieron de tontos por una punción parietal de nada! Y aunque les expliqué que por menos de eso le habían dado un Nobel al Ramón y Cajal los tíos erre que erre que si estaba loco y que si castigado sin microscopio. Y es que en este país la Ciencia siempre ha tenido que luchar contra la incomprensión general.

En conclusión - estos no son más que tres ejemplos de nada -, que hay que fomentar juguetes con piezas pequeñas, con actitudes comprometidas con la educación de los infantes y que sirvan como formación para el mundo real que luego nos encontramos en la edad adulta.

Alex Tornasol

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Un verano en Suecia

Verano en Tenerife. Tumbado en la habitación. Una llamada. Mi hermana Rosina y su hija Luisa:

- ¡Ven! Tenemos un regalo para tí.

¡Sorpresa! Más de 100 discos ... Vinilo negro... Música moderna y clásica... pero ¿ de dónde sale este tesoro?

Rosina trabaja en una inmobiliaria y a veces vende pisos que han sido habitados por extranjeros que, después de haber vivido durante años en España, regresan a morir a sus países del norte de Europa.

El último apartamento en venta había sido habitado por una pareja de ancianitos suecos. Volvieron a su país y entre las cosas que dejaron en Tenerife, además de ciertas nostalgias, estaban estos vinilos. Clásicos...Joyas...Grupos suecos de los 60... Tin Pan Alley... Paul Muriat, Linda Carr and The Love Squad, The Kjell Vidfars, Nino Tempo and April, The Troggs, Frida Boccara, Sandy Posey, Gilly Mason, The Tremeloes, The Delrons, Micky y Los Tonys (¿Qué pintan unos suecos escuchando al hombre de goma?)....

Me tiré todo el verano escuchando estos discos una y otra vez . Imaginando la vida de esos viejecitos suecos que escuchaban a los Troggs o bailaban a Paul Muriat. Es como si hubiera pasado una temporada en Suecia. Un verano escandinavo.

Una historia de La Vieja Ola

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La Mode: cómo nos convertimos en esposos de nuestro casette

Después de las experiencias fallidas - más en lo puramente industrial que en lo creativo- de Paraíso y Pop decó , La Mode, el nuevo proyecto de El Zurdo, surgió en el año 1981 como una de las propuestas más atractivas de la nueva ola española. Jugando con un aire dandy y decididamente intelectual, La Mode creó un sonido y personalidad propias como los demuestran canciones eternas como Aquella Chica, Cita en Hawai, La cólera o La rata.

Sus dos discos de larga duración, El eterno femenino y 1984, son trabajos creativos inimaginables en sonido e ideas para otros grupos españoles de la misma época. Maltratados por numerosos críticos, fundamentalmente por razones extramusicales, La Mode marcó también diferencias a través de la cuidada presentación gráfica de cada uno de sus discos con fascinantes portadas de Montxo Algora, imágenes de los viejos films de King Kong, fotos de un joven Mishima o esas apropiadas frases rescatadas del mundo del Zurdo (Celine, Coco Chanel, ...) enmarcando cada proyecto.

El sonido de La Mode ha envejecido como todos esos grupos pop que abusaron de los sintetizadores y cajas de ritmo en los años ochenta (es curioso que hoy suene más moderno el esquema tradicional guitarra-bajo-batería). Sin embargo, más allá de las modas musicales, las canciones de La Mode siguen ofreciendo ese algo misterioso que nos convirtieron en esposos de nuestro casette en aquellos años primeros años ochenta...¡y los lazos continúan hasta hoy!.

Don Pin Pon

La Mode en concierto

Sólo ví una vez a La Mode en directo y tan sólo durante cuatro minutos y treinta segundos. Fue en la plaza de toros de Bilbao -no recuerdo el año pero creo que sería 1983- dentro de un festival que se denominó La noche tecno y en la que la banda del Zurdo compartía cartel con grupos como Azul y Negro, Betty Troupe y Glamour. Por supuesto, en aquel tiempo carecía de las 2.500 pesetas (de 1983) que costaba la entrada al evento. Sin embargo, empezado el concierto, me colé formando una avalancha humana en la puerta con otros desheredados adolescentes de la tierra-¡en pie, famélica legión!- y llegué justo a tiempo para contemplar - y corear- una única canción que curiosamente no era de La Mode, sino de Paraíso. ¿Os imagináis la canción? Por supuesto, era el Para tí. Luego se apagaron las luces del escenario y por más que chillé solicitando otra canción...¡ nunca más volví a ver a La Mode en vivo!.

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Nuestras canciones favoritas de La Mode comentadas por El Zurdo

Enfermera de noche

Se me ocurrió tras ver a Xavier Cugat en un programa de sobremesa presentando a la novia-enfermera de turno. Aún escocido por el reciente espantá de la ninfa Susana (corista en la 1ª formación de POP DECO y años más tarde reposo del guerrero para Loquillo), fantaseé durante días con la idea de llegar a los trescientos años rodeado de hermosas lactantes y la cosa acabó en canción. Todavía está por ver si la fantasía tiene su touch premonitorio (haw, haw,haw).

Aquella chica

Surge de una anécdota que me contó Antonio Zancajo: una noche, al entrar en la sala El Sol, se topó con Alaska echada en su diván y con un aspecto muy deprimido, y le trajo a la memoria la portada del "PEARL" de Janis Joplin.

Cita en Hawaii

Versión libre de la ya citada espantá de la ninfa Susana. Por si todavía hay dudas, el Hawaii del título y escenario de la acción no alude al archipiélago de Magnum sino a una cafetería de las que conocí en mi infancia por los bulevares del barrio de Salamanca y el paseo de Rosales.

El eterno femenino

Mi visión panteísta y pansexual de la belleza queda reflejada en este tema, que comparte con "Wild puppets" una sensación de euforia que el tiempo se encargaría de enfriar.

La rata

Título perteneciente al primer repertorio que no se llegó a grabar. Me la inspiró una chica, rata según el zodiaco chino y admiradora de Madame Bovary. Había en ella una singular mezcla de romanticismo y cálculo egoísta respecto a su porvenir que me llamó la atención.

La cólera

El texto de LA MODE del que me siento más satisfecho. Aquí hay muchas cosas rumiada y presagiadas: el Big Brother, el Mundo Feliz, la banalidad posmoderna que analiza Baudrillard, el culto a la beneficiencia, la rabia de los skins, el Fin de la Historia,... Y pensar que fue escrito en el 83, a años luz del Nuevo Orden Mundial..

En cualquier fiesta

El otro texto de LA MODE que más valoro. Me vino en la actuación de Roxy Music en Madrid en verano del 82. Hay ecos de Aquella chica y de Al final (Carolina) de Paraíso: de nuevo, la figura de Alaska en penumbra, conjurando tristezas.

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Restaurantes chinos: la amenaza amarilla

La inexistencia de esquelas de ciudadanos chinos ha conducido a muchas personas a considerar la posibilidad de estar cometiendo antropofagia cuando uno degusta tranquilamente unos rollitos de primavera en el restaurante El loto milenario o La muralla feliz. ¿La deliciosa ternera con salsa de ostras es realmente el excomunista exiliado Ho Chi Kong o la vendedora de flores Hu Chi Lee?.

Las leyendas urbanas contra estos locales orientales son tan antiguas como aquellas que hablaban de tiendas de moda donde secuestraban a las jovencitas en los probadores o de calcamonías impregnadas de acidos lisérgicos que se repartían a las entradas de los colegios.

Parece ser que hemos olvidado que Hergé nos enseñó a contemplar a China con otros ojos, en principio, más comprensivos en las páginas de El loto azul dibujadas tras el encuentro con el estudiante chino Chang que le regañó por su falta de rigurosidad en el tratamiento de los personajes orientales aparecidos en las aventuras de Tintín y Los cigarros del faraón.

Uno que ha leido las novelas de Sax Rhomer sobre Fu Manchú y además ha visto en el cine sus adaptaciones filmográficas - siente una extraña excitación cuando se adentra en uno de esos locales- decorados con dragones rampantes, farolillos rojos y sonrientes Budas -que imagina lleno de trampillas y sótanos secretos donde se conspira - y no sólo fabricando zapatillas nike dde imitación - contra el mundo occidental.

Reconozco que me encantaría, compartir mesa - y rollitos de primavera- con el inspector Sir Nayland Smith mientras esperamos desenmascarar al pérfido doctor FU Manchú o rescatar a Mike Keneddy de las garras de Chou- Fang mientras Los Bravos cantan Bring a little lovin' sobre el escenario de un local oriental, como en aquella película surrealista "Dame un poco de amor" que el cine español nos brindó en los 60 imitando carpetovetónicamente a Richard Lester y los Beatles.

De momento las únicas pistas de una posible conspiración de las nuevas ligas del Sin-fa parecen ser la terrible música ambiental, el abuso de glutamato que provoca dolores de cabeza o la ausencia de pan - ¿sabe susted comer, como hacen no sólo los chinos sino también los yankees, sin pan? -en los menús del día .

¿Por qué esa mala prensa de los resturantes chinos? ¿No será una auténtica conspiración - basada en el rumor - preparada por los restaurantes de tradicional comida vasca que ven amenazadas sus haciendas por menús chinos a la increíble cantidad de 850 pesetas y además servidos por personas con sonrisa permanente y no gesto malencarado de "chaval, tómate el café en la barra que necesito tu sitio"?

Mr Ringo Rango

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La leyenda del profesor Pancorvo

Quien conozca a este que escribe, reconocerá en un solo atisbo al típico producto de los Padres Escolapios. Un tipo criticón, exuberante y algo hereje. Un producto de la vieja cantera, de profesores que eran señores y de reglas largas que eran de madera y dolían que casi daba gusto. Así me forjé.

De enano, madrugaba más que ahora. Me despertaba siendo noche. Casi siempre llovía en la parada. El autobús apestaba a calefacción sucia, a pedo y a moco y en el asiento de atrás había un par de repetidores que siempre amenazaban con zumbar. Luego, nos soltaban en el patio de los curas y había que correr como un maldito para llegar puntual a la clase del profesor Pancorvo.

Contaba la leyenda que el profesor Pancorvo cuando se mosqueaba mucho, que era su estado más habitual de ánimo, te cogía, te subía a la tarima, te agarraba de las patillas y te empujaba con la rodilla para que quedaras suspendido en el aire. El

castigo duraba unos cuatro segundos. En ese tiempo, te revolvías como un ahorcado y bailabas de una lado a otro colgado de tus sienes. La tarima era un patíbulo.

Yo vi intentarlo una vez, pero el bueno de Angelito, que era el condenado, luchó como un titán y logró zafarse del profesor Pancorvo. Aunque, por no desmerecer a nadie, hay que decir que a Angelito le ayudaron sus patillas rasuradas. Y no era casualidad que se las hubiera quitado poco antes. El caso es que Angelito, creyéndose liberado del tormento, se giró desprevenido y no vio cómo la regla de la pizarra trazaba un arco tras él. El bendito instrumento y sus setenticinco centímetros de madera se partieron a la altura del número treinta. Desde entonces, la cabeza de Angelito no volvió a ser la misma y la leyenda del profesor Pancorvo se hizo más grande. En todo caso, el profesor Pancorvo no solía ir más allá del coscorrón. Lo solía dar a traición, por detrás y sin previo aviso con el dedo meñique. Por cierto que, rodeando al susodicho dedo meñique, un anillo, un sello de unos catorce kilates, ayudaba con su masa a que la energía cinética del golpe fuese mayor. Nunca olvidaré la musicalidad de aquellos coscorrones.

Pero para terminar con la leyenda del profesor Pancorvo, me remontaré a un día de San José de Calasanz, el patrono, de hace muchos años. Entonces, los Padres Escolapios nos echaban una película de cine. La sala se convertía en un gallinero. Siempre andábamos revueltos. La labor de los vigilantes no tenía descanso. El profesor Pancorvo cuidaba de mi pasillo. Iba de una lado a otro, pero siempre atacaba por detrás. Con las luces todavía encendidas, oía estremecido la música de los coscorrones.

Por fin, la luz se apagó y los coscorrones fueron cesando. En la pantalla apareció el gran bosque de Tallac. Era primavera y los ositos Jackie y Nuka acababan de nacer. Todo muy bien, pero pasan los minutos y muere la madre de los ositos. Jackie empuja el gran cuerpo de la osa con la patita. Cree que duerme. Pero no. Mamá oso ha muerto. Todos nos quedamos mudos. Entonces, de entre ese mar de dolor, puedo oír cómo alguien sorbe sus mocos. Guiado por el sollozo miro al pasillo y allí, a la trémula luz de la pantalla, con una mano en el vientre y la otra en el mentón, el profesor Pancorvo lloraba.

Corusco

"...Demonios beligerantes dirigen las escuelas de Manchester / todos cerdos cabrones... / Quiero irme a casa / no quiero quedarme/ renuncia a la vida /como un grave error / por favor, discúlpeme de gimnasia / tengo un catarro tremendo / se agarra y devora / me da patadas en las duchas /y se agarra y devora / Quiero irme a casa / no quiero quedarme"

(,The Smiths, "The headmaster ritual")

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Tintín y el arte alpha

En las últimas páginas bocetadas por Hergé en su álbum inconcluso "Tintín y el arte alpha", la aventura se interrumpe cuando los falsificadores de obras de arte pretenden eliminar al joven reportero convirtiéndole en una escultura de plexiglás.

Estas últimas viñetas de la vida en comic de Tintín me provocan una curiosa reflexión sobre el destino de todos los jóvenes que, como el personaje de Hergé, han podido representar una tercera vía de pensamiento y acción política entre el capitalismo y el comunismo.

¿Por qué Tintín, como el Ché Guevara o – en el otro extremo- un imaginario José Antonio liberal y antiautoritario, acaba convertido en esculturas, en imágenes estáticas (y estéticas) decorando nuestras habitaciones?

Parece que el hombre de acción que se ha enfrentado a graves peligros a lo largo de su vida luchando contra el totalitarismo (Tintín en el país de los soviets o El Asunto Tornsol) o denunciando las injusticias del sistema capitalista (Tintín en América, Tintín y los pícaros) muere bajo el peso de una explotación de su imagen que le vacía de su posible contenido ideológico. Los pósters, llaveros, tazas, cepillos de dientes, figuritas.... no pueden sepultar al joven idealista en el que indudablemente no existen firmes declaraciones de principios ideológicas pero sí actitudes que representan intuiciones para abrir nuevos caminos lejos de las tiranías de nuestro tiempo.

Claudio Reis

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Joven, Macarra y Motorizado: Del 600 al muñeco de Elvis

(Un recorrido por los últimas décadas de la historia

del motor en la península ibérica)

"...Llegó un día en que tuvimos que deshacernos del Seiscientos, exhausto de kilometraje y madrugones. Una tristeza infinita descendió sobre mí, como si al desprenderme de aquella vieja tartana mi niñez quedase abolida. Otro coche menos diminuto y maltrecho vino a sustituirlo, pero no era lo mismo. La vida ya no era la misma." ( Juan Manuel de Prada, "Animales de compañía")

Hacer el macarra sobre un vehículo de dos o cuatro ruedas no es un fenómeno reciente, por el contrario gozamos de una vasta tradición en este sentido que se remonta, como mínimo, a los últimos treinta años, es hora pues de hacer un estudio sobre esa trayectoria que llega hasta nuestros días.

Ese individuo que pasa a tu lado conduciendo su motocicleta sobre una sola rueda y ese que conduce su automóvil con actitud temeraria y el casette a volumen brutal son parte integrante de nuestro paisaje rural y urbano, tanto como pueda serlo el toro de Osborne, la pareja de la Guardia Civil o las moscas en verano. Tanto uno como otro tienen una intención muy clara no pasar desapercibido entre los demás conductores.

Los años 60 : el reinado Seat

Esta es la época donde se inicia la verdadera motorización en nuestro entorno. El motor se populariza y empieza a estar al alcance de todo el mundo, aunque a su vez es un signo de distinción. La autarquía económica a la que estábamos sometidos hacía que en su mayoría circularan vehículos de fabricación nacional en una estrecha gama de modelos utilitarios SEAT ( 600, 850, 1500). Se imponía por tanto la personalización, sí es que no se quería pasar por uno del montón, que bien podía consistir en cojines multicolores, perros que mueven la cabeza, volantes forrados de leopardo o pegatinas con frases de dudoso gusto, entre las que destacaban "El grito de Tarzán" o "Por no sacarla a tiempo" . Cuando el macarra se hacía mayor, se casaba y tenía descendencia se cambiaba toda pegatina de contenido picante por el tradicional San Cristóbal y las fotos de los niños en el salpicadero con la leyenda ¡Papá, no corras!.

A finales de los 60 aparecen nuevos modelos : el Mini, SIMCA 1000, Reanult 8, etc.. pero la industria nacional pone en el mercado dos maravillas; el SEAT 850 Spider y el 850 Coupé. Si bien no eran modelos al alcance de todo el mundo, permitían fardar delante de una turista sueca a individuos que nunca hubieran soñado con un descapotable o un deportivo. Eran modelos fantásticos para dejarlos aparcados a la entrada de la boite o del "night club".

Con respecto a los vehículos de dos ruedas, salvo excepciones, la mayoría son modelos de fabricación nacional, con marcas como Ossa, Bultaco, Montesa o Derbi. Mientras en el extranjero triunfan la Harley-Davidson, la Triumph y la BSA entre los "Angeles del Infierno", el macarra español monta sobre la que será su seña de identidad durante muchos años: la "Derbí Antorcha", una motocicleta de modestia solo aparente, no en vano es X veces campeona del mundo y montado en ella se pueden revivir las hazañas de Ángel Nieto.

El individuo acaba identificándose tanto con su motocicleta que adopta su nombre como alias y en casi todas las ciudades y pueblos encontramos a tipos motejados como "el Derbi", "el bultaco", "el Gilera" o "el Ducati".

Un capítulo aparte merece el mundo rural donde hay modelos específicos como la Mobylette "Campera" (mas tarde llamada eufemísticamente "Rural"), a la que posteriormente se unirán otros modelos como la Puch Cross o la Derbi Coyote. Estas motocicletas permiten alardear realizando arriesgados "caballitos", aun a riesgo de volcar las carga de las alforjas traseras normalmente compuesta por desperdicios, estiércol, patatas, nabos o pan duro.

Los 70: Starsky & Hutch

En esta década el mercado del motor se diversifica y aparte de los modelos nacionales empiezan a entrar marcas extranjeras en nuestro mercado, ya no hay un modelo típico. Aunque existen quienes pueden pagarse un Dodge, un Austin Victoria, o un Mercedes la mayoría disfruta del que será el coche de los 70 por excelencia; el SEAT 124.

Este vehículo y sus continuadores, el 1430 y el 131, así como sus versiones deportivas, son el medio ideal para las correrías del Lute, del Vaquilla, del Torete y sus compinches. Es un coche familiar, deportivo, a la vez que juvenil, ideal para ir al campo, a la playa, al fútbol o a la whyskería.

En los 70’s tiene lugar la popularización de un nuevo prodigio tecnológico; el cassette, que si bien era un invento ya conocido, ahora se coloca al alcance del automovilista. La tecnología se pone una vez mas al lado del macarra y le da una nueva arma con la que instigar al resto de los seres vivos. A partir de ahora ya es posible circular por cualquier vía incordiando a los demás con el cassette de los Chichos, los Bee Gees o Abba a toda pastilla. La ola de erotismo no pasa desapercibida para el motor y el coche empieza a ser usado como "locus eroticus",pero no con la naturalidad del "drive on movie" americano, sino en el callejón, el descampado o a la puerta de la discoteca.

Los telefilmes de los 70 ejercen una gran influencia entre la juventud de la época; destacan Shaft, Starsky & Hutch, Baretta, Mc Cluod etc.. se cambia la imagen del policía pulcro, estricto, serio y fiel cumplidor de la ley por la de un policia "chuloputas" joven, ligón, informal, que viste a la última, que frecuenta el barrio chino y los garitos de alterne donde conoce a confidentes, proxenetas o camellos.

Estos personajes calan entre la juventud, que de modo mimético imita sus usos y costumbres; la camiseta de Baretta, los pantalones de campana, los cigarrillos de Kojack, los andares de Hugy Bear y sobre todo el coche de Starsky & Hutch. Comienzan a verse por las calles SEAT 124 o 127 pintados en rojo y con la franja blanca, a imagen y semejanza del de Starsky & Hutch, pilotados por individuos que al aparcar junto a las pistas de autos de choque o al chiringuito playero caminan con aire de rufianes perdonavidas.

Aunque ya existían, en esta época se popularizan las motos de cross, hasta el punto de que son tan representativas de esta época como las películas de kárate o el destape. Se usa la moto de cross aunque no se haga motocross, simplemente por que es mas "cool" y aunque se viva en zona urbana, es la preferida de la juventud. Los modelos mas característicos son la Derbi Diablo, la Montesa Scorpio, la Bultaco Lobito o la Puch. Quien que no puede comprársela se conforma con la Motoretta G.A.C.

Los 80: el vespino trucado y las motos japonesas

En la década de los 80’s hay dos hitos que marcan el devenir macarril sobre las dos ruedas; las motos japonesas y el ciclomotor trucado. El aumento de la capacidad adquisitiva en casi todas las profesiones hace que nuestros amigos puedan aspirar a motocicletas de gran cilindrada en su mayor parte de fabricación japonesa ( Yamaha, Honda, Kawasaki, Suzuki) con las que emular las gestas de Sito Pons o Aspar. Estas motocicletas con diseño aerodinámico y multicolor, y muchos mensajes publicitarios son montadas por jóvenes embutidos en monos de cuero de varios colores que circulan por cualquier vía pública creyéndose que van por el circuito de Indianápolis; y que refuezan su autoestima y su sentimiento grupal en concentraciones donde cualquier actividad medianamente inteligente es sustituida por la de hacer el tonto sobre dos ruedas, a ser posible incordiando a los demás.

Pero hay otros sectores sociales que no pueden acceder a este tipo de motocicletas, para ellos la ingeniería desarrolla en esta época un gran invento : el ciclomotor trucado. Este invento no es otra cosa que el tradicional Vespino, no en su dimensión inocente y juvenil, ñoña y pija (Verano Azul para entendernos) sino en una vertiente mas agresiva y macarra, al que se le añade un apéndice, denominado popularmente "tubarro" que confiere al ciclomotor mas velocidad y tronío. Mediante este simpático artilugio el propietario de un Vespino o de una Derbi Variant puede sentirse como si pilotara una motocicleta de gran cilindrada, al menos en lo que respecta a contaminación acústica, aspecto en el que incluso supera a una moto de 500 cc.

Los 90, la ruta del bacalao

En esta década se pone de moda la llamada "ruta del bacalao", se impone pues aún mas la motorización juvenil, por lo que es indispensable tener un Ibiza, un Clío, o un Ford Fiesta bien equipado, con un buen equipo de música para dar y repartir, y a ser posible personalizado. Sobre la carrocería se pueden poner pegatinas de macrodiscotecas ibicencas o de la costa levantina, además de un recurso muy original, una pegatina en forma de gota de pintura que chorrea sobre el capó. Los años noventa traen también el uso del teléfono móvil al auto con todo lo que eso supone.

Para quienes quieren mas están el Toyota Celica, el Ópel Calibra y el Ópel Tigra, pero sobre todo el Hyundai Coupé. Existen tres hitos importantes en la historia de la humanidad en lo que a automoción se refiere, la invención de la rueda, la invención del automóvil y la invención del Hyundai Coupé. El coupé es un coche que confiere a quien lo conduce distinción, elegancia, hidalguía y espíritu deportivo, a la vez que un aire juvenil y desenfadado, y con un precio al alcance de cualquier camarero, camello de barrio, fontanero o empleado de finca urbana, pero que sabe lo que quiere. Puedes conseguirlo en multitud de colores y además sí crees que pasa desapercibido entre la gente puedes probar a colocar una enorme pegatina en el cristal trasero con la leyenda "Hyundai Coupé" o "16 válvulas". Prueba además a poner un compacto de música moderna ("Modern Talking" por ejemplo) ,a pasar por una

zona de concentración juvenil y baja la ventanilla, te aseguro que no pasarás desapercibido. Es mas, sí pasas por delante de un grupo de quinceañeras calientes, se deleitarán imaginando fantasías sexuales contigo aún sin haberte visto el careto.

En esta década regresa la scooter, pero no me refiero a la scooter pulcra y elegante que todos conocemos Lambretta o Vespa) sino a nuevos modelos de estética entre Manga y galáctica, mas agresiva y urbana, con los que poder subirse a las aceras, adelantar por la derecha o saltarse los semáforos. Son los sustitutos del ciclomotor trucado cuya imagen ha quedado algo desfasada.

Epílogo : el macarra del siglo XXI

Por mas que incluyan la asignatura de Educación Vial en los planes de estudio, el futuro no se presenta demasiado halagüeño, los mitos de la ciencia ficción, entre ellos la capacidad de trasladarse de un sitio a otro de una forma silenciosa, personal, imperceptible y solo con el poder de la, mente parecen no llegar nunca. Por el contrario los métodos de diversión de la juventud (el conocido "botellón") exigen motorización y ruido, y es que en definitiva una ciudad sin jóvenes motorizados haciendo el bobo es como una corte medieval sin bufón.

Ramón Barroco (Uno de a pie)

Discografía recomendada:

-Amigo conductor / Perlita de Huelva

-La moto / Los Bravos

- Hombre del 600/Desde Santurce a Bilbao Blues Band

-Yo solo lo hago en mi moto / Obús

-Devuélveme las llaves de la moto / Palmera

-Voy a mil / "Olé-olé"

-Soy un macarra / Los ilegales

-Ibiza Mix /Macarras diversos

-Extasi, extano / Chimo Bayo

Filmografía recomendada:

-Manolo, guardia urbano /

-Sor Citroen

-Los camioneros (Serie TVE).

-Perros callejeros / José Antonio de la Loma

-Colegas / Eloy de la Iglesia

-El coche fantástico.

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Serge Gainsbourg: un homenaje a un viejo canalla

El dos de marzo se cumplieron once años desde que Serge Gainsbourg se fue a descansar para siempre, después de una vida plena de excesos. Con motivo del décimo aniversario de su muerte, se editó en nuestro país un disco homenaje. Este ha sido, al margen de algún que otro despistado disco de importación, el primer documento que ha llegado a nuestras tiendas de discos sobre este inigualable genio francés. Porque, hasta hace relativamente poco, Gainsbourg sólo era reconocido en los paises francófonos. Como sigue pasando con Jacques Dutronc o Michel Polnareff, por ejemplo.

Lucien Ginzburg nació en paris en 1928. Judío y de origen ruso era, objetivamente, una persona fea. Estas y otras circunstancias, modelaron un personaje que podría describirse, por ejemplo, así:

Bebedor de whisky, fumador de gitanes, noctámbulo (como su mentor Boris Vian), provocador, terriblemente irónico y retorcido, seductor obsceno y lujurioso, intelectual libertino, siempre excesivo, sensible...un creador que empezó siendo pintor, fue pianista, actor, realizador y director de cine, cantante y compositor,....que cultivó la chanson, el pop, el rock, la música rasta, los ritmos latinos, el jazz, y el rap...que fue autor de canciones como je t´aime, les sucettes, comment te dire adieu, bonnie & clyde, melody nelson, le javannaise, poupée de cire, poupée de son, harley davidson, 69 année erotique, lemmon incest....que fueron compuestas para Brigitte Bardot, Jane Birkin, Catherine Denueve, Françoise Hardy, France Gall, Silvie Vartan, Vanesa Paradis, Juliette Greco, Charlotte Gainsbourg...con algunas de las cuales tuvo tórridos romances (seguro que con el resto también los quiso tener),...y que después han sido versioneadas por grupos y solistas internacionales de la talla de Belle & Sebastián, Luna, Stereolab, Hooverphonic, Howie B, Mick Harvey (Bad Seeds), Vive la fête entre otros; grupos españoles como Nosoträsh, Souvenir,... personajes como Luis Miguélez o seres inefables, como Enrique Bunbury (lo siento,.. sí, también él).

Por eso,....sí,... ya sabemos que desde hace unos años a esta parte es como guay "ser de gainsbourg" fuera de las galias,... pero es que ¡¡¡ ya era hora !!!

S.G. supo rodearse de excepcionales arreglistas que acabaron por redondear sus extraordinarias composiciones. Si sus melodías son deliciosas y aterciopeladas (en muchos de los casos), sus letras son inteligentes, llenas de juegos de palabras y sutiles metáforas de perversas intenciones.

Completó una vida que discurrió casi siempre entre escándalos:...el video de la canción "lemon incest", donde aparecía encamado con su hija Charlotte (menor de edad);..."I wan´t to fuck you", le espetó a Whitney Houston ebrio de whisky en un programa en directo de la televisión francesa, haciéndole mudar la pigmentación del color de su cara;...su versión reggae de la marsellesa, que le valió amenazas de muerte;...las grabaciones de "je t´aime" con B.B. y con Jane Birkin, censuradas en muchos paises (en el nuestro también); la versión cinematográfica con el mismo título protagonizada por su esposa (en aquel momento) Jane Birkin y el exuberante Joe Dallesandro en el papel de camionero gay.

En 1971 editó su obra maestra, el LP "Melody Nelson",... un disco conceptual con canciones largas, y una portada preciosa (el color, la foto, la modelo, el modelito, la tipografía,...su sencillez setentiana). En definitiva, un disco indispensable para los que tenéis más de treinta CDs. Otra opción es hacerse con la colección de CDs compilada por la Phillips francesa y que se puede encontrar en cualquier tienda de discos del pais vecino. O si no, buscar los discos homenaje: Lucien Forever, I love Serge, Gainsbourg chante par..., o los dos discos de Mick Harvey (Pink Elephants e Intoxicated man).

Pues eso, ...ya era hora.

fop (plexiglás)

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Manikies: Lupo Soup

Don Evelio era mod, Dadá Sol o Arrebato en re menor son canciones incluidas en la nueva iniciativa musical de Pedro Ramírez, un vizcaino enamorado del surrealismo y los mundos de Tristan Tzara, así como de los sonidos naif de los años sesenta. Canciones grabadas en su habitación en un cuatro pistas con su voz dadaísta, su guitarra acústica, un mítico casiotone y una guitarra española utilizada como bajo.

Contacto: Pedro Ramírez, Avda de la Libertad, 38, 1º, 48901 Baracaldo.

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Los malos tiempos ya han quedado atrás: nuevo libro de Dave Alvin publicado por Gamuza Azul

Poesía escrita por uno de los estandartes del movimiento musical denominada americana. El reverso del sueño americano: violencia, soledad, amargura....el alimento de los viejos blues. Bob Dylan y Woody Guthrie compartiendo bolígrafos con Charles Bukowski y Sam Shepard.

"...Después de que me preguntara si seguía queriéndola

Después de mentirle por última vez

Después de dejarla sola en su piso nuevo

Después de cenar solo aquella noche en un restaurante chino

Después de abrir mi galleta de la suerte

la tarjeta decía:

LOS MALOS TIEMPOS YA HAN QUEDADO ATRAS"

www.gamuzaazul.com

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Los Empresarios:Las fuerzas vivas

Cuarto disco autoproducido por Los Empresarios en su sello Latifundio Records. Siguen en su línea de pop naif contagioso y amateur. Como siempre, destacan sus brillantes letras siendo uno de los pocos grupos en esta línea de cancioncillas pop sencillas/simpáticas que pueden compararse al genio de Los Nikis o al tandem Berlanga- Canut. Mariscada obrera u Orquesta de verbena son dos buenas muestras.

Contacto: latifundio@yahoo.es

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Spanish Bizarro: Volumen 5

¿Sabían ustedes que uno de los rojos oficiales del regímen- nuestro amigo, el asturiano Víctor Manuel- grabó en los inicios de su carrera musical una canción de homenaje al invicto Caudillo que reposa en el Valle de los Caidos? Puese, señores, dense prisa y soliciten el volumen nº 5 de la recopilación de música psicotrónica Spanish Bizarro.

Además de escuchar al marido de la mujer más desea de España (bueno, según las mismas encuestas que sitúan a a Rocío Jurado entre una de las cinco mujeres más atractivas de nuestro solar patrio) podrás deleitar a Juan Erasmo Mochi - ¿lo recuerdan- cantando el cara al sol en versión pop y otras múltiples joyas psicotrónicas.

Como lectura que acompañe esta audición recomendamos enérgicamente la revista Flandis Mandis.

Contacto: baturrico@hotamil.com

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Le Touriste, viajando en la era pop

Un fanzine de música pop con numerosos destellos de ingenio y una estética donde la presencia de iconos como Audrey Hepburn y otras heroinas del cine y la música de los años 60 garantizan su lectura repetida. Imprescindible.

Apdo 1867. 33080 Oviedo

www.oocities.org/letouristefanzine/index.htm

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Tremolina, le petit fanzine

Otro fanzine pop que en su número 9 ha dedicado un completo estudio a la cinematografía de John Hughes, un director especializado en comedietas de adolescentes mononeuronales o norteamericanos (tanto monta...) como 16 Velas, La Chica de Rosa o Todo en un día. Hasta igual buscamos una de estas películas y aprovechando nos damos una vuelta – ya que estamos en plan nostálgico de los 80 – por un lugar mítico de aquella década: el vídeo- club.

tremolina@hotmail.com

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"No comas trozos tan grandes, mastica, mastica bien, ten cuidado con las espinas, es malo leer mientras se come, se te va a subir la sangre a la cabeza, tápate más, no te acerques a la barandilla, no te asomes al balcón, no te subas a la silla, ponte la chaqueta que te vas a enfriar, no corras que te vas a caer, no sudes, no te metas en los charcos, no bebas agua después de la fruta, no tomes helados que se te corta la digestión, no cojas nada del suelo, no toques eso, lávate las manos que has andado con dinero, quédate donde no cubre, ven derecho a casa, no hables con nadie que no conozcas, no aceptes nada de lo que te den, no abras nunca la puerta, ¿has rezado tus oraciones de antes de dormir?, cuatro ángeles guardan mi lama, porque podéis castigarme con las penas del infierno, no me dejes solo ni de noche ni de día, por mi culpa, por mi gran culpa, por mi grandísima culpa, apaga la luz."

(Manuel Hidalgo, "El hombre malo estaba allí")

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