ROSAS
DE AZAFRÁN
QUISE DARTE EL FIRMAMENTO
Yo quise darte el firmamento un día,
y no he podido, amor, ¡Qué desaliento!
Yo seguiré buscando ese momento,
y cumplir la promesa que tenía.
Es toda mi ilusión. La fantasía
está en mi corazón. Mi pensamiento
es cumplir firmemente lo que siento,
aunque no haya podido todavía.
Continuaré mi lucha apasionada
e intentaré seguir con mi locura,
que es fácil proseguir si uno se empeña.
Ya ves mi amor. ¡No puedo jurar nada!
Quise darte la luz. ¡Qué
desmesura!
Si el destino se burla de quien sueña.
Córdoba 1 de Enero de 2000
SED DE AMOR
Tú con su eterna evasiva,
huyendo de la evidencia,
y no quieres comprender
que tu actitud me atormenta.
Porque tú eres mi esperanza,
y en tus ojos se reflejan
la paz de tu corazón
y la luz de mi existencia.
Eres fragancia de aurora,
el mástil de mi bandera,
efluvio de los jarales
y de mis sueños cadencia.
Tú sabes que eres mi aliento,
que tengo el alma sedienta,
y que la sed se me quita,
tan sólo cuando me besas
Enero de 2000
HALO DEL ALBA
Tú eres lluvia entre mis manos,
refrescante y cristalina.
Mensaje de certidumbres
y el eco de mi poesía.
Alondra que en la mañana,
como cadencia cautiva,
va entonando los arpegios
arrancados de su lira.
La luz que se reverbera
entre las olas marinas,
y ha dejado su silueta
esculpida en mis pupilas.
La sinfonía del viento
en las montañas dormidas,
bajo el dintel relumbrante
de la aurora fugitiva.
Eres el halo del alba,
curruscante melodía.
Cúspide de mi esperanza
en mi corazón dormida.
Julio de 1999
BESOS CAUTIVOS
Ese fuego de amor que te disloca
te llena el corazón de fantasía.
Una falsa y extraña melodía
y el frío sinsabor que te provoca.
Tú buscas el amor como una loca,
con ahínco, pasión y la
ardentía
de quien tiene en los labios todavía,
los besos que se escapan de tu boca.
Y toda esa pasión desordenada,
se refleja en tus ojos dulcemente.
Pero el amor no llega y de repente,
expresas el dolor en tu mirada.
Y una fragante flor enamorada
se marchita en silencio lentamente.
Marzo de 2000
HOMBRES SIN AMOR
Este silencio cósmico te abruma.
Hombre fugaz de vida solitaria.
Este silencio que lo llevas dentro
y nadie en tu periplo te acompaña.
¡Qué desnudez de aliento
en tu existencia!
¡Qué soledad! ¡Qué
vida desgarrada!
Sintiendo en tu interior como tirita,
tu corazón cubierto por la escarcha.
Un hombre sin amor. Hombre de nadie,
que llevas la tristeza en tu mirada,
y no conoces el calor de un beso
que llene tu existencia de esperanza.
Agosto de 1999
MUJER SIN AMOR
SOLEDAD en el alma entristecida,
y un dolor metafísico y distante.
Perdida la mirada. Indiferente.
Como una rosa perfumando el aire.
Los labios de azahar. Fuego de luna.
Amapola romántica y salvaje.
Que tiene el corazón como la alondra,
cautivo en las eternas soledades.
Con las manos al viento levantadas,
y el corazón con ritmo tremulante.
Un mástil de pasión que
en su locura,
busca y busca un amor inalcanzable.
Ya todo es soledad sin esperanza.
¡Qué triste singladura!
Y nadie sabe,
que tiene un corazón como la aurora.
¡Cómo la rosa que perfuma
el aire!
15 de Octubre de 1999
AURAS MARINAS
YO QUIERO SER UN VIEJO MARINERO
A Antonio López Quero, un excelente amigo.
Yo quiero ser un viejo marinero,
y navegar allende de los mares,
cruzando el horizonte en mi velero,
y entre brumas y luces estelares,
antes que apunte la radiante aurora,
que las ninfas me enseñen sus cantares.
Yo siempre navegando hora tras hora
por los gélidos mares. La corriente
que a nuestra singladura se incorpora.
Los mares tropicales. Sol caliente
que deja sobre el aire en primavera
una sutil fragancia transparente.
Quiero la soledad. También quisiera
yo ser condecorado por el viento
y ondear con orgullo mi bandera.
Sentir la inmensidad. ¡Qué gran evento!
Saber que se convierte en osadía
maniobrar el timón. ¡Y en un momento!
Vencer el temporal con valentía.
¡Oh la estrella polar! ¡Oh mi velero!
Cómo surca la extraña travesía.
Se aproxima el otoño. ¡Qué ligero!
Atraviesa los círculos polares.
La aurora boreal. Yo sólo quiero
quedarme entre las brumas de los mares.
Costa
del Sol, septiembre de 2000
MI CORAZÓN PENITENTE
Y A se acerca el otoño. Mi corazón lo siente,
porque pesa el cansancio de su largo camino.
Va buscando sin tregua cuál será su destino,
aunque olvida su rumbo de una forma inconsciente.
Se aproxima a la noche sigiloso y prudente,
con dolor asfixiante y con el paso cansino.
Va reptando mi vida como el fiel peregrino
que ya lleva la angustia reflejada en su frente.
Y aunque sigue reptando va dejando sus huellas
en los riscos hirientes de su larga andadura,
donde deja en el aire su fatigoso aliento.
¡Qué terrible suplicio! Buscando en las estrellas,
una luz de esperanza que rompa la amargura
de convertirse en nada sin ningún argumento.
Equinoccio de otoño de 2000
QUISIERA SER MARINERO
Quisiera ser marinero
de una goleta en la mar.
Sentirme un aventurero,
y aunque no sé navegar,
perderme con mi velero.
Navegar. ¡Cuánto daría!
Por maniobrar el timón.
Ser bruma en la lejanía,
y olvidar la sinfonía
que amarga mi corazón.
Mi velero. ¡Siempre avante!
Navegando en alta mar,
y aunque el singlar es constante,
sabe que en cualquier instante,
puede un barco naufragar.
Abril de 2001
LLENOS DE PASIÓN
Y o quiero que amanezca, vida mía,
y poder contemplar,
tus ojos, tu sonrisa, tu alegría,
en la orilla del mar.
Mirar al horizonte indiferente,
con su tenue esplendor,
posar un beso en tu impoluta frente,
como prueba de amor.
Y trémulos los dos ante la aurora,
y llenos de pasión,
que calcine tu boca redentora,
mi pobre corazón.
Mayo de 2001
UN JARDÍN PARA LAS OLAS
A mis nietos Alfonso y Alejandro, con todo mi cariño.
Tengo plantado en la mar,
un jardín de caracolas
para que vengan las olas
por la mañana a soñar.
Las olas en el jardín
de estuco y plantas marinas,
con las flores nacarinas
de color verde y carmín.
Las olas de espuma y sal,
con su suave movimiento
y la caricia del viento
que llega del litoral.
Se presentan cada día,
las olas enamoradas
de luna y sol coronadas
con su alegre algarabía.
Las olas con sus amores,
los delfines de la aurora
y el jardín que se decora
con los más vivos colores.
Las olas en la pradera
de los fondos submarinos,
con destellos matutinos
de la tibia primavera.
Sevilla, 26 de abril de 2001
SUEÑOS DEL MAR
Para
Ángel Moyano, un buen amigo, con
sincero afecto.
Y o no sé cuánto daría
por ver de nuevo la mar,
la escollera, la bahía
y sentirme todavía
con ganas de navegar.
Con las velas desplegadas,
navegando a sotavento,
y pasar las madrugadas
entre las olas y el viento.
El bramido de los mares,
la levedad del timón,
recordando los cantares
que llevo en el corazón.
Navegar en mi velero,
bajo la noche estrellada
y hacer siempre lo que quiero,
que es ser un buen marinero
sin deberle a nadie nada.
9
de diciembre de 2000