Sobrevivir
al infierno
A
Yoshie Kamioke la demora de un tranvía la salvó
de morir en Hiroshima. Daisuk Miura tenía un año
cuando estalló la bomba sobre Nagasaki. Ambos reconstruyeron
sus vidas en la Argentina. Recuerdos en primera persona.
Por
Santiago Murga. Clarin, 8 de agosto de 2007
A partir de 1945, las fechas 6 y
9 de agosto adoptarían el rótulo de días
trágicos y referenciales para la historia mundial.
En la mañana del lunes 6, el bombardero estadounidense
"Enola Gay" inauguraba, en guerra, la primera
detonación de una bomba atómica, que fue lanzada
sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Se estima que la
explosión dejó una cifra inicial de 140 mil
muertos, y todavía hoy continúa muriendo gente
por las consecuencias de la radiación que liberó
Little Boy, el nombre que los militares norteamericanos
eligieron para su bomba. Sólo tres días pasaron
para que ocurriera nuevamente, también en territorio
japonés. Fat Man, la segunda bomba atómica
fue lanzada sobre Nagasaki, aunque su destino era Kokura.
Inmediatamente se contabilizaron más de 70 mil muertos.
En tanto, otros cientos de miles fallecieron en meses y
años sucesivos.
Esta
semana se cumplen 62 años de las tragedias. Clarín.com
logró reunir a dos sobrevivientes, que hoy asentados
en la Argentina, recuerdan cómo fueron los momentos
previos y posteriores a sus 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente.