Juan Capítulo 20 (Continuado)

Juan 20:18-20 Fué María Magdalena dando las nuevas á los discípulos de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas. Y como fué tarde aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los Judíos, vino Jesús, y púsose en medio, y díjoles: Paz á vosotros. Y como hubo dicho esto, mostróles las manos y el costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor.

Fíjese en que Yeshua no llamó a la puerta. La puerta estaba cerrada con llave y Yeshua se les apareció, con su cuerpo glorificado, no estando ya limitado ni por el tiempo ni por el espacio.

¡Imagine usted lo contentos que debieron de estas ellos viendo al Mesías resucitado!

Ellos estaban ocultos, no sabiendo si los dirigentes judíos les iban a detener e iban a correr la misma suerte que Yeshua. Una vez que han visto con sus propios ojos que Yeshua ha resucitado de entre los muertos, sus temores les abandonan y hasta pueden predicar y enseñar con valor al pueblo acerca de las buenas noticias. Cada uno de ellos se tuvo que enfrentar con la persecución en su ministerio y a la mayoría de ellos les mataron. Estos hombres se convirtieron en héroes por la fe en su Mesías. El hecho de que se muestren las debilidades de estos hombres demuestra que eran como nosotros los humanos en todos los sentidos. Así es como la Biblia siempre ha mostrado a diferentes personas incluso en la Toráh. Si yo fuese a escribir un cuento de hadas hubiese mostrado a personas que fuesen casi perfectas y de haber sido falsa la historia de la resurrección no hubieran tenido motivo alguno de morir por una mentira.

Juan 20:21-23 Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz á vosotros: como me envió el Padre, así también yo os envío. Y como hubo dicho esto, sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo: A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: á quienes los retuviereis, serán retenidos.

El incrédulo continuará en su pecado y sin la paz que Yeshua tiene que ofrecer. Nosotros podemos ser o bien como la persona que se hallaba a la izquierda de la estaca de la ejecución o como aquellos que se burlaron de Yeshua y permanecieron en su maldad. Si Yeshua hubiese ido primero a los gentiles estoy segura de que muchos de ellos hubiesen hecho exactamente la misma cosa y en la actualidad todavía tenemos a muchos que se burlan de Su nombre y del nuestro.

Marcos 15:28-32 Y se cumplió la Escritura, que dice: Y con los inicuos fué contado. Y los que pasaban le denostaban, meneando sus cabezas, y diciendo: ¡Ah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo edificas, Sálvate á ti mismo, y desciende de la cruz. Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos á otros, con los escribas: A otros salvó, á sí mismo no se puede salvar. El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le denostaban.

Y los que fueron crucificados juntamente con El le injuriaban.

Juan 20:24 Empero Tomás, uno de los doce, que se dice el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

En algunas ocasiones esta confianza se produce lentamente mientras que hay otros que quieren pruebas.

Juan 20:25 Dijéronle pues los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

De ahí sale la expresión "el que duda como Tomas". No siga usted siendo como el "Tomás que duda" y diga usted que No está. Ore usted y pídale a Di-s que le revele la verdad acerca de Yeshua.

Juan 20:26-28 Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las puertas cerradas, y púsose en medio, y dijo: Paz á vosotros. Luego dice á Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel. Entonces Tomás respondió, y díjole: ¡Señor mío, y Dios mío!

Di-s requiere conocimiento, pero al mismo tiempo confianza.

Juan 20:29 Dícele Jesús: Porque me has visto, Tomás, creiste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.

Tomás creyó porque vio a Yeshua con sus propios ojos. Yeshua dijo que "nosotros" somos benditos porque hemos creído a pesar de que no le hemos visto a El con nuestros ojos físicos, sino con los espirituales.

Juan 20:30-31 Y también hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.