El primer modelo mecánico del origen de los terremotos fue propuesto por E. Reid en 1911, con la teoría del "rebote elástico". De acuerdo con esta teoría, las deformaciones elásticas se van acumulando en una región, hasta superar la resistencia del material, produciendo una fractura con movimiento relativo de bloques, así como la relajación de las deformaciones acumuladas. La energía elástica se almacena de forma lenta, mediante procesos que pueden durar desde decenas hasta cientos de años. En cambio, la liberación de la energía , que se manifiesta en los terremotos dura solo algunas decenas de segundos.
Este modelo implica la existencia del ciclo sísmico, el cual consta de 4 fases: periodo pre-sísmico, co-sísmico, post-sísmico e intersísmico. Cada una de estas etapas va acompañada de deformaciones que pueden ser medidas sobre la superficie terrestre por medio de técnicas geodésicas. En México, desde 1992, se viene realizando un monitoreo de la deformación mediante diversas técnicas como el GPS y la nivelación geodésica (Kostoglodov et al., 2001, Franco 2002). Inicialmente se establecieron alrededor de 12 estaciones temporales en el Edo. de Guerrero, con el propósito de estudiar la fase intersísmica de la Brecha de Guerrero. En 1997 comenzó a operar la primera estación permanente en este estado, y en 1998 se amplió la red de estaciones temporales a aproximadamente 20, iniciando así la actual red de Guerrero. Además de las estaciones temporales se cuenta ya con cuatro estaciones permanentes, y se tiene proyectado instalar hasta 5 estaciones más en el año 2002.
Para estudiar en detalle la deformación inducida por los procesos previos a los terremotos de gran magnitud en toda la zona de subducción de México, se han establecido estaciones GPS permanentes y de ocupación temporal en los estados de Oaxaca y Chiapas, que juntamente con las estaciones del estado de Guerrero conforman la mega-red GPS "SISMOLOGIA-IGEF".