A diferencia de otros palacios y edificios
monumentales, el Palau de la Generalitat no fue nunca una mansión
señorial aristocrática, ni tampoco un recinto religioso.
Desde sus inicios acogió
las instituciones de autogobierno de los valencianos, han pasado cinco siglos
desde entonces, y sigue sirviendo a esos mismos fines, al acoger hospitalario la
Presidencia de la Generalitat Valenciana.
El Palau, monumento por excelencia del centro
histórico de la ciudad de Valencia, se emplaza en una zona donde la
historia de la ciudad reconoce el foro romano o la basílica visigótica y la
mezquita árabe. Y más tarde, tras la conquista de Jaume I, cerca de allí se
alzaría la seo, el palacio arzobispal y las grandes casonas o palacios de los
nobles caballeros que darían nombres a la calle.

El barrio de la Seo, en el centro histórico de la
ciudad, acoge varios de los edificios más representativos de la ciudad: las
torres de Serranos, las torres de Quart, la basílica de la Virgen, la catedral
y el Miguelete, la torre de santa catalina, el palacio de Benicarló (sede de
las Cortes) y el Palau de la Generalitat.
La fachada principal jalonadas por sendos
torreones, desde la calle podemos apreciar su aspecto de palacio valenciano del
siglo XVI, con su portal de medio punto rematado por una doble dovela.
Sobre un
semisótano que se abre casi a ras del suelo, se levantan tres alturas. En el
entresuelo se abren unos ventanales rectangulares semejantes a los que también
proyecto Pere Comte en la Lonja que se sostienen sobre columnas laterales
cerradas con capiteles de figuras fantásticas.
La planta principal formada
por la característica serie de ventanales trilobulados. Bajo el alero
prominente, en la tercera altura, se cobija una galería de arquillos. Todo ello
cerrado por un tejado con dos vertientes que contrasta con las cuatro del
torreón primitivo.
Detalle del balcón esquinado
y ventanal trilobulado
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Torreón antiguo

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El balcón esquinado se construyó para que las
autoridades pudiesen tener una perspectiva de la procesión del Corpus. El
remate de la torre, de estilo herreriano, está coronado por una cornisa y
balaustrada de piedra con adornos de esbeltos pináculos en cada esquina y una
serie de pomos esféricos en los cuatro laterales.
Si
nos adentramos en el patio antiguo a través del zaguán. Se observa que
está formado por tres secciones, dos de ellas cubiertas ( la primera y más
antigua, y la tercera, con acceso desde la plaza Manises, ambas con escaleras a
los dos lados que comunican con el entresuelo ) y una central descubierta a la
luz, que es el patio propiamente dicho.
Patio antiguo zona descubierta
Patio zona cubierta y puerta calle Caballeros
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Todavía en el mismo patio, se encuentra la escultura de bronce titulada
El
infierno de Dante (1899), de Mariano Benlliure, inspirada en la
Divina
Comedia. En ella, Dante guiado por Virgilio desciende al averno. |
La distribución en varias
plantas y entresuelos alrededor de un patio descubierto incluye el Palau entre
las inconfundibles casa nobles de la ribera del Mediterráneo. Su singularidad,
que a su vez lo diferencia de sus semejantes, es la amplitud de sus arcos escárzanos
levantados a ambos extremos del patio, así como la falta de la galería de
arcos tan común en otros palacios, lo que produce una sensación de desahogo en
el visitante.