Antiguo emblema de la Generalitat                                       Emblema actual

El Palau tuvo su origen en la casa de un noble, a la que fueron añadiendo otras vecinales, que la historia convertiría primero en sede de la Diputación  de la Generalitat del Reino de Valencia, máxima institución foral de los valencianos; más tarde, con la pérdida de los fueros, aquí se asentó la Audiencia Territorial ( a partir de 1751 ), hasta 1923 en que se instala la  Diputación Provincial. En 1978, con la aprobación del régimen preautonómico, la  Presidencia del Consell se acomoda en el Salón Dorado y cuatro años después, en 1982, se aprueba el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, y el Palau acoge las dos máximas instituciones de los valencianos: las Cortes y el Consell. En 1984, las Cortes toman posesión de su nueva sede en el cercano palacio de Benicarló, y la Presidencia de la Generalitat se queda definitivamente en el Palau.

Palau de la Generalitat Valenciana
En 1931 es declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional

                                 

Fachada de la Plaza de Manises y calle de la Batlia                          Torreón antiguo y calle Caballeros

El Palau comenzó a ser construido para servir de sede a las dependencias  de la administración foral valenciana en el siglo XV. Desde entonces ha ido creciendo y transformándose hasta alcanzar su configuración actual ya en este siglo.

  A diferencia  de otros palacios y edificios monumentales, el Palau de la Generalitat no fue nunca una mansión señorial    aristocrática, ni tampoco un recinto religioso.

Desde sus inicios acogió las instituciones de autogobierno de los valencianos, han pasado cinco siglos desde entonces, y sigue sirviendo a esos mismos fines, al acoger hospitalario la Presidencia de la Generalitat Valenciana.

El Palau, monumento por excelencia del centro histórico de la ciudad de Valencia, se emplaza en una zona donde la  historia de la ciudad reconoce el foro romano o la basílica visigótica y la mezquita árabe. Y más tarde, tras la conquista de Jaume I, cerca de allí se alzaría la seo, el palacio arzobispal y las grandes casonas o palacios de los nobles caballeros que darían nombres a la calle.

El barrio de la Seo, en el centro histórico de la ciudad, acoge varios de los edificios más representativos de la ciudad: las torres de Serranos, las torres de Quart, la basílica de la Virgen, la catedral y el Miguelete, la torre de santa catalina, el palacio de Benicarló (sede de las Cortes) y el Palau de la Generalitat.

La fachada principal jalonadas por sendos torreones, desde la calle podemos apreciar su aspecto de palacio valenciano del siglo XVI, con su portal de medio punto rematado por una doble dovela.
Sobre un semisótano que se abre casi a ras del suelo, se levantan tres alturas. En el entresuelo se abren unos ventanales rectangulares semejantes a los que también proyecto Pere Comte en la Lonja que se sostienen sobre columnas laterales cerradas con capiteles de figuras fantásticas.
La planta principal formada por la característica serie de ventanales trilobulados. Bajo el alero prominente, en la tercera altura, se cobija una galería de arquillos. Todo ello cerrado por un tejado con dos vertientes que contrasta con las cuatro del torreón primitivo.

    Detalle del balcón esquinado

          y ventanal trilobulado

               Torreón antiguo

El balcón esquinado se construyó para que las  autoridades pudiesen tener una perspectiva de la procesión del Corpus. El remate de la torre, de estilo herreriano, está coronado por una cornisa y balaustrada de piedra con adornos de esbeltos pináculos en cada esquina y una serie de pomos esféricos en los cuatro laterales.

Si nos adentramos en el patio antiguo a través del  zaguán. Se observa que está formado por tres secciones, dos de ellas cubiertas ( la primera y más antigua, y la tercera, con acceso desde la plaza Manises, ambas con escaleras a los dos lados que comunican con el entresuelo ) y una central descubierta a la luz, que es el patio propiamente dicho.

    

Patio antiguo zona descubierta       Patio zona cubierta y  puerta calle Caballeros
Todavía en el mismo patio, se encuentra la escultura de bronce titulada El infierno de Dante (1899), de Mariano Benlliure, inspirada en la Divina Comedia. En ella, Dante guiado por Virgilio desciende al averno.

La distribución en varias plantas y entresuelos alrededor de un patio descubierto incluye el Palau entre las inconfundibles casa nobles de la ribera del Mediterráneo. Su singularidad, que a su vez lo diferencia de sus semejantes, es la amplitud de sus arcos escárzanos levantados a ambos extremos del patio, así como la falta de la galería de arcos tan común en otros palacios, lo que produce una sensación de desahogo en el visitante.

 


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