En el entresuelo, partido por el patio antiguo, a mano izquierda encontramos tres salas antiguas que, en su tiempo, fueron asignadas a unos usos concretos: escribanía, archivo y sala de reuniones (o Sala Vella), respectivamente vistas desde la entrada principal.
Por su parte , si tomamos la escalera de la derecha, la de la torre, entraremos en el Salón Dorado grande y por las puertas del fondo llegaremos al Salón Dorado pequeño o retret.

Las dos salas fueron construidas entre 1517 y 1538 y con ellas, además de ampliar el espacio, se pretendía  una idea antigua de todos los diputados: que la Diputación de la Generalidad dispusiese de un palacio digno.

Salón Dorado Grande

                            Detalle techo Salón Dorado Grande
                           

La grande tuvo su función como lugar de reunión extraordinario, aunque ocasionalmente fue prisión de nobles. La sala pequeña, por su parte, sirvió como sala de juntas común, pero sobre todo, a causa de su recogimiento, se soportaban mejor en ella los fríos inviernos. El elemento más característico de las dos estancias es el artesanado dorado, del que toman el nombre.

El artesanado dorado establece una relación de igualdad entre la simetría renacentista y el gusto mudéjar. Cada casetón lleva en su interior otra figura en forma romboidal que, a su vez, incluye un octógono con un florón pinjante central. Todo ello, trabajado con el minucioso corte mudéjar, pero salpicado ya con los más característicos motivos renacentistas como son las hojas de acanto, bustos, ovas,  dardos y dentículos. Esta obra, debida al maestro Genís Llinares, fue policromada en oro por Joan Cardona.

Podemos acceder al Salón Dorado pequeño por alguna de las dos puertas del fondo; la de la izquierda una de la más bellas del Palau, formada por dos columnillas que cierran un arco flamígero sobre el que hay esculpidos dos centauros.

Puerta entrada Salón Dorado pequeño

Rosetón octogonal S. Dorado pequeño

Detalle entrada S. Dorado pequeño 

Igual que el Salón Dorado grande , el artesanado fue obra del equipo de Genís Llinares, ahora ayudado por su hijo Pere Llinares Blasco que la concluiría a la muerte de su padre. En las dos salas destaca el gusto mudéjar fundido con elementos renacentistas.

La escalera principal da acceso a la primera planta. Siguiendo el esquema del patio central, la dividiremos en dos secciones: por una parte, la de la casa antigua, formada por el Salón  de Reyes y la capilla, con ventanas a la calle Caballeros; el salón de Honor (cuerpo central),  el salón de la chimenea  y el de Calixto III, que se abren  sobre la plaza Manises.

En la sección de la torre, está la Sala Nova o Salón de las Cortes.

En el rellano de acceso a la planta principal hay una doble puerta  en un ángulo de 90º. En el que se puede apreciar, sobre un arco, los tres emblemas de la Generalitat: El Ángel Custodio, en representación de la nobleza, La Virgen, por el eclesiástico, y san Jorge, en representación del estamento militar. Este símbolo, representativo de la Generalitat, lo es hoy de las Cortes Valencianas.

Escalera de honor con puertas de acceso al Salón de Reyes y al Salón de Honor. A través de la puerta frontal se accede al salón de Honor, antiguamente destinado a reuniones especiales de juramento y otros que requerían un mayor protocolo.

 


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