Al atravesar la puerta de la derecha y el arco mixtilíneo de la izquierda nos encontraremos en una de las estancias más importantes del  Palau: el salón de los Reyes, que toma su denominación por la serie de retratos, en su mayor parte imaginarios, de los reyes que gobernaron Valencia.

El salón se alza sobre la crujía de vigas del zaguán y se asoma a la calle de Caballeros  a través de sus cuatro ventanas partido por finas columnas. La construcción de la estancia, iniciada en 1511, se debe a Joan Mançano. El artesanado original desapareció en el siglo XIX y fue sustituido por el actual.

Salón de Reyes

 Puerta de acceso al Salón de Reyes c

 Vista del Salón de Reyes, al fondo la capilla

Capilla con retablo de la Virgen y el Niño rodeado de ángeles

El frontal de la puerta del siglo XVI, estilo renacentista construida con pilastras de jaspes grises y rojos, de orden dórico, rematada en la parte superior por los escudos de los estamentos del al Generalidad y coronada a ambos lados por los bustos de dos reyes, nos abre el acceso al salón de Reyes.

Tanto esa puerta como su cara interior son obra de los maestros marmolistas genoveses Joan María y Joan Baptista Abril  ( 1590-1592 ), aunque el proyecto, de 1584, pertenece a Pere Grossari. La cara interior de la puerta tiene una estructura semejante, aunque el remate lo forman tres cuerpos con las pinturas de las imágenes de la Virgen, san Jorge y el Ángel Custodio, coronados  en sus extremos por dos bustos que, probablemente con los de la cara exterior representen a los reyes bajo cuyo reinado se edificó el Palau: Pedro II, Alfonso III, Fernando el Católico y Felipe II.

El salón de Cortes debe su nombre, erróneamente, a una interpretación equívoca de sus pinturas; en ellas se puede contemplar una sesión de los diputados electos de la de la Generalidad del Reino, que asumían la representación del Reino y se reunían entre una convocatoria de Cortes y la siguiente, pero, la verdad es que una sesión de Cortes, con la presencia del rey, nunca tuvo lugar en esta sala.

Sala Nova o Salón de Cortes

Los diputados, además de ampliar el edificio con un nuevo salón, pretendían convertirlo en sede de sesiones, por lo que encargaron, de nuevo, el artesanado al maestro Genís Llinares (1540), que a su muerte continuaron sus hijos Pere y Martí, y finalmente concluyó en 1566 el carpintero y arquitecto Gaspar Gregori.

El padre prepara veintiún casetones con la misma estructura que los de la Sala Dorada grande, pero sin policromar en oro, lo que no es óbice par conseguir una ornamentación magnificente. La galería que sirve de apoyo al artesanado envuelve toda la sala. Se sustenta sobre recias ménsulas adornadas, individualmente, con motivos humanos, vegetales u mitológicos.

    Detalle techo y tribuna artesonado              Detalle de la galería

El punto central de cada uno de los lados de la sala está reservado para emblemas de la Generalidad. La tribuna se abre a la sala mediante una balaustrada sobre la que descansa la arquería formada por arcos de medio punto. La unión con el artesanado se resuelve mediante un arquitrabe y una moldura con motivos ovales.

El zócalo, compuesto por azulejos del siglo XVII, fue realizado a partir de 1568 siguiendo las pautas que marcaban Sevilla y Talavera.
En él se ilustran motivos ornamentales sobre blancos, azules, amarillos y ocres suaves (en algunos participó el pintor Juan de Juanes).
La decoración cerámica se completa con un pavimento de azulejos, terminado en 1576, que no ha llegado hasta nosotros.

 


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