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Se dice que cuando el Maestro llegó al Monasterio, se recogió dentro de una cueva cercana, donde permaneció durante nueve largos años meditando de cara a la pared (PiKuan), una forma de meditación que no es meramente pasiva, sino profundamente activa. |
Durante esos nueve años, una sola vez se quedó dormido durante una de sus muchas y prolongadas meditaciones, y se dice que fue tal su enojo que se cortó los párpados. Donde estos cayeron, comenzó a crecer una planta, con sus hojas parecidas a los párpados del Maestro. Esta planta es la que se conoce actualmente como Té, y a raiz de este fortuito incidente, existe un adagio Zen que dice:
El sabor del té
y el sabor del Zen
son un mísmo sabor
Se cuenta que BoddhiDharma preparó una infusión con las hojas de la planta que naciera de sus párpados, y la bebió, y como viera su utilidad, cuando tiempo después comenzó a instruir a los monjes del Monasterio ShaoLin, fomentó el hábito de beber una infusión preparada de esta planta para ayudar a los monjes a permanecer despiertos durante las largas horas de meditación a que eran sometidos por el Patriarca.
Por aquella época sólo dos monjes, cuyos nombres eran Shen Kuang y Tao Yin, habían ido a presentarse al Maestro. Aún eran jóvenes, más su voluntad era firme y su deseo por aprender lo más profundo de la Santa Doctrina era fuerte. Juzgaron que aquella era la gran oportunidad de sus vidas, pues había llegado un gran Maestro de la Ley.
Tan solo Shen Kuang persistió en su empeño de ser instruido por el Patriarca, suplicándole reiteradamente que le tomase como discípulo suyo, que le iluminase con respecto a la verdad última de las cosas, más cuantas veces le suplicó, BoddhiDharma no le prestó ninguna atención, permaneciendo con su profunda meditación PiKuan (de cara a la pared). Shen Kuang no se desanimó ante la actitud imperturbable del Maestro, sino que por el contrario siguió insistiendo con la esperanza de que el Maestro le tomaría tarde o temprano bajo su tutela. Tenía conocimiento de muchos grandes maestros que habían pasado duras pruebas antes de llegar a ser aceptados por sus maestros.
Cierta tarde, mientras esperaba respuesta por parte del Maestro, comenzó a nevar. Shen Kuang advirtió que si se marchaba en aquel momento, aunque regresara después, ya no tendría posibilidad, ni derecho, de ser considerado por el Maestro, pues habría demostrado con aquella actitud que no poseía valor alguno cuando las cosas no son favorables. No desistió en su empeño, y permaneció bajo la nieve, hasta que ésta llegó a cubrirle las rodillas. El deseo de Kuang era sincero y firme, más como viera que aquel Maestro no estaba dispuesto a prestarle atención alguna, pensó que aquella actitud de valor (o más bien de constancia) permaneciendo bajo la nieve demostraría cuán grande y sincero era su interés por ser instruido. Finalmente, y ante aquella actitud tan fervorosa por parte de aquel molesto visitante, BoddhiDharma preguntó abiertamente:
- "¿Que pretendes que haga por tí?"
Era el momento que Kuang había estado esperando: hablar con el Maestro. Al momento respondió:
- "Deseo recibir tu invalorable instrucción. Te ruego que seas misericordioso extendiendo tu mano de salvación hacia este pobre y mísero mortal sufriente."
La única respuesta que recibió fue:
- "La incomparable doctrina del Buddha sólo puede ser comprendida tras dura disciplina, soportando lo que es muy difícil de soportar, y practicando lo que es muy difícil de practicar. A aquellos hombres que sólo poseen virtud inferior y sabiduría inferior, no les es permitido comprender nada referente a ello. Todos sus esfuerzos quedarán en la nada."
Ante aquella respuesta que fué considerada como una rotunda negativa, Kuang se vió nuevamente esperando, mas ya no tenía esperanza alguna de ser aceptado por el Maestro de la Ley (es decir, del Dharma), por lo que una vez fuera de la cueva llegó al extremo de cortarse el brazo izquierdo, con una espada que llevaba, y ofreció su brazo al Maestro, en prueba de su angustioso y sincero deseo de ser iniciado en la verdad última. Al entregarle su brazo, el Maestro preguntó:
- "La verdad no debes buscarla a través de otro. ¿Que buscas de mí, que te ha llevado a esperar largo tiempo ahí afuera, y ofrecerme incluso tu brazo?"
- "Maestro, mi espíritu no está aún pacificado. Te ruego que me lo pacifiques."
- "Trae aquí tu espíritu y ponlo ante mí, que yo te lo pacificaré."
- "Pero Maestro, cuando busco mi espíritu no lo encuentro. ¿Como podré ponerlo entonces ante tí?"
- "Ahí tienes, que ya te he pacificado el espíritu de una vez para siempre"
Este es el primer ejemplo de la historia del Zen chino (Ch'an) de un diálogo auténticamente Zen, es decir, de un Wen-ta (Môndô). El erudito Tai Huo expuso lo siguiente cuando le pidieron que comentase este suceso:
"Hui K'ê comprendió lúcidamente aquella situación. Llevaba tiempo ya estudiando las escrituras budistas; su contestación (cuando busco mi espíritu no lo encuentro) estuvo acertada y clara. Supo que el 'asunto' no podía lograrse con propósito alguno, ni sin propósito alguno, ni mediante palabras, ni mediante quietud; no podía ser captado mediante la lógica, ni explicable ilógicamente... Hizo bien en contestar como lo hizo."
Tras aquella conversación con ¨BoddhiDharma, Shen Kuang obtuvo su Despertar genuino. Tai Huo comentó al respecto de este Tun Wu (Satori - Despertar):
"Fue semejante a cuando el Dragón penetra en el agua, y a cuando el Tigre trepa por la roca. En aquel instante preciso, Shen Kuang no vió ante sí al Maestro, ni siquiera la nieve, ni la mente misma que trató de captar algo, ni tampoco el TunWu mismo que se había apoderado de su mente. Todo fue vacío en su conciencia; todo se había desvanecido. Entonces pensó para sí:
'La soledad reina por doquier. Ni un alma
hay que more en el Monasterio ShaoLin'
Más, ¿se quedó Shen Kuang en aquel estado?, ¿permaneció en aquel vacío? No. Despertó abruptamente a una nueva vida. Se lanzó a un precipicio y, en consecuencia, salió indemne de una muerte segura. Fue entonces cuando sintió realmente la nieve fría, amontonada en el patio del Templo. Al igual que antes, su nariz descansó sobre su labio superior."
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