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Me casé con una montañesa. Jeannette nació
y creció en Bucay, provincia de Abra, vino a Manila para estudios
universitarios donde nos conocimos unos años después de su
graduación. Viajes frecuentes a su pueblo hicieron nacer en mí
un interés creciente por la cultura e historia del lugar. Todo empezó
con preguntas sin respuesta sobre un arco monumental, misterioso y semidecrépito,
que la gente de allí llama Casa Real.
Abra, cuyo emblemático animal es el caballo, es
una provincia sin salida al mar en el norte de Luzón en Filipinas.
Está entre las dos provincias costeras de Ilocos y los montes de
la gran Cordillera. Abra estuvo habitada originalmente por varias etnias montañosas como los Tinguianes, Igorrotes e Itnegs. Hoy la mayoría de los habitantes de las tierras bajas son de lengua y etnia ilocana con núcleos importantes de población Tinguián en las tierras altas. La provincia se creó por decreto del Gobernador General de Filipinas Narciso Clavería en 1846 para facilitar la incorporación de los montañeses al gobierno central y a la iglesia y la explotación de las ingentes riquezas minerales y madereras de los montes. En poco tiempo se creó otra fuente importante de riqueza con la extensión del cultivo del tabaco. Al tiempo de la creación de la nueva provincia, existía un pueblo relativamente grande y próspero, Bangued, que sin embargo no fue escogido para ser la capital de la provincia. En su lugar Clavería escogió una ranchería o villorrio tribal, Bucay, en la vecindad del Fuerte General Martínez, un complejo militar de importancia en la altura de un acantilado a la ribera izquierda del ancho Abra. La situación estratégica de la ranchería y fuerte con los montes de la gran Cordillera a la otra parte y más allá del río evidentemente determinó la elección de Bucay como el sitio de la capital. Hoy día, Bucay es un pueblo pintoresco, provincial y somnoliento que fue la capital de la provincia desde 1846 hasta 1863 cuando perdió su status como capital a favor de Bangued. El primer Gobernador de Abra tuvo a la vez mando político y militar. Se llamó Ramón Tajonera y a sus treinta y dos años cuando juró el puesto, ya era un veterano con una ejecutoria brillante de diez años en las guerras carlistas peninsulares. Su formación académica incluyó estudios de economía, arquitectura, navegación y ciencias. Lideró desde Bucay al menos cuatro expediciones a través de la Cordillera en intento de someter a las tribus montañesas y abrir un camino que conectara Ilocos y Abra con el gran valle de Cagayán. BUCAY, PRIMERA CAPITAL DE ABRA
En nuestras visitas frecuentes a Abra, Jeannette y yo
hablamos a menudo con el alcalde de Bucay, Rodolfo Bernardez IV, sobre
el desarrollo del pueblo. Durante estas visitas, en particular una en febrero
del 2006 en compañía de Gemma Cruz Araneta, el alcalde mostró
sumo interés en entender y conservar la herencia del pueblo. Antes
de esa visita encontré en los Archivos Nacionales el mapa
de Bucay de 1848 que empezó a desvelarme la naturaleza y carácter
de la Casa Real. Dos eventos recientes me movieron a empezar un estudio en profundidad sobre la historia de Bucay y Abra. El Programa Español de Cooperación Cultural (SPCC) aprobó mi solicitud de fondos para ayuda a la investigación sobre la Casa Real. Con esto empecé a trabajar en los Archivos Nacionales de Filipinas donde encontré un acervo importante de manuscritos que detallan el nacimiento de la Provincia de Abra y de Bucay. Semanas después de recibir la ayuda acepté
una invitación a presentar el caso de Bucay en un simposio sobre
Pueblos y Ciudades de Filipinas celebrado El alcalde de Bucay está al presente vivamente interesado en la renovación del pueblo y la restauración de su apariencia y edificios públicos en un estilo conforme con la historia y la época en que fue capital de Abra. También quiere asegurar que la gente del pueblo tenga conciencia de su historia y patrimonio y le gustaría empezar por hacer de esta investigación materia de curso en las escuelas públicas del pueblo. Además de la investigación que comparto con él y su pueblo, Patricia, mi hija arquitecta, diseña los conceptos para un pequeño centro comercial nuevo, y la renovación de la plaza mayor y expansión de las oficinas municipales. Los fondos necesarios van a ser un problema, pero confiamos que se pueda solucionar en cuanto haya un buen plan bien articulado. |
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Jose R. Perdigon, Dic., 2006
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