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Los
Textos de las Pirámides son el conjunto de fórmulas mágicas
destinadas al uso religioso más antiguo de la Historia del
hombre. El primer uso de estos textos se graban en la pirámide
de Unas,
el último faraón de la V Dinastía. Las paredes de la cámara
funeraria y la antecámara, se impregnaron de estos textos
mágicos que dieron un carácter inimaginable a la función de
las pirámides. El tema trae de cabeza a muchos arqueólogos y
egiptólogos que se preguntan porqué estos textos no aparecen
en pirámides como las de Gizeh,
ó más tempranas en el tiempo como la de Djeser
en Saqqara. Las hipótesis son múltiples, pero circula en el
ámbito egiptológico una en concreto que tal vez sea la más
adecuada, y es que es muy posible que estos textos,
inicialmente, se inscribiesen en los Santuarios
Funerarios, allí donde los ritualistas se encargaban de
prolongar en el tiempo la vida eterna del faraón. Restos de
sillares pertenecientes al Santuario de
Jufu, que se halló un
día muy cerca de su pirámide, aparecieron en las ruinas que un
día formaron el Santuario de Amenemhat
I en la localidad de El Listh. Este dato nos indican que
realmente las paredes de estos santuarios contenían, al menos
signos jeroglíficos.
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El
artífice de este magnífico hallazgo fue
Gastón Maspero, el
cual gracias a la ayuda de un guarda y la inestimable
cooperación de un chacal, logró rescatar del olvido este
conjunto de 759 fórmulas encargadas de resucitar continuamente
al faraón. Debían ser pronunciadas en voz alta, y que parece
ser que son el último eslabón de una tradición milenaria que
había empleado las mismas palabras con los difuntos. Aquí
hallamos la primera mención de Osiris y los famosos campos de
Ialu, donde el difunto vivirá plenamente por toda la Eternidad.
Los estudios dan a entender que los Textos de las Pirámides son
una recopilación de otros múltiples textos mucho más
antiguos. Lo más sorprendente de estos textos son las
narraciones estelares, pues están impregnados de una esencia
cósmica no vista hasta entonces. Algunas de estas fórmulas
reciben el título de "El rey asciende al cielo como una
estrella", ó frases como la que contiene la fórmula
número 330, que relata que "yo he ascendido al cielo
sobre el Shedshed". El significado de esta palabra se
refiere a una especie de protuberancia circular que se colocaba
sobre el estandarte de la ciudad de Asiut. Su significado es
desconocido, pero muchos estudiosos la han catalogado de
"nave espacial", ó "vehículo cósmico" con
la que el faraón ascendería al cielo. La fórmula 332 nos dice
en boca del propio rey Unas que "yo soy quien ha
escapado de la serpiente enrollada. Yo he ascendido en un
destello de fuego, regresando yo mismo al lugar de donde vine".
Hasta nosotros no ha llegado ninguna representación que nos
indique el significado de estos comentarios que describen
claramente como el faraón cruza el espacio y se dirige hacia
esa región en concreto del cosmos, las estrellas imperecederas.
Lo realmente extraordinario no es el contenido
"cósmico" del texto, sino la concepción que tenían
estos antiguos egipcios de hace ya 5.000 años de lo que es el
Universo. Uno de los motivos por los que se piensa que estos
textos no son sino una recopilación de antiguos rituales es el
conocido como "Himno Caníbal". Estas fórmulas
aparecen tan solo en las pirámides de Unas
y de Teti,
y narran el momento en el que Faraón escucha estas fórmulas
mientras devora la carne de los dioses. Lo más probable es que
tengan un origen en algún extraño ritual primitivo, cuyos
restos llegaron hasta el Imperio Antiguo. Sin embargo, muchos
señalan la conexión entre estos posibles rituales de origen
desconocido y los rituales llevados a cabo con los toros Apis.
Para escribir estos textos, se utilizaron distintos elementos,
como los colores verdes para reseñar la regeneración del
difunto. Cada inicio de fórmulas se inicia con el encabezado
"palabras que se dirán". Sin embargo, en el
caso de Unas, tan solo esta frase es el encabezado de todo el
conjunto de textos. Como puede verse, estuvieron en una continua
evolución. Todavía hoy se sigue discutiendo su uso real, y
más el orden en el que se debe comenzar a leer los textos. Para
eruditos como S. Schott ó A. Piankoff, no existe duda que
asociado a la lectura del texto existía un ritual.
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La
funcionalidad de estos textos no tiene duda alguna. Son para la
resurrección del rey difunto y su entrada al Más Allá. Aparte
de las fórmulas antes citadas, se trata ampliamente el viaje
del Sol en los dominios de Osiris. Para lograr que el rey
obtenga su propósito, acuden en su ayuda dioses como Shu, el
cual lo ayuda en su ascensión. Existen también una especie de
barqueros, los cuales entablan diálogo con el rey, el cual debe
recordar los nombres de estos personajes, y saber responder con
atino a las cuestiones que estos se preparan a preguntarle. Una
vez que el rey llega a los llamados campos del Ialu, el regocijo
no puede ser mayor, y llega incluso a fundirse con la esencia
del propio Atum. He aquí donde comienzan a hacer presencia los
dioses más antiguos, como Osiris, Isis, Nefthis ó el propio
Horus. Aquí, en la fórmula número 239 aparece el relato de la
vida, muerte y resurrección de Osiris. Vemos a las dos hermanas
en su peregrinaje en busca del cadáver de Osiris, asesinado por
su hermano Seth. Finalmente, una mención a la batalla que tío
y sobrino han de librar inevitablemente. También encontramos
una mención al ritual de la Apertura de la Boca y de los Ojos.
En resumen, los Textos de las Pirámides nos muestran el
difícil camino que debe recorrer el difunto para poder alcanzar
la gloria plena que le supone su vida eterna en el Más
Allá. |
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