Arqueo
Aegyptos
En El Interior De La Pirámide
La Pirámide De Unas
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Texto de Amenofhis III |
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La pirámide de Unas se halla en la región de Saqqara, y aún siendo casi que la más pequeña de las pirámides de la zona, está rodeada de Historia, desde sus inicios hasta nuestros días. Actualmente, se halla en un estado deplorable, y su Historia comienza ya en los días de su construcción, pues aquí se reflejaron por vez primera sobre la piedra, los Textos de las Pirámides. Unas fue el último faraón de la V Dinastía, y a pesar de ser el momento en el que el Imperio Antiguo tocaba a su fin, Unas le concedió a esta parte de la historia de Egipto, la inmortalidad. El rey tuvo un longevo reinado, tal vez más de una treintena de crecidas, y sin embargo, su pirámide es muy pequeña.
La pirámide consta de seis capas de piedra, algo ásperos y que disminuyen de tamaño a medida que se asciende. El plano del complejo de Unas es similar al de Djedkare Isesi. La entrada a la pirámide está en su lado norte, justo bajo la Capilla Norte. Desde casi la antigüedad, la pirámide está muy derruida, por lo que apenas queda nada de la Capilla Norte. Es solo un hueco rodeado de escombros. En el lado sur de la capilla había un altar con el signo jeroglífico Hetep. A continuación, un nuevo corredor nos conduce primero a la antecámara, y luego a la Cámara Funeraria. Estas dos estancias tenían sus techumbres totalmente decoradas por estrellas amarillas, bajo un fondo azulado. En las dos cámaras, se inscribieron los Textos de las Pirámides.
Los jeroglíficos estaban pintados en un color verde que evocaba la regeneración, y algunos de ellos, en un color ocre, que simboliza la fertilidad. La pared oeste estaba revestida de alabastro, y decorada con varios colores: blanco, negro, amarillo, azul y rojo, los cinco colores que decoraban las paredes del palacio real. Poco más se puede hallar en el interior de la pirámide de Unas, excepto un hueco practicado para albergar los vasos canopes , unos restos de momia, supuestamente de Unas, y un juego de cuchillos utilizados en la ceremonia de la Apertura de la Boca y de los Ojos. Una vez en el exterior, tenemos una calzada nos transporta a otra época, una vez hemos contemplado sus relieves. Aquí, vemos asistimos a una cacería en compañía de Unas, vemos barcos que transportan grandes pilastras desde las canteras de Aswan, ó incluso podemos ver el transporte de unos enemigos capturados tras una larga campaña militar.
Aquí está la famosa escena conocida como la de "los hambrientos. Se ha querido ve en estos dos registros la carencia de alimento que provocó unas distensiones internas, y el final de Imperio Antiguo. Al Santuario Funerario se llega tras haber cruzado la calzada. Un gran pórtico de granito, donde están inscritos los nombres y títulos de Teti, nos adentra en un primer vestíbulo de alabastro. Aquí vemos escenas de entregas de ofrendas. Tras este primer vestíbulo, se hallan los anexos destinados a albergar el material del culto. Desde aquí, varios pasillos conducen hasta la pirámide de culto, que era mucho más pequeña, y al sanctasanctorum, una capilla con cinco habitáculos. Hoy día, ya no queda nada de esto, tan solo una puerta falsa por donde el Ka del rey se comunicaría con el mundo de los vivos. La Historia de la pirámide de Unas no se detiene una vez finalizado el Imperio Antiguo. Su culto perduró durante generaciones, y hasta el lugar se desplazó el primer arqueólogo y egiptólogo de Egipto, Jaemwaset, el hijo de Ramsés II. El Primer Profeta de la ciudad de Menfis dejó inscritos sus trabajos en los bloques de piedra de la pirámide. Siglos más tarde, en la última década del siglo XIX de nuestra era, había una curiosa batalla campal en medio del desierto egipcio. Dos grandes genios de la egiptología, Auguste Mariette y Gastón Maspero, se empecinaban en demostrar la existencia ó no existencia de Textos de las Pirámides. El primero de ellos, Auguste Mariette defendía encarnizadamente su postura, las pirámides son lugares donde jamás se talló un solo texto. Sin embargo, Maspero estaba convencido de todo lo contrario. Fue este último quien ganó la primera batalla, cuando abrió la pirámide de Pepi I. Mariette, viéndose vencido y humillado, no reconoció su error. Pero para Maspero, su mejor tajada aún no había llegado. Esta pirámide de Unas, en aquellos días, no era más que una mera ruina. Su deplorable estado había producido que los arqueólogos tan solo le mostrasen indiferencia. Pero los dioses se iban a encargar de remendar el descosido... Quien sabe si fue la providencia divina ó la casualidad, pero lo cierto es que una encarnación de Anubis asomó una mañana alrededor de esta pirámide, con su habitual forma de chacal. El guardián encargado de la necrópolis no le dio importancia en un primer momento. Pero sin embargo, el chacal estaba empecinado en llamar la atención de aquel humano encerrado en su chilaba. El animal asomaba entre una de las esquinas de la pirámide, miraba al guardián y desaparecía para reaparecer momentos más tarde. El guarda, ya movido por la curiosidad, se incorporó de su sombrío lugar de descanso y se dirigió hacia el chacal. Éste se dirigió entonces hacia la fachada norte de la pirámide, se detuvo un instante para asegurarse de que aquel hombre lo seguía, y se introdujo a través de una abertura en la tierra. El guarda decidió seguirlo y accedió al túnel, que no era sino un pasadizo de un metro y poco de altura, por lo que se vio obligado a gatear todo el trayecto. Una vez pudo ponerse en pie, pudo distinguir en la oscuridad que estaba en una gran sala, sin duda en el interior de la pirámide. Del bolsillo de su chilaba sacó una linterna, y cual fue su sorpresa cuando sus ojos, tras haberse habituado a la tenue luz, se maravillaron ante el espectáculo que formaban aquellas interminables hileras de jeroglíficos, los Textos de las Pirámides. El chacal (ó el propio dios Anubis) se había esfumado, pero a poco tiempo, Gastón Masperó se conmocionaba al llegar a la sala, pues estaba en lo cierto, las pirámides no eran mudas. Había descubierto los textos más antiguos de la Historia del Hombre. |
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© 2005, Amenofhis III (Luis Gonzalez Gonzalez) amenofhis_29@hotmail.com |
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