Arqueo
Aegyptos
En El Interior De La Pirámide
La Pirámide De Djeser Neterijet
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Cuando el Horus Djeser Neterijet decidió erigir su morada para la eternidad, confió su deseo a su principal amigo, mago, sabio, visir, sacerdote y posiblemente el hombre más culto de su tiempo, Imhotep, el cual dando rienda suelta a su talento, diseño lo que hasta hoy continúa siendo la primera construcción de piedra tallada a gran escala del mundo. Saqqara es una zona que se halla a unos veinte kilómetros de El Cairo en dirección sur. El significado sagrado de este lugar se pierde en la noche de los tiempos, puesto que desde la I Dinastía los primeros reyes hicieron excavar aquí sus mastabas. La mastaba es un nombre árabe, cuyo significado quiere decir "Banco de piedra". Era una simple morada para la eternidad, constando de dos partes. La parte subterránea era la cámara funeraria, que solía contar con innumerables anexos para almacenar todo el ajuar funerario y un serdab donde se hallaba una estatua que reflejaba el Ka del rey difunto. Luego por último estaba la parte de la superficie, que básicamente era una capilla de culto donde se dejaban las ofrendas.
Pero lo que ocurrió con Imhotep fue algo que no tiene parangón en la Historia del Antiguo Egipto. A diferencia de las mastabas, que incluso los altos dignatarios podían permitirse, el sabio hombre quiso que tan solo su rey poseyese una forma arquitectónica sin igual. Así pues, lo que hizo básicamente fue construir una serie de seis mastabas superpuestas una sobre otra. La mastaba de origen tenía una altura de ocho metros y unos sesenta y tres metros de longitud. Esta primera mastaba era la cubrisión de un pozo de unos veintiocho metros de profundidad, y que daba conexión con la cámara funeraria y la serie de galerías y habitaciones destinadas al ajuar funerario. En el lado este de la pirámide se concentraron once pozos de treinta y dos metros de profundidad, que fueron la morada para la eternidad del harén real de Djeser y de miembros de su familia. No es casualidad que esta pirámide tuviese su forma de escalera, y de ahí su nombre de Pirámide Escalonada, puesto que era necesario que el rey difunto y justificado pudiese acceder hasta los cielos, en compañía de las divinidades, como encarnación de Horus que él era.
Lo que sucede es que, a diferencia de otros lugares anteriores, Djeser convirtió a Saqqara no solo en una necrópolis, sino en una gigantesca ciudad para las divinidades. Imhotep levantó un imponente muro de piedra caliza blanca con la decoración de la fachada del Palacio Real, La Gran Morada. Imitando al muro que rodeaba la ciudad de Menfis, el muro conocido como Ineb-Hedj colocó catorce puertas falsas de las cuales tan solo una era la correcta. Las otras eran simplemente adornos decorativos. En toda esta superficie que abarca quince hectáreas, nos adentramos al recinto por el gran portón que se halla en la esquina sudoeste, y que fue reconstruido por Jean Phillipe Lauer, el cual trabajó encarnizadamente más de setenta años en la explanada de Saqqara. Una vez dentro, se nos abre un corredor que contiene veinte columnas adosadas al muro de unos seis metros y medio de altura.
Luego, una serie de ocho columnas pareadas forman una sala hipóstila que conduce hasta el patio sur, en cuyo extremo septentrional se halla la pirámide. Sin duda alguna, uno de los rincones más espectaculares de todo este complejo, cuyo carácter sagrado permaneció hasta la época saíta, es le patio de la Heb-Sed. Se halla al sur del recinto donde se encuentra un santuario en forma de T. Su esquina tiene forma de circunferencia, y ahí se entra en el patio de la Heb-Sed.
Este es un rectángulo que está situado en paralelo al patio que se halla en el sur de la pirámide. Sus varios complementos lo convierten en un lugar sin igual, donde se hallan al lado este y oeste todos los componentes de la fiesta Sed. Para ello, Imhotep construyó tres clases distintas de capillas. En el primer grupo, tenemos tres capillas que están una en el centro, otra en el extremo norte y otra en el extremo sur de su lado occidental. Su techo es plano y su decoración recuerda a la fachada del palacio real, la Gran Morada. Del segundo grupo, tenemos diez capillas totalmente diferentes. Se trata de una forma arquitectónica que no se volvió a superar en el arte egipcio. Son columnas acanaladas con capiteles, en donde se depositó en su día un emblema real ó una insignia.
Cada capilla tiene su propio santuario, en los que hay imágenes de cerrojos y de puertas de madera. Las primeras dos capillas de éste segundo grupo difieren de las otras en un detalle: en la parte exterior de cada muro hay una especie de nicho que comunica con una pequeña escalera. Allí se albergó una estatua de Djeser. Una vez Faraón hubiese realizado la simbólica carrera de la Heb-Sed, la energía del cosmos traspasaría su cuerpo mortal, afirmándolo nuevamente como Soberano del Alto y del Bajo Egipto. Del tercer grupo, situado en la zona oriental del patio de la Heb-Sed, tan solo se han reconstruido dos de las trece capillas.
Al lado norte se encuentran las llamadas Casa del Norte y Casa del Sur. Están en la parte septentrional del patio de la Heb-Sed, justo frente a la pirámide. En su lado este existe un patio decorado con una pilastra cilíndrica. En sus días, esta columna tenía un capitel con forma de flor de loto, el emblema del Alto Egipto. Estos dos edificios son totalmente macizos, y se utilizaron en un momento concreto de la Heb-Sed, el cual una vez el faraón ya coronado como Soberano de las Dos Tierras, recibía los tributos que le rendían tanto el Alto como el Bajo Egipto, de ahí los nombres de Casa del Sur y Casa del Norte.
Al oeste de la Casa del Norte, hallamos el patio del serdab. Es llamado así porque en la campaña de 1924 y 1925 se halló un serdab, que es una pequeña capilla para el culto, y en el interior había una estatua del Horus Neterijet. Se trata de la famosa imagen de piedra caliza, y que hoy se halla en el Museo de El Cairo. Hoy día, esta imagen de Djeser, nombre que recibió a partir del Imperio Nuevo, está considerada como la estatua a tamaño real más antigua de todo el Antiguo Egipto. La última sección que cabe destacar es el Santuario Funerario, y que está situado junto a la cara norte de la pirámide escalonada. Hoy día solo son restos, pero muy impresionantes. Aunque esté en ruinas, es fácil identificar la estructura que está formada por una serie de elementos simétricos, que incluye patio y una sala para las abluciones. Los egiptólogos creen que muy posiblemente simbolicen el Alto y el Bajo Egipto. Aquí en este Santuario Funerario está el acceso a la Cámara Funeraria de la pirámide. No solo fue una innovación, sino que se convirtió en la referencia de las siguientes pirámides, las cuales mantuvieron dicho Santuario Funerario al este de la Pirámide. El complejo de Horus Djeser Neterijet no significa tan solo el paso a la evolución de una nación, sino que significa el camino hacia la inmortalidad que unirá eternamente a un rey con su pueblo. En el aspecto arqueológico, la Pirámide Escalonada y su recinto es el edificio más antiguo del mundo, pero en el aspecto humano, es la consagración de ese matrimonio indisoluble que forman el hombre y las divinidades. |
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© 2005, Amenofhis III (Luis Gonzalez Gonzalez) amenofhis_29@hotmail.com |
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