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A finales del Imperio Nuevo, tiene lugar un acontecimiento que cambiará, con mano firme, el destino del Antiguo Mundo. Cuando este evento asoma con una tenue luz, reina en Egipto el hijo de Ramsés el magno. Merenptah descubre la potencia que asoma desde las tierras del Levante. Los Pueblos Del Mar, bien pudieron haber sido una mezcla de piratas sardanos, chipriotas y de otros países que, posiblemente, siendo deshechos de sus propias patrias, se dedicaron a navegar por el Mediterráneo saqueando cuales bucaneros caribeños las naves de carga que se adentraban en las aguas del Gran Verde, nombre con el que se conocía al Mar Mediterráneo. En un primer golpe, los Pueblos del Mar se hacen con Creta y con Grecia, llegando así a las costas mediterráneas asiáticas. Urgait es arrasada. Siria y Palestina son invadidas y los gobernadores egipcios no pueden repeler los ataques que llegan hasta ellos. Una vez en tierra, los Pueblos del Mar forman una coalición con los libios, llegando a constituir en ejército de casi 17.000 efectivos. Egipto se ve atrapado en un fuego cruzado. La intención del invasor era penetrar por el Delta hacia Menfis y Heliópolis. En este quinto año del reinado de Merenptah, el Hijo de Ra se ve sorprendido ante la maniobrabilidad del enemigo. Los Pueblos del Mar ven cerca la victoria, pero en un tiempo de seis horas, el Sol de Egipto mata a ocho mil de los soldados enemigos, y el resto de los efectivos huye despavorido. Se hace un gran botín de prisioneros y la victoria del Rey se graba en su Santuario de Millones de Años. El hijo de Ramsés II repele el ataque de los Pueblos del Mar, pero no extermina esa plaga que, ante la atenta mirada del Soberano de las Dos Coronas, amenaza con regresar. Esto sucede, muchos años después, bajo el reinado de Ramsés III. De su Santuario de Millones de Años situado en Medineth Abú, de algunos pilonos de Karnak y gracias al Papiro Harris, conocemos gran parte de esta historia terrible que tuvo como desenlace el final del imperio hitita. Los investigadores coinciden en colocar a esta gente del mar como habitantes del este, una especie de fusión entre los últimos moradores del Mar Egeo y algunos asiáticos dedicados a la piratería y al vandalismo. De aquí sus nociones marinas para llevar a cabo sus incursiones marítimas y así saquear y quemar ciudades enteras. Una inscripción en el Santuario de Millones de Años de Ramsés III, se nos describe así al enemigo: "Ninguna tierra se hallaba a salvo de sus manos. Desde el Hatti hasta Qode, desde Qachermis hasta Alasiya, todo ha sido incendiado y destruído. Se levantó un campamento en la tierra de Amurru. Desolaron el país y a sus gentes, como nunca antes se había visto. Sus ojos miraban a Egipto. Pusieron sus manos sobre la tierra los que se habían unido en Peleset, en Luqqa, en Sheqelesh, en Denyen y en Weshesh." Se cree que el nombre Peleset corresponde a los palestinos, que Luqqa sería una región cercana a la antigua Anatolia, que Sheqelesh sería una aproximación a los sicilianos, que Denyen sería un tipo de gente procedente de Grecia. Los otros pueblos citados, así como otros que figuran en los antiguos textos, están todavía sin ubicar. Pero en lo que coinciden estos expertos es en el desplazamiento de esta gente, que bien pudo tener origen en una especie de años de vacas flacas. Viéndose obligados a delinquir, lo hicieron formando un ejército que resultó ser invencible, hasta su llegada a Egipto. Ramsés III, tras haber luchado contra los libios, está preparado para el combate que asoma por el norte. Su intención es hacerse, en primer lugar, con las ciudades más ricas del Delta. Nos hallamos ante una verdadera ocupación, puesto que con los hombres viajan mujeres y niños. La incursión se realiza por las vías terráqueas y marítimas. Por tierra, la frontera no es penetrada, puesto que el propio Ramsés ha organizado todos los preparativos para ello. Ha inspeccionado los cuarteles, los arsenales, las tropas. Así pues, el grueso del ejército invasor asoma por el Nilo. Pero también para esto se había preparado el gran rey. Para esta batalla, había hecho fabricar grandes buques militares, y en un número importante. Así como los Pueblos del Mar asoman por la boca del río, se ven totalmente rodeados ante un gran muro de barcos. Es la primera gran batalla naval de Egipto. En un primer momento, los buques egipcios, muy bien organizados y capitaneados por auténticos lobos de mar, soportan los embistes enemigos. Sin embargo, no tardan en darse cuenta de que sin esforzarse en demasía, el enemigo sucumbirá ante ellos, así que comienza un verdadero abordaje de los egipcios contra los Pueblos del Mar. Las naves enemigas comienzan a arder, los cadáveres de los invasores caen al río, siendo devorados por los cocodrilos. La mayoría de los barcos terminan en el fondo del río. Los supervivientes, huyen despavoridos. Serán, posiblemente, estos filisteos los que dan el nombre a Palestina. "En cuanto a los que llegaron hasta mis límites, su semilla ha sido exterminada. Sus corazones y sus almas ya no tendrán eternidad. La raza que llegó a la frontera de las Dos Tierras ya no existe. Aquellos que llegaron desde el mar han ardido y perecido en el fondo del río, siendo abatidos en la orilla aquellos que sobrevivieron. Los hombres de Su Majestad no tuvieron piedad de ellos." En aquel momento, se terminó el andar de este pueblo por la faz de la tierra. Tras el final de los hititas, que habían estado en paz con Egipto desde el tratado firmado por Ramsés II, estos Pueblos del Mar terminaron como simples comerciantes ó campesinos en esta área de Siria Palestina. Tras haber cambiado el panorama político del Mediterráneo, habían caído en el error fatídico de pensar que Egipto podía ser conquistado. Aunque el imperio estaba ya en decadencia, todavía había de dejar su huella el último gran faraón, Ramsés III. |
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