Arqueo Aegyptos Grandes Nombres Del Antiguo Egipto Amen-Hotep el Hijo de Hapu El arquitecto real |
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Texto por Amenofhis III |
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Amen-Hotep el Hijo de Hapu
nació durante la XVIII Dinastía, durante el reinado de Amen-Hotep II
. Vivió bajo el mandato de dos faraones, Thutmosis IV y Amen-Hotep III. Fue además pariente de
Ramose
y confidente del Señor de las Dos Tierras Nebmaatre Amen-Hotep III. “Su colega, el Noble Príncipe, primer amigo entre los amigos, grande de los........,Administrador del Sur y del Norte, Gobernador de los reclutas, Amen-Hotep, justificado en la Necrópolis”. Fue
más bien un hombre sensato y solitario, asombrado ante el agitamiento
político religioso que le tocó vivir. A través de las nueve
estatuas que nos ha legado, vemos que su rostro era sereno, el cual
infundía autoridad, respeto y confianza.
“Soy...
un hombre que no quiere cambiar nada de las costumbres que existían
desde los tiempos antiguos...
Soy
un verdadero ser de élite en medio de la masa de humanos: un hombre
cuya inteligencia comprende todo, cuando recorre la sala del Consejo,
y a quien las cosas más excepcionales le parecen naturales; saca las
lecciones de los acontecimientos incluso cuando las conclusiones son
oscuras; es un maestro de perspicacia que satisface el corazón del
soberano que hace cosas magníficas para su Horus...”
”El Buen Dios, el rey del Alto y Bajo Egipto Neb-maat-re (Amen-Hotep III),
el hijo primogénito de Horajty habla en mi favor y él me nombra
Escriba Real. Yo penetré entonces en la literatura religiosa y conocí
los trabajos útiles de Thot. Me convertí en conocedor de las ideas
inaccesibles al común de las gentes. Comprendí todos los pasajes
oscuros (de los textos)...”
“Yo he hecho imágenes
suyas de las canteras en la Montaña de Arenisca ya que él es el
heredero de Atum. He actuado con todo el amor de mi corazón
dirigiendo la reproducción de sus facciones, en este su gran templo,
en toda clase de materias sólidas como el cielo. Ciertamente jamás
persona alguna había hecho estas cosas ni las hará desde los tiempos
de la creación de las Dos Tierras. Yo he dirigido los trabajos de sus
estatuas grandes en su altura y anchura más que su columnata cuya
extremidad eclipsaba el pilono y cuya altura era de cuarenta codos en
la impresionante Montaña de Arenisca a los costados de Ra y Atum.
Construí un barco de ocho brazas (de calado), hice remontar por el
Nilo a ese monumento que fue instalado en este gran templo, estable
como el cielo. Estos serán mis testimonios para vosotros, los que
vendréis después de mi...” "El
noble príncipe, depositario del sello del rey del Norte, el escriba
real... He aquí que estoy entre los favoritos que practican
el Maat. Soy un Justo. No actúo jamás con parcialidad y me
guardo de frecuentar la compañía del malvado. No me aprovecho cuando
alguno está en dificultad para encargarle trabajos bajo mi autoridad.
No hay hombre que siendo llamado a mi presencia no sea escuchado por
mi, aunque se explique muy ampliamente. No entro en relación con las
personas que han actuado contra mí. Nunca presto atención a la
mentira lanzada para quitar sus bienes a alguien. Mi mérito es la
prueba de las cosas bien hechas en mi favor a los ojos de todos. El
que me ha conocido deseará ser como yo a causa de la importancia de
lo que me ha sucedido. Llegar a viejo es una prueba de que se ha sido
justo: he alcanzado los 80 años colmado de los favores cerca del rey,
y cumpliré los 110...”
Amen-Hotep
Hijo de Hapu se trasladó a Malgatta,
durante el octavo año del reinado de Faraón. Allí, y en
previsión de que no se le recordase con cariño ó su memoria
sufriese las iras de los injustos, se aseguró un culto para después
de su muerte. Lo que hizo fue magistral. La estatua, ese elemento
primordial, el cual alberga el Ka de la divinidad ó del individuo,
por el cual se asegura la supervivencia en el Más Allá; fue su mejor
vehículo. Así pues, colocó siete estatuas en el santuario de Amón
en Karnak y una en el santuario de Horus Jenti-Jeti. De esta forma, se
convirtió en una divinidad al cual honraron los hijos de los nietos
de sus nietos...
“Oh
gentes de Karnak, vosotros los que deseáis ver a Amón, venid a mí.
Yo comunicaré vuestras peticiones, pues yo soy un intermediario cerca
de este dios. Neb Maat Ra me ha colocado para transmitir los asuntos
de las Dos Tierras. Haced para mí el rito hetep di nesu, mencionad mi
nombre en toda ocasión diaria, como debe hacerse para un favorito”.
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© 2005, Amen-Hotep III (Luis Gonzalez Gonzalez) Amenofhis_29@hotmail.com |