Arqueo Aegyptos

Grandes Nombres Del Antiguo Egipto

Amen-Hotep el Hijo de Hapu

El arquitecto real


 

 

Texto por Amenofhis III

 

Amen-Hotep el Hijo de Hapu nació durante la XVIII Dinastía, durante el reinado de Amen-Hotep II . Vivió bajo el mandato de dos faraones, Thutmosis IV y Amen-Hotep III. Fue además pariente de Ramose y confidente del Señor de las Dos Tierras Nebmaatre Amen-Hotep III.

       “Su colega, el Noble Príncipe, primer amigo entre los amigos, grande de los........,Administrador del Sur y del Norte, Gobernador de los reclutas, Amen-Hotep, justificado en la Necrópolis”

Fue más bien un hombre sensato y solitario, asombrado ante el agitamiento político religioso que le tocó vivir. A través de las nueve estatuas que nos ha legado, vemos que su rostro era sereno, el cual infundía autoridad, respeto y confianza.

 Soy... un hombre que no quiere cambiar nada de las costumbres que existían desde los tiempos antiguos... Soy un verdadero ser de élite en medio de la masa de humanos: un hombre cuya inteligencia comprende todo, cuando recorre la sala del Consejo, y a quien las cosas más excepcionales le parecen naturales; saca las lecciones de los acontecimientos incluso cuando las conclusiones son oscuras; es un maestro de perspicacia que satisface el corazón del soberano que hace cosas magníficas para su Horus...”
Debemos pensar, con toda seguridad, que su porte fue magnífica, y tuvo a su soberano totalmente a su favor. El propio rey Amen-Hotep le concedió títulos asombrosos como "Depositario del Sello Real", "Portador del Flagelum a la derecha del Rey", "Primer amigo entre los amigos (del rey)", "Administrador del dominio real de la hija del rey Sat-Amón", "Intendente de los rebaños de Amón en el Alto y Bajo Egipto", "Gran Celebrante de Amón", "Admisitrador de los dominios reales", "Jefe del ejército de Menfis", "Profeta de la Morada del Oro", "Intendente de los Profetas del Horus Jen-Jenti" y "Señor de Jent-Ur". Ya desde la antigüedad, los sabios decían que "el verdadero amigo es aquel que penetra en el corazón".
De su intimidad, poco sabemos, ni siquiera tenemos el nombre de su esposa, pero sin embargo, estuvo muy unido a una mujer de nombre desconocido, a la que vemos en una representación sentada a su lado.
Nació en el Delta, en la ciudad de Athribis. Su padre Hapu había sido "escriba real" y "Superior de los profetas en el santuario de Horus Jen-Jenti". Su madre era la Dama Itu, la cual poseía el título más honroso del Antiguo Egipto, era "Dama de la Casa". Era pues, de origen humilde, aunque sus raíces bien pudieron hundirse en un linaje de nomarcas locales.
Para describir su vida, nada mejor que una cita propia: 

El Buen Dios, el rey del Alto y Bajo Egipto Neb-maat-re (Amen-Hotep III), el hijo primogénito de Horajty habla en mi favor y él me nombra Escriba Real. Yo penetré entonces en la literatura religiosa y conocí los trabajos útiles de Thot. Me convertí en conocedor de las ideas inaccesibles al común de las gentes. Comprendí todos los pasajes oscuros (de los textos)...” ”Después mi maestro, el rey del Alto y el Bajo Egipto renueva sus favores y me nombra “Escriba Real, Jefe Superior de los Reclutamientos” y pone bajo mi autoridad a numerosas personas para censar y colocarlas en los puestos apropiados” . “Mi Señor me renovó una vez más sus favores...me nombró Jefe de todos los trabajos. Yo he establecido sólidamente el nombre del rey para siempre”.
Amen-Hotep, como puede verse, tuvo una carrera escalonada, accediendo por sus propios méritos desde el escalón más bajo al más alto. No disponemos de una lista detallada de todas sus edificaciones, pero sabemos que es el artífice de la construcción del santurario Mut, del de Ja em Maat, en el santurario de Montú y del de Jonsu dentro del gran complejo templario de Ipet-Isut “El más selecto de los lugares” (santurario de Karnak); del Ipet-resyt “El harén meridional” (santurario de Luxor); del santurario de millones de años para Amen-Hotep III en Kom El Hettan; así como de innumerables estatuas reales entre las que destacamos los colosos de Amen-Hotep III delante del décimo pilono de Karnak, las de los templos jubilares  de Soleb (Nubia) y de Sedeinga (Sudán):

     “Yo he hecho imágenes suyas de las canteras en la Montaña de Arenisca ya que él es el heredero de Atum. He actuado con todo el amor de mi corazón dirigiendo la reproducción de sus facciones, en este su gran templo, en toda clase de materias sólidas como el cielo. Ciertamente jamás persona alguna había hecho estas cosas ni las hará desde los tiempos de la creación de las Dos Tierras. Yo he dirigido los trabajos de sus estatuas grandes en su altura y anchura más que su columnata cuya extremidad eclipsaba el pilono y cuya altura era de cuarenta codos en la impresionante Montaña de Arenisca a los costados de Ra y Atum. Construí un barco de ocho brazas (de calado), hice remontar por el Nilo a ese monumento que fue instalado en este gran templo, estable como el cielo. Estos serán mis testimonios para vosotros, los que vendréis después de mi...”
En la vida de Amen-Hotep Hijo de Hapu tuvo que haber una cierta tristeza, pues su rey, al que él veneraba, mantenía un conflicto con el clero del dios tebano, al que él debía su nombre, y hacia Amón tuvo palabras de amor: “Yo he venido cerca de tí !Oh Amón¡, Señor de los Tronos de las Dos Tierras, pues tú eres Ra que aparece en el cielo, que ilumina la tierra  con las perfecciones de su ojo brillante, que ha salido de Nut, que ha aparecido por encima del agua primigenia, que ha creado cada cosa, que ha formado la gran Eneada de los dioses, que ha conocido su propia carne y que se ha engendrado en sus propias formas” ."Estatua donada como testimonio de favor hacia un familiar del rey para el templo de Amón de Karnak, al noble, encargado del palacio blanco de Geb, el escriba real, el escriba  de las levas, Amen-Hotep Justificado, hijo de Hapu del nomo de Athribis. El dice: Yo he actuado como mandatario real de Su Majestad cuando ha sido necesario llevarle gentes de Tebas que estaban sujetos al dominio del rey para consagrarlos por siempre, a ellos y a su descendencia, a Amón, Señor  de los Tronos de las Dos Tierras, con la ocasión del primer jubileo del año treinta de Su Majestad. El rey me encargó efectuar la revisión del dominio de Amón... El rey me nombró Jefe de los ritos de Amón (para sustituirle en) todas las fiestas del dios. He cumplido las obligaciones que imponían los preparativos de todos sus festines sagrados, cada vez que tenían lugar.”

"El noble príncipe, depositario del sello del rey del Norte, el escriba real... He aquí que estoy entre los favoritos que practican  el Maat. Soy un Justo. No actúo jamás con parcialidad y me guardo de frecuentar la compañía del malvado. No me aprovecho cuando alguno está en dificultad para encargarle trabajos bajo mi autoridad. No hay hombre que siendo llamado a mi presencia no sea escuchado por mi, aunque se explique muy ampliamente. No entro en relación con las personas que han actuado contra mí. Nunca presto atención a la mentira lanzada para quitar sus bienes a alguien. Mi mérito es la prueba de las cosas bien hechas en mi favor a los ojos de todos. El que me ha conocido deseará ser como yo a causa de la importancia de lo que me ha sucedido. Llegar a viejo es una prueba de que se ha sido justo: he alcanzado los 80 años colmado de los favores cerca del rey, y cumpliré los 110...”

Amen-Hotep Hijo de Hapu se trasladó a Malgatta, durante el octavo año del reinado de Faraón.  Allí, y en previsión de que no se le recordase con cariño ó su memoria sufriese las iras de los injustos, se aseguró un culto para después de su muerte. Lo que hizo fue magistral. La estatua, ese elemento primordial, el cual alberga el Ka de la divinidad ó del individuo, por el cual se asegura la supervivencia en el Más Allá; fue su mejor vehículo. Así pues, colocó siete estatuas en el santuario de Amón en Karnak y una en el santuario de Horus Jenti-Jeti. De esta forma, se convirtió en una divinidad al cual honraron los hijos de los nietos de sus nietos...  “Oh gentes de Karnak, vosotros los que deseáis ver a Amón, venid a mí. Yo comunicaré vuestras peticiones, pues yo soy un intermediario cerca de este dios. Neb Maat Ra me ha colocado para transmitir los asuntos de las Dos Tierras. Haced para mí el rito hetep di nesu, mencionad mi nombre en toda ocasión diaria, como debe hacerse para un favorito”.
Es indudable que su ingenio no conoció límites.
Amen-Hotep Hijo de Hapu alcanzó edad longeva, pero sabemos que tuvo un lugar de honor en la Heb Sed de Amen-Hotep III, en su trigésimo año de reinado.  “En el año 30, tercer mes del verano, día 12. El justo escriba del rey a quien él ama, Amen-Hotep, “el que abre los canales”, está inclinado (delante del soberano) a la salida de la celebración del primer jubileo de Su Majestad. El ha recibido ornamentos de oro y toda clase de piedras preciosas. Un collar de oro puro ha sido colocado en su cuello. El estaba sentado sobre un cojín dorado enfrente del estrado (real). Su cuerpo ha sido cubierto de delicado lino real”.

Tras este jubileo, Amen-Hotep Hijo de Hapu fallece. Su Morada para la Eternidad fue localizada en los años setenta, aunque no está muy claro que sea la suya. Sin embargo, sí que se halló su sarcófago, antes incluso que la morada de Gurna. Actualmente, se halla diseminado en varios museos del mundo, desgraciadamente fragmentado.
En los días finales de la era faraónica, Amen-Hotep Hijo de Hapu se convirtió en una divinidad sanadora, al igual que Imhotep, el noble visir del faraón Djeser, que vivió en la III Dinastía. Hacia Amen-Hotep, se dirigían plegarias de todo tipo: “Oh noble Amen-Hotep, hijo de Hapu el justificado, ven oh buen médico, mira yo sufro de los ojos. Así tu puedes hacer que yo sane inmediatamente”.

Amen-Hotep, el Hijo de Hapu ha logrado saltar las barreras del tiempo, aliado con la Eternidad se ha convertido en lo que ya en vida pretendió, en una divinidad venerada que tiene el poder de curar a los vivos y reconfortar a los muertos.

 

 

 
 

© 2005, Amen-Hotep III (Luis Gonzalez Gonzalez) Amenofhis_29@hotmail.com