Per-Ramsés La Ciudad De Turquesas |
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Texto por Amenofhis III |
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La
ciudad de Waset, la Tebas de los griegos, fue la Ciudad del Cetro
Uas, y era la capital del cuarto nomo del Alto Egipto, el nomo del
Cetro. La ciudad de Waset fue, hasta finales del I Período
Intermedio, poco más que una aldea ó un pequeño centro
administrativo con muy poca relevancia sobre las otras ciudades del
Imperio Antiguo, como Nejen ó Ineb-Hedj. No obstante, entre las
maravillas que esconde la vieja ciudad, que
Herodoto bautizó como "La de las Cien Puertas", se hallan
varias moradas para la eternidad que datan de la III y IV Dinastía.
Cerca del área de la necrópolis conocida como Khoka, hay un grupo de
moradas para la eternidad que datan de la V y VI Dinastía, por lo
que muchos egiptólogos piensan que durante esas fechas, había una
residencia real. Sin embargo, lo único que se conoce de Waset son
los Santuarios de
Luxor
y de
Karnak. El resto
de los edificios, no se han conservado.
Su situación es estratégica, pues Waset se halla muy cerca de Kush, donde se explotaron desde tiempos ancestrales las minas de oro y se circuló por todas las rutas comerciales. El dios de la ciudad fue Amón, y su papel comienza a tener relevancia con la llegada del I Período Intermedio. Se han conservado gran cantidad de documentos del gobernador Anjatifi. Este hombre, posiblemente originario de Nejen, llegó a tener el control de la ciudad de Edfú, y sus hazañas lo llevaron hasta Waset, aunque finalmente, las milicias de la ciudad lo vencieron. Fue uno de los máximos generales de Waset, Intef el causante de la derrota del gobernador de Nejen y Edfú, e hizo grabar su nombre en el interior de un cartucho. Su hijo, Intef II se coronó a sí mismo Señor del Alto y del Bajo Egipto, pero su área de influencia apenas traspasó la propia Waset. Sin embargo, habría de ser una de las divinidades de Waset la que asumiera el papel de unificador, nuevamente. El dios Montu, señor de la guerra, venció finalmente a los enemigos rebeldes, que tan solo pensaban en despedazar el país sin tener en cuenta una historia ya milenaria. El artífice, Mentu-Hotep I es el nuevo Faraón, e inicia la XI Dinastía, aboliendo todos los derechos de los caciques que se habían hecho con todo el poder. Aunque no es una capital con mucha importancia, pues el centro administrativo todavía es Ineb-Hedj, Waset se ve colmada con un gran santuario, erigido por Mentu-Hotep. La política de unificación continúa durante la siguiente dinastía, y así Amenemhat, el fundador de la XII Dinastía decide traspasar la capital a la región de El-Listh, y construye Amenemhat Itchy Tawy. Esta nueva ciudad se convierte en el eje neurálgico del faraón, el centro del poder; pero el centro teológico continúa en Waset. Senwosret I levanta un gran Santuario al dios Amón, con unas bellas paredes de piedra caliza, aunque años más tarde, serviría de cantera para otras construcciones. Sin embargo, el hijo de Amenemhat I ya había aprovechado un legado cedido por el rey Niuserre, de la V Dinastía. Se trataba de una gran estatua que llevaba en un brazo el cartucho de este antiguo faraón de la época de las grandes pirámides. Con la llegada del II Período Intermedio y el reinado de los hicsos, Waset se convierte en una de las pocas ciudades libres. Mientras el resto de Egipto se halla sometido al bárbaro reinado de los extranjeros, la Ciudad del Cetro se convierte en un vientre divino, que ya se haya preñado de una nueva casta de grandes faraones. Llega la XVII Dinastía y los días de la Libertad. Con las gestas de Seqenenre, Iah-Hotep y Kamosis, finaliza la XVII Dinastía, y Ahmosis, el hijo de Seqenenre Taa 'O II e Iah-Hotep, funda la XVIII Dinastía tras haber expulsado a los hicsos de las Dos Tierras. Ha llegado la época dorada de Waset. La ciudad del Cetro es un cántico total a la divinidad, Amón-Ra. De este amor mútuo entre el dios y su siervo nacen Luxor y Karnak. Durante el Imperio Nuevo, Waset se coloca a la cabeza del mundo, y en los santuarios entran gran cantidad de oro, piedras preciosas, incienso, mirra, aceites y gran variedad de productos. Sin embargo, nada dura eternamente, y al llegar el III Período Intermedio, se establece un pulso entre el Primer Profeta de Amón y la casa real. La influencia que ejercen los sacerdotes es tan grande que incluso algunos terminan por autoproclamarse reyes. Actualmente, podemos dividir a la ciudad de Waset en dos secciones, la este y la oeste. Al lado este están los restos de los edificios administrativos y palacios de los faraones. En el lado oeste, están las moradas para la eternidad y los grandes santuarios funerarios de grandes faraones como Mentu-Hotep, Thutmosis III, Hatshepsut, Amen-Hotep III, Ramsés II ó su padre Seti I. Hoy día, La Ciudad del Cetro Uas continúa siendo el máximo exponente del Antiguo Egipto.
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© 2005, Amen-Hotep III (Luis Gonzalez Gonzalez) Amenofhis_29@hotmail.com |