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Como pudieron comprobar las personas que leyeron el primer tomo de la trilogía
“Nuestros abuelos canarios”, editada por
DEPACA, en el libro 
se recogieron nombres y apellidos, profesión, edad, grado militar y cuerpo de 
ejército, de los combatientes canarios que fueron licenciados del Ejército 
Libertador de Cuba (ELC); entre ellos aparece “Pérez Hernández, José, de 
profesión “del campo”; de 23 años de edad y soldado que peleó en el IV Cuerpo 
del ELC”. 
 Lejos estaba de suponer el autor que una persona muy allegada a él no sólo era 
su descendiente directo, sino además conocedora en todo detalle de la 
extraordinaria vida, llena de sacrificios y vicisitudes del mencionado 
personaje.
 
 Cuando lo supo, le pidió que le contara su historia, como un tributo a los miles 
de canarios que contribuyeron, con historias parecidas, a la formación de la 
nacionalidad cubana. Toda la historia que le contó aparece en el tercer tomo 
-que acaba de ser presentado en Las Palmas  de Gran Canaria- de la trilogía, bajo 
el título de
“Ariguanabo, historia, música y poesía”, con prólogo del periodista 
Federico González.
 
 Entre otras cosas, cuenta Adalberto Valdés Pérez, que así se llama este profesor 
cubano y nieto del canario José Pérez- que “Mi abuelo José nació en Islas 
Canarias, concretamente en la isla de Gran Canaria, en 1878, hijo de Isidro Ruiz 
e Isabel Hernández.”….. Después de narrar muchas vicisitudes y situaciones 
verdaderamente difíciles tanto en Gran Canaria como en la vecina isla de 
Tenerife, la historia nos lleva a Cuba, donde finalmente se instaló la familia y 
muy concretamente “Ya en La Habana, dando tumbos allá y aquí, vino a parar mi 
bisabuela Isabel con su hijo José, a la finca “La Pequeña”, ubicada en la 
carretera que comunica a San Antonio de los Baños con Alquízar, en la provincia 
La Habana. Dicen mis tíos y mi madre que esa finca se constituyó en esa época 
como una especie de colonia de isleños de Canarias”.
 
 Recuerdo aquí a los lectores que San Antonio de los Baños es una ciudad fundada 
principalmente por canarios y se encuentra muy cerca de La Habana; y es el 
escenario principal donde se desarrollan las historias contadas en la trilogía 
de DEPACA.
 
 ….“En enero de 1896 es tomada Güira de Melena por las tropas mambisas comandadas 
por el General Antonio Maceo y Grajales y era el comentario de todas las 
localidades de la zona”, nos cuenta el profesor Valdés Pérez, y asegura que “Al 
conocer Pepe, por su mamá Isabel, de lo planeado por el viejo Don Dionisio [su 
envío hacia el exterior[, huye por los campos del norte de la finca “La Pequeña” 
en dirección noroeste y así pasó unos 15 días por los campos desolados de 
aquellos momentos por la Guerra de Independencia en Cuba”... “Es así como Pepe 
Ruiz, ahora José Pérez, se incorpora a las tropas de Antonio Maceo y con ellos 
sigue para Vueltabajo, para Pinar del Río” …”…En el Archivo Nacional de Cuba 
aparece que el abuelo José Pérez Hernández fue soldado del cuerpo de tiradores 
de las tropas de Antonio Maceo y el tío Joseíto decía que estaba subordinado 
directamente a Mayía Rodríguez”…
 
 ….. “el matrimonio de isleños canarios, José y Abelina, tuvieron un total de 13 
hijos y 19 nietos muy cubanos –concluye Valdés que siete de los hemanos 
sobrevivieron, y agrega que- “… estos siete hermanos, que sobrevivieron años tan 
difíciles, siempre se mantuvieron unidos, muy unidos, tanto en los buenos como 
en los malos momentos y supieron unir y mantener el cariño entre sus hijos que 
eran, entre ellos, primos. Eso es algo que caracterizó a esta hermosa familia….. 
“Lo narrado aquí fue trasmitido por estos siete hermanos a sus hijos de modo muy 
similar, unos con más detalles, otros con menos, pero lo esencial está dicho 
aquí. Con este escrito sobre el abuelo isleño, canario y mambí he querido 
rendirle un sencillo y profundo homenaje a un hombre que como muchos llegaron a 
esta tierra y dejaron lo mejor de sí para construir la nación cubana……”
 
 Recientemente nos ha visitado un joven trovador ariguanabense Carlos Rafael 
Valdés Pérez, hermano del profesor Adalberto Valdés y lógicamente nieto del 
canario mambí José Pérez. Con él establecí un distendido diálogo que voy a 
tratar de resumirlo –tarea casi imposible- para ustedes.
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