La última vez que intercambié criterios con Manuel David Orrio (MDO), fue en
una entrevista que le hice sobre el 50 Aniversario de la Revolución cubana[1]
que, -la verdad sea dicha- fue abundantemente publicada en diversos medios
digitales del Archipiélago canario, así como en otros muchos en "la Red de
redes"; aunque -también hay que decirlo- algunos otros "medios" en los que
acostumbro colaborar no parece haber gustado algunas de sus respuestas y no lo
publicaron, ni en español ni en inglés.
Realmente no se si MDO es mejor periodista
que "seguroso" (agente Miguel) o viceversa; pero lo que si sé es que escribe con
un profundo sabor cubano. De ello da fe un
simpático escrito suyo[2], que acabo de recibir -con un
pie casi en el avión- caracterizando ciertas "regularidades" de los
cubanos y que sin su permiso voy a reproducir:
Cuba: apuntes sobre su contracultura del
debate
Por supuesto, no pretendo sentar cátedra; sólo me limito a relatar la anécdota,
pensando como cada día que mucho del periodismo es contar historias.
Manuel David Orrio | Para Kaos en la Red
Por Manuel David Orrio
orrio@enet.cu
La Habana,09/04/12.- He compartido este fin de semana con mi único hijo, quien
mucho se ha divertido con la lectura de los comentarios a propósito de los
artículos que estoy publicando en Kaos en la Red/ Cuba.
Más que todo, sus risas veinteañeras de estudiante universitario estallaron con
la colección de injurias y calumnias que me dedican tales o cuales, en tanto
leyó atentamente aquellas opiniones discrepantes en respeto, o aportadoras de
informaciones dignas de tomar en cuenta, como la referida a que en la
Universidad de La Habana no se puede acceder a Kaos en la Red, lo cual me tomaré
la molestia de confirmar.
Las carcajadas y opiniones de mi hijo me hicieron recordar un inédito artículo
de 1994. Por aquellos días de lo más duro del llamado Período Especial,
trabajaba de sereno en un agromercado y contaba con 12 horas cada dos jornadas,
en que mi tiempo se repartía entre la vigilancia, el estudio y el aporreo de un
teclado Rémington 1939.
Aquel viejo artículo quedó en la gaveta. No obstante, me ha perseguido cual
fantasma a lo largo de estos años, quizás porque en el mismo no sólo intentaba
analizar los procesos de censura y autocensura existentes en Cuba, sino porque
señalaba lo que a mi modesto entender considero rasgos de la idiosincrasia
criolla, unas ciertas maneras del discutir a las cuales denominé las
regularidades de la contracultura cubana del debate, y que ahora veo
manifestarse ampliamente a lo largo de los comentarios que animan mis ejercicios
publicados en Kaos.
Para mí, y aunque notoriamente reducidas sus manifestaciones durante los 90 del
pasado siglo y los inicios del XXI, ahora en franco retroceso ante la emergencia
de generaciones cuyo nivel cultural e informativo sobrepasa al promedio de
anteriores decenios, las tres regularidades de la contracultura cubana del
debate son:
1) el cubano rechaza de inicio la opinión ajena, si le es discrepante. No dice
“no estoy de acuerdo con usted”, sino “tú estás loco, equivocado o comiendo de
lo que pica el pollo”.Lléguese por la peña beisbolera del Parque Central
habanero y lo comprobará;
2) si el cubano carece de argumentos para combatir la idea que se le opone,
trata entonces de desacreditar a su ponente. La técnica va desde un sibilino
“fulano tiene razón, pero no te olvides que es maricón”, hasta el empleo de
cuantos epítetos insultantes aparezcan: puta, cojo, chivato, degenerado,
tortillera… y más. Izquierdas y derechas criollas pecan de lo mismo, en mayor o
menor medida;
3) una discusión entre cubanos puede ser un combate por el monopolio de la
tribuna, incluso hasta con el empleo de fórmulas de cortesía que más bien
parecen la introducción por el ano, a contra voluntad, de un dedo envaselinado.
No se escucha y se espera por el turno; se esgrime un “perdona que te
interrumpa”… y por ahí para allá.
Amigos que por aquellos días leyeron mi artículo, sonrieron cómplicemente al
verse identificados. Pero años más tarde, cuando en mi doble carácter de agente
de la Seguridad cubana y supuesto “periodista independiente” participaba en
programas de opinión de la mal llamada Radio Martí, mucho frecuenté uno
conducido por el periodista y profesor emérito de la Universidad de Georgetown
Luis Aguilar León. Ya por entonces había leído un ejercicio suyo de los años 50,
donde señalaba las mismas regularidades que yo, y así se lo hice saber en
nuestra primera conversación telefónica off the record. Aguilar, no sin
sorprenderse agradablemente por mi conocimiento de su escrito, emitió un suspiro
de viejo más allá del bien y del mal, y respondió:
-- ¡Orrio, si supieras, a mí me acusaron eentonces de plagiar a una
norteamericana que escribió algo parecido por los años 40!
Por supuesto, no pretendo sentar cátedra, Sólo me limito a relatar la anécdota,
pensando como cada día que mucho del periodismo es contar historias.
Las conclusiones, las dejo al lector.
Manuel David Orrio en Kaos en la Red
Hasta aquí, lo que escribió el amigo MDO,
que incluyó obviamente lo referido a los "plagios" que, con el desarrollo de la
Internet y el "recorta y pega", ha alcanzado cotas de "globalización"; porque
realmente en el caso que nos ocupa, creo que la realidad virtual es sinónimo de
realidad real: todo el mundo se copia y los mensajes sobre las "regularidades" y
singularidades de los cubanos pasan de buzón en buzón a velocidades de vértigo,
pero con ciertas modificaciones, "aportes" y "toques personales".
Llegados a este punto, les confieso que -Orrio y otros periodistas cubanos lo
saben- estamos desarrollando una obra colectiva, en formato de libro, que se
denominará "Cuba y los cubanos. Mitos y realidades", para la cuál, al final de
la misma, habíamos pensado dejar un capítulo dedicado al tema. Muchos otros
amigos de distintas partes del mundo[3] nos han hecho llegar
"sus materiales"; de ellos he entresacado algunos para que los lectores conozcan
otras "regularidades" y formas de expresión de los que nacieron en -según "el
Almirante de la mar océano", don Cristóbal, al arribar a Bariay-
"la tierra
más fermoza que ojos humanos han visto".
De España heredaron la adarga, la fácil palabra y la terca altanería
quijotesca; de África el pié fácil para el baile, el oído musical y la sonrisa a
ultranza. De la brevedad de otras razas compartidas como de China la tenaz
resignación y el misterio; de la Bretaña, la obsesión por el deber cumplido y de
Francia la discreta elegancia del amor en pareja, y los adornos de la vida.
Todo el aire que respiran viene del mar, la arena de sus playas es como polvo de
oro, en su tierra la semilla germina sin ayudas, no tienen inviernos ni
veranos... sino todo lo contrario, con imprevistos y efímeros aguaceros y una
corta temporada en que las masas frías anulan algunas horas el paisaje.
Al cubano le gusta el buen vivir sin debérselo a nadie y para conseguirlo
ejercita todas sus artes y mañas, apela a la suerte, a lo divino, o lo resuelve
con picardía tropical.
Aunque todavía usan bueyes para roturar la tierra, ya se ven desde el cosmos y
comprueban que los cartógrafos no se equivocaron al dibujarlos con silueta de
caimán.
Apuestan siempre a tener lo mejor, ya sea la mujer o la tumbadora, los zapatos o
el sillón del portal. Les gusta la mesa bien servida, el menú diverso, suma
sabrosa del congrí, el pollo frito y los tostones , el tasajo con boniato, el
picadillo con papas fritas, el puerco asado y la yuca con mojo, los frijoles
negros, el huevo frito, el chilindrón, la ropa vieja, el fricasé o el ajiaco
resucitador.
Son también apegados al dulce, los cascos de guayaba, el ajonjolí , el
boniatillo y la raspadura, los merengues, el flan, la natilla y caramelos, pero
lo mejor de su dulce azúcar pasa por los alambiques y termina en los toneles
donde se añeja un ron superior.
Al final, la imprescindible tacita de café, sabroso, aromático, y el habano de
perfume sonsacador, es quizás lo único que les sigue identificando con los
primeros cubanos. Pero también saben sentarse a la mesa escasa, si no hay pan
comen casabe, todos los días repiten el milagro de los panes y los peces, son
inventores audaces de la supervivencia.
El cubano lo sabe todo, lee los periódicos entre líneas y solo necesita un par
de cervezas para arreglar el mundo. Eso sí, es de memoria flaca, no devuelve
libros prestados y sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena.
La necesidad ha sido su maestra, el orgullo su consejero, pero atienden más a
las razones del corazón que a las evidencias de la oportunidad y la
conveniencia. Son gente de paz, no les ciega la victoria, pero no saben perder.
Enfrentaron la dominación colonial con coraje, pelearon en condiciones
inferiores contra tropas más numerosas que la suma de las emplazadas contra
O´Higgins, San Martín y Bolívar.
Entre ocho mil especies de su rica flora, adoran a la Ceiba , respetan la palma
real, árbol nacional, su flor es la mariposa y el ave nacional es el tocororo.
Su deporte es la pelota, su juego el dominó, con piezas que suenen fuerte sobre
la mesa.
Necesitan muy poco espacio para ser felices, saben multiplicar los domingos, son
fiesteros, desinhibidos, noveleros, rehúsan el tratamiento de usted, entran en
las casas hasta la cocina, se burlan de su propia desgracia, ¡hasta en los
funerales se cuentan chistes!
Son el mejor amigo del perro, cohabitan también con gatos, cotorras y gallos
finos. Les gustan las azoteas, los balcones, el rumor de las guitarras y los
ríos, el esplendor bullicioso del carnaval, la playa, el malecón, la guayabera,
la cerveza helada.
Son dicharacheros, escandalosos, desmesurados. Hijos del cálido clima en los
límites tórridos, se les tilda de violentos, improvisadores, tropicalmente
despaciosos, amigos del choteo y del relajo, expansivos, inconstantes,
derrochadores, presumidos.
Desprecian a los delatores, envidiosos, a los cazadores de oportunidades ajenas,
detestan la ambición, la mentira y la avaricia, la doble cara y el lamento.
Saben apreciar lo grandioso de la menudencia, la brevedad de la vida, el sentido
obligado de la reciprocidad, aunque, como dijera un patriota: a veces no llegan
y otras se pasan.
Creen en el azar, el martes trece y los horóscopos, en la cartomancia, el
biorritmo y el mal de ojos. Tienen varios dioses y cielos, su Olimpo está
disperso de Nairobi hasta Roma.
Cuba es hacendosa y constante, candorosamente hospitalaria, espontánea,
solidaria, material noble para cualquier noble empeño. Es también una palabra
bonita como guaracha , mulata, guateque, siboney. Son buenos en los oficios y
artes, y también en el amor, que hacen con vehemencia y concediéndole tiempo al
encanto.
No les asustan los huracanes ni los augurios, si se miran a un espejo, ven la
buena voluntad con biografía complicada
Los cubanos y el zoológico
Los cubanos usamos mucho los nombres de los animales en nuestra conversación
diaria.
En realidad, constituimos UN VERDADERO ZOOLÓGICO.
Para nosotros una persona bruta es un BURRO o un TOPO
Un hombre fuerte es un TORO.
El que nos trae mala suerte es una LECHUZA.
El entrometido es un SAPO.
El que esconde la cara es un AVESTRUZ.
El que se lanza sin miedo es un LEÓN.
Una gente baja es una RATA.
El que vive de otro es un ZÁNGANO.
Del cobarde decimos que es un RATÓN, una GALLINA, una CUCARACHA.
El que se echa pa'tras es una JUTÍA o una GALLINA.
El que no aprovecha las oportunidades, es como el CAMARÓN que se lo lleva la
corriente.
El homosexual es un PATO, PARGO, PÁJARO,GANSO,YEGUA , CHERNA o MARIPOSA.
Un tipo belicoso es un GALLITO DE PELEA.
Si algo se demora ,es hasta que la RANA crie pelos
Si hay frío decimos que está chiflando el MONO. El que imita también es un MONO.
La mujer que es muy flaca es un GRILLO o una CALANDRACA.
A los muy gordos les decimos BALLENA, HIPOPÓTAMO, RINOCERONTE o VACA.
Batista tenía una GRULLA con pata de palo.
Al presidente José Miguel Gómez le decían TIBURÓN.
A Machado el ASNO con garras.
A Fidel le dicen el CABALLO.
Un popular barrio habanero es la VÍBORA.
A los delatores les decimos los CHIVAS.
Nacemos por que la CIGÜEÑA nos trae.
Los dientes grande y separados son de CONEJO.
La mujer bonita es un POLLO.
El que molesta mucho es una LADILLA. El que le pica el culo a ésta es :
JEJENDILLA......más chica aún...
El que siempre esta pegado a otro es una GARRA PATA.
El peludo es un OSO.
El apestoso es una MOFETA.
El que nada muy bien es un PEZ.
Los que fuman mucho parecen MURCIÉLAGOS
A los niños les gusta jugar a la GALLINA ciega.
Del que se rebaja decimos que se arrastra como una SERPIENTE.
Hay quien trabaja como un MULO.
Hay gente que habla como una COTORRA, un PERICO o un PAPAGAYO.
La persona bonita pero poco inteligentes un PAVO REAL.
Una persona inteligente con buena memoria ,tiene memoria de ELEFANTE.
Si eres mal agradecido eres un GATO,que cierra los ojos para no ver quien le da
la comida.
La mujer sin cintura es una JICOTEA .
La persona irritable es un ERIZO.
El manso es como una PALOMA.
El jorobas es un CAMELLO.
El que te pone trampa ,es una ARAÑA.
El que ve bien, tiene vista de ÁGUILA.
Los rápidos son LINCE.
Los cínicos son una HIENA.
Si te sorprende un aguacero quedas como un POLLO MOJADO.
La persona que simula es la GATICA DE MARIA RAMO.
La que finge inocencia es una MOSQUITA MUERTA.
Si estas despistado eres un PESCADO EN TARIMA.
Si cantas bien eres un SINSONTE o un RUISEÑOR
Si eres pequeño de estatura eres una PULGA.
Si nos tratan mal, nos tratan como a un PERRO.
El feo parece un SIJÚ PLATANERO.
El pesado es una CHINCHA.
El que duerme mucho es una MARMOTA, y si el sueño es profundo esta dormido como
un LIRÓN.
Al trabajador constante es una HORMIGA.
Los venenosos son como el ALACRÁN.
Hay gente que come como un PUERCO.
Al que no come mucho ,le dicen que come como un ZUNZUN.
Y otros que se cuidan como GALLOS FINOS.
Algunos caminan como TORTUGA.
Ser fatalista es "parquear" TIÑOSA.
Un hombre muy listo es un TIGRE o una PANTERA.
El que se hace pasar por bueno sin serlo es un ZORRO.
Una persona muy alta es una JIRAFA.
Un buen amigo vale más que una yunta de BUEYES.
El que insiste mucho es como el PITIRRE.
La que se altera fácilmente es una AVISPA DE CULO COLORA´O o una ARAÑA PELUA.
El aguantón es un CARNERO.
El vividor es un CAIMÁN.
Los que van apretados, van como SARDINAS EN LATA.
Eres fresca como una RANA.
Cuando llega un indeseable, le cayo COMEJÉN AL PIANO.
Hay gente que se hace el CHIVO loco.
El que pide muchos cigarros es un MOSQUITO.
El que anda en la oscuridad es un COCUYO.
En boca cerrada no entran MOSCAS.
El que no prospera va pa' tras, como el CANGREJO.
Un tonto en Cuba es un GUANAJO.
El que es victima de infidelidad conyugal es un VENADO.
Un hombre con "smoking" está vestido de PINGÜINO.
Del pícaro decimos que sabe más que las BIBIJAGUAS.
Si corre rápido, es una LIEBRE.
Y aquí termino.
Por favor, no me culpen por esta "descarga" porque "la culpa de todo la tuvo el
TOTÍ"
Sería una labor titánica tratar de caracterizar a los
cubanos; pero a pesar de ello, en "Cuba y los cubanos. Mitos y realidades", lo
vamos a intentar.... y no sólo con "chispazos" simpáticos, por cierto.
[1]Entrevista a
Manuel David Orrio
[2]www.kaosenlared.net/noticia/cuba-apuntes-sobre-contracultura-debate
[3]Principalmente los que aparecen como colaboradores del Boletín Internacional de Información Referativa y Factográfica
del
Servicio de Información Hermes
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