A
nuestro campesino
Hombre
de campo, tu idioma
junto
a la naturaleza
tiene
la misma terneza
del
lirio y de la paloma.
Tú
le sabes "Punto y coma"
a
la décima guajira,
profundizar
en la lira
del
viejo "Cucalambé"
y
saborear tu café
en
la mitad de una güira.
Tu
eres dichoso y feliz
cuando
con tu mano sabia
le
arrancas mazorca y gavia
a
la mata de maíz.
Le
investigas la matriz
pródiga
a la tierra pura,
florece
tu agricultura
con
aguas de abril y mayo
y
siempre "tu paraguayo"
colgando
de la cintura.
Con
tu sombrero de guano
tu
polaina y tu machete
no
se de mejor jinete
con
las riendas en la mano
nadie
le ve más temprano
a
la manigua el rocío
y
sabes que tu plantío
te
da el fruto aunque no llueva
siempre
con el agua nueva
de
la presa de tu río.