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             (Argentina) 
            SECUESTRADOS 
            "Cambio 
              trapo en buen estado por contrarios ilesos" 
            En 
              Salta (Argentina), tres barras bravas de Central Norte fueron secuestrados 
              (leáse: se-cues-tra-dos) por la barrabrava de Juventud Antoniana 
              para canjearlos por una bandera robada por sus rivales de la sede 
              del club.  
            CLASICO 
              VIOLENTO EN SALTA Miércoles 
              18 de junio de 1997.Juventud 
              Antoniana y Central  Norte 
              Treinta y dos detenidos, más de veinte autos destrozados y 
              robos en varias viviendas de la zona fue el saldo de los graves 
              incidentes ocurridos en La Linda el MIE 18/06/97, en ocasión del 
              partido entre Central Norte y Juventud Antoniana, por el Torneo 
              Anual de la provincia de Salta, que fue suspendido a dos minutos 
              del final, cuando ganaba Central Norte tres a cero, pero lo mejor 
              vendría al final... Los problemas comenzaron cuando 
              una hora antes del inicio del cotejo cuando los hinchas de Juventud 
              Antoniana (que hizo las veces de local en la cancha de su rival) 
              empezaron a arrojar piedras a sus pares de Central Norte desde las 
              cercanías del estadio. El segundo capítulo se produjo a cinco minutos 
              del comienzo del partido, cuando bravos de Central Norte desplegaron 
              una enorme bandera con los colores de  Antoniana, 
              la cual había sido robada el día anterior de la sede de esa institución. 
              Eso fue tomado como una provocación por los rivales que se enfurecieron 
              y derribaron un portón para luego ingresar al campo de juego. Desde 
              allí tiraron proyectiles hacia la tribuna contraria. Tras varios 
              minutos de intensa pedrea entró en acción el Cuerpo de Infantería 
              y mediante la utilización de balas de goma y gases lacrimógenos, 
              consiguió despejar la cancha. Cuando faltaban dos minutos para la 
              finalización del partido, el grueso de la parcialidad de Juventud 
              Antoniana abandonó el estadio y provocó serios destrozos en una 
              veintena de autos que estaban en las cercanías de la cancha y cometieron 
              robos en varias  viviendas. 
              Ésta era la crónica de 
              la prensa sobre lo sucedido aquel día, pero lo más 
              curioso sucedió dentro de la cancha. Lean, seguidores de 
              este portal de hinchas... 
            En 
              Salta tres bravos de Central Norte fueron secuestrados 
              por la barrabrava de Juventud Antoniana para canjearlos por 
              una bandera robada por sus rivales de la sede del club. El hecho 
              ocurrió durante el clásico provincial que se jugó el 18/06/97 en 
              cancha de Central, haciendo Antoniana de local. El clima estaba 
              enrarecido desde el comienzo con una serie de incidentes y terminó 
              por convertirse en una tormenta feroz cuando el trapo de 35 por 
              6 metros apareció en la tribuna equivocada, enarbolada al grito 
              de "Le robamos la bandera/ lara lar". Todavía 
              faltaban quince minutos para que empezara el partido. Humillada, 
              la barra de Juventud Antoniana planeó el Operativo Recuperación, 
              Y de inmediato un Grupo Comando de cincuenta bravos saltó 
              el alambrado y se metió en la cancha. Sin que la policía hiciera 
              algo, avanzaron hasta llegar a la tribuna contraria. Flanquearon 
              una puerta y empezaron a pelearse con algunos hinchas, pero la bandera 
              ya no estaba: la habían escondido. La policía miraba. Decididos 
              a tomarse venganza de cualquier  forma, 
              agarraron a cuatro hinchas rivales y los llevaron como rehenes. 
              Uno de ellos, que estaba con un niño de unos 5 años en brazos, fue 
              liberado enseguida. Pero los otros tres fueron empujados por la 
              cancha hasta ser llevados a la tribuna de Antoniana. Sin la bandera, 
              pero con tres secuestrados, la barra celebraba la revancha. La policía 
              miraba. Pero el clima estaba muy caldeado. Todos los espectadores 
              habían visto lo sucedido y los responsables de la seguridad no habían 
              hecho nada. Pasaron cinco minutos. Los rehenes, si bien no eran 
              golpeados, no podían escaparse. Estaban en el medio de la barra 
              brava rival, atrapados y escuchando una variada gama de amenazas. 
              Pasaron quince minutos y recién entonces apareció la policía. Sin 
              repartir palos, como si todo hubiera sido negociado con anterioridad, 
              un grupo de treinta efectivos ingresó a la tribuna de Antoniana 
              con la bandera entre sus brazos. Ahí sí, los rehenes fueron 
              liberados. Y entonces la policía les quitó el trapó y se lo 
              levó para la comisaría, porque había una denuncia de hurto y fue 
              devuelta oficialmente a los denunciantes. Jorge 
              Warch 
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