Lo primero que deberíamos conocer es a qué llamamos usabilidad. Usabilidad, del término inglés usability es la característica de un sistema que pretende ser utilizado por un tipo o varios tipos específicos de usuarios, con una o unas tareas para las cuales el sistema se ha realizado y, finalmente en el contexto en el que se da la interacción.
Este concepto se puede referir a una aplicación informática o a un software, o a cualquier sistema hecho con un fin particular.
Según la Organización Internacional para la Estandarización , existe una doble vertiente dentro de la definición de usabilidad. Si hablamos sobre los atributos internos y externos del producto afirma que la usabilidad se refiere a la capacidad de un software de ser comprendido, aprendido, usado y ser atractivo para el usuario, en condiciones específicas de uso. Por otro lado, si nos centramos en cómo el usuario realiza tareas específicas en escenarios específicos con efectividad, la ISO define usabilidad como la eficiencia y satisfacción con la que un producto permite alcanzar objetivos específicos a usuarios específicos en un contexto de uso específico.
A raíz de estas dos definiciones podemos decir que existen unos principios básicos en los que se basa la usabilidad:
- La facilidad de aprendizaje, o facilidad que se desarrolla la interacción efectiva con el sistema
- La flexibilidad, o la variedad de posibilidades con las que el usuario y el sistema intercambian información.
- La robustez, o el nivel de apoyo al usuario que facilita el cumplimiento de sus objetivos
Jacob Nielsen, considerado el padre de la usabilidad la define como el atributo de calidad que mide lo fáciles de usar que son las interfaces web, es decir que no es suficiente que un web sea llamativo, sino que además tiene que ser entendible, novedoso, comprensible, inteligente y atractivo. La finalidad de un sitio web, en este caso, es lograr que el usuario encuentre lo que busca en el menor tiempo posible, es decir, usabilidad para la recuperación de información
En los últimos años, la usabilidad ha asumido una parte mucho más importante de la economía de internet que en el pasado. A medida que la tecnología se hace más presente, se incrementa la posibilidad de diseñar sistemas más imperfectos, pudiendo llegar a ser difícil de usar y consecuentemente frustrar a los usuarios. Si estos usuarios son clientes, la frustración amenaza la base del negocio.