Misceláneas

1

Diciembre 2000

En abierta colisión con la Constitución Nacional impuesta por ellos mismos, los compañeros de partido de Hugo Chávez conformaron con diputados, más una minoría de miembros de la sociedad civil, un comité de selección de los representantes máximos del Poder Ciudadano (Fiscal General, Contralor General y Defensor del Pueblo) y del Poder Judicial (magistrados del Tribunal Supremo de Justicia); el texto constitucional, en su artículo 279, ordena formar ese comité únicamente con "representantes de diversos sectores de la sociedad".

Convendría recordar, una vez más, a Maquiavelo:

"... no creo que exista cosa de peor ejemplo en una república que hacer una ley y no observarla, sobre todo si el que no la observa es quien la ha hecho." (Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio. Alianza Editorial. Madrid, 1987. p.138.)

Agregaremos, finalmente, algunas palabras de Simón Bolívar:

"Poco importa a veces la organización política, con tal que la civil sea perfecta; que las leyes se cumplan religiosamente y se tengan por inexorables como el Destino." (Discurso ante el Congreso Constituyente de Bolivia, 1825).


2

Diciembre 2000

Siempre hemos sospechado que el presidente del Banco Central de Venezuela, Diego Luis Castellanos, fue colocado en ese cargo más por su fervor ideológico que por sus merecimientos en el campo de la Economía, de los que nada nos autoriza a dudar. Ahora podemos confirmar esa sospecha: en un informe pretendidamente técnico, fechado el 26 de diciembre de 2000, el funcionario expone al país sus opiniones sobre la marcha del mundo y hace una mal disimulada apología de la "revolución" de Hugo Chávez. En el informe, se cuelan cosas así:

"El desenvolvimiento de la economía venezolana ha estado marcado (...) por los efectos del mal desarrollo de la economía mundial, razón por la cual la Constitución Bolivariana pone énfasis en el 'desarrollo humano' (...) Bajo esta concepción, la Constitución Bolivariana otorga sentido a los objetivos de la actividad económica: el incremento del capital y crecimiento económico dejan de ser fin en sí mismos, para tratar de lograr una meta en función de las necesidades fundamentales de los venezolanos para vivir, crecer y realizarse."

De este modo, el desastre económico venezolano de la actualidad es producto del "mal desarrollo de la economía mundial", mientras que la Constitución Nacional que Hugo Chávez dictó "pone énfasis en el desarrollo humano" y "otorga sentido a los objetivos de la actividad económica".

Sigue el presidente del Banco Central de Venezuela opinando acerca de temas ajenos a los que le conciernen, de la siguiente manera:

"El Banco Central de Venezuela comparte la posición cada vez más generalizado (sic) de que las así denominadas reformas de 'primera generación', es decir, aquellas asociadas al logro de los equilibrios macroeconómicos, son insuficientes para alcanzar per se la solución a los problemas relacionados con una mejor distribución del ingreso. (...) En Venezuela, en los últimos dos años se han venido sentando las bases para la existencia y el logro de una mayor eficiencia de los mercados y las organizaciones, tanto públicas como privadas. (...) Como ha sido mencionado, el conjunto de transformaciones institucionales planteadas se constituye en una condición de primer orden para garantizar la indispensable viabilidad económica y social "

Un banco central pretendidamente autónomo que por adular al jefe del poder ejecutivo justifica una serie de decisiones políticas, que no económicas, no es precisamente lo que requiere una sociedad moderna para avanzar en su desarrollo.


3

Enero 2001

El cargo de Vicepresidente de la República involucra, evidentemente, muchas responsabilidades administrativas y políticas. Varios analistas han estado preguntándose por qué Hugo Chávez eligió recientemente para esa plaza a Adina Bastidas, una señora con un poco de experiencia administrativa y ninguna política, salvo que se tenga por tal el haber pertenecido al minúsculo y ultraizquierdista Grupo Ruptura de la Universidad Central de Venezuela. Es obvio que Hugo Chávez, para ser consistente con el culto de la personalidad que ha estado difundiendo, no asignaría esa función a quien pudiera opacarlo; sin embargo, pudo haber colocado allí a alguien con la preparación suficiente para ser exitoso, pero sin carisma. Se habría hecho un favor a sí mismo.


4

Enero 2001

El empeño de Hugo Chávez y su partido en copar todos los espacios del poder público, y también de algunas instituciones privadas como los sindicatos y las universidades, recuerda la actitud de la Acción Democrática de 1947. En aquella época, el partido de Rómulo Betancourt había tomado para sí todo el poder, usando el apoyo del electorado para sacar a sus adversarios políticos de cualquier escenario. ¿Resultado? En noviembre de 1948, cuando los militares derrocaron a Rómulo Gallegos, ningún sector de la sociedad movió un dedo para defender al gobierno; el golpe dirigido por Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez no encontró resistencia en nadie, porque nadie, salvo el partido de gobierno, tenía nada qué perder. Diez años después, de regreso en el poder, Acción Democrática demostró haber aprendido la lección: allí nació el Pacto de Punto Fijo, el cual, con sus aciertos y errores, le dió estabilidad a la democracia venezolana aún en los aciagos tiempos de las dictaduras militares latinoamericanas.


5

Febrero 2001

Recientemente, en una entrevista radial que le hiciera César Miguel Rondón, el veterano izquierdista Simón Sáez Mérida decía, hablando sobre el culto de la personalidad, que la multitud no se reunía para escuchar a Hugo Chávez, porque éste no tenía nada qué decir, sino para "verlo". Coincidimos con él: las alocuciones del Presidente, más que mensajes, constituyen puestas en escena, "performances" que entretienen a las masas. El culto de la personalidad exige del jefe una cierta habilidad teatral que nuestro personaje sin duda posee.

El 01 de febrero, en Cúa, tuvimos la oportunidad de contemplar un ejemplo de lo dicho. La muchedumbre se había reunido allí porque el Presidente Chávez iba a encabezar un acto en honor a Ezequiel Zamora; no asistió, y en su lugar envió a la Vicepresidenta Adina Bastidas. En cuanto ésta dijo "me corresponde traerles un saludo del Presidente Hugo Chávez Frías", fue obsequiada con un sonoro abucheo. La masa allí reunida no quería escuchar un mensaje de Hugo Chávez; quería "verlo" a él.


6

Febrero 2001

¿Cuán grande es el afecto de Hugo Chávez por Fidel Castro? Veamos: en el Acuerdo Energético de Caracas, se le otorgó a Cuba una cuota de 53.000 barriles diarios (4.85 barriles diarios por cada mil habitantes); entre los restantes 11 países, se repartieron 80.100 barriles diarios (1.61 barriles diarios por cada mil habitantes). Véanse los detalles en anexo.

Por otra parte, todos los países pagarán sus cuotas con dinero; Cuba, en cambio, "pagará" con servicios médicos, asistencia deportiva y transferencia de tecnología en las áreas de educación, comunicaciones (!) y construcción. ¿Cuál tecnología? ¡Si Cuba no tiene siquiera discado directo internacional!.

La cuota de Cuba significará una entrega de 19.345.000 barriles al año, que a $25 por barril resultan en $483.625.000 anuales. Ese es el costo de unos servicios innecesarios y una tecnología inexistente. O más bien: ése es el obsequio que Hugo Chávez hace de recursos que no son suyos, obsequio por el cual, alguna vez, deberá responder.


7

Marzo 2001

Mientras Hugo Chávez visitaba por segunda vez el Oriente Medio, Luis Miquilena, Ministro del Interior y Justicia, daba una serie de declaraciones un tanto conciliatorias. Fue su tono muy diferente al del ofensivo comandante. Cuando éste regresó, ardió Troya; en una pública escena de celos, acusó de conspiradores a quienes habían celebrado el tono moderado de Miquilena. Recordó, además, quién era el que mandaba a quién.

Este tipo de celos de un gobernante por la ascendencia que adquiere un subordinado suyo, es muy viejo: Tiberio receló de Germánico, Justiniano de Belisario, Hitler de Rommel, Stalin del Mariscal Zhukov... (Guárdense las debidas distancias, porque ni Chávez es emperador ni Miquilena héroe).

Los celos son naturales en casos como el de Hugo Chávez. La tarea de aconsejar a un jefe que no se distingue por su prudencia es tan difícil para el consejero como riesgosa para el jefe, y Chávez lo presiente. Nicolás Maquiavelo afirmaba:

"...un príncipe que no es prudente de suyo no puede aconsejarse bien, a menos que por casualidad dispusiera de un hombre excepcional y habilísimo que le gobernara en todo. Pero en tal caso la buena gobernación del príncipe no duraría mucho, porque su conductor se encargaría de quitarle en breve tiempo su Estado." (El príncipe. Ediciones Teorema. Barcelona, 1983. p.185)

Un simple gesto conciliatorio de un ministro menos insensato que él, desató en Hugo Chávez el temor a perder su poder. Hizo el ridículo, ciertamente, pero sabemos por qué.


8

Marzo 2001

En ocasiones, cuando alguien que detenta el poder dice "sólo el pueblo puede", lo que en realidad está diciendo es "nadie puede". Es claro: cualquier persona o grupo es parte del pueblo, pero no es "el" pueblo; de allí que, si sólo "el" pueblo puede, nadie específicamente puede. Un ejemplo lo tenemos en un artículo que recientemente escribió Adán Chávez, hermano y secretario del Presidente:

"...el único ente con autoridad para referirse a los acontecimientos que ocurran en el país es el pueblo..." (El Universal. 11/03/01. p.2-12)

¿Usted, amigo visitante, es "el" pueblo? ¿No? Entonces usted no tiene autoridad para referirse a los acontecimientos que ocurran en el país. Viejo truco.


9

Marzo 2001

Nos preguntamos: ¿por qué, a pesar del evidente daño político, el gobierno de Hugo Chávez luce tan indefenso ante la corrupción, generalizada como nunca? Nos respondemos: por sus ansias de dominar todos los poderes públicos. Todas las instituciones con alguna función contralora están sujetas a la voluntad del Presidente: la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la República, la Direccción Ejecutiva de la Magistratura, la Fiscalía General de la República e incluso las contralorías regionales. Todas.

Quienes dirigen esas instituciones saben que es la voluntad del "jefe" la que los mantiene allí. Por tanto, se guardan muy bien de criticarlo a él o a cualquiera de las instancias del Poder Ejecutivo. El resultado es el desenfreno que el país está presenciando.

En contra de lo que el pueblo venezolano cree, o creía, los regímenes personalistas son siempre más corruptos que los auténticamente democráticos. Hugo Chávez tendría que moderar su ambición para que el combate a la corrupción, combate inexistente en la actualidad, se llevara a la práctica y diera algunos frutos. Pero dejaría de ser Hugo Chávez.


10

Abril 2001

Hugo Chávez ha extendido al ámbito petrolero su conflictiva política hacia los Estados Unidos, tratando a este país como un enemigo y no como su principal cliente. Después de haber conseguido de la OPEP la aprobación del mecanismo de ajuste automático de producción, Venezuela ha sido, en dos ocasiones, la abanderada de la violación de ese mecanismo con reducciones anticipadas de producción.

Los probables efectos de esta política serían, a mediano plazo:

* Desarrollo, por parte de los Estados Unidos, de las existencias de petróleo de la Reserva Forestal de Alaska, que tiene un potencial de producción similar a las importaciones norteamericanas provenientes de Arabia Saudita. ¡Nada menos!

* Implantación de una legislación que permitiría al Departamento de Justicia y a la Comisión Federal de Comercio norteamericanos imponer a discreción barreras al petróleo de la OPEP.

¿Qué haría el cartel en tales circunstancias? Los países árabes negociarían con los Estados Unidos por su cuenta, como antes han hecho. Venezuela y otros productores menores quedarían solos y también tendrían que negociar, pero en posición de debilidad.

No creemos, en fin, que sea inteligente utilizar el petróleo como arma política. Más sentido tendría apegarse al mecanismo de ajuste de producción, razonable para todos. Pero entendemos a Hugo Chávez, ya que no es sencillo ser un fervoroso izquierdista y un práctico hombre de negocios al mismo tiempo.


11

Abril 2001

En un reciente artículo (Las cabras cuerdas. El Universal, 11/04/01, p.2-10), Luis Vicente León expone que la popularidad de Hugo Chávez es aún alta porque no han surgido liderazgos alternos. Ello nos hace recordar la actitud de algunos partidos de oposición.

Para el momento de las elecciones a la Asamblea Nacional del 2000, los socialdemócratas de Acción Democrática y los demóctratacristianos de Proyecto Venezuela eran considerados los más radicales opositores. Pero apenas ocuparon sus curules, los diputados de estos partidos pactaron con el gobierno de Hugo Chávez, y se integraron a su bloque parlamentario. Los primeros lo hicieron para que el Consejo Nacional Electoral decidiera a favor de la dirección actual del partido, en contra de su disidencia interna. Los segundos lo hicieron para conseguir un puesto en la directiva parlamentaria, y en algunas de sus comisiones.

Flacas ventajas si se consideran los costos. Ambos partidos olvidaron a sus electores, que los pusieron allí para hacer oposición a Hugo Chávez, no para negociar prebendas con él. Queda así comprometido el futuro político de estos partidos que han sacrificado a sus electores no chavistas, sin conquistar con ello a los chavistas. Elemental.

Todo esto favorece las posibilidades de partidos de oposición diferentes, de nuevos liderazgos que compitan con el de Hugo Chávez. Como decimos en nuestra sección "Izquierdización del electorado", el partido Primero Justicia parece tener la ventaja en este aspecto, pero las opciones están abiertas para cualquier partido que haga una oposición sin concesiones.

 


12

Abril 2001

Como es sabido, Hugo Chávez firmó con reservas la cláusula democrática de la declaración de Quebec, que impide la entrada al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) a los países no democráticos. Para algunos, esa cláusula le impediría ejecutar un "autogolpe", pero a su vez lo protegería contra un golpe fraguado por otros. Probablemente acertadas, estas inferencias nos lucen, sin embargo, algo simplistas.

Por motivos ideológicos, Hugo Chávez no está particularmente interesado en adherir a Venezuela al ALCA. Por ello, mal podría esa condición servir de freno a sus intenciones. Si Hugo Chávez no ha dado un "autogolpe" es porque no lo necesita, teniendo, como tiene, absoluto dominio de todos los poderes públicos. Si alguna vez tuviera que dar ese paso, no lo detendría una cláusula que le prohibiría entrar donde él no quiere entrar.

Tampoco nos parece determinante esa cláusula para impedir las conspiraciones de otros. Basta con preguntarnos: ¿y si los países americanos terminaran convenciéndose que el gobierno de Hugo Chávez no es democrático? Pruebas no faltarían. Venezuela, en ese caso, tendría inconvenientes para ingresar al pacto y la cláusula en cuestión operaría más bien como un incentivo para deponer al comandante.

Así, en cuanto concierne a los efectos que el tratado tendrá sobre la política venezolana actual, todo está por verse.

 


13

Mayo 2001

No disponemos de encuestas recientes que lo corroboren, pero la popularidad de Hugo Chávez debe estar descendiendo rápidamente, para que tantos aliados estén ahora tomando distancia. Muchos de los que hasta ayer eran obedientes "revolucionarios" están ahora dando a la prensa opiniones contrarias a las ejecutorias de Hugo Chávez, desde su mentor Luis Miquilena hasta el Movimiento Al Socialismo (MAS), pasando por el Fiscal General de la República y buen número de diputados oficialistas.

Si esta tendencia continúa, las opciones de Hugo Chávez se irán reduciendo hasta sólo una: el "autogolpe". No creemos que le tiemble el pulso al momento de decretar semejante acción, pero a las fuerzas armadas probablemente sí.


14

Junio 2001

Sólo la euforia ideológica puede explicar que Hugo Chávez cometa errores políticos como el del sábado 2 de junio. Al regreso de su largo viaje por el Asia, se le ocurrió convocar a una manifestación pública para festejar su retorno. A pesar de que su partido ofreció traslados, comidas y bebidas alcohólicas gratis, además de pagos en efectivo, la asistencia fue notoriamente baja.

Habiendo sucedido lo mismo el 1º de mayo, ¿por qué Hugo Chávez insistió? Sólo consiguió demostrar nuevamente que ya no tiene poder de convocatoria.

Ya conocemos a Hugo Chávez y podemos por ello entender que en su caso el juicio ceda ante el arrebato ideológico. Pero, ¿y sus asesores políticos? El primero de ellos, Luis Miquilena, es demasiado astuto para errar de tal modo, de donde nos parece que un exaltado Hugo Chávez desatendió los consejos de su asesor, y/o éste lo dejó hacer. En cualquier caso, el episodio parece mostrar, una vez más, que no están remando para el mismo lado.


15

Junio 2001

Tradicionalmente, por "popularidad del Presidente" se entiende el grado de aceptación de su gobierno. A juzgar por la forma con la cual los medios de comunicación han reseñado la última encuesta de Consultores 21, contratada por el Gobierno, esta firma considera ahora como popularidad la simpatía personal que Hugo Chávez inspira, y no la conformidad con su gestión.

De este modo, la encuestadora asegura que la popularidad del Presidente anda por el 60%, pero no puede dejar de indicar que el nivel de aceptación de su gestión es de 35%.

Es probable que Hugo Chávez satisfaga su vanidad con ese 60%, de todos modos muy inferior a los niveles de antes, pero lo importante desde el punto de vista político es el 35% de aceptación. La historia está plagada de políticos que fueron siempre muy queridos por su pueblo, pero que nunca recibieron sus votos. Ese 35% explica la frialdad que ha mostrado el pueblo frente a los actos de masas que han tratado de efectuar los partidarios de Chávez.

Si Hugo Chávez mantiene sus espectáculos semanales, podrá quizás conservar la simpatía de la gente, pero difícilmente mejorará el grado de aceptación de su gobierno, que en definitiva es lo que cuenta para su supervivencia política.


16

Junio 2001

Triste rol el que le ha tocado desempeñar a Luis Miquilena, en nombre del gobierno de Hugo Chávez. Tuvo que declarar, sabiendo que nadie le cree, que en el caso Montesinos las policías peruana y norteamericana no tuvieron participación. Miquilena se vio forzado a mentir por una razón política: si admitiera la participación que tuvieron Perú y Estados Unidos, estaría reconociendo que los voceros de estos países tienen autoridad para opinar sobre la protección que el gobierno de Hugo Chávez brindó al fugitivo.

El costo más inmediato de haber hospedado a Montesinos para luego verse obligado a entregarlo será la pérdida de credibilidad de los principales funcionarios oficiales. En consecuencia, Hugo Chávez tendrá pronto que cambiarlos, si en algo estima la confianza popular.


17

Julio 2001

Los hechos están demostrando las hipótesis que hemos formulado antes. En un evento sin precedentes, recientemente un grupo de extremistas explotó una bomba en la sede del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela. Los panfletos que dejaron los terroristas hablan de sacar a la "burgesía" de la universidad, y de considerar como "objetivos militares" a las autoridades universitarias, por lo demás democráticamente electas. La polarización que se ha venido gestando en los últimos años, de la cual Hugo Chávez es beneficiario y promotor, luce indetenible, como lo hemos previsto en nuestra sección Izquierdización del electorado.

El diario Tal Cual ha estado publicando secciones de un informe de la Dirección de Inteligencia Militar, firmado por su Director, que revela sin embozo los planes de difusión ideológica entre la oficialidad. Divide el informe a los oficiales superiores en "revolucionarios", "institucionalistas" y "disidentes". Habla además de la "catequización", que así la llama, de los oficiales institucionalistas y de la segregación de los disidentes, para que éstos salgan de las fuerzas armadas. Todo esto comprueba la validez de las conclusiones que expusimos en nuestra sección Asignación de militares activos a funciones civiles.


18

Septiembre 2001

Después de los actos terroristas contra los Estados Unidos, ¿volverá Hugo Chávez a abrazar a Gadaffi y a Hussein? ¿Continuará con su plan de abolir los acuerdos de cooperación militar entre los Estados Unidos y Venezuela? ¿Seguirá adelante con su idea de una OTAN latinoamericana, y un ridículo ALBA como alternativa al ALCA? ¿Volverá, en otras palabras, a levantarle la voz a los Estados Unidos? Veremos.


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