Por Mariana Hernández Miércoles 22 de mayo de 2002 Actualizado el miércoles 29 de mayo de 2002 Un fantasma recorre a Venezuela: el fantasma del autoritarismo. Desde todos los flancos nos amenazan hordas, sean bien vestidas, sean desastradas. Armani y Pepeganga nos acosan con sus bravatas, que fueron divertidas hasta la desembocadura monstruosa del 11 de Abril. En lo que sigue criticamos a los dos bandos y estamos conscientes del riesgo de concitar la ira de ambos. Comenzaremos por Hugo Chávez. Luego iremos con la oposición. El autoritarismo filantrópico de Hugo ChávezDurante tres años Chávez se empeñó en que su razón era suficiente para ser aceptado por todos. Ejerció un mando paradójico, de democracia ilimitada, tolerante hasta la impunidad, sin presos, sin perseguidos, sin exiliados, sin censura, pero con un discurso autoritario y con un monopolio de los poderes, logrado por procedimientos no aceptados por todos (aunque cabe recordar que el Fiscal General de la República Isaías Rodríguez fue electo con votos de la oposición que ahora lo repudia; igual que los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que absuelven a los militares golpistas fueron propuestos por diputados chavistas y electos con sus votos). Un gobierno tan benévolo en los hechos que sólo impone a Carmona Estanga su casa por cárcel y luego consiente que se le fugue del modo más cómodo. Una benevolencia rayana en la blandenguería. Y a veces me pregunto si la oposición sería tan bravucona si el gobierno fuera tan autoritario como ella pretende que es.
Ese contexto de acumulación de poderes evoca la famosa fórmula de Lord Acton: El poder tiende a corromper; pero el poder absoluto corrompe absolutamente. Pues bien, aunque no me consta nada, parece haber indicios de corrupción en el gobierno del Presidente que llegó con la promesa de liquidarla. No ha hecho nada para combatir ni siquiera la corrupción de sus opositores, muchos de los cuales siguen actuando en su propio gobierno y encima tratan de tumbarlo. Es tan increíble como inexplicable. ¿O sí es explicable? Lo intentaremos. Cuando se acumula tanto poder así es imposible combatir la corrupción, que vive de la impunidad que precisamente le da el control de todos los poderes. En ese contexto la corrupción se extiende de modos inesperados y crea complicidades profundas y perversamente fecundas, hasta el punto de que Isaac Pérez Recao colaboró con la campaña electoral de Chávez y su hermano Vicente Pérez Recao es diputado suplente del Movimiento V República, al parecer vinculado con varios casinos. Algún periodista emprendedor debiera entrevistar a Vicente Pérez Recao. Hay que aclarar el asunto del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, que ahora parece que regó dinero entre todos los partidos, como es habitual en ese tipo de dádivas electorales. El magistrado Franklin Arrieche fue el encargado de recibir ese dinero, depositado en Aruba en una empresa de Tobías Carrero, el socio de Miquilena y financista de la campaña electoral de Chávez. Sí, es asqueroso. Y la corrupción descontrolada no sólo deteriora la riqueza colectiva sino que estropea la administración, a la que desmoraliza y debilita. Eso ha reducido considerablemente la calidad de desempeño del gobierno de Chávez, aparte de nuestra condición tan venezolana de gobierno, tan propensa a la improvisación y a la inconstancia. Esas características no son, claro está, exclusivas del presente gobierno, ni siquiera son privativas de Venezuela. El Presidente entonces se obsesiona turnando y enrocando convulsivamente funcionarios cuando no le rinden resultados perentorios o se rumora corrupción. No les da ni tiempo de rearmar instituciones que 40 años de corrupción dejaron desmanteladas. Hay miles de posibles colaboradores honestos, que no eran cómplices del puntofijismo sino más bien sus víctimas, que el Presidente se ha enajenado tozudamente y que podrían contribuir a mejorar el rendimiento gubernamental. No lo harían acríticamente, por cierto y a Dios gracias. Pero es un problema de gravedad extrema: Chávez parece que no quiere gente crítica entre sus colaboradores. Como todo lo quiere dominar y siente que sólo él tiene la razón y es el único que sabe expresarla, el presidente Chávez ha cometido, entre muchos, dos errores estratégicos estruendosos, que contribuyeron a producir la tragedia shakespeariana del 11-A:
El autoritarismo anárquico de la oposiciónLa oposición es anárquica (aunque no anarquista) porque no tiene comando unificado ni liderazgo ni programa. Pero es, paradójicamente, autocrática y totalitaria, como se pudo ver en el Gobierno Transitorio. Carmona es autocrático porque juró ante sí mismo, como pocas veces se ha visto en la historia humana. Y es totalitario porque asumió todos los poderes del Estado, arrasando con siete elecciones populares que eligieron y ratificaron a un presidente, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, una Constitución y la trama completa de representantes de todo un país. Carmona era el único poder, el único soberano. Criticaron a Chávez por acumular poderes y ellos acumularon más poderes que él en menos tiempo y del modo más despótico, criminal y represivo Chávez podrá ser autoritario, mandón, mal hablado, pero no criminal ni represivo. Esta consecuencia no fue producto del azar, pues su objetivo estaba bien definido: borrar de la faz del territorio nacional todo vestigio del poder de Chávez (vide el Decreto de Pedro Carmona Estanga). Definir como único objetivo de un movimiento la anulación de un hombre y sus poderes conduce a no tener programa ni visión de sociedad ni nada que no sea esa supresión absoluta. Y para anularla absolutamente se requiere de un poder absoluto, voto de nuevo, y ahora más, a Lord Acton. Aunque ése no era el propósito subjetivo de los marchistas del 11-A, sí estaba implícito en su salmodia idiota de se va, se va, se va.... ¿Se va cómo? ¿Qué hacer luego de ido? Los militares alzados tuvieron que improvisar al único civil practicable que encontraron a mano, Carmona, investirlo de todo poder, etc., aunque al día siguiente tuvieran que destituirlo y arrestarlo, ante la fuerza de los hechos. Aunque me pregunto si lo improvisaron y eso no estaba decidido desde el 10 de diciembre de 2001, durante el paro que promovieron Fedecámaras y la CTV. Seguramente lo tenían preparado desde mucho antes, a juzgar por la banda presidencial previamente preparada para Carmona por un sastre español. Aquí está precisamente la tragedia shakespeariana, porque esos mismos marchistas se encontraron entonces con el efecto objetivo de su acción y comenzaron a rechazarlo con diversos niveles de vehemencia unos y a reafirmarlo otros. Para revocar un poder absoluto montaron un poder absoluto, peor que el que el de Chávez. Y el único poder absoluto posible contra el también absoluto de Chávez era el de Carmona y los mercenarios de Isaac Pérez Recao, quien fue el único que interpretó correctamente el mandato implícito e inconsciente de los marchistas. De todos modos no hay que exagerar, como hace Patricia Poleo, el papel de Pérez Recao, que parece ser sólo un engranaje secundario de Cisneros, quien luce como el principal director de esa orquesta, que todavía sigue sonando, por cierto. Eso junto con sus otros contribuyentes de la alta burguesía tal vez más tracalera e incompetente del Continente y algunos de sus pajes: Allan Brewer Carías, Cecilia Sosa y demás plumas tarifadas. Ahora la Sosa se desgarra las vestiduras y dice que le advirtió a Carmona, con testigos, que el Decreto famoso era inconstitucional, etc. Pero, para empezar, ¿qué hacía ella en Miraflores el 12 de abril? ¿Por qué no asume su responsabilidad y por qué profiere el despropósito machista de que los varones de este país no tienen la hombría de asumir sus responsabilidades? ¿Acaso sólo los hombres tienen el deber de asumir sus responsabilidades? ¿La responsabilidad de ella vale menos por ser mujer? Además de otras virtudes, la doctora Sosa es machista. Pensar que esa señora fue presidenta de la Corte Suprema de Justicia. Ahora me explico tantas cosas. Como que nadie estuvo en Miraflores, como que no hubo golpe ni pasó nada ni nadie redactó el Decreto más famoso de la historia de Venezuela. ¿Entre los hombres a quienes la machista Sosa reclama virilidad estará el excelso jurisconsulto Allan Brewer-Carías? En el camino se enderezan las cargas, respondió Carmona a Sosa cuando ésta le reclamó la inconstitucionalidad del Decreto. Daniel Romero le dijo: Eso se queda así. Son frases para la historia, como contó la golpista frustrada Patricia Poleo. Los marchistas del 11-A se dieron de frente con su propio fantasma autoritario y se vieron entonces ante un gobierno transitorio despótico del cual ellos mismos se sintieron víctimas. A ver si aprenden algo de la experiencia. No fueron engañados, sino que se engañaron a sí mismos. Lo siguen haciendo. Ahí está la concentración de su Sábado de Gloria del 11 de mayo en el Parque del Este, así como otras marchas de oposición, bastante más menguadas. Y no sólo era un gobierno autocrático y totalitario, sino respaldado obscenamente por una potencia extranjera, los Estados Unidos no oso llamar potencia al Reino de España. Y apoyado por una organización bancaria confesional (así la llamó una vez Juan Nuño) como el Opus Dei, el sector más radicalmente reaccionario de la Iglesia, que participó, junto con otras confesiones, en el derribo de Chávez: en el vídeo presentado el viernes 10 de mayo en la Asamblea Nacional aparecían entre los felicitadores de Miraflores de los beaux deux jours de los golpistas varios prelados católicos junto con el rabino mayor Pinchas Brenner, cuya vocación de derecha es bien conocida. La única secta religiosa que apoya a Chávez parece ser la de los evangélicos, o al menos de algunos de ellos. Y ciertos santeros que oficiaron frente a El Nacional con Lina Ron. ¿Qué hacía Ignacio Cardenal Velasco en La Orchila, a donde llegó, luego de firmar el Decreto inmortal, en el avión del banquero Víctor Gil, aeroplano que tenía en su plan de vuelo como próxima parada a Puerto Rico, territorio libre asociado de los Estados Unidos? ¿A dónde pensaban llevar en ese avión a Chávez? A suelo norteamericano para juzgarlo como a Noriega, a lo que parece. Y conviene decir que los Estados Unidos no acepta ningún mecanismo de justicia internacional, como el Tribunal de La Haya. Por eso se lleva a Carlos Lehder y a Noriega y crea la figura de los extraditables. La libertad de expresión más despótica del mundo o ¿esta oposición está loca?Manifestación brutal de ese autoritarismo es la de los medios de comunicación. Esto es un problema mundial, pero en el caso venezolano los medios de comunicación desplegaron, antes incluso de la llegada de Chávez al poder, una operación de descrédito sistemática, maniática y sin treguas. Hay testimonios de varios comunicadores sobre el modo de operar esos medios, entre ellos el caso ya citado de Luis Chataing y el de Andrés Izarra, Jefe de Información de Radio Caracas Televisión, que renunció en protesta por el abuso informativo a que fue conminado y fue interpelado por la Asamblea Nacional el 23 de mayo. Por cierto que los medios no cubrieron mayormente su interpelación, empeñados en darle la razón. Hay gente estúpida, realmente. Existen muchos periodistas más, que no se han expresado públicamente por respeto a su constitucional derecho al trabajo. No todos están dispuestos a inmolarse. Basta observar esos medios de un modo medianamente crítico y no dejarse envolver en su red discursiva para entenderlo, algo que confieso que no es fácil. Todos hemos sido víctimas de ello. Más de una vez nos han confundido, lo admitimos. Los medios de comunicación han ignorado sistemáticamente a esa multitud, especialmente durante el Sábado de Gloria de los chavistas (el 13 de abril), que tomaron las entradas de Fuerte Tiuna y de Miraflores. Es ridícula y asquerosa la estampida de los felicitadores huyendo del pueblo que asediaba a esa hora el palacio presidencial de Miraflores, incluyendo a
Después del golpe fallido los medios de comunicación continúan con su operación sistemática, maniática y sin treguas. Y ello sin contrincante, pues el Canal 8, oficial, sigue siendo tan inoperante como siempre sistemático, maniático y sin treguas, salvo la excelente labor profesional de Ernesto Villegas. No sirve de contrapeso. Y eso parece irremediable. En ausencia de política comunicacional, el único contrapeso que tienen los medios es el discurso desnudo de Chávez, que ya hemos descrito. Lo único que ha cambiado, y no mucho, es ese discurso de Chávez, más moderado, pero sólo en términos comparativos con su belicosidad anterior al 11-A, pues constantemente lo sentimos frenándose sin mucho éxito para no lanzarse en sus andanadas de siempre, como se desató en Maracay durante la noche del mismo domingo 14 de abril. La oposición fue tan improvisada y estaba tan encandilada en su antichavismo el 13 de abril que no tomó en cuenta no sólo al pueblo chavista, sino que creyó que bastaba con un bloqueo informativo de radio y TV (y muy probablemente de prensa) para que no pasara nada. El viejo método del avestruz. Pero tampoco se percataron de que había televisión por cable, celulares, Internet y el orden democrático internacional, que no existían cuando el Chile de Salvador Allende ni en la Guatemala de Jacobo Árbenz. No percibieron ni siquiera la globalización que tanto alaban. La TV por cable sólo la ve el 4%, dice Patricia Poleo que dijo uno de los golpistas. Y ahora vemos que ese 4%, si es cierto que es sólo el 4%, fue suficiente para romper el cerco informativo, que no resultó tan hermético como hubiera sido necesario. En todo caso la muchedumbre chavista no lo necesitó porque lo veía en vivo y en directo, admirada de sí misma en la calle. Gustavo Cisneros es aliado de AOL-Warner, dueña de CNN, pero no tiene tanto poder como para silenciar a CNN en función de sus intereses particulares. Por eso CNN transmitió las entrevistas de Marisabel de Chávez y de Diosdado Cabello, porque eran el tubazo del día. Mientras la televisión comercial venezolana transmitía programas de entretenimiento, los medios internacionales, junto con emisoras de radio no controladas por los medios comerciales de comunicación, informaban ampliamente de los sucesos claves de Caracas: el acorralamiento de Fuerte Tiuna y la reconquista de Miraflores. Aparte del boca a oreja vía telefónica fija y celular. Aparte del correo electrónico e Internet en general, incluyendo hasta cierto punto (todo hay que decirlo) el sitio Web de El Universal, constantemente actualizado durante el 13 de abril, como sucede todos los días. Todo hay que decirlo. El argumento de que los magnánimos directivos de radio y televisión no querían exponer al peligro a sus periodistas es tan idiota como la teoría del autogolpe y revela la miseria intelectual de esos directivos y de la clase dominante venezolana. En primer lugar porque somos testigos del arrojo de los reporteros durante los hechos recientes y porque ahora sabemos que estaban en Miraflores y Frente Tiuna durante la retoma popular y de ellos son muchos de los vídeos que ahora tenemos de esos hechos. Tenían las imágenes, el tubazo del año, y no lo transmitieron, como una entrevista con Diosdado Cabello, otra con Marisabel de Chávez y una rueda de prensa del batallón de paracaidistas de Maracay leal a Chávez, según testimonio de Izarra. El Nacional y El Universal pretextaron que no circularon el domingo 14 de abril porque temían por su seguridad el sábado 13. ¿Estuvo esa seguridad realmente en peligro? ¿Hay indicios de ello? ¿O fue, sobre todo, porque tuvieron que frenar el tiraje de decenas de comunicados pagados en favor del gobiernito de Carmona? Ya habían aparecido varios remitidos el sábado 13 de abril. ¿Por qué Últimas Noticias sí circuló ese domingo 14 de abril? Raro, ¿no? Golpe yaEl empecinamiento golpista de los medios y demás empresarios se manifiesta en la negativa a su participación en el diálogo y se motiva por varios flancos:
¿Golpe ya?Un nuevo golpe tiene las siguientes dificultades:
Nada de esto impide un golpe, por supuesto, pero lo dificulta enormemente. Por eso ahora la oposición ensaya una salida constitucional de Chávez. No tenemos sueños eróticos con Chávez, como muchos chavistas. Sólo tratamos de desenmarañar esta maraña. Apelamos a la inteligencia del lector, luego de recurrir a la poca inteligencia que podamos tener. No pretendemos poseer la verdad. Sólo partimos de nuestra perplejidad ante las convicciones cómodas tanto del chavismo como del antichavismo, porque los dos son autoritarios y por tanto cretinos. Ahora el presidente Chávez tiene ante sí a un enemigo formidable: él mismo. No somos los únicos en decirlo. Su responsabilidad ante su propio sueño filantrópico es enorme, porque ahora tiene que entender que él no puede hacerlo todo solo, y que por tanto no puede seguir siendo autoritario con tanta frescura. No debe, no debiera sobre todo él, que es militar, tendría que saberlo, abrir todos los frentes al mismo tiempo. Tiene que convocar, de verdad, a todos aquellos que puedan contribuir en algo a realizar su sueño filantrópico. ¿Releerá y entenderá las cartas desesperadas que le envió el general Manuel Rosendo antes de la tragedia? Ciertamente Rosendo no tiene ahora otro recurso, para cubrir su retirada del 11-A y 12-A, que embadurnar a los cercanos a Chávez (y no al propio Chávez, quien, al parecer, lo sigue defendiendo), pero sus cartas, por el contrario, están llenas de sensateces. Todo hay que decirlo, insisto. Rosendo, por cierto, pasó de ser la bête noire de la oposición a ser uno de sus héroes, entre el Opus Dei, la CIA, el CESID (servicio de inteligencia de España), Venevisión, Telcel, TotalBank, Repsol, Globovisión, Televen, Orlando Urdaneta. No, Juan Barreto no es mejor. Así como muchos de los marchistas antichavistas no sabían que el resultado de su acción sería una dictadura, tampoco saben que pueden y les conviene compartir ese sueño filantrópico. ¿Por qué no hubo durante tanto tiempo, repito, más cacerolazos? ¿Lo entenderá Chávez?
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