En términos muy generales, los
agaves fueron usados para la producción de azúcares y fibras hasta antes de la llegada
de los españoles, y el cultivo de la caña de azúcar llegó a México con los
conquistadores. Ambas especies de plantas son monocotiledóneas, una lenta en su
crecimiento, el agave, y otra extremadamente productiva, la caña, y convivieron en el
lugar donde se originó el tequila. En la región de la barranca de Tequila, por su clima
y vegetación, se desarrollaron agaves que se aprovecharon por características
sobresalientes, fibras duras, tallos y bases de hojas -pencas- con altas concentraciones
de polisacáridos. Los cercanos valles cañeros de Tala y Ameca fueron y son cultivados
con caña. Los aprovechamientos cañeros y mezcaleros se desarrollaron en hábitats
cálidos; los primeros en valles, los segundos en lomeríos. La estructura de trapiches,
molinos y alambiques probablemente fue copiada en su totalidad, el agave azul sustituyó a
la caña.