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40 años no es nada
Por Efraín U. Bischoff
El horizonte ancho de la pampa que los vio nacer dio anchura a sus voces, y el
viento pasando entre el pajonal, esa vibración inconfundible. Hay en el paisaje una
secreta armonía, por donde la mirada parece andar en larga andanza. Hay en la
quieta mansedumbre de los lagunones, una permanete reverberación de cielo. Hay
en el monte la frescura que se queda en el alma, aunque alguna espina sea
dolorosa. Y todo se conjuga en una ansiedad de querer decir el sentimiento más
hondo en una copla cancionera y el rasguido guitarrero.
Los hermanos Comba supieron desde niños esa realidad. Eudosio Lucio nació en
Seeber, el 13 de junio de 1933; Leonardo Antonio, en Colonia Vignaud, el 13 de
junio de 1935. Ambos en la "pampa gringa" cordobesa, y de ella recibieron el
zumo de la existencia. En el hogar aprendieron el lenguaje de la modestia y la
honradez, sabiendo que en el barajar de las cartas de la vida hay que aguantar
triunfos y fracasos, pero sin dejar de andar del brazo con el trabajo. Para ganar
"el pan de cada día", y ya instalados en Córdoba, se inclinaron por un oficio
donde hay que poner talento, inspiración y segura mano para trazar los detalles
del ornato. La orfebrería los apasionó y a ella se entregaron por décadas. De sus
manos salieron obras admiradas en no pocas partes del mundo.
Pero algo estaba jugando emocionadamente en el espíritu de estos jóvenes; algo
que tenía sus raíces en aquel decir de las guitarras cuando, desde la niñez, se
empeñaban ambos en arrancar a las cuerdas esos rasguidos que eran como un
agitar de emociones, buscando luego el decir de las estrofas cancioneras. En un
instante cualquiera, ese momento suele ser el repentino brotar del manantial. Los
hermanos Comba resolvieron forjar el conjunto instrumental y del canto para ir
desgranado por los caminos de la patria sus sentimientos y los de otros, con
ánimo de difundir la tradición.
En 1957 fue la presentación en Radio Nacional Córdoba, aunque ya el aplauso
les había rodeado y preanunciado el éxito que desde entonces habría de
acompañarles, afirmádose aún más cuando en 1960, en el Primer Festival
Internacional de Folklore en Río Hondo (Santiago del Estero), don Atahualpa
Yupanqui y aquel patriarca del canto y de la música nativa que fue don Andrés
Chazarreta, les dieron el espaldarazo al señalarles como "Los Trovadores de
Cordoba".
Cuando la cadena nacional de Radio Belgrano y Radio El Mundo los contrata
en forma exclusiva para sus horarios centrales, y participan en programas
televisivos de Buenos Aires, estaba definitivamente abierto el rumbo para los
Comba. Por él han seguido estos dos hombres, siempre jóvenes en su espíritu y
en su ánimo, en su fervor y en el rotundo acento criollo. Pero también han querido
demostrar su ductilidad al insertar en su repertorio algunas canciones en
piemontés, como en el caso del vals Sponta 'l sol y la canción tarantella Sai nen
perche.
Todos sus éxitos se registraron en los sellos discográficos Music Hall, Odeon,
Emi, Parnaso, Internacional, etcétera. "Los Trovadores de Córdoba" tienen
ganado un lugar en la predilección de quienes gustan escuchar las melodías y los
versos donde palpita la emoción tradicional.
Ningún escenario ha estado ausente en el itinerario de estos cantores. Los medios
de comunicación, como las reuniones familiares en donde multitudes brindan su
batir de palmas, han seguido dando altura a este dúo que también deja su rastro
de armonías en el disco.
Ambos hermanos han logrado levantado prestigio en el ambiente autoral desde el
instante en que sus músicas embellecen aún más las poesías elegidas y que brindan
en sus actuaciones. Muchos son los títulos para señalar como éxitos de
repercusión, pero podríamos indicar algunos como muestras elocuentes. Eudosio
Comba puso música a las estrofas del desaparecido poeta Avelino Scarafía,
tituladas Desde Pampa de Achala, que albergan 10 ritmos nativos y por su
vitalidad emocional fue designada "la cancion oficial de la Fiesta Nacional de la
Bagna Cauda". Encontramos también Reflejos del alma, que con ese rótulo se
forjó un álbum de danzas folklóricas argentinas, con letras de Marcela
Montemurro Moldes.
Por su parte, Leonardo Comba, que es un eximio profesor de guitarra, ha ido
dejando rastros de su inspiración en no pocas páginas, entre las últimas la titulada
Canción de luz y ausencia, con letra del poeta Salvador Barbero. Asimismo, es
director de una academia de guitarra y canto desde hace 34 años, por donde han
pasado centenares de alumnos y preside desde hace 13 años la Agrupacion
Nativista Defensora de lo Nuestro.
Y así, Los Trovadores de Córdoba, uniendo en sus voces la emoción y el
sentir, como así también la ternura del canto, alcanzaron en este presente sus 40
aniversario. Sin duda que este mojón no será sino el mangrullo hasta donde se han
encaramado para seguir mirando la lejanía, envueltos en los resplandores del
éxito.

Los Trovadores de Córdoba -Hnos Comba- junto a Las Doce Cuerdas Cordobesas, en su
presentación en Teatro San Martín de Córdoba con motivo de celebrar los 40 años con la
música.

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