la
piedra filosofal o el secreto de los alquimistas
la
Conciencia Atómica
VM SAMAEL AUN
WEOR
Cleve Backster, de quien hablamos en precedentes capítulos, hizo
investigaciones científicas con partículas de esperma y
comprobó que “Las células del esperma resultaron ser
extraordinariamente capaces, porque parecían Identificar a su
donante y reaccionar a su presencia, sin hacer caso a la de otros
sujetos de sexo masculino. Estas observaciones parecen indicar que hay
una especie de memoria total que llega hasta la célula, y en
consecuencia, que el cerebro quizá no sea sino un mecanismo
conmutador, no necesariamente un órgano para almacenar
recuerdos”.
Aclaramos aquí, que para los efectos de la Gran Obra, no se debe
extraer ni tan siquiera una pequeña gota del esperma sagrado de
nuestro organismo, pues estos procesos de transmutación se
llevan a cabo dentro de nuestro propio laboratorio humano. Es
gravísima la fornicación (eyaculación seminal en
cualquier proporción o cantidad), como también el
adulterio, para el alquimista: podría quemarse el laboratorio y
arruinar la Obra de por vida...
Del párrafo inicial, sáquese esta conclusión: las
células del esperma, su constitución atómica y
subatómica, también tienen mi propia conciencia. Y si la
semilla del ser humano, es lo más selecto que hay en esta
preciosa máquina, allí está también lo
más selecto de la conciencia atómica.
Conocer que allí residen los átomos alquimistas de la
Gran Obra, es INDISPENSABLE para tomar conciencia de la enorme
responsabilidad que tenemos con nuestra simiente y de la urgente
necesidad de conocer las LEYES DIVINALES ATÓMICAS que dirigen
los procesos alquímicos.
No podría, pues, un monstruo experimentador de la ciencia
materialista, lograr masivamente y en armonía, sin violencia,
someter las Leyes Divinales Atómicas a sus caprichos de
laboratorio “Ciencia sin Conciencia…”
En el esperma sagrado hay átomos divinales muy elevados:
En los libros sagrados del oriente, entre otros, existen unos que se
conocen con el nombre de “upanishads” En el “Brihadaranyaka Upanishad”,
impreso en la Universidad de Oxford, en la página 136, volumen
1, se puede leer lo siguiente:
“Aquel que mora en el Semen y dentro del Semen, que el Semen no conoce,
cuyo cuerpo es el Semen, que el Semen no conoce, cuyo cuerpo es el
Semen y que gobierna desde el interior al Semen, este es el SI, el
dominador interior, el inmortal; Invisible, mas vidente; Inaudible, mas
oyente; Imperceptible, mas perceptor; Ignoto, mas conocedor. No hay
otro vidente fuera de él, no hay otro oyente fuera de él,
no hay otro perceptor fuera de él. Este es tú SI, el
soberano interior, el inmortal. Todo el resto es mal”.
El Fuego del Espíritu Santo tiene como habitáculo al Agua
del Esperma Sagrado. Es por esta razón que en “El Evangelio
Gnóstico de Felipe” de los textos de Nag-Hammadi, está
escrito: “Semen del Espíritu Santo”.
Es de vital importancia que el Alquimista comprenda que no se debe
derramar ni tan siquiera una gota del esperma sagrado, como lo muestra
el “Mutus Liber” (en una edición antigua) en la Plancha No. 14
al final aparece Perrenelle (esposa de Nicolás Flamel) indicando
que si el mercurio cae fuera del recipiente, es decir si se eyacula,
no-se obtiene la unidad indicada en la Plancha por su esposo, sino los
cuernos (símbolo de impureza y obra demoníaca) indicados
por el gesto de Perrenelle.
Se sabe perfectamente que uno de los términos con que se
denomina a la materia prima es el de “Antimonio” Viene muy a
propósito de gran interés lo que Basilio Valentín,
en su “Carroza Triunfal del Antimonio” expresa referente a éste
Veamos:
“Sepa, pues, el lector, que todas las cosas tienen en sí mismas
el Espíritu operante y vivificante, el cual mora en los cuerpos,
los nutre y conserva. Los espíritus no faltan de los elementos,
que en ellos viven por la voluntad de Dios, sean buenos o malos. Los
hombres y los otros animales tienen en sí el espíritu
vivo y operante, el cual yéndose, quedan cadáveres
aquellos. Las hierbas y las plantas contienen en sí el
espíritu de salud, de otra manera serían inútiles
al uso médico o a su preparación. Así
también, los metales y los minerales llevan consigo su
impalpable espíritu, los que contienen toda potencia y virtud de
aquellos, porque sin el espíritu la cosa es muerta y no muestra
en sí ninguna operación vivificante. Sepa así (el
lector), que EL ESPÍRITU EN EL ANTIMONIO ESTA, el cual todas las
cosas que en él están escondidas y que de él se
extraen, él las conduce, mas invisiblemente, pues en el
imán (mercurio) está escondida una virtud invisible, de
la cual en mi Tratado del Imán, trataré ampliamente los
espíritus son de dos clases: Inteligentes y no inteligentes. Los
Inteligentes, dotados de razón, cuando quieren son comprensibles
e incorpóreos, como lo son los habitantes de los elementos,
siendo algunos fuegos ígneos seductores, otros lúcidos
fantasmas: los aéreos, habitantes del aire, los acuáticos
que poseen las aguas, y también los de la tierra que son los que
aparecen en las minas de metales, llamados hombres de dichas minas.
Estos espíritus entienden, CONOCEN LAS ARTES y pueden mudar su
forma...”
“Los otros espíritus del mundo y que espontáneamente no
se dejan sorprender son aquellos que están escondidos en el
hombre, en los animales, en los brutos, plantas y minerales, los cuales
tienen vida operativa, lo que se demuestra con sus operaciones y con la
potencia de sanar, cuando, por el beneficio del Arte se separan de sus
cuerpos. Así también, EL ESPÍRITU DEL ANTIMONIO
demuestra y comunica a los hombres su virtud”
Es por ello que nuestro V. M. Samael Aun Weor, en su “Tratado de
Alquimia Sexual”, afirma enfáticamente:
“23— En el semen existe un átomo angélico que gobierna a
nuestros vapores seminales”.
“24— Ese átomo angélico eleva los vapores de nuestro
semen hacia el canal medular, para que el ángel (atómico
en nosotros) de los cedros del bosque lo utilice para abrir la puerta
Inferior de la médula, a fin de que la divina princesa del
Kundalini entre por allí”
En “La Creación del Sol Psicológico Intimo o La Doctrina
de la Vía Directa”, nuestro V. M. Samael Aun Weor, respecto a la
naturaleza del ANTIMONIO, enseña:
“El ANTIMONIO no es una sustancia meramente como pretenden muchos. En
Alquimia el Antimonio va más lejos. Es una de las partes
autónomas y auto-conscientes de nuestro propio Ser, puesto que
nuestro propio Ser tiene muchas partes autónomas y
auto-conscientes. El Antimonio es una de ellas, es un Alquimista
(nuestro Alquimista atómico) Esa parte trabaja activamente
fijando el Oro en el Mercurio”.
Allí, pues, en el Esperma Sagrado, está el Alquimista
Atómico, EL ESPÍRITU DEL ANTIMONIO de Basilio
Valentín. Allí mismo en el Semen hay otras Inteligencias
Atómicas, unas subordinadas al Antimonio y otras que tienen una
jerarquía superior a éste. Mas, todas estas partes
atómicas Divinales, trabajan en común acuerdo en la Gran
Obra, siempre y cuando el practicante haga la Obra bien hecha y
según los cánones de la Santa Alquimia.
Fulcanelli, apelando a la Cábala Fonética, deja entrever
este misterio del Antimonio al final del capítulo IV de “Louis
D’ Estissac”
“Uno de los personajes importantes de Pantagruel, el hombre de ciencia,
se llama Epistemon. Y el artesano secreto, el espíritu encerrado
en una sustancia bruta (mercurio común o primer mercurio),
traduce el epistemon (Antimonio) griego, porque este espíritu es
capaz por sí solo de ejecutar y realizar la obra entera, sin
otro concurso que el del fuego elemental”.
Donde, en otro aparte dice:
“Es preciso aún, interrogar a la Naturaleza para aprender de
ella en qué condiciones y bajo el imperio de qué voluntad
se operan sus múltiples producciones. El espíritu
filosófico no sería capaz, en efecto, de contentarse con
una simple posibilidad de identificación de los cuerpos, si no
que reclama el conocimiento del secreto de su elaboración.
Y para concluir esta iniciativa nuestra, transcribiremos la
enseñanza valiosísima y única que, nuestro
Venerable Maestro SAMAEL AUN WEOR, en su último libro “La Pistis
Sophia Develada”, nos trasmitiera:
“(Santiago es el bendito patrón de la Gran Obra.)”
“(Quien estudie la epístola universal de Santiago
entenderá los principios de la Gran Obra.)”
“(El Padre de todas las Luces a través de nuestro propio
Santiago Interior nos enseña los misterios de la Gran Obra.)”
“(Es pues, Santiago, una de las partes autónomas y
auto-conscientes de nuestro propio ser.)”
“(Santiago-Mercurios, se encuentra íntimamente relacionado con
la ciencia transmutatoria de Jesod-Mercurio)”
“(El libro fundamental de la “Gran Obra” que Santiago lleva en sus
manos, es el Apocalipsis.)”
“(Incuestionablemente el Apocalipsis es el libro de la sabiduría
que sólo es comprensible a los Alquimistas)”
“(Sólo los trabajadores de la Gran Obra pueden comprender el
Apocalipsis.)”
“(En la química superior, esto es en la Alquimia, se encuentra
la ciencia secreta del Apocalipsis.)”
“(Las leyes de la química superior o Alquimia, los principios,
el orden del Magisterio del Fuego, se hallan depositados en el
Apocalipsis.)”
“(Santiago dentro de cada uno de nosotros, es repito el bendito
patrón de la Gran Obra.)”
“(Santiago es otra parte autónoma e Independiente de nuestro
propio ser individual.)”
“(Cada uno de nosotros tiene su propio Santiago.)”
En otro aparte, de la misma obra, nos dice el V. M. Samael:
“(El espíritu del oro está en el ESPERMA SAGRADO.)”
“(El antimonio es una parte del Ser; el Gran Alquimista que fija el oro
en los cuerpos existenciales superiores del Ser.)”
En su cátedra hermética “Conocimiento del Ser”, nuestro
V. M. Samael nos enseña:
“Incuestionablemente hay uno (una parte del Ser) que es encargado de
Alquimia, y se le llama en Alquimia EL ANTIMONIO, pero éste no
es una de las doce potestades”. (Los doce apóstoles
atómicos)
“Lo que sí hay es un especialista en Alquimia, al cual, estoy
seguro, le obedece el ANTIMONIO, que es precisamente SANTIAGO EL MAYOR,
el Bendito Patrón de la Gran Obra. A él le obedece el
Antimonio, en el sentido que es (Santiago) el encargado trascendental
de la Alquimia, de la Gran Obra.”
El ANTIMONIO ATÓMICO es el Gran Alquimista de Notre Dame de
Paris...
L. P.
EL TAO, LO MEJOR DE TI.
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