LogoEUDLF2
Entrevistas
Anterior      Siguiente

"UN TIPO SOSPECHOSAMENTE NORMAL"
(Ricardo Aguilera, La Revista de El Mundo, 12 de mayo de 1998)
 
Es un hombre tranquilo, amante de los placeres sencillos y enemigo acérrimo de las prisas que sólo llevan a tener más prisa. Quizás por eso fue durante una docena de años parte de El Último de la Fila. Cauteloso, férreo guardián de sus intimidades, Manolo García emprende carrera en solitario con un disco -"Arena en los bolsillos" (BMG Ariola)- lleno de imágenes caseras, sensuales y casi pretéritas.

- ¿Qué fue de El Último de la Fila?
- La desaparición de la banda ha sido algo muy natural y muy llano. Intento ser bastante razonable y Quimi tiene mucho sentido común. No ha habido grandes cataclismos. A lo largo de los años hemos adquirido fama de tíos normales, incluso sospechosamente normales. Queremos seguir disfrutando con la música, por esa razón ya no existimos como banda, porque tenemos ganas de ser felices, de comer arroz juntos, bebiendo vino y hablando de lo que sea.
- ¿Qué ha cambiado en su música?
- Mi propuesta es un poco más desquiciada. Lo que hacíamos en El Último de la Fila era una suma de los caracteres de los dos. Como mi vibración es un poco más dislocada que cuando estaba con él, las canciones son un poco más obtusas, más recargadas, más intimistas, porque al encontrarme solo, es únicamente mi mundo lo que tengo a mano, las cosas salen de mis días, no de nuestros días.
- ¿De dónde viene la textura aflamencada de su cantar?
- Es un acercamiento muy cauteloso. El flamenco es algo muy intenso, muy vivo, y acercarse a todo eso es meterse en un área en la que todo es chisporroteo de energía. Poco a poco me di cuenta de que yo también podía hacerlo, y lo hice, simplemente.
- ¿Campo o ciudad?
- Soy urbanita no convencido. Tengo siempre un anhelo imposible de campo, de vida rural. Dicen que la infancia marca o que la patria de uno es su infancia. Yo pasé muchas temporadas de mi infancia en pueblo, pueblo: recogida, agosto, trigo, era, mulos, trillo, etc. Mis abuelos tenían burro para ir a trabajar al campo, y eso se te queda grabado.
- ¿Oriente u Occidente?
- El punto oriental siempre me ha tirado más que el occidental, ese concepto hedonista de la vida creo que es mucho más salvajemente inteligente que el de trabajar, producir y organizarse. ¿Por qué tengo que pasarlo mal mandando un correo electrónico a un señor de Canadá? Que venga el señor de Canadá aquí y nos vamos al oasis de la esquina. Me gusta más el Sur, la música es Sur, como la pintura o la literatura. Prefiero pasar las horas tomando un cafetito y charlando.
- ¿Presente o pasado?
- Tengo nostalgia del pasado y del futuro, que hay que joderse. Soy un poco anacrónico y me gusta serlo. Leo cosas antiguas, la rabiosa actualidad me duele un poco. No leo periódicos, no veo televisión, no me interesa lo que cuentan. Llevamos 150 años en que todo se ha acelerado y yo me he quedado atrás, estoy un poco mareado. Me he agarrado a tres o cuatro cosas atemporales y ahí estoy, aferrado como un cachorro a las tetas de su mamá. No soy una persona miedosa, me gusta el riesgo y tirar para delante, pero también me gusta soñar.
- ¿Y la política?
- Me choca mucho que haya unas personas que tengan las cosas tan claras como para postularse como jefes de la tribu para dirigir a los demás por unos supuestos méritos que sólo ellos saben. Salen unas fotos, ponen unos carteles en la calle y otros les votan. Yo no voto.
- Además de la música, ¿qué?
- Tengo alma de pintor, me gusta plasmarlo todo y darle capas de colores. Mis ojos son un caleidoscopio. Soy excesivamente imaginativo, a veces me mareo a mí mismo, y eso me va muy bien para hacer canciones. El cine me gusta mucho. Soy un lector compulsivo. Con la lectura eres tú el que maneja tu barca, pero con la televisión es otro el que la maneja. Con la televisión lo que piensas es lo que ves. Con los libros eres tú el que imagina.
- ¿Algo que ocultar?
- La edad, nunca la digo. Es una coquetería un poco boba que incluso me da vergüenza, pero no me da la gana decirla. Odio lo del tiempo. El tiempo es algo que hemos inventado, pero no existe, hay que pasar sobre él.
        


Volver al índice de El Ultimo de la Fila (gersio's Page)