Participantes
Gran Hermano 1
Gran Hermano 2
Hombres - Gran Hermano 1
Gastón Trezeguet
Todo grupo humano tiene a su Benjamín, su Junior, su integrante más joven. En esta primera emisión argentina del Gran Hermano, ese rol le toca a este porteño de 23 años. El juvenil Gastón es hijo de padres separados y vive en el barrio de Recoleta con su padre y sus dos hermanas. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las personas de su edad, Gastón cuenta que le encanta la literatura. Y como si eso fuera poco, destaca entre sus favoritos a las obras de Jorge Luis Borges. Además, agrega a su lista de placeres intelectuales, su interés por el Teatro, que dice haber estudiado hace un tiempo atrás. Lo seguro es que en el Gran Hermano, Gastón tendrá más de una oportunidad de mostrarnos su manejo de las artes dramáticas -y por qué no las literarias- frente a las treinta cámaras. Claro que no todo es lectura y estudio en la vida este joven. A la noche, le gusta salir con su grupo de amigos, quienes lo llaman ¨Toto¨. Por lo general, los muchachos recorren distintos bares y pubs de Buenos Aires. Respecto de las chicas, Gastón comenta que actualmente no tiene novia fija. Cuenta que hasta ahora no se ha enamorado de ninguna. En una de esas, su suerte cambia tras conocer a las seis con las que va a convivir bajo el mismo techo durante 112 días. Y cuando llega el invierno, Gastón es de esos que se calzan los esquis, te toman un avión y sale a trabajar. ¿A dónde va? A pesar de los años, Gastón tiene varias temporadas como instructor en los centros de ski más prestigiosos de todo el mundo. Es más, hasta ha vivido durante varios meses en los Estados Unidos, donde tuvo oportunidad de perfeccionar su inglés. Finalmente y como todo joven, Gastón va de frente y admite que su principal motivación para participar en el Gran Hermano es la de ser famoso.
Entró en reemplazo de Gustavo, tiene 29 años y se llama Marcelo Corazza. Nació en Tigre, donde vive junto a sus hermanas que lo definen como muy protector y familiero. Habla inglés, es hincha de Boca y un enamorado del deporte, actividad a la que le dedica la mayor parte de su tiempo. Su pasión por el deporte lo llevó a estudiar el Profesorado Nacional de Educación Física y gracias a eso actualmente da clases en dos colegios y es instructor en un gimnasio. Además, juega al Rugby en el Tigre Club y practica, aunque con menos asiduidad, otros deportes como remo, ciclismo y canotaje. Huérfano en la adolescencia, Marcelo se crió junto a sus tres hermanas de 24, 31 y 32 años, de las que se hizo cargo a pesar de no ser el más grande. Hoy en día vive con dos de ellas en Tigre, donde nació y pasó los momentos más importantes de su vida. Definido por sus familiares y amigos como muy protector y de carácter fuerte, Marcelo es un enamorado de sus sobrinos, a quienes saca a pasear cada vez que tiene un rato libre. Para tenerlos presentes, trajo unos dibujos que le dedicaron, a la Casa. Por haberse criado con mujeres, Marcelo seguramente se sentirá cómodo en el trato con las chicas de la Casa. El ser hincha de Boca lo ayudará a tener un compinche futbolero en Fernando, el hincha número 1 de Gran Hermano. Veremos, a partir de sus características, cómo se lleva con los demás.
Si hay algo de lo que se siente seguro Santiago Almeyda es de que va a ganar. Autodefinido como "un triunfador con las mujeres" no tiene dudas de que será uno de los finalistas de Gran Hermano. Ni de que tendrá éxito. A pesar de su look de "ganador", Santiago sueña con formar una familia algún día. Primo del jugador del Parma italiano Matías Almeyda, Santiago descartó un futuro como futbolista: habiendo entrado en un club luego de una rigurosa prueba, abandonó al tercer día de práctica porque se aburrió, según él mismo dice. A los 26 años trabaja como modelo, vocación que descubrió en Europa y que hizo realidad en Italia. Seguramente por eso adora vestirse bien, aunque dentro de un estilo intencionalmente desprolijo. Almeyda se define como un "tipo sencillo con bastante tolerancia", aunque asegura que no es ingenuo. Si hay algo que odia Santiago, es la gente que juega sucio y trata de perjudicarlo. Hijo de padres separados, Santiago, quien vivió siempre en Barracas y ahora reside en Barrio Norte con su mamá y su amado perro Tomás, insiste en que le encanta seducir.
¿Puede un motoquero sobrevivir 112 días sin su moto? Eso habrá que preguntárselo a Fernando Navarro, que es uno de las doce personas que compartirán la casa de Gran Hermano durante estos 3 meses. Fernando nació el 14 de febrero de 1971 y hoy vive en el barrio de Caballito. Hace dos años que está de novio. Habrá que ver si ese amor es más fuerte que la compañía de 6 mujeres en la casa, durante las 24 horas del día. Fernando es muy desenvuelto y entrador, pero su arma secreta es la ternura. Su metodo es simple: pedir protección y convencer con una sonrisa. En Gran Hermano veremos cuál es el resultado. Antes de llegar a la pantalla de Gran Hermano, Fernando se ganaba la vida en una mensajería. Sería imposible calcular los miles de kilómetros que recorrió entregando sobres y paquetes. De ese largo camino le quedó un amor obsesivo por las motos, y el recuerdo de miles de lluvias que lo obligaron a esconderse bajo un piloto amarillo. Seguramente la moto va a ser una de las cosas que más extrañe durante su estadía en la casa. Además de las motos, su otra pasión es Boca Juniors, y segúramente también extrañará los domingos de fútbol mientras esté en la casa. De todas maneras, no le faltarán compañeros si decide organizar un picado con los otros participantes del Gran Hermano. Vive solo desde los 17 años y no tiene una buena relación con sus padres, aunque reconoce que adora a su hermana. Entre los pocas personas a las que considera su familia, su madrina ocupa un lugar fundamental. Es que Fernando le debe los mejores momentos de su niñez a un club de Villa del Parque y a los largos veranos que pasó en la quinta que su madrina todavía tiene en José C. Paz. Fernando tiene también dos ahijados y no le preocupa demostrar que los adora. Motoquero, hincha de Boca y habitante de las calles porteñas: Fernando parece un chico duro, pero en la casa de Gran Hermano, la sonrisa compradora y la ternura parecen mejores armas que la dureza a la hora de enfrentar el desafío de convivir con seis mujeres, todos encerrados bajo los ojos del Gran Hermano.
Martín Viaña es de esas personas muy seguras de si mismas: dice, textualmente, que obtiene todo lo que se propone. Y, con sus 25 años tendrá, en Gran Hermano, un desafío más que interesante de comprobar si su capacidad sigue intacta. A Tincho, como le dicen sus amigos, le quedan apenas cinco materias para obtener el título de abogado, pero su verdadera pasión es la aviación. Se acaba de recibir de piloto y es, según sus palabras, en el aire donde realmente se siente feliz. Si bien actualmente trabaja en el área de marketing de Coca Cola, pretende en el futuro ganarse la vida como piloto de aviones de carga. Sus padres viven en Chacabuco y él en San Isidro solo, aunque a menudo lo visita su novia Macarena, a quien define como "una mujer muy bella por dentro y por fuera". Los amigos, que supo mantener a través de los años, son una parte importante de su vida: "Me bancan a muerte y los respeto y quiero mucho". Por su experiencia con las artes marciales, que practica desde los 8 años, seguramente será a quien ninguno de sus compañeros elegirá para pelearse. Sin embargo, lo más probable es que sí se acerquen a él para pedirle unos tragos, ya que los fines de semana trabaja de barman. Seguro como es, Tincho no soporta a la gente que le esquiva la mirada. Lo cierto es que, por tres meses, el ojo de Gran Hermano estará las 24 horas posado sobre él. Y ante ese ojo, tendrá que la posibilidad de probar o no, que en la vida logra todo lo que se propone.
Gustavo Jodurcha no sólo quiere ganar el premio final de Gran Hermano. Quiere mostrar al mundo su faceta artística. Porque canta, baila y hace imitaciones. Escribió y protagonizó espectáculos de café concert y teatro a la gorra con amigos. Gracias al ojo de Gran Hermano, tal vez puedan reconocerlo quienes lo vieron haciendo su unipersonal en alguna cena-show. Pero no sólo del arte vivió Gustavo. Luego de terminar la secundaria, trabajó como peletero en una empresa familiar durante tres años. También fue bombero voluntario durante un año. Estudió Medicina y Administración y Gastronomía hotelera en La Plata, aunque no terminó ninguna de las dos carreras. "Cocoi", como lo conocen todos, pasó sus 30 años en Quilmes, en el sur del Gran Buenos Aires. Allí vive con sus padres, con quienes comparte todas sus alegrías y tristezas. No son los únicos integrantes de su familia: también tiene un hermano y dos hermanas. Además estuvo casado: de esa relación tiene un hijo de un año y medio con el que asegura mantener una relación muy poderosa. De aspecto muy cuidado -su pelo cortito habitualmente peinado con gel da cuenta de ello-, a Gustavo también podrán reconocerlo sus clientes, ya que se gana la vida como pizzero y electricista. Es decididamente multifuncional: sabe hacer y hace de todo. Veremos como se desempeña con sus once compañeros y si sus dotes artísticas satisfacen al público de Gran Hermano.
Con 35 años, Alejandro Restuccia es el mayor de los doce participantes de Gran Hermano. Fiel amante de la música, sobre todo del jazz, nunca se separa de su saxo. Además de tocar, da clases todas las semanas. "Estar vivo es una fiesta", asegura, y veremos cuántas fiestas organiza en la Casa del Gran Hermano. Alejandro vive en Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires, pero pasó 4 años de su vida viajando por distintos países. España, Italia, Holanda y Tailandia fueron algunos de los lugares donde estuvo, en sus propias palabras, "buscándose". Es muy familiero: no sólo comparte la casa con sus padres, sino que no pierde oportunidad para hablar de su abuela de 90 años, a quien adora. No hay dudas de que también está muy acostumbrado a la convivencia. No es único hijo: tiene un hermano gemelo en Europa y una hermana que vive en Mar del Tuyú con sus dos hijos: Agostina y Santiago. No está de novio, pero la música lo hace sentirse pleno. "Fundamentalmente amo al jazz y a Charlie Parker", dice Alejandro. "Soy bastante independiente en mis relaciones, y no creo que el amor pase por el control, los celos y la posesión", explica. Si bien está acostumbrado al público, que lo evalúa habitualmente como saxofonista, Alejandro se enfrentará con un desafío mucho mayor y más exigente: el público que lo observe a través del ojo de Gran Hermano. Ellos son quienes deberán permitirle llegar o no a la final.