16º Domingo (22 de julio de 2001)
VIDA CRISTIANA: FORMA DE VIVIR EN FAMILIA

 

1. BIENVENIDA

Celebrante: En el nombre del Padre... (y saludo)

Guía:
La hospitalidad es una virtud bíblica y cristiana que la cultura moderna nos hace olvidar. Para ser recibido en casa hoy, es necesario ser invitado, esperar turno y …¡no fastidiar!
El huésped moderno no acostumbra presentarse, sin más, para no crear incomodidad ni rechazo en su anfitrión. Quien respeta tal etiqueta es considerado persona educada y modelo a imitar. Así, de ser virtud, la hospitalidad se va convirtiendo más en etiqueta y "acuerdo previo".
En la antigüedad oriental y en otras culturas pueblerinas, las cosas van por otro camino.
Abraham es presentado como huésped modelo: su hospitalidad con el peregrino, al que desconoce, es premiada con bendición especial. Pablo dice lo mismo a los cristianos de Colosas: deben reflejar el misterio oculto de Dios ya que todos, y no sólo los creyentes, han sido invitados a recibir la salvación y la perfección. En el evangelio, Jesús enseña a Marta que sus cuidados son buenos, pero que la presencia de María le es preferible puesto que un anfitrión debe cuidar no sólo el estómago de su visitante, sino también sus sentimientos, cercanía y mensaje por ser enviado de Dios.
Hoy, Dios quiere hacernos sus anfitriones. Recibámoslo y escuchémoslo.

 

2. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura (Génesis 18,1-10)
Las visitas de Dios siempre dan buenas noticias, son oportunas y ayudan a todos. Tres misteriosas personas notifican a Abraham que tendrá un hijo. Reafirman una promesa anterior, agradecen su hospitalidad y le recuerdan su elección de Padre de los creyentes y en cuanto "Padre de pueblos".

Segunda lectura (Colosenses 1,24-28)
Todo sufrimiento tiene un aspecto de redención, pero nadie debe dar dolor a su hermano, sino aceptar el que le llega como una ocasión para colaborar con Cristo en la salvación de los demás. No basta neutralizarlo ni tolerarlo... sino asumirlo y vivirlo con esa finalidad.

Evangelio (Lucas 10,38-42)
Hacer cosas apasiona a todos, pero meditarlas es un carisma que algunos practican. Las actitudes de Marta y María ante Jesús han sido vistas como entrega y aceptación. Marta actúa, se indispone, reclama y se desgasta; María, en cambio: calla, oye, medita, acepta, aprende, se transforma y crece.

 

3. ORACIÓN DE LOS FIELES

Celebrante:
Hermanos: el Dios que se reveló al patriarca Abraham como Paseante, nos invita ahora a nosotros a abrirle el corazón y a ser cordiales con todos en la oración y en la caridad.

Guía: Roguemos / Señor, enséñanos a ser generosos.
- Por la Iglesia de Cristo: para que aprrenda a acoger la Palabra de Dios con apertura y sepa anunciarla a todos generosidad. Roguemos…
- Por el Santo Padre que acostumbra llammarse Siervo de los siervos de Dios: para que el Señor lo haga fuerte en su misión de guía y maestro. Roguemos...
- Por nuestros obispos, sacerdotes, di&aaacute;conos y demás ministros: para que su labor apostólica no los desanime y los vuelva pacientes. Roguemos...
- Por quienes viven aislados, viudos y aabandonados: para que siempre encuentren huéspedes cristianos que los acojan con cariño, como Martha y María a Jesús. Roguemos…
- Por quienes viven en el extranjero, leejos de familia y patria por diversas razones: para que no olviden sus raíces ni se sientan abandonados. Roguemos…
- Por quienes viven su fe en asociacionees cristianas: para que no se encierren en sus tradiciones, sean abiertos y acepten nuevos caminos y perspectivas en su apostolado. Roguemos…
- Por cuantos estamos reunidos en esta aasamblea: para que aceptemos a todos los demás con apertura fraterna, sin encerrarnos en nuestra casa, comunidad y tradiciones. Roguemos…
- Otras intenciones. Roguemos…

Celebrante:
Señor, que has querido quedarte entre nosotros como Huésped, escucha las solicitudes que te hemos hecho con un corazón sincero. Haznos fuertes en tu verdad y generosos con cuantos se acercan a nosotros. Por Cristo nuestro Señor. - AMÉN

 

4. EXHORTACIÓN FINAL

Guía:
Como cada domingo, hermanos, hoy hemos elevado el corazón y la mente a Dios en una oración sentida y comunitaria. Que los deseos de cambio con los que hemos orado y los propósitos que el Espíritu de Dios ha hecho surgir en nuestra conciencia y corazón lleguen a feliz término.
Al comenzar el siglo XXI que para muchos era signo de lo desconocido, para nosotros puede ser señal de que la salvación, total y definitiva, está cada vez más cerca.
Los signos de las visitas de Dios son muy numerosos y van del sufrimiento ante nuestra humanidad limitada a nuestras conquistas en las diversas ramas del saber.
Si las visitas que se nos hacen nos causan placer, podemos darnos a la tarea de verlos como mensajeros de Dios y visitar a hermanos que nos necesitan, cuidando nuestros sentimientos, nuestra lengua y conducta para darles mensajes de otro nivel.

Celebrante: En el nombre del Padre... (y despedida)

 

5. SUGERENCIAS PARA MEDITAR

Aunque es común relacionar a la familia con la "casa" o la habitación, el término "hogar", derivado de otro latino, focus, es más denso, ya que alude al la hoguera o brasero que hay en ella y que señala el calor benéfico de la llama que ilumina a todos con su brillo y los convoca y acoge en torno a la misma mesa con alimentos, acrecentando la comunión y creando una relación familiar entre cuantos se albergan en él.
También el hogar creyente, similar al Espíritu de Dios, debe ser fuego acogedor que una a cuantos lo habitan, dé cobijo al peregrino y, en última instancia, sea misionero del amor de Dios. De esto nos hablarán precisamente las lecturas bíblicas que la Liturgia de este día nos presenta.
Tres personajes se presentan a Abraham para renovarle las promesas que él ya conoce sobre convertirse en padre de un gran pueblo. El relato del Libro del Génesis destaca la conducta hospitalaria de Abraham, quien da de comer a los peregrinos del más allá que se le presentan y a quienes recibe no para comprar su bendición, sino para expresar el sentido de la promesa que lleva en su misma persona: padre de pueblos, aún de aquellos cuya realidad no se vislumbra aún y que aparece sugerida en los tres personajes que van de paso como peregrinos de Dios (primera lectura).
Por su parte, Pablo confía a los cristianos de Colosas un mensaje novedoso: el misterio de la salvación realizado por Cristo al morir en cruz no alcanza sólo a los judíos, con quienes Dios hizo alianza, sino también a los no judíos. Pero este mensaje es válido cuando los cristianos, cualquiera sea su procedencia, aprenden por experiencia a sufrir a favor de su comunidad, de modo que su evangelización no sea solamente teoría, sino comunicación de la misma experiencia redentora de Jesús por los demás. En otras palabras, el mensaje será más verdadero si el mensajero forma parte de él (segunda lectura).
A su vez, Lucas presenta a Jesús como un peregrino que provoca diferentes respuestas. Con todo, la hospitalidad que quiere tiene características especiales:
- no es servicio a su persona sino escuccha de su palabra;
- no viene a compartir cosas como la commida, sino la fe de la persona;
- no quiere cariño para sí;, sino que las personas cambien a su lado;
- no quiere la atención a su cuerrpo cansado, sino la atención contemplativa a su voluntad y a su palabra;
- no desea que los cristianos lo vean dee visita, sino que aprendan a ser la auténtica familia de Dios (evangelio).
Frecuentemente, Martha y María han sido objeto de una interpretación piadosa: la primera representaría la actividad del misionero de Jesús, la vida activa. La segunda, en cambio, no sería otra cosa que la vida contemplativa, atenta solamente a la voluntad de Dios.
Para quien conoce de cerca las costumbre del Cercano Oriente, sabe del peso que tiene la hospitalidad. Si Martha invitó a Jesús... debía estar a su lado, en lugar de entregarse a otras actividades lejos del huésped. Por ello, Jesús le recrimina que no asuma a María como poco solidaria, puesto que ella misma se está traicionado:
v invitó a Jesús "a su hogar" para dejarlo solo... en la sala;
v en vez de aceptar que su hermana hace lo que ella debería hacer, estar pendiente del anfitrión, la juzga perezosa;
v echa en cara a Jesús entretener a la hermana, de modo que, para ella... ¡el invitado Jesús aparece es el culpable de la flojera de la hermana!
Jesús deja entrever su mensaje: ser anfitrión de Dios significa dejar todo para estar con él, escucharlo, depender de su palabra, extasiarse en su presencia...
Este mensaje evangélico se vuelve crítica también para los activistas modernos: creemos lograr más moviendo manos y pies... Y Jesús insiste: "Si he venido a la tierra como visita e invitado, trátenme como tal, acompáñenme, estén conmigo, sin arrinconarme ni negarse a ustedes mismos la oportunidad de estar a su lado... ¡a causa de sus ocupaciones! "

 


© Derechos Reservados. Esta es una versión electrónica del Libro "Celebrar y Vivir la Palabra IV (Año C)" del Lic. A. Tomás Parra Sánchez, la cual, ha sido realizada por el IAFOBI con permiso del Editor. Ediciones DABAR, México 2001. Prohibida su reproducción.


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