1. BIENVENIDA
Celebrante: En el nombre del Padre... (y saludo)
Guía:
La hospitalidad es una virtud bíblica y cristiana que la cultura
moderna nos hace olvidar. Para ser recibido en casa hoy, es necesario ser
invitado, esperar turno y
¡no fastidiar!
El huésped moderno no acostumbra presentarse, sin más, para
no crear incomodidad ni rechazo en su anfitrión. Quien respeta tal
etiqueta es considerado persona educada y modelo a imitar. Así, de
ser virtud, la hospitalidad se va convirtiendo más en etiqueta y
"acuerdo previo".
En la antigüedad oriental y en otras culturas pueblerinas, las cosas
van por otro camino.
Abraham es presentado como huésped modelo: su hospitalidad con el
peregrino, al que desconoce, es premiada con bendición especial.
Pablo dice lo mismo a los cristianos de Colosas: deben reflejar el misterio
oculto de Dios ya que todos, y no sólo los creyentes, han sido invitados
a recibir la salvación y la perfección. En el evangelio, Jesús
enseña a Marta que sus cuidados son buenos, pero que la presencia
de María le es preferible puesto que un anfitrión debe cuidar
no sólo el estómago de su visitante, sino también sus
sentimientos, cercanía y mensaje por ser enviado de Dios.
Hoy, Dios quiere hacernos sus anfitriones. Recibámoslo y escuchémoslo.
2. LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura (Génesis 18,1-10)
Las visitas de Dios siempre dan buenas noticias, son oportunas y ayudan
a todos. Tres misteriosas personas notifican a Abraham que tendrá
un hijo. Reafirman una promesa anterior, agradecen su hospitalidad y le
recuerdan su elección de Padre de los creyentes y en cuanto "Padre
de pueblos".
Segunda lectura (Colosenses 1,24-28)
Todo sufrimiento tiene un aspecto de redención, pero nadie debe dar
dolor a su hermano, sino aceptar el que le llega como una ocasión
para colaborar con Cristo en la salvación de los demás. No
basta neutralizarlo ni tolerarlo... sino asumirlo y vivirlo con esa finalidad.
Evangelio (Lucas 10,38-42)
Hacer cosas apasiona a todos, pero meditarlas es un carisma que algunos
practican. Las actitudes de Marta y María ante Jesús han sido
vistas como entrega y aceptación. Marta actúa, se indispone,
reclama y se desgasta; María, en cambio: calla, oye, medita, acepta,
aprende, se transforma y crece.
3. ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante:
Hermanos: el Dios que se reveló al patriarca Abraham como Paseante,
nos invita ahora a nosotros a abrirle el corazón y a ser cordiales
con todos en la oración y en la caridad.
Guía: Roguemos / Señor, enséñanos
a ser generosos.
- Por la Iglesia de Cristo: para que aprrenda a acoger la Palabra de Dios
con apertura y sepa anunciarla a todos generosidad. Roguemos
- Por el Santo Padre que acostumbra llammarse Siervo de los siervos de Dios:
para que el Señor lo haga fuerte en su misión de guía
y maestro. Roguemos...
- Por nuestros obispos, sacerdotes, di&aaacute;conos y demás ministros:
para que su labor apostólica no los desanime y los vuelva pacientes.
Roguemos...
- Por quienes viven aislados, viudos y aabandonados: para que siempre encuentren
huéspedes cristianos que los acojan con cariño, como Martha
y María a Jesús. Roguemos
- Por quienes viven en el extranjero, leejos de familia y patria por diversas
razones: para que no olviden sus raíces ni se sientan abandonados.
Roguemos
- Por quienes viven su fe en asociacionees cristianas: para que no se encierren
en sus tradiciones, sean abiertos y acepten nuevos caminos y perspectivas
en su apostolado. Roguemos
- Por cuantos estamos reunidos en esta aasamblea: para que aceptemos a todos
los demás con apertura fraterna, sin encerrarnos en nuestra casa,
comunidad y tradiciones. Roguemos
- Otras intenciones. Roguemos
Celebrante:
Señor, que has querido quedarte entre nosotros como Huésped,
escucha las solicitudes que te hemos hecho con un corazón sincero.
Haznos fuertes en tu verdad y generosos con cuantos se acercan a nosotros.
Por Cristo nuestro Señor. - AMÉN
4. EXHORTACIÓN FINAL
Guía:
Como cada domingo, hermanos, hoy hemos elevado el corazón y la mente
a Dios en una oración sentida y comunitaria. Que los deseos de cambio
con los que hemos orado y los propósitos que el Espíritu de
Dios ha hecho surgir en nuestra conciencia y corazón lleguen a feliz
término.
Al comenzar el siglo XXI que para muchos era signo de lo desconocido, para
nosotros puede ser señal de que la salvación, total y definitiva,
está cada vez más cerca.
Los signos de las visitas de Dios son muy numerosos y van del sufrimiento
ante nuestra humanidad limitada a nuestras conquistas en las diversas ramas
del saber.
Si las visitas que se nos hacen nos causan placer, podemos darnos a la tarea
de verlos como mensajeros de Dios y visitar a hermanos que nos necesitan,
cuidando nuestros sentimientos, nuestra lengua y conducta para darles mensajes
de otro nivel.
Celebrante: En el nombre del Padre... (y despedida)
5. SUGERENCIAS PARA MEDITAR
Aunque es común relacionar a la
familia con la "casa" o la habitación, el término
"hogar", derivado de otro latino, focus, es más denso,
ya que alude al la hoguera o brasero que hay en ella y que señala
el calor benéfico de la llama que ilumina a todos con su brillo y
los convoca y acoge en torno a la misma mesa con alimentos, acrecentando
la comunión y creando una relación familiar entre cuantos
se albergan en él.
También el hogar creyente, similar al Espíritu de Dios, debe
ser fuego acogedor que una a cuantos lo habitan, dé cobijo al peregrino
y, en última instancia, sea misionero del amor de Dios. De esto nos
hablarán precisamente las lecturas bíblicas que la Liturgia
de este día nos presenta.
Tres personajes se presentan a Abraham para renovarle las promesas que él
ya conoce sobre convertirse en padre de un gran pueblo. El relato del Libro
del Génesis destaca la conducta hospitalaria de Abraham, quien da
de comer a los peregrinos del más allá que se le presentan
y a quienes recibe no para comprar su bendición, sino para expresar
el sentido de la promesa que lleva en su misma persona: padre de pueblos,
aún de aquellos cuya realidad no se vislumbra aún y que aparece
sugerida en los tres personajes que van de paso como peregrinos de Dios
(primera lectura).
Por su parte, Pablo confía a los cristianos de Colosas un mensaje
novedoso: el misterio de la salvación realizado por Cristo al morir
en cruz no alcanza sólo a los judíos, con quienes Dios hizo
alianza, sino también a los no judíos. Pero este mensaje es
válido cuando los cristianos, cualquiera sea su procedencia, aprenden
por experiencia a sufrir a favor de su comunidad, de modo que su evangelización
no sea solamente teoría, sino comunicación de la misma experiencia
redentora de Jesús por los demás. En otras palabras, el mensaje
será más verdadero si el mensajero forma parte de él
(segunda lectura).
A su vez, Lucas presenta a Jesús como un peregrino que provoca diferentes
respuestas. Con todo, la hospitalidad que quiere tiene características
especiales:
- no es servicio a su persona sino escuccha de su palabra;
- no viene a compartir cosas como la commida, sino la fe de la persona;
- no quiere cariño para sí;, sino que las personas cambien
a su lado;
- no quiere la atención a su cuerrpo cansado, sino la atención
contemplativa a su voluntad y a su palabra;
- no desea que los cristianos lo vean dee visita, sino que aprendan a ser
la auténtica familia de Dios (evangelio).
Frecuentemente, Martha y María han sido objeto de una interpretación
piadosa: la primera representaría la actividad del misionero de Jesús,
la vida activa. La segunda, en cambio, no sería otra cosa que la
vida contemplativa, atenta solamente a la voluntad de Dios.
Para quien conoce de cerca las costumbre del Cercano Oriente, sabe del peso
que tiene la hospitalidad. Si Martha invitó a Jesús... debía
estar a su lado, en lugar de entregarse a otras actividades lejos del huésped.
Por ello, Jesús le recrimina que no asuma a María como poco
solidaria, puesto que ella misma se está traicionado:
v invitó a Jesús "a su hogar" para dejarlo solo...
en la sala;
v en vez de aceptar que su hermana hace lo que ella debería hacer,
estar pendiente del anfitrión, la juzga perezosa;
v echa en cara a Jesús entretener a la hermana, de modo que, para
ella... ¡el invitado Jesús aparece es el culpable de la flojera
de la hermana!
Jesús deja entrever su mensaje: ser anfitrión de Dios significa
dejar todo para estar con él, escucharlo, depender de su palabra,
extasiarse en su presencia...
Este mensaje evangélico se vuelve crítica también para
los activistas modernos: creemos lograr más moviendo manos y pies...
Y Jesús insiste: "Si he venido a la tierra como visita e invitado,
trátenme como tal, acompáñenme, estén conmigo,
sin arrinconarme ni negarse a ustedes mismos la oportunidad de estar a su
lado... ¡a causa de sus ocupaciones! "
©
Derechos Reservados. Esta es una versión electrónica del Libro
"Celebrar y Vivir la Palabra IV (Año C)" del Lic. A. Tomás
Parra Sánchez, la cual, ha sido realizada por el IAFOBI con permiso del Editor. Ediciones DABAR, México 2001. Prohibida
su reproducción.