Domingo siguiente a la Ascensión

PENTECOSTÉS
(Solemnidad)

1. BIENVENIDA

Guía:
Cuando las cosas no suceden como se espera…; cuando deja de haber dinamismo en una comunidad o se ausenta la novedad de las personas que la componen…; cuando todo es trivial y ordinario en la vida y abunda el cansancio y el tedio, el conformismo y el desinterés… es momento propicio para que el Espíritu de Dios señale su presencia moviendo, removiendo y conmoviéndolo todo… como el fuego.
Con la Solemnidad de Pentecostés, la liturgia cristiana culmina su periodo de la pascua: cincuenta días en que la comunidad ha recibido los mensajes insistentes de Jesús a los discípulos para despertarlos a la vida nueva inaugurada el día de su resurrección.
La tradición de la Iglesia celebra en este día eventos fundamentales en la historia de la salvación: la llegada del Espíritu Santo en forma sensible sobre la primera comunidad cristiana; el inicio de una Iglesia misionera entre los hombres; y la reunión de todos los pueblos en una misma comunidad, reforzada con dones especiales con los que Dios ha visitado a su pueblo y desea proteger a todos.
Que nuestra participación en la eucaristía nos motive a vivir como quiere el Espíritu de Dios: aumentando nuestra fe, distribuyendo caridad y animando con nuestra esperanza.

2. LITURGIA DE LA PALABRA

Misa de la vigilia

Primera lectura (Génesis 11,1-9)
¿Por qué los hombres no hablan el mismo lenguaje? Génesis lo explica religiosamente con el ejemplo de la torre de Babel: cuando algunos rechazan a Dios al buscar su propio bien pero no el bien común de la comunidad, su éxito los incomunica, los aleja del Señor y de los demás

O bien (Éxodo 19,3-8.16-20)
La teofanía de Yahvé en el monte Sinaí indica el cuidado divino por la humanidad: no pretende amedrentarla, echarle encima su omnipotencia o vigilarla, sino interesarse por ella señalándole el camino de la vida. Lo esencial es la visita, no su forma.

O bien (Ezequiel 37,1-14)
La acción del Espíritu es tan grande que se manifiesta en aquellos lugares en los que la muerte parecería lo único posible. Ezequiel dibuja la restauración del pueblo entero en imagen: el espíritu de Dios vivifica lo que parecía perdido, con tal que se le invoque. Lo definitivo no es la muerte, sino la vida.

O bien (Joel 3,1-5)
Todos los humanos ansiamos la paz aunque no estamos dispuestos a pagar por ella. Todos deseamos la fraternidad, pero difícilmente damos el primer paso para buscarla. El profeta Joel anuncia el fin de esta situación a condición que los creyentes sepamos distinguir los signos de Dios y tengamos voluntad de escucharnos unos a otros.

Segunda lectura (Romanos 8,22-27)
El hombre y la creación entera llevan en sí la huella del Creador, pero anhelan la salvación y plenitud que les ha prometido. Entretanto, el Espíritu asume la esperanza de hombres y cosmos y, con su propia voz, suplica a Dios su pronta realización.

Evangelio (Juan 7,37,39)
El Espíritu de Dios no es un bien que el hombre pueda manejar a su antojo. Jesús afirma ser la única fuente de donde surge ese Espíritu que crea y renueva al cosmos y a los creyentes. Con todo, su intención no es crear hombres mejores...sino ¡nuevos!

Misa de la fiesta

Primera lectura [Años A, B, C] (Hechos 2,1-11)
La presencia sensible del Espíritu, enviado por Jesús, es como una violencia sagrada, fuego abrasador que marca, señala y consagra a quienes toca. Pentecostés anuncia que el cristiano recibe, en comunidad, al Espíritu divino para hablar y obrar según Dios.

Segunda lectura - Año A [2002, 2005...] (1 Corintios 12,3-7.12-13)
Los dones que el Espíritu da al cristiano son cualidades, funciones y capacidades. Se le dan para beneficiar a la comunidad, no como premio al mérito. No son adorno sino compromiso, servicio y misión. Recibirlos es oír a Dios; practicarlos es ya parte del don.

Segunda lectura - Año B [2000, 2003...] (1 Corintios 12,3-7.12-13)

O bien (Gálatas 5,16-25)
El cristiano está habilitado por el Espíritu Santo para valorar dos tipos de vida: una que lleva a la satisfacción de las propias pasiones; otra, animada por el Espíritu de Dios. La primera se impone por su facilidad; la segunda puede ser difícil... pero lleva a Dios.

Segunda lectura - Año C [2001, 2004...] (1 Corintios 12,3-7.12-13)

O bien (Romanos 8,8-17)
Es fácil decirse o confesarse creyente cuando todo va bien y se sonríe de oreja a oreja; pero es comprometedor mostrarse cristiano, cuando la pasión arrecia y "se oscurece la fe". Quien se deja guiar por el Espíritu no sólo es creyente sino también... "hijo de Dios".

Evangelio - Año A (Juan 20,19-23)
La comunidad cristiana no conoce más saludo que el de su pascua: ¡Shalóm aléjem! ("La paz esté con ustedes"). Pero al saludo debe seguir el perdón, primero de los dones que el Espíritu da a quienes han aceptado a Cristo y, en él, han reconocido a Dios.

Año B - (Juan 20,19-23)

O bien (Juan 15,26-27; 16,12-15)
El evangelista Juan describe las funciones del Espíritu en la comunidad cristiana: es Consolador, Maestro de la verdad, Testigo de Jesús, Guía, Profeta y Evangelizador. Sólo escuchándolo, el creyente llegará a ser "cristiano perfecto"; sólo siguiéndolo, podrá realizar el designio de Dios.

Año C - (Juan 20,19-23)

O bien (Juan 14,15-16.23-26)
El cristiano es el discípulo de Jesús que escucha la voz del Espíritu Santo. Este le aclara la verdad de aquél y le permite seguirlo. Haciéndolo, habrá aprendido a amar y a cumplir su palabra. Quizá, no logre ser sabio al estilo humano, pero si creyente desde el punto de vista de Dios.

3. ORACIÓN DE LOS FIELES

Celebrante:
Señor Dios que has enviado a tu Hijo para salvarnos y al Espíritu Santo para vivificar nuestra persona y comunidad: escucha nuestras voces y asístenos.

Guía:
Roguemos la Señor / Danos tu Espíritu para renovar la tierra.
- Por la Iglesia de Cristo en sus ramaass católica, protestante y ortodoxa: para que se renueve en la caridad e inflame al mundo. Roguemos al Señor…
- Por cuantos detentan autoridad civill o religiosa en nuestras comunidades: para que el Espíritu los ilumine y ellos guíen a las comunidades. Roguemos al Señor...
- Por las organizaciones que promuevenn la paz entre los hombres: para que sientan que su esfuerzo genera unión y concordia. Roguemos al Señor…
- Por los grupos indígenas de nnuuestro país: para que conserven su cultura sin renunciar a sus valores con el afán de imitar a los demás. Roguemos al Señor…
- Por cuantos sufren algún mal yy enfermedad: para que nunca se sientan olvidados del Espíritu Santo, el Consolador. Roguemos al Señor…
- Por los artistas y pensadores: para qque con su ingenio, cualidades y capacidades embellezcan nuestros ambientes de luz, de paz y de valores positivos que nos animen a vencer el desorden con la belleza y la armonía. Roguemos al Señor...
- Por cuantos celebramos aquí aall Espíritu de Dios: para que participemos en animar, mover y conmover a nuestra comunidad. Roguemos al Señor…
- (Otras intenciones. Roguemos al Se&nnttilde;or…)

Celebrante:
Padre Bueno, que quieres a tus hijos reunidos en una misma comunidad y para ello nos has dado tu Espíritu Santo: haznos dóciles a sus consejos y decididos para ponerlos en práctica en beneficio de todos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

4. EXHORTACIÓN FINAL

Guía:
Después de celebrar al Espíritu Santo y llamarlo Padre de los pobres, Dador de dones, Luz de los corazones y Consolador, podemos volver a nuestras ocupaciones diarias con su fuerza en nuestro corazón y sus dones como proyecto de vida. Para ser auténticos cristianos, cada uno de nosotros está obligado a desarrollar lo que el Espíritu le aconseja, siempre que lo haya descubierto con discernimiento.
Si desde nuestro bautismo y confirmación se nos ha invitado a reflejarlo, más debemos hacerlo ahora alimentados con su fuego, luz y alegría, unidos a nuestros hermanos en la búsqueda del bien común, sin la preocupación de los constructores de la Torre de Babel y animados como los apóstoles el día de Pentecostés.

5. SUGERENCIAS PARA MEDITAR

Pentecostés no es una entrega de "óscares" ni ocasión para distinguirse como poliglotas o sabelotodo, sino la situación querida por Dios para amplificar el oído humano y dejarse escuchar en la lengua del Espíritu Santo. Frecuentemente nos hemos fijado demasiado en los grupos humanos que escucharon el mensaje de los primeros cristianos en Jerusalén. En cambio, el acento de los textos bíblicos está en la novedad y efectos que causó la presencia del Espíritu en cada uno: volvió apóstol al discípulo; y al testigo le hizo conocer a Dios en su propia lengua.
Las lecturas que la liturgia propone para meditar el nacimiento de la Iglesia señalan su itinerario a los fieles. El Libro de los Hechos habla sobre cómo debe vivir la comunidad y responder al mundo siendo una, santa, católica y apostólica, llena del Espíritu de Dios y de carismas que ayuden al hombre (primera lectura). Pablo explica a los cristianos de Corinto que esos carismas son servicio y misión y no presunción o beneficio (segunda lectura). Y Jesús enseña que donde está el Espíritu hay paz, alegría y perdón; se acaba el miedo y reina la unidad y la seguridad de estar con Dios (evangelio).
Así pues, la solemnidad de Pentecostés que Ia Iglesia celebra hoy tiene un mensaje múltiple y concreto:
- Contradice la vieja ambición dde los habitantes de Babel aclarando que lo importante no es competir con Dios por la supremacía en la tierra y en el cielo, sino formar una auténtica comunidad en que se hable el mismo lenguaje;
- señala que una comunidad no ppuuede llamarse cristiana si no provoca resonancias en los demás con su vivir y obrar;
- indica que los cristianos no viven ssoolos en el mundo sino que son el brazo del Espíritu de Jesús;
- muestra que el hombre moderno desea eescuchar la voz de Dios a través del hombre espiritual (que posee el don del Espíritu) y no por medio del locuaz o del improvisado;
- sugiere que la pluralidad de idiomass no es un obstáculo para que los hombres entiendan la voz y mensaje de Dios en su propia cultura, historia y geografía;
- enseña a los testigos de Crisstto a levantar la cabeza, a no improvisar y a no ser miedosos que conviertan la prudencia en temor y vergüenza o se escondan ante un mundo en quiebra;
- y deja sin sentido todas las Babeless humanas al proponer una nueva tierra y una nueva Iglesia con hombres de fuego y de Espíritu que vivan en armonía.
En una palabra: Pentecostés, culminación de la pascua y antítesis de Babel, exige la comunicación en y con el Espíritu de Dios como única forma de escapar a la soledad e incomunicación; y define a la comunidad cristiana como misionera, abierta a todos y obligada a hablar en todos los lenguajes del hombre. Por ello, la comunidad cristiana no puede esconderse en su real o supuesta pobreza, sino abrirse a las comunidades. Si no sabe... ya se le dirá cómo hablar a cada cultura y a cada hombre.

 


© Derechos Reservados. Esta es una versión electrónica del Libro "Solemnidades y Fiestas de la Litúrgia" del Lic. A. Tomás Parra Sánchez, la cual, ha sido realizada por el IAFOBI con permiso del Editor. Ediciones DABAR, México 2001. Prohibida su reproducción.


ANTERIORSIGUIENTE

 

IR AL INDICE DE LOS COMENTARIOS