2. ¿Una nueva manera de evangelizar?
Cuando el trabajo es visto como una acción en la cual el hombre produce algo, no se hace sino reducir la concepción auténtica del trabajo. Marx, en "El Capital", como en sus escritos de juventud, define el trabajo como la acción por la cual el hombre transforma a la naturaleza a la vez que por esta misma acción, como por el producto terminado se va transformando él mismo, le concede tal importancia al trabajo que considera que éste va marcando el paso de la hominización. Ciertamente trabajar es transformar, crear, y no tanto producir, porque al crear, o transformar, el hombre se ve retroalimentado por su acción, el producto final de su labor tiene la capacidad de transformarlo a él, es un proceso ininterrumpido.
Debo hacer notar cuando se separa trabajo manual de intelectual en la práctica, se corre el riesgo de manipularlo. En el caso del trabajo intelectual como ya se ha visto se empieza a considerar como inferior todo esfuerzo físico, se cree que la labor más perfecta es la de pensar, mientras que todo lo demás está para los inferiores. De esta manera se acaba por legitimar la explotación, puesto que, los superiores piensan y mandan, mientras que los inferiores obedecen y trabajan para que se mantengan los que los mandan, y siendo que el que produce es el considerado inferior, el que goza de los frutos de ese trabajo es el que realiza el trabajo intelectual porque la labor que realiza "requiere más esfuerzo", "es más alta". De esta forma, el intelectual aliena al que trabaja con sus manos del fruto de su trabajo, haciéndolo un extraño ante su misma acción y el fruto que ella ha producido, por lo cual el hombre no se ve enriquecido por esa obra que se supone debió haberlo transformado a él también.
Por otro lado, si no se equiparan como
igualmente valiosos ambos tipos de trabajo, siempre existirá la subordinación
de uno al otro, y por tanto, se podrá legitimar que quien realice
el que se considera como mejor, sea un dominador del primero, formando un
sistema de explotación, porque pedirá al otro que realice
una labor que propiamente no le corresponde.
a) Imitando a Jesucristo
Cuando uno examina la Biblia con detenimiento, termina dándose cuenta que, en ninguna ocasión se habla de que Jesús esté trabajando. Lógicamente esto no significa que no lo haya hecho, y más, cuando los datos que se proporcionan acerca de su labor no pretenden decirnos sino lo esencial sobre él. De esta manera nosotros no podemos considerar que el se pasara los primeros treinta años de su vida mirando las estrellas y los pajaritos, sin hacer nada y esperando que sus esclavos o siervos le trajesen comida, o bien, que los ángeles del cielo lo llevasen en sus alas de un lugar a otro, o mejor aún, convirtiendo las piedras en panes para no tener que trabajar. Siempre que se leen los evangelios se deben de leer con suma atención, pues existen muchos detalles que se nos escapan de la vista.
Antes de ir a los datos bíblicos prefiero compartir la experiencia que hemos tenido de nuestra fe, pues las tradiciones que conservamos siempre encierran una verdad maravillosa. Así pues, nosotros tenemos la imagen de un Jesús carpintero como lo había sido José. Creo que esta sola imagen podría ilustrarnos acerca de que antes de comenzar a predicar hay que vivir, meditar, orar (Esto se ve reflejado en los profetas los cuales tomaban los momentos de su vida para comprender que les quería decir dios a ellos y después explicarlo al pueblo, en ellos el trabajo prepara a la misión, aún cuando en ocasiones no sea inmediata la conexión entre trabajo y misión, creencia y praxis) .
Sin embargo, considero que sería bueno retomar la Biblia y ver que cuando en ella se habla de Jesús se le muestra siempre en acción, no es alguien que trabajo, en alguien que está trabajando, su labor no termina. Jesús predica y actúa, curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos (Lc 7, 21). En Jesús debemos de reconocer lo que de él vemos y oímos: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva. Nuevamente remarco, este es el Jesús que trabaja, trabaja evangelizando.
Como sé que con lo anterior se me podría objetar que hasta el momento en la Biblia no se encuentra una sola labor manual que Jesús haya realizado contestaré solamente con una. Tomaré como ejemplo el evangelio de Juan, considerado como el más espiritual, el que planea más alto. Sin embargo debo confesar con toda humildad que he descubierto en él, que es también el que nos muestra a Jesús en toda su amplitud, como aquel que se hizo sarx, carne, hombre. Aquel Dios que no sólo se hizo hombre y tomó la condición de siervo como diría Pablo (Flp. 2, 6-7), sino que trabajó como siervo.
Jesús amó hasta el extremo. Por ese amor se hizo hombre, se encarnó. También por ese mismo amor, antes de la cena de la Pascua, durante la cena, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla se la ciñó. Luego echa agua en el lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido (Jn 13, 1-2.4-5). Esta actitud y esta función era la propia de un esclavo, y de un esclavo no judío, era el trabajo que debería desempeñar el esclavo que no era israelita.
Claro está que esta perícopa tiene más profundidad que la que yo he tomado aquí, pero mi objetivo es únicamente mostrar que Jesús no sólo curaba enfermos o multiplicaba panes y peces, o bien, pescaba peces con monedas para pagar sus impuestos. Este relato nos cuenta que por lo menos en más de una ocasión Jesús trabajo, y lo hizo como si hubiera sido esclavo, aquí no consideraré las posibles salidas para pescar, u otras ocasiones que se prestaran para el trabajo físico, yo solamente veo este hecho concreto Jesús se encarna y trabaja incluso en lo que el hombre considera la acción más baja, porque esta consciente que no es la acción la que rebaja al hombre, sino que es precisamente ésta la que lo enaltece, la que lo transforma y dignifica, es este tipo de acciones las que hacen que el hombre tome cuenta de cual es su verdadero lugar, que se sitúe, que todo trabajo en razón de su sentido y significado puede ayudar al hombre y puede servirle.
Se comprende con este relato algo más, pues si yo, el Señor y Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros (Jn 13, 14). Si Él ha trabajado de esta manera, que impide al cristiano (cuyo apelativo significa seguidor existencial de Cristo) el hacer lo mismo. Trabajar aún en lo que le pueda parecer más repulsivo e indigno.
El trabajo a la manera como Jesucristo lo realizó nos muestra varios aspectos:
1 Ninguna acción es indigna mientras
el hombre no se le dé esta connotación,
2 El trabajo intelectual está en estrecha relación con el
trabajo manual,
3 El trabajo se hace por amor a los demás,
4 El trabajo transforma el corazón del que recibe el fruto,
5 El trabajo nos sitúa en nuestro lugar exacto como hombres concretos
ante Dios,
6 El trabajo exige siempre una respuesta del que lo realiza y del que recibe
su fruto,
7 Los cristianos tenemos como ejemplo supremo de trabajo a Cristo, Señor
y Maestro, Modelo de nuestra actuación.
b) Imitando a Pablo
Pablo el converso de Damasco, de la tribu
de Benjamín, de raza judía, fue un fabricante de tiendas (Hech.
18, 3). En una de sus cartas dice: "De esta manera, amándoos
a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios,
sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos
muy queridos. Pues recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas.
Trabajando día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros
proclamamos el Evangelio de Dios" (1 Tes. 2, 8-9).
Pablo trabaja para no ser una carga para ninguno de los hermanos a los que acaba de convertir, pienso que, esto también serviría para quitar la tentación de que en caso de recibir algo, el pueblo lo interpretará como un cobro por llevarles la salvación, cosa que conduciría a conclusiones erróneas como la simonía y otras desviaciones más.
Pablo hace una recomendación: "Hermanos, os mandamos en nombre del señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis. Ya sabéis vosotros cómo debéis imitarnos, pues estando entre vosotros no vivimos desordenadamente, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que día y noche con fatiga y cansancio trabajamos para no ser una carga a ninguno de vosotros. No porque no tengamos derecho, sino por daros en nosotros un modelo que imitar. Además, cuando estábamos entre vosotros os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma. Porque nos hemos enterado que hay entre vosotros algunos que viven desordenadamente, sin trabajar nada, pero metiéndose en todo. A ésos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo a que trabajen con sosiego para comer su propio pan. Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien. Si alguno no obedece a lo que os decimos en esta carta, a ese señaladle y no tratéis con él, para que se avergüence. Pero no lo miréis como a enemigo, sino amonestadle como a hermano".
De este texto se sacan algunas ideas:
1 Vivir de acuerdo a lo recibido como tradición
de parte de Pablo,
2 Imitar a los que los evangelizaron,
3 El evangelizador aún cuando tiene derecho a un salario, es preferible
que trabaje para que no sea carga para nadie,
4 Todo el que quiera ser modelo de alguien debe de hacerlo con hechos, en
el caso de los dirigentes de una comunidad deben de trabajar para ser modelo
a imitar,
5 Quien no trabaja, no tiene derecho a comer (no abarca a los que no
pueden hacerlo),
6 Se debe trabajar y no andar metiéndose en los asuntos de los demás,
7 Trabajar es equiparado a hacer el bien,
8 Al que no trabaje se le debe amonestar con caridad.
En Pablo encontramos varios rasgos que nos lo podrían pintar como un agente viajero, viajes aquí y allá, llevando la oferta de la salvación a todos los que quieran comprarla con la gracia de Dios y el esfuerzo personal.
Creo que pocos podrán ser los que nieguen el hecho de que Pablo realmente trabajó y no sólo intelectualmente, de cuyo trabajo nos quedan las cartas a las diversas comunidades visitadas o fundadas por él, sino incluso, que trabajo en su oficio propio. No evangelizó y se fue, dio muestras de cómo debe actuar el evangelizado y el evangelizador.
Pablo tiene la conciencia de estar imitando con fidelidad el ejemplo y las actitudes de Cristo es por eso que manda que se le imite. Porque el Señor dio ejemplo, él sigue el ejemplo, y si el que es el fundador de algunas iglesias trabaja, es justo que aquellos que han recibido el mensaje lo vean como verdadero modelo.
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