CONTINUACION...
MASSIVE IN THE AREA...
Noviembre 1990. La delicia del lamento aterciopelado de Shara Nelson (alguna vez colaboradora de Adrian Sherwood, que prestara su voz a "The look of love") repitiendo incórporea, laxa, "I quietly observe standing in my place/daydreaming" sobre el siseante rapeo de 3-D, Daddy G y otro antiguo colega de la Bunch, Adrian Thaws (alias Tricky Kid). Es la sorprendente "Daydreaming", el single con que rotundamente se presentan en la escena británica. Son tiempos de música dance recargada, histérica y abusiva en el apartado BPMs, y ciertamente el contraste con este registro pausado, sobrio, pulcro y altamente sugerente, con una construcción instrumental (inspirada en James Brown, PiL, los Neville Brothers, la tradición reggae de los Studio One, el jazz, el rap de corte clásico) que rehúye la redundancia, da muestra de un proceder atípicamente estilizado para tratarse de un acto novel. Es el primero en una triada de gloriosos sencillos, completada al año siguiente con las no menos impresionantes "Unfinished sympathy" (febrero) y "Safe from harm" (junio), extraordinarios indicadores del genio de este equipo y síntesis de su sofisticada estética, inusual para la época. Y erigidos bajo los mismos principios: el intimista quejido de la diva deluxe Nelson (dolor y emoción se hacen sonido en su prodigiosa garganta de inmensa gravedad emocional; algunos críticos de hecho la acreditan como "lead wail" -"wail": lamento- del proyecto), aires urbanos de amenazante paranoia ("me volvía a ver si estabas mirándome para verme viéndote" repite obsesivo un susurrante 3-D en "Safe from harm"), desnudas bases minimalistas, precisas pinceladas de teclado o cuerdas (las maravillosas capas de violines que embellecen la refinada "Unfinished sympathy"), sinuosos bajos reales/ programados/sampleados. El reptante fraseo de 3-D, Daddy G y, sobre todo, Tricky, asmático, obsesivo, perturbador, inaugura una veta de inmensa riqueza en el rap británico. En marzo del mismo año, la edición del largo de debut, el ahora clásico Blue Lines (a mi modesto parecer, el mejor disco en lo que va de la década, junto con el Loveless de My Bloody Valentine), coproducido con Booga Bear, ratifica y desarrolla más extensamente todas estas virtudes, dejando bien sentada la habilidad de este equipo para alimentarse de una plétora de géneros (rap/dub/club son aquí sílabas estratégicas) y a la vez trascenderlos con un producto innovador e inteligente que otorga estatuto de arte al rollo bailable, dirigido a estimular y manipular tanto tus caderas como tu cerebro. Además, un cierto influjo film noir se insinúa tras estos cautivantes ritmos de nocturnidad y peligro:el sobre interno saluda a Scorsese -Taxi Driver-, Brian de Palma -Doble de cuerpo- y al debut de los Coen, Blood simple. El veterano cantante de reggae Horace Andy es rescatado del olvido para actualizar su clásico "One love" (más paranoia persecutoria) y colar su trémula voz en "Five man army" y "Hymn of the big wheel". El éxito es incuestionable y Massive Attack (el nombre se redujo a Massive durante la primera mitad del 91 para evitar asociaciones con la política militar de la ONU durante la Guerra del Golfo) se mete a medio mundo en el bolsillo. The Face (Inglaterra) y Rock de Lux conceden a Blue Lines el puesto de honor en sus recuentos anuales, señal de la unánime percepción de la prensa frente a este disco como uno de los hitos musicales de la temporada.
El alejamiento de Shara Nelson (su debut solista, What silence knows -1993-recibió entusiasta acogida), la ruptura con el management de Cherry/Mc Vey y un frustrado intento por tomar el circuito de estadios gringos por asalto son quizá las principales razones por las que tarda tres años la edición de su segundo esfuerzo.
TERCER ASALTO
Otro prolongado hiato precede al tercer capítulo de esta discografía privilegiada. En el interín, el grupo ha sufrido el abandono de Nicolette (de celebrada carrera en solitario), concretado algunas contribuciones aisladas (ver recuadro) y fundado sello propio (Melankolic Recordings). A fines del 97, Daddy G, Mushroom y 3-D regresaron al servicio activo, participando en el célebre Festival de Glastonbury y editando como estrategia de apoyo el single "Risingson",con la incorporación de la debutante Sara Jay. Fuera a través de voceros o de lo que el single mismo dejaba entrever, lo que Massive prometía ahora es un sonido deliberadamente menos pulido, con un tono más oscuro.
WE COME TO MOVE YOUR SOUL...
Por fin. Mezzanine, aparecido el 27 de Abril en el Reino Unido (el 12 de Mayo en los EEUU): la primera grabación luego de la ruptura con Tricky. (¿Se extraña al gran Mr. Thaws, al sobrino de Finley Quaye? Pues, para mi felicidad, este, no, ni michi, por más que ocasionalmente -"Inertia creeps", "Risingson"- los Massive se acercan al opaco experimentalismo mutante del Pre-millenium tension). Una radical evolución hacia un registro saturado, sucio, denso, exasperantemente repetitivo y turbador, hasta el extremo de que en este aspecto quizá éste sea su disco más brillante y aventurado: espesas masas brumosas de sonido fantasmal reptan desde los parlantes, como una inquietante marea de lava gris que acorrala tu cerebro. Una propuesta tajantemente diferente del plácido, aletargante y tantas veces complaciente discurso de la interminable nómina de epígonos (de Morcheeba a Sneaker Pimps, de Lamb a Moloko, de Ruby a Mono) que, con desigual valor artístico y mayor o menor talento y/o descaro han fagocitado como buitres voraces los hallazgos de la inspirada triada del trip-hop (Massive, Tricky, Portishead) desde 1994. No, en este nuevo disco, 3-D, Daddy G y Mushroom han renunciado a las fórmulas reconocibles de sus anteriores criaturas sónicas (producción límpida, arreglos sofisticados, onda cool, desnudez en la instrumentación) para embarcarse en un excitante viaje al corazón de las tinieblas de un mundo marciano, de atmósfera enrarecida y ambientes claustrofóbicos, a veces asfixiantes. Sampleos de Isaac Hayes, The Cure (cosecha Smith/Dempsey/Tolhurst), The Velvet Underground, y un sinfín de referencias irreconocibles (demasiado breves o deformadas como para acreditarse), revisten de incómodo misterio las estructuras de estos 11 temas (que me recuerdan el desapacible maquinismo orgánico de los diseños de H.R. Giger), en cuyo armado, paradójicamente, ha contribuido un numeroso equipo de músicos de estudio. Porque ésta es la primera encarnación de Massive Attack en la que predomina el aporte humano: guitarras (a veces faltas de sutileza, como las -aj- rockeras pinceladas que trivializan “Dissolved girl” y la genial "Group four"), baterías, bajos y teclados reales acompañan en mayor proporción a los sampleos y programaciones del trío (es curioso ver cómo ha cambiado nuestra percepción de la musica pop: como con el Apocalypse 91 de Public Enemy o el pobre Filth pig de Ministry, encuentro a primera impresión decepcionante que gente de carne y hueso haya ayudado a dar forma a estas formidables canciones), que produce y arregla el disco conjuntamente con Neil Davidge.
En el apartado vocal, la banda reincide en su genial tino para rodearse de colaboradores de alto coeficiente creativo/expresivo. Para acompañar los siseantes rapeos de Del Naja y Marshall, esta vez los convocados son tres vocalistas invitados. La diva sustituta Sarah Jay (que me imagino, para continuar la tradición, luego les dará una patada en la baja espalda para tentar suerte como solista) firma con el grupo la bellamente titulada “Dissolved girl”. El veterano Horace Andy (a quien el grupo editó un recopilatorio a mediados del 97, inaugurando el catálogo Melankolic) exhibe una revitalizada e irreconocible voz en "Angel", "Man next door" (otra vez, como en "Spying glass" o "Five man army", imprime el paranoico sentimiento de que hay un ominoso peligro inminente esperándote en cualquier momento) y la relajada, ingrávida "Exchange". La incomparablemente maravillosa/ mágica/mesmerizante (y todos los demás calificativos bacanes que se te ocurran) Liz Fraser, de los ahora -horror- disueltos Cocteau Twins (con quien habían querido contar para Protection, ahora contactada a través de amigos comunes) presta su frágil y angelical registro al single "Tear drop" (tímido anuncio de las bondades de la placa, editado el 27 de Abril, con remezclas de gente como Mad Professor y los Primal Scream), así como a las extraordinarias "Black milk" y "Group four", quizá los momentos más inspiradamente hipnóticos del disco, que me traen a la memoria el espectral y lírico pseudojazz de entresueño que sonaba en algunos pasajes brillantes de su lejano Head over heels (¿recuerdas “Multifoiled”?). La muchacha, sin la borrachera (últimamente,más una resaca algo desangelada) de delay/reverb/flanger de sus Gemelos, hace prodigios en estos geniales temas, que dejan a todas sus insoportables y poseras sucedáneas como las babosas sin talento que en realidad son.
Trip-hop de un universo paralelo a miles de años luz de todos sus cumplidores/oportunistas
imitadores, Mezzanine consigue reafirmar la pertinencia
del discurso Massive en el momento actual y da muestra de su admirable capacidad
para formular una propuesta con la cual marcar la diferencia y dar continuidad
a una trayectoria tan gloriosa. Prodigios como éste no son moneda corriente
en la escena actual: así tengas que dejar
de comer algunos días, tienes que hacerte con este artefacto.
PROTECTION
Frente al reto de suceder un pico de genialidad próximo a la perfección, el trío responde con un renovado sonido que gana en misterio y matices instrumentales apelando a múltiples recursos. Entre ellos: la incorporación de nuevas voces, con la derrotada melancolía de Tracey Thorn (Everything But The Girl) y la presencia capital de la nigeriana Nicolette, una Billie Holiday en ácido que aporta singulares aires de etéreo exotismo; el regreso de Nellee Hooper y su elegante coproducción, que se beneficia enormemente de la libertad de trabajar en estudios propios; la mayor ambición en los arreglos (documentada en los fastuosos violines de "Sly") y texturas; la colaboración de músicos y programadores invitados (el sofisticado piano de Craig Armstrong, la intoxicante guitarra en espiral de Michael Kamen en "Better things", por ejemplo), siempre a tono con el carácter de proyecto abierto que inspira las incursiones sónicas de este equipo -todo ello se conjuga para darle cuerpo a estas majestuosas canciones que, con hipnóticas bases que inducen a un trance inusual, transmite bajo tu epidermis toda la cruda melancolía de un apagado día de lluvia. "Protection", "Karmacoma" y "Sly", acompañados por los excelentes clips de rigor (memorable sobre todo el audaz plano-secuencia que firma Michel Gondry para el primero), conforman el trío de singles promocionales generado por el nuevo álbum.
En el rubro emocional, el pathos del
disco se desplaza a coordenadas de languidez y tristeza, especialmente notorias
en la glacial vulnerabilidad que infunde Tracey Thorn
a "Protection" y "Better
things". Las restantes responsabilidades vocales se las reparten
por igual Horace Andy (fenomenal en el crispado nerviosismo de "Spying
glass"), y la dupla 3-D/Tricky. Los aceitosos raps que cuela éste
en "Karmacoma" y
"Eurochild" germinan al año siguiente como "Overcome"
y "Hell is around the corner", de su
magnífico Maxinquaye de debut. ¿El
balance? Sin duda, un decidido paso a la madurez estilística, gracias
a aciertos como las selváticas percusiones, los reposados instrumentales
"Heat miser" y "Weather
storm", la embriaguez de las surreales cascadas verbales de Tricky
y 3-D. Sin embargo, el conjunto no llega a alcanzar la inasible perfección
del debut. Sólo que es el mismo año del Dummy
de sus paisanos Portishead y de las primeros
singles de Tricky solista ("Aftermath",
"Ponderosa"), y las condiciones son propicias para que se
genere amplia expectativa en torno al fenómeno del "Bristol
sound" o, más audazmente, "Trip-hop".
Massive opta por capitalizar este momento favorable e inicia ambiciosos planes
de conquista mundial con una inspirada y extensa gira. Esta nueva estrategia,
así como la negativa a incoporar "Aftermath"
al repertorio del grupo, causa el alejamiento de Tricky,
que los acusa de obsesionarse con el éxito y la fama. La memorable
gira, con largos e incendiarios jams en cada sesión, contó con
la participación de Andy y Nicolette
y el concurso ocasional (cuando su agenda con EBTG
lo permitía) de Thorn.
Se les sumaría también el maestro del dub Mad
Professor, que dispararía en vivo brutales mezclas capaces de
reducir a gelatina el cerebro de los asistentes. La colaboración queda
registrada en el excelente álbum de remezclas conjurado por éste
en su estudio (Ariwa), sometiendo ocho de los
temas a un inmisericorde tratamiento dub abundante en ecos y reverberaciones
stonazas y robustos bajos. No Protection (1995),
delirante artefacto que enfatiza la rareza de los originales y les imprime
un fuerte hálito extraterrestre, es expresión de una apreciable
apertura a la posibilidad de someter la propia creación a manipulación
ajena, contradiciendo el mongo mito rockero de la integridad original del
producto sónico. Spin lo presenta en su
lista de mejores discos caletas del año, junto con el encantador Life
de The Cardigans y el brutal debut de Laika.
COMPLETISTAS COMPULSIVOS:
la buena noticia es que se la pueden llevar relativamente fácil recolectando material no-LP de Massive, diseminado en recopilatorios notoriamente accesibles en el mercado criollo. En la banda sonora de la infame Batman forever los espera "The hunter gets captured by the game". El compilatorio pro-infancia bosnia Help! (1995) que orquestó Eno para la organización benéfica Warchild contiene "Fake the aroma". La calentona "I want you" (en versión instrumental y madonnizada) es la colaboración con la ex-chica material para su (pese al título) ignorado Something to remember. El olfato oportunista del tío que armó el electrónico soundtrack de The Jackal pone a nuestro alcance su cover de la lejana "Metal postcards", original de Siouxsie & The Banshees. Tarea ardua para fanáticos obsesivos anal-retentivos será darle caza al escuetamente titulado EP de 1992, conformado fifty/fifty por remezclas de Blue Lines y material no incluido en el álbum.