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Si bien es cierto en principio la pujante casa discográfica había reclutado únicamente a Size, este no descansó hasta que todo su elenco se viera también incluído. Así, comenzó a laborar junto a Krust y los demás en el diseño de un ente colectivo definitivo, llegándose entonces a la concepción de Reprazent. Tras dos años de arduo trabajo la idea maduró lo suficiente, quedando todo listo para su estreno discográfico, el cual se produjo con la edición del EP Reasons for Sharing (Talkin’ Loud, 1996). Las alas de Reprazent comenzaban a desplegarse.
JUNTOS PODEMOS CAMBIARLO TODO
Si el material de Roni & Cía suena distinto al de sus contemporáneos
es porque además de los samples y el equipamiento electrónico
de rigor emplean un bajista (St. John), un MC
(Dynamite) y un baterista (Clive
Deemer) quienes, cada uno en lo suyo, aportan timbres muy profundos
y enriquecidos. Y si Soul II Soul tuvo a Caron
Wheeler y Massive Attack a Shara
Nelson, Reprazent no se queda atrás pues cuenta con Onallee,
una vocalista capaz de competir dignamente, palmo a palmo con las mencionadas.
Además, Size ha confesado en más de una oportunidad su desmedida
afición por esquemas musicales de la vieja guardia como el jazz, el
gospel, el soul y el dub (de hecho su sueño es grabar un disco junto
al Padrino del Soul, el inmortal James Brown),
una pasión que debe haber jugado un rol trascendente en la definición
de su personalísimo sonido.
El LP debut del colectivo, el tremendo New
Forms (Talkin’ Loud, 1997), consolidó definitivamente
el liderazgo de Size y Reprazent, y supueso merecidamente para sus autores
la temprana consagración en la forma del prestigioso Mercury
Prize Award, distinción otorgada anualmente -y en consenso-
por la industria musical británica. New Forms
es algo así como un compedio de estilos (techno, funk, soul, pop, jazz,
disco, house, hip hop) contenidos todos en un puñado de temas con el
poder suficiente para engalanar los oídos más exigentes. "Railing"
apertura la cuenta a golpe de breakbeats letales y sulfurosos delirios maquinales,
con Dynamite luciendo por todo lo alto su proteínica ragga-voice. Pasando
a la pausada calma de "Brown Paper Bag"
imprimida por una hipnótica guitarra acústica. "New
Forms", además de contar con la participación de
la célebre Bahamadia (Size no paró
hasta lograr que ella participara en este track), aquí rapeando serenamente,
nos permite gozar de la portentosa voz de Onallee, quien a partir de este
instante adornará los momentos más souleros del disco. "Let’s
Get it On" va dando cuenta del lado oscuro de Size. "Digital",
con un obsesivo loop de base y samples que van saltando intermitentemente
sobre éste, libera una descarga de adrenalina que será común
de ahora en adelante. "Matter of Fact"
pone en operación la vertiente más rítmica del conjunto,
con beats dispuestos como una orquesta de jazz. "Mad
Cat", sigue ese camino pero en un tono más flotante. "Heroes"
(nada que ver con el clásico de Bowie) da las pautas definitivas
para considerar ya al disco como grandioso. Teclados ambientales, sutiles
arreglos instrumentales y un ritmo que vaga de un lado a otro con la fluidez
del pensamiento, funcionan como una catarsis para el espíritu. Onallee
trae a la memoria con su voz de ensueño a las divas más representativas
de la música negra (Aretha Franklin, Billie Holiday,
Patti Labelle) dando muestras de su precioso registro. Pero, como si
esto no bastara, todo lo anterior se verá superado por la full vocal
mix de "Share The Fall" ("Together
we can change it all", canta Onallee con alegría), lo más
espectacular y deslumbrante de la placa. Onallee ya no recuerda a nadie sino
a sí misma, mostrando con seguridad sus propios recursos y dejando
que su canto se vea sacudido por una ráfaga de efectos. "Watching
Windows" profundiza la abertura jugando tímidamente con
el scratch y mezclando los nuevos ritmos mirando de cara al soul más
caliente. El frenético "Beatbox" demuestra
como Size a partir de un solo elemento es capaz de crear toda una atmósfera
de tensión que se mantendrá con "Morse
Code", con todo el hálito de misterio de su predecesora.
"Destination" manipula con soltura
un sampleo de "Each and Everyone" de
Everything But The Girl (incluida en su recordado
Eden) al que se agregan otras figuras sin dejar que esto altere su carácter
costumbrista. "Hi-potent", el primer
tema que escuche de Size/Reprazent, tiene la mira puesta en el jazz y es endiabladamente
ágil e intensa. "Trust me" tiene
mucho de viñeta, va como describiendo calles, rutas y plazas. En "Change
my life" las cortinas de teclado aparecen y se esfuman intermitentemente
hasta que el bajo adquiere el control del ritmo. La urgente
"Down" revela la cara oculta de desolación del material,
escondida detrás de la vitalidad imperante. Todo esto me hace pensar
que las posibilidades de Size se extienden al apartado de soundtracker por
cuanto sus líneas instrumentales servirían de marco referencial
para un sinfín de situaciones. "Jazz"
clarifica rotundamente su debilidad por el estilo de antigua raigambre. "Ballet
Dance" retoma elementos puramente ambient. El adiós llega
con "Electricks", que va presta a sacudir
las pistas de baile, arengando al oyente a grito de guerra. Un final demoledor.
La demanda de Size como remezclador ha ido en aumento. Desde el extravagante combo hard-pop-punk Whale, pasando por estrellas en ascenso como Sara MacLachlan (la promotora del Lilith Fair) hasta dioses del mainstream como U2 (cuándo no, aprovechándose del talento ajeno) han requerido sus servicios en este rubro. En el caso de la MacLachlan se trató de un remix de su tema "Sweet Surrender", mientras que los irlandeses le encargaron que metiera las manos para una nueva versión de "Mofo". Size no ha parado. Posteriormente viajó a Los Angeles para producir el nuevo álbum de Soul Coughing. Pero eso no es todo. Como era de esperarse, tras los trabajos solistas de DJ Krust, Roni tiene ya todo dispuesto para su estreno en solitario con un álbum -tentativamente denominado Breakbeat Era- en el que se asegura, se superan los picos de energía alcanzados con New Forms. No se ha comentado si esto significará la disolución de Reprazent como entidad colectiva. Dios no lo quiera. Pero aunque ello sería una lástima, estoy seguro que de darse el caso tanto Roni como Krust o cualquiera de sus socios sabrán estar a la altura de las circunstancias y no defraudarán nuestras enormes expectativas.