ACEITES PARA TRANSFERENCIA TERMICA
¿Qué se entiende por Transferencia Térmica?
Transferencia térmica es un proceso mediante el cual se suministra y extrae energía de un medio. Estos medios pueden consistir en un gas o un líquido. El principio básico consiste en aportar energía en forma de calor a este medio (fluido) para ser empleado posteriormente en un proceso alejado de la fuente de energía. Los procesos más comunes de transferencia térmica lo constituyen las Marmitas y Calderas.
¿Qué es un Fluido para Transferencia Térmica?
Un fluido para transferencia térmica es el fluido al que se le adiciona temperatura, normalmente por acción de un quemador o resistencia eléctrica y es al que posteriormente se le extrae esta energía, normalmente mediante un intercambiador de calor, para ser empleada en un proceso. Si este proceso se lleva a cabo en un sistema cerrado, el fluido nunca está en contacto con el proceso y sólo se constituye en la fuente de energía para éste.
¿Qué es un Aceite para Transferencia Térmica?
Como su nombre lo indica son fluidos basados en aceites minerales parafínicos, altamente refinados y cuidadosamente seleccionados para proporcionar un performance superior en sistemas de transferencia térmica.
Los aceites pueden ser del tipo aceites minerales o aceites con base sintética. Shell dispone de aceites con base mineral, conocidos con el nombre de THERMIA OILS, en diferentes grados de viscosidad.
Propiedades que deben cumplir los aceites térmicos
Elevada estabilidad
térmica
El aceite debe ser física y químicamente estable dentro de
los rangos de temperatura para el que está especificado, es decir, debe
ser resistente al craqueo. El craqueo es el quiebre de las
moléculas de hidrocarburos como consecuencia del aumento de la
temperatura, quiebre que se verifica por el cambio de una molécula larga
en moléculas de menor tamaño. En estos casos algunas moléculas se
transforman en gases volátiles, otras son inestables y se polimerizan
formando depósitos insolubles. El craqueo se produce principalmente cuando
la temperatura de la película de aceite en contacto directo con la pared
del tubo dentro del hogar de la caldera o con la pared del calefactor
eléctrico, es superior a valor máximo aceptado para el aceite empleado.
Buena resistencia a la
oxidación
Un aceite hidrocarburado reacciona con el oxígeno del
aire, efecto denominado oxidación. Esta reacción de oxidación ocurre en
forma lenta a temperatura ambiental, pero a medida que la temperatura del
aceite se incrementa, la reacción de oxidación se acelera rápidamente. El
efecto de la oxidación dentro del aceite es la de producir ácidos, los que
en una etapa siguiente se traducen en la formación de borras. En estos
casos de formación de oxidación y por ende de borras, la viscosidad del
aceite aumenta, disminuyendo el poder de transferencia térmica.
Poseer un alto coeficiente de transferencia de calor
El
coeficiente de transferencia de calor es definido como el flujo de calor
que existirá entre dos materiales que se encuentran a diferente
temperatura y que están en contacto entre si. Estas transferencias se
pueden dar entre metal - metal, metal - líquido, metal - gas, líquido -
líquido, líquido - gas y gas - gas, dependiendo de los procesos que estén
involucrados.
En el caso específico de la transferencia de calor entre
un metal y un líquido, los mejores resultados se logran al trabajar con
velocidades del fluido sobre la superficie del tubo en régimen turbulento.
La diferencia entre un régimen laminar o turbulento está asociada a dos
condiciones, una de estas es propia del fluido (velocidad) y la otra es
propia del metal empleado (rugosidad superficial).
Poseer una prolongada vida
útil
La vida de los aceites térmicos dependen fundamentalmente del
diseño y operación adecuados del sistema. Un buen diseño y una correcta
operación aseguran que la vida útil de los aceites THERMIA puedan alcanzar
sobre los 6 años.
Es importante revisar periódicamente el estado del
aceite, de forma tal de llevar un registro histórico de las velocidades de
cambio de las características físicas del aceite. Una vez recién llenado
el sistema y al cabo de una semana de haber iniciado su operación, se
deben extraer muestras de aceite y así establecer la línea base del
registro. Posteriormente las muestras pueden ser extraídas con una
periodicidad de seis meses y los resultados deben ser comparados con los
de las muestras anteriores. Las propiedades que deben controlarse son:
viscosidad, acidez, punto de inflamación y contenido de
insolubles.
Procesos en los que se emplean los aceites térmicos
Los aceites térmicos son empleados en diversos procesos industriales, especialmente en aquéllos en que las temperaturas requeridas para la operación no pueden ser alcanzadas mediante la instalación sencilla de calderas de vapor, ya que para rangos de temperatura entre 150 [°C] a 350 [°C] las calderas de vapor requieren de instalaciones anexas, tales como plantas de tratamiento de agua, trampas de vapor, bombas de vapor. Además las presiones de vapor para alcanzar estas temperaturas son alrededor de 45 [bar] para llegar a 250 [°C] y de 105 [bar] para temperaturas de 320 [°C], lo que requiere instalaciones de alto costo.
En cambio, para lograr estas mismas temperaturas en un fluido en base a aceite, no se requiere de instalaciones anexas y las presiones de trabajo de la bomba son sólo aquéllas necesarias para vencer las pérdidas de carga del sistema, aproximadamente en el rango de los 10 [bar] a 30 [bar].
Si bien el aceite térmico es más caro que el agua, el aceite circula en un circuito cerrado, sin pérdidas y por un período de varios años, minimizando los costos de mantención y operación.
Aspectos a considerar al momento de diseñar una instalación oleotérmica
Desafortunadamente, el diseño de una instalación oleotérmica no es tan sencilla debido a la variedad de sistemas de transferencia térmica existentes, siendo de suma importancia no especificar un equipo más grande de lo requerido y por ningún motivo, uno inferior a los requerimientos. Para un adecuado diseño se indican a continuación varias reglas a tener en cuenta:
1.- Conocer los requerimientos
energéticos
Escoger el calentador correcto para una aplicación
específica es importante. Lo primero a determinar son los requerimientos
de energía para el proceso. La caldera o calefactor no debe ser más grande
que los requerimientos, pero definitivamente tampoco debe ser inferior.
Por consiguiente, una vez realizado los cálculos asesorado por el
fabricante del equipo, es importante agregar un margen del 15 a 20%.
2.- Configuración del serpentín
Lo serpentines más
frecuentes de una caldera son del tipo helicoidal. El emplear varios
serpentines helicoidales en un calentador es mejor que un serpentín solo,
ya que serpentines múltiples tienen una superficie de transferencia de
calor mayor. El gas de la combustión en un sistema de doble serpentín pasa
por tres superficies de los tubos antes de ser evacuado a la atmósfera.
Esta configuración permite tener un salto térmico menor en la pared del
tubo, prolongar la vida útil del aceite y también reducir el consumo de
combustible. Por ejemplo, un sistema del doble serpentín llega a ser del 5
a 10% más eficaz que el de calentadores con un solo serpentín.
3.- Volumen de la cámara de
combustión
La cámara de combustión de la caldera o calentador del
aceite térmico se debe diseñar según las dimensiones de la llama del
quemador instalado para el combustible seleccionado. La cámara de
combustión previene que la llama arda demasiado cerca del serpentín y
permite que la llama se extinga completamente antes del final de la
cámara. De esta forma se logra que la temperatura en la película del
aceite sea la adecuada, extendiendo de esta forma la vida útil del aceite
térmico.
4.- Temperatura de la película de aceite
La
temperatura de la película de aceite se refiere a la temperatura del
aceite en la superficie (o pared) de los tubos del serpentín. Esta
temperatura se calcula basada en la temperatura de salida del gas, la
temperatura del aceite y el calor específico del aceite. Si la cámara de
combustión es demasiado pequeña (o si el flujo del aceite no es
turbulento), la temperatura de la película puede ser entre 38 a 93 [°C]
más alta que la temperatura del aceite. Esta situación causa una
degradación rápida y acorta la vida útil del aceite.
5.- Cálculo del área de
calefacción
Calderas de igual tamaño comercializadas por
fabricantes diferentes no tienen necesariamente la misma área de
calefacción. Los cálculos del área de la superficie son importantes cuando
se trata de un calentador de aceite térmico, ya que tienen un efecto
significante en la temperatura final del aceite, la temperatura de
película y la eficiencia térmica (rendimiento térmico).
6.- Tomar en cuenta la
temperatura del proceso
Se debe seleccionar la temperatura del
aceite térmico basado en la temperatura del proceso y en las demandas de
energía. Operar con el aceite a temperaturas elevadas acortaría
significativamente la vida útil del aceite térmico y reemplazar el aceite
térmico antes de tiempo en una instalación es un proceso caro y que
involucra tiempo. Dado que existe gran variedad de aceites térmicos en el
mercado, cada uno con su propias características típicas, se debe estudiar
muy bien el campo de aplicación y comparar con las condiciones operativas.
La temperatura máxima que puede alcanzar el aceite debe estar por sobre la
temperatura máxima de la operación, de forma tal de minimizar la
degradación del aceite térmico.
7.- Bombas, válvulas, filtros y ajustes deben estar bien especificados. En una condición de bajo flujo, el serpentín y aceite sufren un recalentamiento, ocasionando un deterioro tanto en la caldera como en el aceite.
8.- No olvidar aspectos de
seguridad
Diferentes sistemas de calefacción del aceite térmico no
requieren contar con un operador de jornada completa, pero se debe tener
el cuidado y ejercer el mantenimiento preventivo, para un funcionamiento
seguro.
9.- Control de flujo
Cada calentador de aceite
térmico debe emplear un flujómetro como instrumento de seguridad para
proteger el calentador. En una condición de bajo flujo, el serpentín y
aceite sufren un recalentamiento, ocasionando un deterioro tanto en la
caldera como en el aceite. Otra forma de controlar el flujo es medir la
presión diferencial, método que involucra un menor costo, pero que también
puede ser menos exacto.
10.- Control del
quemador
Un encendido controlado del quemador mantiene la
temperatura del aceite dentro de los rangos deseados. Sin embargo, una
sobretemperatura del aceite térmico puede ser descubierta mediante una
termocupla instalada en la chimenea de descarga del gas de la combustión.
Si existe un aumento en la temperatura del gas, inmediatamente debe ser
cerrada la fuente de energía. El quemador también debe equiparse con un
explorador de llama, para descubrir fallas en la formación de la
llama.
11.- Estanque de
expansión
Debe estar localizado en el punto más alto del sistema y
absorber cualquier exceso de aceite térmico generado por la expansión de
este con la temperatura. Para evitar la oxidación, se debe mantener la
temperatura del aceite en el estanque de expansión por debajo de 50 [°C].
Los circuitos oleotérmicos cerrados están sujetos bajo presión y el
estanque debe ser diseñado por lo menos para 7 [psig], usando cabezas
cóncavas. También debe ser equipado, por lo menos con un interruptor de
bajo nivel, para descubrir cualquier pérdida de aceite.
12.- Desaireador
Un
desaireador es una opción útil para separar el aire o el vapor del agua
del aceite circulante. Esto puede ser crítico durante la partida del
sistema cuando el circuito contiene aire y agua condensada.
13.- Fabricación bajo
normas
Asegúrese de que la caldera esté diseñada bajo normas (ASME,
DIN 4754). Con esto, el diseño incluirá aspectos de seguridad en el
sistema y esta ingeniería puede dar por resultado una vida de servicio más
larga para la caldera y el aceite térmico.
14.- Otras
consideraciones
Los combustibles más usados en estos sistemas son
el gas natural, propano, Oil N°2 y Oil N°6 . Con combustibles
relativamente limpios tal como el gas natural, propano y Oil N°2, los
sistemas de calefacción del aceite aceptarán los productos de la
combustión sin requerir de una limpieza extra. Cuando la calidad del
combustible disminuye, se requiere diseñar la caldera con tapas de fácil
desmontaje para una adecuada limpieza y mantención. Es importante para el
cliente tomarse algo de tiempo antes de adquirir una caldera averiguando
proveedores potenciales, reputación, referencias y habilidad de la
ingeniería, todos factores importantes. Un sistema eficaz de aceite
térmico debe operar por 20 a 30 años, lo que justifica por sí solo la
dedicación en tiempo para adquirir y/o diseñar un sistema eficiente, el
que se pagará por sí mismo en ahorro del combustible, calidad y bajo nivel
de mantenimiento.
Flujo laminar y flujo Turbulento
El efecto de la velocidad del fluido sobre una superficie y también la textura de esa superficie son aspectos de vital importancia en la transferencia de calor.
Para velocidades bajas sobre una superficie lisa, el flujo es normalmente laminar, lo que produce que cualquier partícula de fluido viajará en forma paralela a esa superficie y a una rapidez proporcional a la distancia desde esta. Las partículas de fluido en contacto con la superficie estarán casi estáticas porque se adherirán a esta; sobre este nivel y hasta el punto de velocidad máxima se establecerá una pendiente de velocidad. Sin embargo, a velocidades más altas y con superficies más ásperas, este equilibrio se perturbará y se producirá una condición de flujo turbulento. Esto significa que la pendiente de la temperatura será proporcional a la pendiente de la velocidad, produciéndose por lo tanto, una mayor diferencia de temperatura entre la película de aceite en contacto con la pared del tubo y el flujo en el centro del tubo para el caso de un flujo laminar. Trabajando en estas condiciones el aceite sufrirá rápidamente un deterioro por efecto de estar sometido a una temperatura de pared mayor que para el cual fue diseñado. Siempre se debe trabajar con temperaturas de película lo más bajo posible.
Los flujos turbulentos promueven que el diferencial de temperatura entre la pared y el centro del flujo sean menores, a saber, en el orden de 20 [°C]. En estas condiciones si nosotros medimos la temperatura en el centro del fluido, sabremos que la temperatura de pared será de aproximadamente 20 [°C] mayor que la medición efectuada.
Los mismos argumentos en
sentido contrario son aplicados para los intercambiadores de calor,
ya que si este posee un flujo turbulento, podremos saber que la
temperatura de pared del intercambiador será de aproximadamente 20
[°C] menor que la temperatura del fluido.
Re =
D*d*v
10*U
Donde:
Re = Número de Reynolds
(adimensional)
D = Diámetro de la tubería [cm]
d = Densidad
del aceite [gr/cm3]
v = Velocidad del aceite [cm/s]
U =
Viscosidad absoluta del aceite en centistoke [gr/cm-s]
Rangos de
números de Reynolds
de 1 a 10 : flujo laminar
de 10 a 100 :
flujo de transición
sobre 100 : flujo
turbulento
Descripción de una Caldera Standar
1.- Quemador
2.-
Controladores flujo salida
3.- Switch control de temperatura para cada
serpentín
4.- Flujómetro (de orificio)
5.- Serpentines (dos
unidades, tres pasos gas)
6.- Cámara combustión
7.- Controles flujo
entrada
8.- Salida gases combustión
9.- Switch de alta
temperatura
10.- Arrollado serpentín en el fondo
11.- Indicador de
flujo
12.- Panel de control
13.- Tapa de
inspección