Los seres vivos tienen características funcionales, es decir poseen capacidad de operación en algunos aspectos determinados, por ejemplo: un árbol tiene la facultad de purificar el aire, un leopardo la facultad de correr velozmente, un águila la facultad de volar majestuosamente, etc. Al igual que los ejemplos anteriores el Hombre posee un sinnúmero de facultades o niveles funcionales para llevar a cabo diferentes tareas o acciones.

          Estos niveles funcionales pueden ser afectados por estímulos que propicien una respuesta adaptativa en general del organismo. Lo cual es la base del entrenamiento deportivo para la evolución positiva del atleta o jugador. Para que las estimulaciones arrojen los resultados deseados en el tiempo adecuado se debe respetar unos criterios o principios elementales, los cuales aquí los comentare.