Una mujer llega a la
sección de cosméticos de una gran tienda por departamentos. Ve en uno de los
aparadores un bolso de diseño italiano que hace juego con un estuche de
maquillaje. Decide comprar sólo el estuche, pero no el bolso. Se acerca a la
vendedora, señala el aparador y dice: `Señorita, me gusta el estuche de
maquillaje que está junto al bolso. Quisiera comprar únicamente el estuche. ¿Me
lo puede vender?" La Vendedora, que en realidad es una auxiliar en práctica,
sin experiencia y mal capacitada, se limita a decir. “No, lo siento, no se
puede llevar sólo el estuche de maquillaje. Se vende el juego completo".
¿Cómo cree usted que
reacciona la clienta?
Desde luego se marcha.
Ahora bien, cambiemos el
personaje "malo" por una vendedora despierta e inteligente.
¿Qué hace esta
persona?
Después de escuchar lo
que pide la clienta, piensa las cosas con cuidado:
-
Esta dama quiere el
estuche de maquillaje, pero yo no puedo vendérselo sin el bolso.
-
Se supone que
debemos vender el juego completo.
-
Es obvio que ella
quiere comprar el estuche de maquillaje para verse más guapa, pero no lo
comprará al elevado precio que cobramos por el juego.
-
¿Qué haré?..
...Ya sé.... En la
sección de farmacia venden estuches de maquillaje de la misma marca. De hecho,
creo que están rebajados. Tengo que decírselo a la señora....
De este modo, se
responde a la necesidad de la clienta, al informarle amablemente de la disponibilidad
del mismo artículo en otro departamento y a la vez se le hace entender que no
puede llevarse el estuche de maquillaje sin el bolso.
¿El resultado? Una
venta segura.
Con un poco de
perspicacia la vendedora experimentada al ver que el
objetivo de la clienta era comprar ese estuche de maquillaje particular y nada más,
la apartó prudentemente de su posición inicial (la de comprar el artículo del
departamento de cosméticos) y le informó que podría adquirirlo en el
departamento de farmacia, donde estaba disponible a menor precio.
Así, ella no sólo evitó
la posible pérdida de una venta, sino que promovió la buena imagen del
establecimiento.
Por el contrario, la forma en que las hermanas sostuvieron la discusión
acercxa de las naranjas ilustra el estilo de negociación denominado "negociación basada en
posiciones".
Bajo este esquema, el negociador asume una posición inicial
-denominada "Ancla"- (por ej.,
"yo me quedo con las seis naranjas") y la defiende intentando no ceder
frente a las demandas o argumentaciones del otro.
Si el otro adopta la misma
táctica (como en el caso de las dos hermanas), entonces cada negociador asume
una posición inicial -un ancla- y efectúa concesiones a medida que transcurre la
negociación, generalmente tratando que sus concesiones se den a cambio de las concesiones de su contraparte.
Esto hace que habitualmente el proceso lleve a un
acuerdo que es una posición intermedia entre las posiciones iniciales de los
dos negociadores.
Dado que generalmente las pósiciones iniciales responden a
criterios subjetivos (Estimación no-racional de valor, establecimiento de un
valor de tipo sentimental, análisis simple de las condiciones aparentes del
mercado, etc), la posición intermedia es un espacio indefinido entre la
ilusión y la fantasia de uno de los negociadores y la ilusión y fantasía del
otro.
Así, el "partir diferencias" dentro de este
contexto sólo favorece a a quel que ha conseguido colocar el precio MAS ALTO
(generalmente el vendedor). Sabiendo esto la contraparte exagera el precio mas
bajo..... y entran en una espiral de trueques dificil de cerrar.
Esta forma de encarar las negociaciones puede resultar
extremadamente entretenida, cuando uno va a comprar las verduras en la plaza de
mercado, pero es bastante ineficiente cuando se trata de negociar cosas de mayor
importancia.
Generalmente conduce a resultados muy pobres ya que limita el
marco de la negociación, impidiendo ver más allá de tema que se está
tratando y muchas veces perdiendo el principal objetivo de la relación que
está detrás de la negociación.
Toda esta situación, con frecuencia deteriora la
confianza entre las partes y. refuerza en ellas la sensación de que la
negociación es ante todo un proceso en el cual el otro es un adversario,
pudiendo lesionar seriamente la relación entre las personas que están
negociando, ya que el ganador, gana ahora pero puede quedar "vetado"
de por vida para cualquier otro trato serio con el perdedor.
En el caso de la vendedora inteligente, por el contrario, se
prioriza lo verdaderamente importante.... el Interes que tiene la tienda por
ganar un cliente y no sólo por hacer una venta... Esto lo logra compaginando el
INTERES de la compradora con el interés de la empresa... Al final todos
ganan....