RHB & CHvdB

  • 24. RUTAS ENTROPICAS DE NECROSIS DEL PENSAMIENTO.

    * La bifurcación (Figs 6 y 7) asociada con la cumbre de la Fig 17d y más en particular, de la cumbre (3) de la Fig 24 (aún no presentada), es la condición fundamental que explica el fracaso del pensamiento bajo análisis. Si en la Fig 24 retrocede hasta (1) hay necrosis (M y N no parecen constantes, el teorema no está bien entramado o ya es conocido, todo es demasiado complicado, no vale la pena, etc.) Si no lo hace, hay maduración (se siguen elaborando otros valores de M y N, es correcto el intento de nuevas formas de redondear lo descubierto, vale la pena seguir esforzándose). Si S1 y S2 se han puesto de acuerdo, es mucho más fácil que S3 también lo haga.

    * El camino de vuelta - que sale de matriz (3), resbala entropicamente hacia matriz (2) y se estaciona en el atractor trivial matriz (1) - se transita como consecuencia del voto negativo que presenta alguna subrred aún indiferente, al final de su específico análisis de base cognitiva. La dinámica ascendente gira sobre sí misma barranca abajo. Esa desestabilización ocurre sobre todo en momentos cuando los GL esclavizados no tienen estructura suficiente como para prevalecer.

    * ¿Cómo se sabe si el esfuerzo antientrópico requerido hasta ahora debiera discontinuarse? En el caso general, no hay manera segura de reconocerlo. En muchos casos particulares se tiene la suerte de detectar "progreso". Sin

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    embargo, quizás hay que cambiar salvajemente de enfoque, S4 (Minsky, 14.5, 4.7).

    * El fracaso no es total, porque los mecanismos hebbianos garanten un refuerzo positivo de las vías que se han usado para la tarea. Esas vías sirven en menor medida si las subrredes, entre todas, hubiesen optado por la solución entrópica de "abolir el pensamiento" (De Bono), no escalando la barrera entre la matriz (1) y la (6). Esto no se aprecia en el ejemplo. Este supone que es la primera recorrida por esa ruta. Pero la ec. (5) permite reconocer que el refuerzo hebbiano, aumentando el peso de la conexión, incrementa el valor de Vij la segunda, tercera,..., vez que se transita la ruta de ida. El valor de la energía de cómputo inicial es mayor, ya de entrada, con motivo de un segundo recorrido.

    * Ya que las protomentes actúan como etapas en serie-paralelo, para arribar a un fracaso (o a un buen éxito) cada etapa cuesta arriba, considerada como submeta, ha proporcionado información. La unidad de buen éxito es la meta del cerebro B. Si la meta se va logrando, las submetas se refuerzan. Si la meta no se logra, el proceso se inhibe pero las submetas siguen teniendo su refuerzo penosamente adquirido (Minsky, 7.6).

    * En la actividad mental cotidiana existen censores que reprimen a los procesos mentales inefectivos, para salvaguardar el recurso escaso, la bioenergía (Minsky, 27.5).

    * La transición de fase desde el orden relativo de la mente distraída hacia el orden superior de un teorema demostrado es, entonces, energético- entropicamente barranca arriba. La solución de las termodinámicas lineales es volver al atractor del punto de partida, con subrredes reciprocamente desconectadas. Sobre la generosa base de la plasticidad sináptica, existe la posibilidad de un mecanismo explicado por la termodinámica de P y la sinergética de Haken, que se opone a caer hacia el origen y avanza hacia el empleo de más fluctuaciones favorables y de más recursos de la base cognitiva para conseguir con ellas cierta energía de activación adicional o cierta ruta de energía de cómputo más favorable. La interacción S3-S4 (racionalidad fría de base cognitiva y creatividad de base cognitiva) ofrece perspectivas de hallazgo de nuevas fuerzas impulsoras para reemprender la tarea inconclusa.

    * Entonces, el destino de la tarea frustrada ha sido

    1. el refuerzo de algunas rutas hebbianas que facilitan futuros tránsitos similares,
    2. la depresión de haber malgastado tiempo y energía y
    3. la disipación térmica asociada con la tarea.

    * Con motivo del primer punto, la tarea abortada puede renacer para intentar una posterior oportunidad, que será más sencilla por el mecanismo de refuerzo hebbiano. En la preconciencia o antesala de la conciencia de Freud estará operando en silencio el problema frustrado. No hay garantía de que ese problema madure y emerja. Depende de la contribución de la creatividad S4, de las emociones S5, o de nuevos casos para incorporar al repertorio de S3. La solución puede aparecer inesperadamente durante un sueño u otra ocasión tan insólita como el sueño.

    * Con motivo del segundo y del tercer punto, la depresión se parece en parte a la fatiga física y la disipación de energía es un desaporte. Un biotermodinamicista encontraría una explicación para ambas: si el cerebro tiene alarmas de apetito y de hambre, como lo es la alarma de la fatiga física, la frustración de no saber resolver el problema es debida a que las

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    funciones superiores del neocórtex están enlazadas con el paleomecanismo de alerta del hambre. Al fin y al cabo el desperdicio de tiempo es indistinguible de un desperdicio de energía (Minsky, 28.4), unificándose con la disipación de energía. Un psicoanalista de la escuela de Freud, aportaría un alegato de su maestro, referente a que los mecanismos psicológicos generadores de placer son energeticamente barranca abajo mientras que los que generan displacer son, por lo contrario, barranca arriba. Razonando así, el displacer de fracasar actúa como un censor que impide el abandono de la ruta de búsqueda de solución. Si así fuese, es una invitación más a seguir la ruta, balanceando friamente con S3 el pesimismo de S1 y el optimismo de S2, balanceando con S4 la preparación con la deliberación y balanceando con S5 la inteligencia emocional con la racional.

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        Raúl Barral - Carlos von der Becke: Biotermodinámica del Cerebro - 2000