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    MODELO DE AUTOORGANIZACION MENTAL Y ALARMAS

    Los animales que acompañan hoy al hombre, incluso los domésticos, son aquéllos cuyos ancestros acumularon una gran cantidad y calidad de alarmas o ayudas de supervivencia, por lo menos frente al entorno donde han vivido dichos ancestros. Tienen de entrada "fragmentos de maquinaria" (Minsky - Appendix 5) que predestinan a quienes las poseen para escapar de la traba de las paleoemociones negativas.

    Evolutivamente la mejor explicación de la existencia de proto- y de neoemociones y de las cascadas de ellas, así como de la racionalidad misma, reside en que el cerebro era inicialmente una caja de resonancia para amplificar las alarmas que iban presentando ventajas comparativas darwinianas. El reconocimiento de un rostro o de una silueta depredadora, es instantáneo. Lo es porque las especies animales sin ese atributo ya han sido reemplazadas por las que desarrollaron autoorganizadamente esa rapidez. El escape o huída ante la presencia de cualquier objeto con simetría bilateral es una alarma precableada. Su explicación: los animales que nos enfrentan y corren hacia nosotros tienen simetría bilateral. La simetría bilateral es un signo que tiene probabilidad de involucrar un riesgo.

    Hay alarmas para el individuo y alarmas sociales. El hecho que sea, casi siempre, contagioso el vómito de un participante de un banquete, es un ejemplo de una alarma orientada a los hábitos sociales. Si uno de los integrantes de la fiesta vomita, hay ventajas en que ello resulte contagioso, habida cuenta de la eventual presencia de toxinas en los alimentos que provocan repulsa espontánea. Las sensaciones de apetito y de hambre son alarmas conectadas con el tenor de glucosa en sangre. El temblor, la adopción de la posición fetal, los estornudos, el desmayo, son respuestas a alarmas. El dolor físico y el dolor de las heridas de la vida son asimismo alarmas, con diferentes constantes de tiempo.

    Estas fueron la misión primordial del cerebro primitivo. La respuesta de gatillar alarmas con emociones pasó insensiblemente a gatillar alarmas con componentes intelectuales. Existen riesgos en el mundo externo que se pueden enfrentar con las herramientas del detective, con el raciocinio. Ya sea racional o irracional, o una manifestación inseparable de ambos aspectos en conjunto, la habilidad del cerebro de gatillar alarmas, nunca decayó en importancia. Es enteramente justificado identificar al cerebro

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    como sistema de generación y gestión de alarmas (Fig 11). El cerebro mismo se ha hecho impermeable a la difusión de toxinas. La parcialmente impermeable barrera hematoencefálica, un logro evolutivo importantísimo, garante relativa homeostasis para el líquido encefálico. Su fracaso con la restringida lista de drogas de acción cerebral (etanol, cafeína, psicotrópicos) se explica porque son un desaporte demasiado reciente como para haber ya resultado en una impermeabilidad a ellas por mutaciones modificatorias de la barrera.

    El pensamiento racional es, sin duda, una forma notable y bien diferenciada de sumar contribuciones culturales a la batería de fragmentos de maquinaria de alarmas irracionales heredadas. Mezclado desde el inicio lo racional con lo irracional, el ser humano es muy distinto de la computadora conocida este siglo, indiferente por ahora a caer en un bucle sin salida o a la oportunidad de resolver un problema trascendente. Las alarmas que necesita la computadora para su encendido no interfieren con su conducta ordenada y esclavizada al hombre. Las alarmas que necesita el ser humano para operar traen la marca de ser, con frecuencia, resultado de la operación caótica del cerebro. El símbolo tiburón desencadena en el nadador una respuesta caótica de peligro. Lo irracional y lo racional en el cerebro aparecen mezclados cuando se analiza

      * el cerebro como máquina de alarma; y
      * el espacio de problema de la memoria rápida como espacio de alarma.

    * Las alarmas, sin duda consumidoras de energía, se pagan a sí mismas como agentes de supervivencia. El pensar, el manipuleo de símbolos, es en los animales inteligencia- intensivos, un software para ser usado en el hardware constituído por la maquinaria de prevención de situaciones alarmantes que se lleva en la cabeza. Le cabe una ley biotermodinámica genérica como la que es válida para cualquier otro agente de supervivencia.

    * El ejercitación repetida de la maquinaria de alarma lleva a que cada vez su empleo sea menos oneroso, energeticamente hablando. Lo mismo parece ocurrir con el pensamiento, que es tambien, por derecho propio, un poderoso fragmento de maquinaria de alarma. Según la Fig 24, el momento crucial para esa maquinaria es el de la parte ascendente de la U invertida.

    * Se puede entonces emitir una hipótesis al respecto: por principio de Papert, que es la idea de ir creciendo por inserción de nuevos niveles de gestión en agencias más viejas, durante esa etapa ascendente se va creando plasticamente en el cerebro A, entrenado, un nuevo andamio, un gestor, quizás multicompartimental, que ayuda con los requisitos antientrópicos.

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    29.mar.2000

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    Raúl Barral - Carlos von der Becke: Biotermodinámica del Cerebro - 2000