Mejorar el hábitat 
El programa global de conservación del lince ibérico, en fase de consulta, estará financiado por el ministerio y por las comunidades autónomas implicadas. El plan incluye, además de la cría en cautividad, trabajos de mejora del hábitat, una estrategia de gestión cinegética y el aumento de conejos como alimentación casi única del lince. La población de conejos en los territorios habitados por linces ha disminuido de forma drástica por las enfermedades y la caza. La necesidad de una estrategia global de conservación del lince ibérico se consensuó en un reciente taller realizado en Cabañeros. Las líneas estratégicas serán aprobadas por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza y, a partir de ahí, deberán ser las comunidades afectadas las que elaboren los planes concretos.

El lince ibérico es, de las cinco variedades existentes, el único en peligro de extinción. Los expertos calculan que quedan entre 500 y 1.000, todos en Andalucía,Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal. En Doñana, donde mejores condiciones encuentran para sobrevivir, apenas quedan 50. Francisco Palomares, uno de los científicos del CSIC que estudian el lince, cree que podrían caber más, pero sólo si se mejora el hábitat. El entorno del parque actúa como un sumidero adonde van a morir por atropello o víctimas de los cazadores muchos linces criados en Doñana. Palomares alerta del peligro de extinción: "Aunque hay menos conciencia del peligro, el lince está más amenazado que el tigre o que el panda gigante.
 Deberíamos hacer de esto un problema mundial y no sólo de Doñana". El biólogo y ex director de Doñana Miguel Delibes indica que a mediados del siglo pasado había linces en toda la Península. En los años 80 de este siglo, sólo quedaban en el 2 % del territorio y han seguido cayendo en picado.