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El Renault 4CV en Francia
Antes de la Segunda Guerra Mundial sólo los
dirigentes de las empresas y diversos profesionales tenían medios económicos
para poder adquirir un automóvil. El Renault 4CV fue el encargado de motorizar
al país galo.
Su estética no despertó mucho entusiasmo, con unas
lineas claramente americanas, pero destacaba por su fiabilidad y robustez que le
permitía desplazarse por todas las rutas francesas, desde los Alpes hasta la
costa. El 4CV era por excelencia un coche económico y resistente.
La creación del 4CV corresponde a la evolución de
la sociedad francesa y al nacimiento de un nuevo tipo de sociedad: la sociedad
de consumo. Marca una época por su carisma, su modernidad y su total
adaptabilidad a las exigencias nuevas de la economía.
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Mecánica
El motor del 4CV era un motor de cuatro cilindros en
línea instalado longitudinalmente
en la parte trasera, formando bloque con los órganos de la transmisión.
Pronto, este esquema demostró sus extraordinarias aptitudes a la hora de subir
por los puertos de montaña. Su reducido peso (apenas 600 kg) y la elasticidad
de su mecánica de 21 CV aseguraban una marcha alegre aun en zonas de fuertes
pendientes, sin hacer un uso continúo del cambio. A ello también contribuían
los acertados desarrollos de su caja de tres velocidades, con una relación en
tercera de 3,7:1.
Otra característica valorada entonces fue su
suspensión independiente en ambos trenes, que aportaba comodidad y seguridad,
mostrando una robustez fuera de duda. También los frenos, si no se les exigía
un trabajo excesivo -como la bajada de un puerto pronunciado-, respondían con
un rendimiento superior a la media.
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