Los
dinosaurios pertenecen a un grupo de reptiles denominado "arcosaurios"
que incluye además a los pterosaurios (reptiles voladores,
también extintos) y a los cocodrilos. Los arcosaurios, a
su vez, pertenecen a un grupo mayor, los diápsidos, que reciben
su nombre por tener dos aberturas laterales en la parte posterior
del cráneo. A este grupo pertenecen también los lagartos
y los ofidios. |

Cráneo
esquemático de un diápsido, donde se representan
los orificios postorbitales.
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Los
diápsidos más antiguos conocidos pertenecen al Carbonífero
superior, y los arcosaurios aparecieron en el Pérmico superior.
Los arcosaurios más antiguos conocidos son los tecodóntidos.
De ellos derivaron los otros tres grupos de arcosaurios (Dinosaurios,
pterosaurios y cocodrilos). Los tecodóntidos, cuyo nombre
significa "dientes en alvéolos", se caracterizan
por tener los dos orificios laterales tras las cuencas oculares,
y además, otra abertura anterior al ojo, y otra en la mandíbula
inferior. Los dientes tienen raíces más profundas,
en alvéolos. |

Fósil
del cráneo de Riojasuchus, especie de tecodóntido hallado en Argentina.
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Pero
la característica más importante de este grupo es
que podían adoptar dos posturas al andar. La primera sería
con las patas extendidas hacia los lados, apoyando toda la planta
del pie, al modo de los reptiles, arrastrando el vientre (A). La
segunda, que marcaría la diferencia con respecto al resto
de especies contemporáneas, consistiría en meter las
patas debajo del cuerpo, de modo que el animal se podía mover
más rápidamente (B). Algunas especies corrían
sobre los dedos. |
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El
hecho de poder caminar con las patas metidas debajo del cuerpo permitió
a estos animales aumentar su tamaño. Como consecuencia de
este agrandamiento, la articulación del tobillo sufrió
una modificación: mientras que en otros reptiles el tobillo
tiene gran movilidad y no tiene que soportar todo el peso del cuerpo
(A), en los tecodóntidos, y posteriormente en los dinosaurios,
el tobillo se volvió más rígido para evitar
dislocamientos.
La
razón por la que aparecieron estos animales parece ser que
fue la adaptación a al vida acuática, con una cola
y patas traseras grandes para poder nadar más rápido
tras las presas, y que más tarde se adaptaron a la vida terrestre.
Al final del periodo Triásico, la desaparición de
los reptiles pseudomamíferos y los rincosaurios que habían
predominado durante el resto del periodo, posibilitó la expansión
de los tecodóntidos y los primeros dinosaurios. |

La
línea roja representa la línea de articulación
del tobillo.
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Dinosaurios
primitivos argentinos |
Los
dinosaurios más antiguos conocidos proceden del Triásico
superior argentino, hace unos 228 millones de años, de la
Formación Ischigualasto. Allí se han encontrado especies
que ayudan a comprender la evolución de los primeros dinosaurios:
Herrerasaurus ischigualastensis, Pisanosaurus mertii y Eoraptor
lunensis. Cerca de dichos yacimientos, se encuentra otro del Triásico
medio conocido como Formación Los Chañares, donde
se han hallado especies primitivas anteriores a los primeros dinosaurios,
con una antigüedad de unos 235 millones de años. Estas
estas especies son: Lagerpeton chanarensis, Lagosuchus talampayensis
y Pseudolagosuchus major. En torno a estas seis especies es donde
se realizan las principales teorías sobre la aparición
de los dinosaurios.
Fueron
estos animales, junto con sus parientes los pterosaurios, también
arcosaurios, los primeros vertebrados en caminar de forma bípeda.
Su forma de caminar se asemeja más al de las aves que a la
de los reptiles vivientes. Esto también parece indicar que
estos primeros dinosaurios eran animales muy activos, aunque no
se pueda afirmar que fueran de sangre caliente. |

Radiografía
del cráneo de Eoraptor sostenido por la mano del paleontólogo
Paul Sereno.
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