CIENCIAS
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Actividad sexual podría afectar el tamaño de las neuronasLondres (Efe) La actividad sexual produce cambios en la forma y tamaño de las células nerviosas en el cerebro y la columna vertebral, según un estudio que publica la revista científica Nature. Hasta ahora los científicos opinaban que era el tamaño y forma de las células nerviosas del cerebro y la columna las que gobernaban la actividad o comportamiento sexual, algo que parece rebatir el estudio actual, realizado por un equipo de investigadores del Departamento de Sicología de la Universidad de California. Aunque las pruebas realizadas por el equipo, encabezado por el doctor Marc Breedlove, fueron realizadas con ratas de laboratorio, éste afirma que ese mismo comportamiento de las neuronas es probable que se produzca en los humanos. Investigaciones anteriores habían demostrado que existían diferencias en el tamaño y forma de las células nerviosas entre hombres y mujeres y homosexuales y heterosexuales, "pero es posible que las diferencias en el comportamiento sexual tengan origen en diferencias en la estructura del cerebro", dice el estudio. Los investigadores llegaron a esa conclusión tras comparar los cerebros de ratas macho sexualmente activas y otras célibes. La mitad de ellas fueron introducidas en jaulas con ratas hembra esterilizadas que no mostraban ningún interés en el sexo, y el resto con ratas a las que se había inyectado dosis extra de la hormona estrógeno. Después de 27 días los investigadores examinaron las columnas de las ratas y advirtieron una diferenciación en las neuronas que ayudan a controlar la copulación en las ratas. En las ratas sexualmente activas, las neuronas eran
mucho más pequeñas, por lo que los científicos creen
que eso mismo puede ocurrir en las células nerviosas del
cerebro, según escriben en Nature. Descubren gen que regula el tiempo de vidaWashington (AFP) Científicos estadounidenses identificaron en un gusano el gen que influye directamente sobre la duración de su existencia y que podría bien jugar un papel idéntico en los seres humanos, indica un estudio que aparecerá en el semanario Science. Bien conocido de los especialistas, el gusano caernorhabditis elegans es uno de las especies más efímeras del reino animal, pues no vive más de tres semanas. Un equipo de investigadores de la Universidad de San Francisco (California) acaba de constatar que la duración de su existencia podía multiplicarse por más de dos por la simple mutación de uno de sus genes, el daf-2. El secreto de este elixir de juventud genética reside en la actividad de este daf-2, encargado de la regulación de la producción de insulina. Una vez 'adormecido' o por lo menos con su actividad reducida, el gen frena en envejecimiento del gusano sin por lo tanto afectar su metabolismo ni la fertilidad, informaron los autores del estudio. Examinando el mecanismo en aval, los autores del estudio se dieron cuenta que la actividad de este gen estaba controlado por otro gene, el daf-16, miembro de la familia de los genes llamados 'hendidos'. Es decir el daf-16 que aminora el daf-2. Presente tanto en los gusanos como en los seres humanos, los dos genes juegan un papel en la longevidad de las dos especies, escriben los autores del estudio. "La duración de vida de los C:elegans como de los vertebrados podría así ser regulada por un mecanismo implicando un gen de la familia de los 'hendidos' que favorece la longevidad cuando la alimentación es escasa y otro gen derivado de la insulina que actúa en sentido inverso", explicaron.
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