II   INTERLUDIO POÉTICO
A   Justificación de la poesía

CANCIÓN DEL AMANTE ESTRAFALARIO






Yo tenía una nena de bronce
que un buen día se me derritió;
aquel día le di tantos besos,
que la pobre no los resistió.

Yo tenía una nena difusa
pero un día se concretizó;
aquel día la amé tantas veces,
que en su cuerpo a sí misma se vio.

Yo tenía una nena olvidada
que un buen día de mí se acordó
y ese día que estuvo conmigo,
sin embargo también lo olvidó.

Yo tenía una nena sufriente
que su vida conmigo alegró;
ese día nos fuimos tan juntos,
que el poema también concluyó.
 

Buenos Aires, diciembre, 1998.



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