El personaje vivía la soledad como una maldición, inclusive si, físicamente, no se hallaba solo, su psique sufría la carencia del otro aún en medio de una multitud. Buscaba la culminación del encuentro; esa fusión situada incluso más allá de lo sexual.
lo formulaba así: (1 + 1) = UNO
Hasta que, de repente, logró la anhelada (con) fusión y supo entonces que era:
UNO
No obstante, persistía la conciencia de la separación. Por eso mismo sus esfuerzos fueron tales que, al final, logró en sí mismo la fórmula que sigue:
No le conformó el resultado. Seguía habiendo gente y cosas a su alrededor que no eran él, que le faltaban a él. Por ende, en un supremo y sostenido esfuerzo, paulatinamente, llegó a este resultado:a. (1 + 1) = UNO
b. UNO ( + o - ) UNO = UNO
Accedió, por lo tanto, a la más ansiada fórmula:c. d. ... etcétera
x. UNO (de todo lo anterior) + Universo = UNO
¿Y ahora qué?; se preguntó, ya conciencia total de la totalidad, ¿hay algo que aún no esté en mí? Se percató entonces de la presencia de la NADA y procedió a pensar:UNO = Todo
Todo = UNO
Creyó, entonces, comprender y liberó a la torcaza que había enjaulado esa mañana.UNO (de Todo) + Nada = UNO (de Todo + Nada), o, por el contrario:
UNO (de Todo) + Nada = NADA
Buenos Aires, marzo, 1997