Resumen: El
protagonista de la historia (Jaime o Jacobo o Jacques Deza) languidece en
Oxford, donde tiempo atrás había dado clases, y a donde ha vuelto para
alejarse de su ex esposa, aún reciente el divorcio. Allí contacta, a través de su
anciano amigo sir Peter Wheeler, con un extraño grupo de
inteligencia sin nombre ("sólo de las cosas que no tienen nombre se puede
realmente negar su existencia") creado durante la Segunda Guerra Mundial. Ese
grupo reúne a cierto número de personas con el don (o la maldición)
de intuir en qué se convertirá la gente, cómo se comportará en el futuro,
si es proclive a la traición o a la lealtad... Capaces, en suma, de saber
hoy cómo serán sus rostros mañana.
Opinión:
Si bien no es éste mi libro favorito de Javier Marías (sino que es más
bien "Corazón tan blanco"), ni tampoco el más
conocido (ahí se lleva el gato al agua "Todas las almas"), "Tu rostro
mañana" sí resulta, por muchos motivos, un libro muy interesante y
una dignísima primera parte de novela (falta la otra mitad, que saldrá en
algún momento de 2004, creo).
Nunca está de más avisar sobre el estilo digamos, reposado de Marías: no es precisamente un
autor en el que lo importante sea el argumento y/o el ritmo de la narración.
Lo que ocurre realmente en la novela podría resumirse en cinco páginas,
pero lo interesante (y en algunos casos apasionante) son las reflexiones, corazonadas, análisis y
pensamientos que se van desgranando página a página. Lo sé, suena a
rollazo, pero no es así, creedme... De hecho es uno de los libros más
entretenidos y que más me han hecho pensar de los últimos años.
¿Nunca os habéis preguntado si realmente es posible saber cómo es alguien
al poco de conocerle? No hablo exactamente de la "primera impresión", sino
de esa sensación que nos invade a veces cuando conocemos a una persona y
hablamos con ella un rato, esa sensación indefinible de que "lo hemos
calado". Sin tener auténtica base racional para ello, notamos que en
esa persona podemos confiar, o que en cambio parece mentir a menudo, o que esconde
un carácter fuerte bajo su sonrisa, o que podríamos amarla sin
dificultad... Pero la mayoría de nosotros no tenemos el don del personaje
de Marías para leer a la gente, y por tanto nos equivocamos, a veces
nos desengañamos y otras nos sorprendemos gratamente con el paso de
los días. Sin embargo, Marías dice que todos tenemos ese don o habilidad
en mayor o menor grado, pero que inconscientemente lo acallamos,
ignoramos sus juicios y veredictos, preferimos vivir en un limbo de
incertidumbre por miedo o pereza o o desconfianza o simple autoprotección.
Porque no está muy claro si hablamos de un don o una maldición: si
leer las caras fuera tan fácil, ¿creéis que podríamos sobrevivir sabiendo,
por ejemplo, que la persona que amamos nos traicionará, o que no está
hecha para nosotros?
Pero no quiero
irme por las ramas: esto es un comentario de libro y no uno de mis "Seré
breves". Otro punto de interés en la novela es la maestría con que se
describe a los personajes: Peter Wheeler siempre con un punto
entre malicioso, agudo y paternal, Tupra (el jefe de la
organización) presentado como un tipo enigmático pero totalmente mundano,
la joven y talentosa Pérez-Nuix, los múltiples hombres y mujeres
que son escrutados por la habilidad de los protagonistas... Y aún me estoy
riendo con la cruel e inmisericorde descripción de un estúpido y
bastorro joven agregado cultural español de visita en Oxford ("seguro que
algún día llegará a Ministro de Cultura o por lo menos a Secretario de
Estado del ramo").
Además, para un aficionado amateur a estudiar historia como yo, resultan
apasionantes las referencias a Andreu Nin y el POUM, y a la historia de la
familia de Jacobo en la represión post-Guerra Civil, y a la situación de
Venezuela y el reciente golpe de estado contra Chávez... Y, por supuesto,
uno de los momentos clave del libro (tranquilos, no os chafo nada): la
explicación del nacimiento de la organización sin nombre como consecuencia
de una campaña durante la Segunda Guerra Mundial contra el "careless
talking", o conversaciones imprudentes. Algunos carteles de la campaña
aparecen reproducidos en el libro, y sobre ellos (y la campaña en sí) se
hacen interesantes reflexiones.
Para acabar, y como nota personal: no querría el don de Jacobo o Jacques o
Yago ni regalado. Prefiero depender de mis imperfectísimas impresiones
personales:
agradezco algo de incertidumbre en la vida cotidiana, y que la gente que
conozco me sorprenda agradable o desagradablemente... Además, la gente
cambia a cada momento. Y no sólo "tu rostro mañana", sino "tu rostro
dentro de un minuto" puede ser totalmente diferente, un nido de
sorpresas... Eso lo hace todo
más entretenido.
Fragmento: [El protagonista habla de la traición de que fue víctima su padre]
"¿Cómo era posible que mi padre no hubiera sospechado ni detectado nada?
Era un hombre inteligente y culto, ningún tonto, y bastante precoz, aunque
desde luego un optimista irredento, confiado en principio con todo el
mundo. Pero aún así. ¿Cómo se pudo pasar media vida junto a un compañero,
un amigo íntimo (...), sin percatarse de su naturaleza, o al menos de su
naturaleza posible? (Pero acaso en todos cualquier naturaleza es
posible). ¿Cómo puede no verse en el tiempo largo que quien acabará y
acaba perdiéndonos nos va a perder? (...) ¿Cómo puedo no conocer hoy tu
rostro mañana, el que ya está o se fragua bajo la cara que me enseñas o la
careta que llevas, y que me mostrarás tan sólo cuando no lo espere?"