Estupor y temblores

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Título: Estupor y temblores

Autor: Amélie Nothomb

Editorial Anagrama

9'5

 

              Resumen: Este es un libro autobiográfico (aunque con nombres propios alterados por motivos que resultarán obvios a quien lo lea) que narra la experiencia que la escritora vivió durante el año en que trabajó en una gran multinacional japonesa. Gran amante de todo lo relacionado con Japón desde pequeña, Nothomb se ve enfrentada a un mundo laboral cruel, cerrado y frecuentemente absurdo y surreal, en el que las rígidas normas empresariales niponas le cuestan más de un disgusto y detonan una caída libre de imprevisible final...

 

             Opinión:  Esta fue la primera novela de gran éxito de la escritora belga Amélie Nothomb, una de mis autoras favoritas. Se han vendido más de medio millón de ejemplares del libro, que además ha ganado el Gran Premio de la Academia Francesa y el premio Internet (que si no me equivoco se concede por votación popular). No me extraña en absoluto. 'Estupor y temblores' es una novela corta (para devorar de una sentada), directa, muy fácil de leer, que explica situaciones y pensamientos apasionantes sin andarse por las ramas, sino más bien lanzándolos a la cara del lector.

             Lo que más me apasiona de este libro es el estilo con que está escrito, navegando entre la desesperación absoluta y la resignación total, sin perder en ningún momento un siempre perceptible tono irónico que llega a producir en algún momento auténticas joyas de humor negro petróleo. Además, el hecho de que el libro sea tan directo y fácil de leer no implica que no sea profundo: no confundamos sencillez con simplicidad. Las reflexiones de la Nothomb (entre humillación y humillación, pobre mujer) tienen un enorme valor sociológico, filosófico, literario... No son simples pensamientos más o menos privados y vagamente autistas como los que se pueden encontrar en muchas autobiografías, sino auténticas granadas concentradas de pensamiento con una mala leche que a veces asusta.

            De hecho, muchos han interpretado el libro como un furibundo ataque a Japón (no me extrañaría que su publicación hubiera provocado quejas en las embajadas belga-japonesas), por la vehemencia con que se descubre la hipocresía y rígidas costumbres de su mundo empresarial. La cosa no es tan sencilla: este no es un libro escrito desde el odio, sino desde el amor. Nothomb siempre ha amado el país en que pasó los primeros años de su vida (echadle un vistazo al sublime "Metafísica de los tubos"), habla japonés perfectamente, admira la belleza del país y de su gente. Pero eso mismo le hace reaccionar con más rabia aún ante las evidentes injusticias que ve en su sociedad (memorables los párrafos en que a través de un elogio de la mujer japonesa denuncia el tradicional machismo nipón), o los abusos de poder de ciertos cuadros de mando (el desagradable y repulsivo vicepresidente Omochi se lleva indiscutiblemente el premio a 'persona que menos me gustaría conocer'). Esta extraña relación de amor-admiración-odio tiene su reflejo perfecto en la que establece Nothomb con su superiora inmediata, Fubuki Mori, hermosísima y gélida, que por culpa de varios malentendidos, envidias y errores, se esmerará en hacerle la vida imposible en la empresa.

       En resumen: un libro apasionante para entrar en aquellos aspectos menos agradables del frecuentemente ignorado mundo japonés. No me preguntéis por qué, pero yo amo el Japón desde hace años, tanto que entre mis múltiples planes, ideas y proyectos, siempre he acariciado el de viajar un tiempo al país del Sol Naciente. Ese propósito no cambió después de leer esta novela, pero sí reforzó la necesidad de ir con cuidado con los choques y malentendidos culturales, o la dureza de su mundo empresarial... Un aviso para navegantes, si queréis, para saber dónde es bueno meterse y dónde poco recomendable. Ah! Y el libro me hizo empezar a interesarme en los movimientos reformadores nipones, que haberlos haylos...

       

             Fragmento: "Entraba en el siglo. Puede parecer extraño que, tras mi arranque de locura, las cosas volvieran a la normalidad como si nada grave hubiera ocurrido. Es cierto que nadie me había visto correr desnuda por los despachos, ni caminar sobre las manos, ni pegarle un revolcón a un honesto ordenador. Pero, de todos modos, me habían encontrado durmiendo bajo el contenido de un cubo de basura. En otro país, me habrían despedido por semejante conducta. Aunque no lo parezca, existe una lógica en todo este asunto: los sistemas más autoritarios suscitan, en las naciones en los que se aplican, los casos más sorprendentes de desviaciones -y, por eso mismo, una relativa tolerancia respecto a las excentricidades humanas más apabullantes-. No sabemos lo que es un excéntrico hasta que conocemos a un excéntrico japonés. ¿Había dormido bajo los escombros? Estaban curados de espanto. Japón es un país que sabe lo que significa 'volverse loco'".

 

 

bulletOtros libros de la Nothomb comentados en la web: Higiene del asesino (y vendrán más)...

 

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