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El viernes desde las 21.30 compartiremos con los que se anoten el hasta ahora secreto sabor de los vermicelli
Tango y Truco, mantenidos lejos del saber popular por razones de puro egoísmo mezquino y que vienen a ser más o menos así: Se prepara una masa integrando dos docenas de huevos del campo por cada cucharadita de sémola
de trigo duro, más sal y aceite de oliva EV PPF primero con tenedor y luego con un cornete y finalmente con los ganchos hasta que quede bonita, tersa como cachete de púber y pareja cual si fuera comprada. En días de
bochorno conviene sacudirle unos chorritos de agua helada para retardar reconcomientos malsanos. Se hace cualquier cosa mientras la masa descansa. Si descansa uno ínterin puede ser que se levante de malhumor, porque
la masa se manda unas siestas bien largas a fin de consolidar redes de gluten y repartir humedades, por lo que la experiencia aconseja hojear revistas de modas, mirar un documental sociológico o desarrollar cualquier
otra actividad aburrida como para contrastar positiva (habría que decir negativa) mente con lo que viene cuando venga Llegando el momento ansiado al cabo de tanto embole se toma una trafila del número 2 y se
metamorfosea la masa en tubitos largos como de más de medio metro, con agujero al diome en el sentido de la longitud. Dicho agujero central y cilíndrico tendrá la doble función de almacenar la espléndida salsa que más
adelante comentaremos e impedir que los groseros comensales sorban el fideo desde un extremo haciendo ruidos y manchándose los carrillos, porque se hace casi imposible sorber lo perforado, sin ofender Después hay
otra pausa, para que los vermicellis se deshidraten levemente, colgados del aparato especial que parece un tender de departamento pero es de madera noble y con patas. Durante esta etapa resulta imprescindible el desfile
de comedidos admirantes, que deberán elogiar forma y fondo de las múltiples cabelleras comestibles a fin de consustanciarles una autoestima típica de manual de autoayuda, otorgándoles confianza en sí y potenciando sus
posibilidades culinarias ya que si hay psicología social y psicología de las empresas y las organizaciones por qué no va haber también psicología gastronómica y psicología virtual y psicología emergente y ambiental y
del tercer sector y de la magia geológica por dar tan sólo unos cuantos ejemplos Los fideos se hervirán in toto en bruta cacerola de 200 litros plena de bullente agua despojada de cloro, a 107 grados porque se le
puso abundante sal marina y el agua salada hierve a más temperatura que el agua pavota, pampa sosa o como quieran llamar a la otra Cuando están todavía duritos adentro pero no adentro del todo porque el eje
perforado es agujérico y no puede estar durito nunca, se los retira del líquido y escurre antes de someterlos a un popeico baño de inmersión en emulsiones de crema y manteca con microcaramelitos de cebolla abundosa,
exclusivísimo Mar del Plata derretido y casi exagerada proporción de pimienta recién molida para ser comidos una y otra vez -sin pagar adicionales- hasta el agotamiento final de yantantes y/o vermicellis según toque
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