Podemos decir, y en eso creo que coincidimos todos, que ningún artista en esta tierra
ha practicado y ejecutado tan bien y con tanto feeling el blues como B.B. King. Buena
muestra de ello es, a parte de otras nominaciones, el reconocimiento mundial al otorgarle
un Grammy que recibió por el tema The thrill is gone.
Su estilo de tocar y de cantar ha influenciado tanto directa como indirectamente a todos
los que hemos escuchado y tocado alguna vez un instrumento. El propio B.B. King cita como
influencias en su música y en su estilo de tocar a T-Bone Walker,
Charlie Christian, Django Reinhardt Lonnie Jhonson,
Leroy Carr o Bukka White. B.B. King ha utilizado casi siempre
guitarras Gibson, más concretamente la Gibson semi acústica 335 diseñada por él mismo.
De la buena relación que surgió entre este guitarrista y su propia guitarra, decidió
llamarla Lucille.
B.B. King no suele utilizar muchos efectos, en realidad toca simplemente enchufado a un
buen Tube amp con el que consigue un sonido cálido y suave. Armónicamente utiliza básicamente la escala pentatónica mayor y la
pentatónica menor y en algunas ocasiones sus correspondientes arpegios. Como recurso
también utiliza el vibrato de forma muy rápida.
En sus solos de guitarra relaciona todas las formas del blues. La composición de sus
temas pasa por el blues de 12 compases en una relación de acordes I - IV - V. También
emplea en muchas ocasiones el Bending o estiramiento de cuerda lo que le da un
carácter inconfundible. Entonces...
¿cómo narices hace este hombre que una progresión de acordes sencilla y una escala
pentatónica tenga tanto feeling? La
explicación puede estar en que toca cada frase de forma diferente, incluso cuando repite
una misma figura lo suele hacer en octavas o en voces diferentes, a parte de esto, lo más
destacado es la intuición que tiene. Esto le hace ser un guitarrista bastante interesante
tanto en la espontaneidad en la improvisación, como en la ejecución.
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® 2002 por Fernando Velásquez