
El
Pueblo
Es
la localidad más cercana a Archena, el centro urbano más
importante en las proximidades. Está dividido en cuatro núcleos.
Uno de ellos, el Barrio de la Providencia, está físicamente
unido a un barrio de Archena, y separado unos 2 Km de Villanueva. Hasta
tal punto que algunos vecinos del barrio pertenecen a Villanueva y otros
a Archena. El siguiente núcleo es el Barrio de la Asunción,
y se encuentra a medio camino entre Archena y
Villanueva.
Los dos núcleos restantes están separados por la carretera
que viene de Archena. A la izquierda, el Barrio de S. Roque (casas nuevas),
lugar de expansión del pueblo y donde está la Ermita
de S. Roque; y a la derecha el centro y casco antiguo del pueblo. La
entrada al pueblo es una calle en cuesta que se dirige al rio. Así,
el pueblo se localiza en una ladera del margen derecho del rio. Al principio
de la calle, a su derecha, está la Piscina Municipal que como es
natural funciona en los meses de verano. Siguiendo esta calle principal
(Avda. Juan Carlos I)
llegamos
a la plaza del pueblo donde se encuentra la Iglesia
y el Ayuntamiento. A la escuela y al campo de fútbol municipal se
accede por un camino frente a la Plaza que se introduce en la huerta en
dirección al rio. El resto de las calles son muy estrechas, algunas
de ellas sin salida o con salida a la huerta, con lo que no es nada aconsejable
recorrerlas en coche. El pueblo está rodeado de huerta, donde abundan
los frutales, como el albaricoquero, y los agrios, como el limonero y en
menor extensión el naranjo, fuente primordial de la economía
de sus vecinos.
-
-
Historia
-
-
-
-
Fiestas
y Costumbres
-
-
Fiestas
de S. Roque
-
-

-
Procesión de San Roque en las fiestas del 97
|
Se
celebran el 15 y 16 de agosto. El patrón, S. Roque, durante todo
el año está en la Iglesia,
y es el día 13 de agosto cuando en procesión se lleva hasta
la ermita, acompañado por la música. Actualmente se forman
grupos que son como comparsas, y en el itinerario van animando a todos
los acompañantes. Por la madrugada, en los últimos años
se instala una discoteca móvil alrededor de la ermita, y se preparan
paellas para todos los asistentes que pasan velando a S. Roque. El día
14 es la bajada del santo, quizás el día más entrañable
de las fiestas. Al anochecer, las autoridades civiles y religiosas, junto
con el público ataviado con el traje regional, recogen a S. Roque
y lo bajan en procesión hasta la plaza del pueblo; la gente lleva
ramos de flores que depositarán a los pies del trono del santo,
todo esto envuelto en un gran estruendo de cohetes y tracas. Al finalizar
esta ofrenda la banda de música tocará el himno nacional
para finalizar esta gran bajada. Una de las cosas más típicas
de esta bajada es el agolpamiento de la gente ante la imagen para quitarle
a S. Roque las alhábegas (albahaca), planta que suele tener su esplendor
en las fechas de esta fiesta, y que normalmente se suele plantar en las
casas del villanovense. Por la noche, ya entrada la madrugada, se hace
la verbena en la plaza del pueblo, normalmente abriendo el baile la reina
de las fiestas y damas de honor que tendrán como parejas al alcalde
del pueblo y sus concejales. El día 15 es la fiesta más grande
del pueblo. Comienza dicho día con una misa huertana cantada normalmente
por grupos folklóricos. Es costumbre en el pueblo que el sermón
de dicha misa sea oficiado por un predicador venido de Murcia expresamente
para ello. Por la tarde se suelen soltar una o dos vaquillas que la gente
torea en el antiguo campo de fútbol, aunque en los últimos
años se juega al fútbol-vaca, un partido de fútbol
con la vaca en el campo, modalidad de juego que parece ser idea del actual
alcalde y que cuenta con gran aceptación. Por la noche en procesión
se saca a la Virgen de la Asunción para que recorra varias calles
del pueblo acompañada por las autoridades, reina de fiestas y damas
de honor ataviadas con la típica mantilla española, y la
banda de música. El día 16, día de S. Roque, de nuevo
se hace una ceremonia religiosa cantada normalmente por un cuarteto que
en diversos años deleita a los asistentes. Por la tarde S. Roque
recorre otra vez las calles del pueblo en procesión, disparando
una gran traca de fuegos artificiales. El día 17 se hace un desfile
de carrozas, y por la noche, como colofón de las fiestas, se degusta
la vaquilla preparada en un guiso y acompañada con cerveza gratis.
Encuentro de fútbol-vaca, en las fiestas
del 97
|
Fiestas de S. Roque,
1997
Portada del programa
de las fiestas de
San Roque
del 9 al 17 de agosto de 1997
|
 |
-
-
El encuentro
del Niño
-
-

-
El Niño arreglado y listo para el Encuentro
-
-
-

-
El Niño, detrás las demás imágenes,
-
en procesión hacia la iglesia (1997)
-
-
-

-
Los quintos, y ahora también quintas,
-
llevan al Niño sobre sus cabezas (1997)
|
El Encuentro del Niño tiene lugar en
Domingo de Resurrección, y corresponde a la tradicional procesión
del Resucitado. La noche del Sábado Santo los quintos se llevan
al Niño por los huertos de alrededor y lo adornan con flores y frutas.
A la mañana siguiente, Domingo de Resurrección, se sube en
procesión a la Virgen de los Dolores y a S. Juan en busca del Niño,
y desde hace unos años también al encuentro del Resucitado,
que lo encuentran a la salida del pueblo para acompañarlo a la Iglesia
en una procesión envuelta en música y tracas. Esta es, probablemente,
una de las tradiciones de este pueblo más genuinas que aún
se conserva. El Encuentro del Niño se remonta a más
de 200 años, aunque su origen lo desconozco. Entonces, y hasta antes
de la guerra civil al niño se le llamaba Niño Clemencia,
iba vestido en color granate con adornos dorados. Antes en Sábado
Santo no había misa, y los novios del pueblo le ponían el
Enramado a las mozas y traían una banda de música.
El Enramado consistía en colocar unos adornos en la fachada
de las mozas con ramas y flores, como rosas, baladres etc... y colgaban
unas bolsas con dulces. Así, entre el Enramado y la preparación
de El Encuentro del Niño estaban los jóvenes de fiesta
toda la noche con la música por las calles. Al llegar la guerra,
el Niño desapareció (como la mayoría de las imágenes
religiosas). Al terminar la guerra, para seguir la tradición, se
utilizó un Niño más pequeño que tenía
Juan Masa, así durante varios años, hasta que alrededor de
1943-1944, el cura de entonces, D. José Muñoz, le sugirió
a Pepe Sotos que comprara un Niño, y así se hizo. Desde entonces
el Niño se vestía en casa de sus descendientes, y los quintos
se pasaban la noche sin dormir, también con música por las
calles. Mientras tanto, el Niño se adornaba con flores y se vestía
con un traje de papel de seda azul. Al amanecer, los quintos lo recogían
ya arreglado, se lo llevaban fuera del pueblo y le añadían
a sus adornos florales naranjas, limones, azahar etc... Los curas que han
pasado por el pueblo han visto siempre con ciertos reparos el hecho de
que la imagen de un niño representara al Resucitado. Así
en 1980 se compró una imagen del Resucitado, a propuesta del cura
de entonces, D. Cristobal, lo que desató cierta polémica
dando lugar a la publicación del siguiente artículo, en el
que un vecino del pueblo describe El Encuentro del Niño,
del que creo que merece la pena incluir el siguiente extracto:
..... La procesión del Resucitado celebrada en la mayoría
de pueblos de España, toma en Villanueva cierta singularidad. La
normal conmemoración de la Resurrección de Jesucristo, unida
a tal singularidad, convierten el acontecimiento en una tradición
secular, aferrada a las gentes del pueblo. Inevitablemente, el carácter
inédito del acontecimiento proporciona a éste cierto aire
de exotismo que goza de las simpatías del foráneo, lo que
conciencia al villanovense de la originalidad del hecho, proporcionándole
cierto orgullo por las cosas de su pueblo. La originalidad se basa en un
cambio de edades, y así, la imagen del Resucitado (que debiera representar
a un Jesucristo de 33 años), representa a un Jesucristo de 3 o 4
años, o sea, un Niño Jesús. El domingo por la mañana,
ese Niño Jesús es llevado por los jóvenes del pueblo
a las afueras. Allí, se engalana con las más bellas flores
y se colma con los mejores frutos del momento. Engalanado y luminoso, el
"Niño Resucitado" entra en el pueblo el domingo por la mañana,
donde, junto a su Madre y San Juan, lo espera un pueblo jubiloso e impaciente
por certificar, con el estruendo de los cohetes, la esperada Resurrección.
Mi abuela, que murió hace unos meses (casi centenaria), me decía
que "El Encuentro del Niño" ya era tradicional cuando ella nació.
Esto dice bastante a favor de la secularidad de la tradición que
nos ocupa. Pienso que todo empezó cuando, en los ciernes del pueblo,
los villanovenses quisieron celebrar la Resurrección de Cristo y
de entre las pocas imágenes que tendrían, consideraron la
del Niño Jesús como la más idónea, y así,
año tras año, se fue forjando lo que hoy es el "Encuentro
del Niño". Este Niño fue calando en las gentes, hasta hacerse
entrañable. Tanto, que una vez se rompió y a nadie se le
ocurrió (homologando así la celebración con la norma)
comprar un Resucitado, y se compró otro Niño Jesús,
que es el que hay actualmente. Queda claro, pues, que lo único de
"extraño" que tiene la conmemoración de la Resurrección
en Villanueva, es la diferencia de edad entre la imagen genuina del Resucitado
y la del Niño en mi pueblo. Y, bueno, también el nombre del
acontecimiento, pues mientras en todos sitios se llama "Procesión
del Resucitado", en Villanueva se llama "Encuentro del Niño". Creo
que en Aranda del Duero, la, misma celebración se reduce a romper
un gran huevo de cartón, para que en su interior aparezca un niño
(éste de carne y hueso) representando la Resurrección de
Cristo. ¡Que le digan a los vecinos de Aranda, que la van a quitar
esta tradición, patrimonio de Aranda y transmitida por miles de
arandinos través del tiempo! Las peculiaridades de las tradiciones
populares están reñidas (a veces) con la lógica y
no por ello son despreciables; todo lo contrario, son entrañables
y conforman la forma de ser y el patrimonio de un pueblo. Patrimonio que,
por respeto a la Historia, a los antepasados y por amor a un pueblo, debe
ser conservado pase lo que pase y pese a quien pese, pues los valores de
un pueblo ni se compran ni se venden y una tradición no se instaura
en un día..........
-
GINES ORTIZ SANDOVAL (Línea, 19 de junio de 1980)
-
-
[El Pueblo] [Historia]
[Fiestas y Costumbres] [Gastronomía]
[Lugares a Visitar] [Volver
al principio]
-
Gastronomía
Guiso de Trigo
Es
típico sobre todo en época de Semana Santa. Se prepara con
habichuelas blancas, trigo, verduras variadas (acelgas, judías verdes...),
cebolla, tomate, pimentón e hinojo. El trigo a pesar de poder comprarlo
ya molido, aquí todavía se hace con el método más
rudimentario, en un mortero de piedra, o con la base de un cántaro.
Suele hacerse los viernes de cuaresma y miércoles de ceniza. Normalmente,
las vecinas se van alternando la elaboración del guiso, y es costumbre
repartirlo con los demás vecinos con la finalidad religiosa de ganar
indulgencias, aunque esto se hace con menos frecuencia, todavía
perdura la tradición.
Paparajote
También
típico de Semana Santa, elaborado a base de harina, huevos, leche
o naranjada y bicarbonato, añadiendo como ingrediente típico
del pueblo el higo seco dentro de la masa.
Pan de Horno
Tradicional
Otro
producto que en Villanueva destaca por su elaboración, textura y
sabor, es el pan del horno del pueblo, horno centenario totalmente tradicional
que funciona con leña, donde también se elaboran los dulces
navideños.
-
-
-
[El Pueblo] [Historia]
[Fiestas y Costumbres] [Gastronomía]
[Lugares a Visitar] [Volver
al principio]
-
-
© 1997. Todos los derechos
reservados por el autor
-
-
This page hosted by
Get your own Free Home Page
-
-